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21 días en la parte continental de Ecuador dentro de un viaje de 6 meses. Pasando por la selva amazónica, en la Reserva de producción de fauna Cuyabeno. El Volcán Reventador. El bosque nuboso de Maquipucuna, hábitat del oso de anteojos. La cordillera de los andes, con el Cotopaxi, el Chimborazo, Quilotoa y el Altar. El parque nacional Cajas y las ciudades de Quito, Riobamba y Cuenca.Autor: Daniorte Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (21 Votos) Índice del Diario: Ecuador Continental
01: Preparación
02: Día 1: Llegada a Quito
03: Día 2: Quito
04: Día 3: Amazonas 1
05: Día 4: Amazonas 2
06: Día 5: Amazonas 3
07: Día 6: Amazonas y llegada a El Reventador
08: Día 7: Volcán El Reventador
09: Día 8: El Reventador - Quito
10: Día 9: Reserva de Maquipucuna 1
11: Día 10: Reserva de Maquipucuna 2
12: Día 11: Reserva de Maquipucuna - Cotopaxi
13: Día 12: Parque Nacional Cotopaxi
14: Día 13: Sygchos - Chugchilan (trekking Quilotoa)
15: Día 14: Chugchilán - Laguna Quilotoa (Trekking Quilotoa)
16: Día 15: Llegada a Riobamba
17: Día 16: Reserva de Chimborazo
18: Día 17: Trekking el Altar 1
19: Día 18: Trekking el Altar 2
20: Día 18: Llegada a Cuenca
21: Día 19: Cuenca
22: Día 20: Parque Nacional Cajas
23: Día 21: Guayaquil
24: IMPRESONES
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Etapas 13 a 15, total 24
Al final he dormido solo, más a gusto que nadie. Ha hecho un poco de frío, pero había como 15 kilos de mantas.
Me he despertado a las 7:30 con el desayuno. Una burrada de desayuno: un bol de fruta partida, medio litro de yogur con muesli, dos huevos fritos y cuatro tostadas con mermelada de la zona, con zumo y café. El alojamiento está de lujo. Por 15$ con este desayuno. A las 7:50 ha venido a buscarme el que será el guía para el tour del Cotopaxi. La verdad es que el ambiente es desolador porque solo se ve niebla, pero el hombre me dice que en la cara norte, yendo temprano, está clarito. Octubre no es la mejor época para visitar los Andes por la presencia de nubes a media mañana. El guía, Jaime, ha resultado ser un hombre de lo más agradable. Tendría fácil 50 y pico años, pero con un estado de forma para andar increíble. Hemos llegado a la entrada del parque y Jaime me iba explicando todo. Hemos bordeado por la cara sur hacia el norte y, cuando hemos accedido a la parte norte, mágicamente el volcán se ha mostrado despejado, emitiendo una nube de vapor en la cima y todo nevado. Vamos solos, acercándonos mientras paramos a echar fotos. Es bien bonito y se disfruta el doble cuando creías que no ibas a ver nada. A los pocos kilómetros de la zona de aparcamiento empieza a aparecer nieve. Ayer resultó que cayó una nevada importante y hay nieve donde no debería para la fecha. Vamos con el 4x4, pero a 300 metros del aparcamiento el coche no puede más y solo se desliza. Jaime deja el coche a un lado y empezamos a andar desde ahí. La escena es chocante: ayer en el bosque nublado, comido por los mosquitos, y hoy andando por nieve en plena montaña a 4000 y pico metros de altura. País de unos contrastes en tan poco espacio bestiales. Se está posicionando como uno de mis favoritos. Galápagos, la selva amazónica, bosque nublado, volcanes activos, alta montaña andina... Si solo tuviera más estabilidad política y seguridad sería perfecto. Empezamos la caminata pasito a pasito. Hace sol, el volcán despejado, poco viento, aunque las nubes de la cara sur empiezan a asomar, pretendiendo abrazar el volcán por completo. Hemos empezado a andar a 4400 metros de altura. Zigzagueando hemos llegado hasta el refugio a 4800. Las vistas durante la subida son preciosas, con varios de los volcanes y montañas famosas de Ecuador: los Ilinizas, el Antisana, el Rumiñahui, el Pichincha y otras que Jaime no me sabía decir. La llegada al refugio ha sido algo dura porque estoy cero aclimatado y me fatigo muchísimo. A poco que cambio el ritmo para pillar a Jaime, se me acelera el corazón que parece que se me sale. Delante de nosotros van cuatro francesas con su guía y Jaime dice que hay que llegar antes que ellas porque somos los fuertes. Total nada, asfixiado y teniendo que demostrar mi hombría. El problema es que voy con las zapatillas de trekking de verano. De momento, en la subida me ha respetado porque la nieve no llega a derretirse, aunque los pies los podría llevar más calientes. Desde el refugio vamos hasta el pie del glaciar Cotopaxi. Es como un kilómetro más, pero 200 metros de desnivel, hasta los 5000 metros. A medio camino adelantamos a las francesas y Jaime se vuelve mostrando orgullo casi paternal, pero yo no puedo ni hablar. Llegamos a la pared del glaciar. Echamos las fotillos de rigor y, con las nubes amenazantes, emprendemos la bajada. La bajada es una maravilla: es ir clavando el talón y dejarse caer. En 10 minutos estábamos de nuevo en el refugio. Hemos pasado para tomar un té de coca. El refugio estaba hasta arriba de gente. Yo no entiendo cómo la gente no madruga. La única opción de ver el volcán despejado es madrugando; a partir de las 10/11 se cubre para el resto del día. Pues la gente, con su pachorra, sin prisa ninguna. Después del té hemos bajado por una pedrera deslizándonos. La bajada ha sido chulísima. En 20 minutos estábamos ya al lado del coche. Aquí lo que antes era hielo ahora es agua, y si las zapatillas hasta ahora no me habían dado problemas con el agua, me han condenado. Se me han mojado enteras y he terminado con los pies helados. Metidos en el coche, bajamos hasta la laguna del Cotopaxi. Aquí Jaime me espera y yo me pego una vuelta de media hora buscando algún pajarillo. El Cotopaxi al fondo se muestra ya cubierto. De la laguna hemos ido a comer al restaurante del lodge. Por el camino Jaime me ha ido contando su experiencia laboral. Ha trabajado en mil cosas y, finalmente, ahora que está retirado, gana más dinero haciendo de guía local que cuando trabajaba en factorías. He aprovechado y le he preguntado sobre los carteles que se ven en los pueblos de "ladrón pillado será linchado". Me cuenta que eso es en Quito, que aquí en los pueblos a los ladrones se les quema. Primero se les desnuda, se les pasea por el pueblo desnudos, los meten en agua fría, les golpean con ortigas y, por último, los queman vivos. Es la ley indígena. La policía no hace nada y ellos son los que tienen que hacerlo. La semana pasada entraron a un campo tres hombres a robar ganado. Cuando les sorprendieron, dejaron el ganado y se fueron corriendo, escapando en un taxi que les estaba esperando. La gente del pueblo fue tras ellos y consiguieron pillar al del taxi y a dos de los tres ladrones. Quemaron a los dos ladrones en la plaza del pueblo y al taxista le quemaron el coche. Increíble. Yo le he contado casos de España en los que alguien ha entrado a robar a una casa y el dueño, defendiéndose, ha matado al ladrón y al final el dueño ha sido condenado. Jaime no se lo creía. Solo repetía "eso no está bien". Dice que lo de quemarlos es más efectivo que la policía. Que actualmente es muy raro que en los pueblos haya robos y por eso son tan seguros. En la ciudad sí porque solo los linchan, pero luego los sueltan y eso a los ladrones les da igual. Dice que el problema en la zona indígena son los narcos. Si son los narcos los que roban o te intentan extorsionar (vacunar) y tú se lo impides, entonces te matan a tu familia. Una maravilla de conversación. Cuenta cosas tan bestias desde una tranquilidad pasmosa, de lo normalizado que está. El país está peor de lo que imaginaba. Ya comidos, me devuelve al alojamiento. Me despido, cojo mis cosas y justo a los 20 minutos pasa el bus para Latacunga. Aquí duermo hoy porque mañana hago el trekking de Quilotoa. Latacunga es una ciudad considerable. Tiene sus edificios bonitos tipo Quito. Muchos comercios y vendedores ambulantes. Otra cosa que se repite con Quito es el drama de los venezolanos pidiendo dinero. Se ven familias enteras. Se supone que van bajando camino a Perú o Chile. Vaya drama lleva esta gente. En Latacunga no mareo mucho. Preparo las cosas para mañana. Ceno una hamburguesa con salchipapas y a dormir. Etapas 13 a 15, total 24
A las 5:30 me estaba esperando el taxi para ir a la terminal a coger el bus a Sygchos. El bus a Sygchos es un autobús destartalado que se llena de gente hasta arriba y va pasando por todos los pueblos de Latacunga a Sygchos, tardando dos horas en llegar. En esta zona se habla mucho quechua y se nota en el autobús, en donde se escucha una mezcla de quechua y español. A medio camino se me ha sentado al lado un hombre mayor que me ha estado dando conversación. Le gusta la ganadería y quiere viajar a España a conocer cómo es la ganadería allí porque dice que nosotros sabemos hacerlo bien. Dice que tuvo una novia española, pero que le salió mal porque era mal hablada y liberal. El resto del viaje ha estado hablando de las elecciones y de lo mal que está el país, sobre todo en ciudades como Quito. El pobre dice que la semana pasada le robaron en Quito a punta de cuchillo entre cuatro chavales de 15 años a plena luz del día, por 20 dólares y las llaves de su casa.
A las 8 llego a Sygchos. El pueblo es bonito, tiene su plaza, su parque y su iglesia. Típico pueblo de arquitectura española. Me preparo la mochila y compro algo de desayunar en una panadería que estaba abierta. La ruta parte del pueblito. Es un pueblo totalmente andino, con su mercado y perros por todas partes. Uno de ellos se ha puesto a ladrarme que por un momento me veía que se me tiraba. Afortunadamente, una mujer ha salido detrás de mí y le ha lanzado un palo haciendo que el perro se fuera escopetado. Ya fuera del pueblo, la ruta discurre íntegramente paralela al río. Primeramente se va descendiendo por zonas de cultivos hasta el mismo río para después subir e ir por la parte alta del cañón. Las vistas son muy bonitas y todos los agricultores que me cruzo me saludan para darme un rato de charleta preguntando de dónde soy o a dónde voy o cómo va el campo. Después del tramo del cañón se llega al primer pueblo, Islivin. La ruta en principio era solo hasta aquí. Pero he hecho 12 km con 400 de desnivel positivo y he llegado al pueblo a las 11:30 de la mañana. El pueblo el único atractivo que tiene es un hostal de mochileros bastante bonito, pero su principal actividad son las clases de yoga. Viendo lo temprano que es y que paso de hacer yoga o de tirarme toda la tarde hablando en inglés con otros mochileros, busco una panadería, me pillo unos sándwiches y decido hacer la ruta que me tocaba mañana hoy. Me dice la mujer de la panadería que son entre 4 y 5 horas así que, como voy fresco, continúo. La ruta continúa con una bajada fuerte hasta el río. Aquí hay puntos algo comprometidos por el barro, pero poca cosa. Se sigue andando por pastos y bosque siempre al lado del río. Se pasa por un pueblo súper rural y entonces se hace una subida gorda hasta la parte de arriba del cañón. Las vistas son bastante espectaculares. El cielo se ha encapotado y, aunque parece que vaya a romper, me libro del soletón de la mañana. Los últimos dos kilómetros son por carretera hasta el pueblo de Chugchilag. Al final he hecho 24 kilómetros con 1200 de desnivel positivo y 1000 negativos en unas 8 horas. Bastante factible. He llegado cansado, pero bien, no es ningún disparate y al ser el entorno bonito se hace muy gustoso. Aquí os dejo el enlace a la ruta de Wikiloc. TRACK DE LA RUTA Voy hasta un hostal que vi ayer en Booking y una maravilla. Por 20$ habitación individual con baño de lujo, cena y desayuno. Me he pegado la ducha del siglo. A las 7 han puesto la cena. Estábamos 8 personas. Una chica alemana que estaba aprendiendo español me ha dado conversación, lleva un año aprendiendo y habla de lujo. Había también una familia con una niña que llevan dos años viajando en una especie de camión que tenían aparcado fuera, espectacular. Me dicen que en tres meses terminan la aventura en Colombia y que si quiero me venden el camión. El camión es una pasada como lo tienen camperizado. Ya cenado poco más. Hace frío y en la zona de las habitaciones está puesta la estufita, ideal para caer rendido. Etapas 13 a 15, total 24
Esta noche parece ser que ha caído una buena tormenta y el cielo ha amanecido encapotadísimo. Sin despertador, me he levantado y, tras desayunar a las 7:30 y despedirme de la gente, he empezado a andar pasadas las 8.
La ruta de hoy culmina en la laguna Quilotoa, un cráter volcánico de 3 kilómetros de ancho que es uno de los principales atractivos turísticos de Ecuador. La ruta son 14 kilómetros con 1200 metros de desnivel, empezando en 3200 metros y acabando en 3800. Un sube y baja, vamos. Aquí os dejo el enlace a la ruta de Wikiloc. TRACK DE LA RUTA La ruta de ayer me gustó mucho. Muy escénica, con el cañón, el río y el buen tiempo. La de hoy ha sido un poco condena. Vale que es bonita, pero, quitando el cráter en sí, la ruta tiene tramos de senda muy empinados que, con las lluvias, se hacen penosos. Se pasa por comunidades que mola ver, con los niños pastoreando y la gente en sus labores. El punto malo ha sido que, justo en la subida al cráter, se ha puesto a llover y se ha metido un frío de narices. Mientras yo me ponía el chubasquero y la funda a la mochila, bajaban tres niños arrastrando un tronco enorme descalzos... Viendo el panorama, quién se va a quejar del frío. Sigo andando paso a paso. La parte más bonita ha sido cuando te asomas por primera vez a la laguna. Lástima de cielo encapotado porque, quizá con sol, el agua tenga mejor color. La ruta termina bajando a media laguna para volver a subir hasta arriba, finalizando en el pueblo de Quilotoa. El pueblo es mega turístico, pero aquí me encuentro la tónica general del viaje: no hay un alma. Con frío y reventado, me meto en un restaurante que hay con vistas a la laguna y, por 5$, me como un menú más a gusto que nadie. Para volver a Latacunga, he compartido una especie de camioneta con un polaco que llevaba esperando el bus una hora. El pobre no hablaba español y no se había enterado de que hoy no pasan buses porque es la feria en el pueblo de abajo. Cuando se lo he explicado, me ha dado las gracias y se ha venido en la camioneta. De la camioneta, hemos cogido un taxi a Latacunga y nos ha costado todo 4,5$. Bastante bien. En este tramo de carretera, me he encontrado con una de las estampas más lamentables del viaje. En la carretera se veían decenas de perros en los laterales a ambos lados; algún perro se veía muerto en el suelo y algún otro con patas rotas. Le pregunto al del taxi y me explica que la gente que pasa con los coches les tira comida y aprenden a esperar en los laterales de la carretera. Como es carretera de curvas y la gente baja de aquella manera, muchos son atropellados, dando una imagen dantesca. Qué importante es un servicio de control de zoonosis. A las 15 ya estaba llegando al alojamiento. En la tarde, he probado a ir a un zapatero porque me ha salido un agujero en la zapatilla. Nuevas que las llevo prácticamente. Unas Salomon que he usado solo una semana dura en Fuerteventura y poco más. Vaya mierda. El zapatero ha cosido el agujero y le ha puesto un parche por 1$. Veremos a ver lo que aguantan... La tarde, poco más. Vida contemplativa paseando por Latacunga hasta caer la noche, cuando me he dado el lujo de pedirme una pizza. Me ha sabido como la mejor pizza del mundo. Mañana, día de descanso. Voy de Latacunga a Riobamba y no haré mucho más. Mal no me viene. Etapas 13 a 15, total 24
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