![]() ![]() ARGENTINA Noviembre 2011 ✏️ Blogs de Argentina
Viaje de 21 días por Argentina en Noviembre de 2011, visitando Puerto Madryn, Calafate, Santa Fé, Salta, Iguazú y Buenos Aires.Autor: Marimerpa Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (49 Votos) Índice del Diario: ARGENTINA Noviembre 2011
01: INTRODUCCIÓN
02: NOS VAMOS A BUENOS AIRES
03: BUENOS AIRES Y UN INTENTO FALLIDO DE VOLAR A TRELEW
04: AHORA SÍ, NOS VAMOS A PUERTO MADRYN
05: BALLENAS, PINGÜINOS, ELEFANTES MARINOS … Y MUCHO MÁS EN PENÍNSULA VALDÉS
06: RUMBO A LA TIERRA DE LOS GLACIARES
07: CAMINANDO SOBRE HIELO MILENARIO
08: CABALGANDO POR EL PARQUE NACIONAL DE LOS GLACIARES
09: SANTA FE
10: PARANÁ Y ROSARIO
11: BUENOS AIRES
12: SALTA LA LINDA
13: CAMINO A LAS NUBES
14: QUEBRADA DE HUMAHUACA
15: CABALGATA EN CHICOANA CON MUY MALA PATA
16: IGUAZÚ LADO BRASILEÑO
17: IGUAZÚ LADO ARGENTINO
18: ULTIMA VISITA A LAS CATARATAS Y VUELTA A BUENOS AIRES
19: VOLVEMOS A CASA (Y VISITAMOS EL HOSPITAL)
20: CONCLUSIONES Y PRESUPUESTO
21: ALGUNOS DATOS PRÁCTICOS Y CURIOSIDADES
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Etapas 13 a 15, total 21
El recorrido de la excursión que contratamos seguía el camino del Tren de las Nubes hasta San Antonio de los Cobres, para seguir hasta Salinas Grandes y bajar la Cuesta de Lipán hasta Purmamarca, lugar donde dormiríamos. Y al día siguiente íbamos a recorrer la Quebrada de Humahuaca. Una excursión muy completa en la que se discurre por puna, quebradas, salinas y yunga. Os dejo el mapa del recorrido.
![]() Metimos lo imprescindible para pasar la noche en una mochila y dejamos las maletas en el hotel, ya que volveríamos allí al día siguiente. A las 7:15 pasó a recogernos Luis al hotel, que sería nuestro guía las siguientes 48 horas, y después fuimos a buscar a otras dos chicas, una argentina y la otra española. Lo primero que hicimos fue comprar hojas de coca, para prevenir el apunamiento o mal de altura, ya que íbamos a subir a más de 4000 m de altura. En esta zona se utiliza mucho la hoja de coca con este propósito, bien las hojas naturales o en infusión (mate de coca). Nuestra primera parada fue en Campo Quijano, pueblo donde comienza la Quebrada del Toro, y que surgió consecuencia de la implantación del tren que transportaba minerales, que ahora es el turístico Tren de las Nubes. Saliendo de esta población por la Quebrada del Toro vamos viendo los viaductos del Tren de las Nubes, y el cielo se va despejando poco a poco hasta quedar totalmente azul. Es importante llevar protector solar, ya que el sol quema mucho en altura. A medida que vamos ganando altura empiezan a aparecer los cardones, una especie de cactus muy grande que crece entre los 2000 y los 3500 m, y que abunda en Salta y Jujuy. De hecho, la madera de cardón es muy utilizada aquí para muebles, lámparas y adornos. Pueden crecer mucho, los vimos de hasta 5 metros, y en noviembre están en flor. Luis nos iba contando algunas de las leyendas que hay en la región sobre los cardones, que no viene al caso contar ahora, y es que en esta zona hay muchas creencias y supersticiones populares. En la etapa anterior comenté que en Noroeste Argentino hay mucha devoción religiosa, pero no solo católica, también hacia dioses y creencias prehispánicas. Sobre todo hay un culto muy extendido a la “Pachamama”, la madre tierra, encontrando por todo el recorrido “pachetas”, los monumentos de culto. También hay otras creencias populares en santos paganos, como la “Difunta Correa” o el “Gauchito Gil”. Luis nos contaba todas estas leyendas, y así nos ayudaba a conocer un poco mejor la cultura de los habitantes de la zona. Poco a poco el paisaje fue cambiando, y empezamos a ver montañas de colores. De todos los colores, nos encantó el paisaje, no podíamos dejar de mirar, y le íbamos diciendo a Luis que nos pare aquí y allá para hacer fotos. ![]() Paramos en Santa Rosa de Tastil, un pueblito donde hay un pequeño aunque interesante museo. A pocos kilómetros del pueblo están las ruinas de Tastil, una ciudad preincaica que, según se cree, fue abandonada cuando los incas invadieron la región. Seguimos subiendo hasta llegar a San Antonio de los Cobres, a 3700 m de altura, y aquí nos paramos a comer. Pedimos dos empanadas de carne, una patata al horno con queso, una cazuela de llama, un bife a la criolla (dos capas de carne intercaladas con patatas), dos postres y una cerveza (137 pesos). Seguimos nuestro camino hacia Salinas Grandes. En esta altura (la puna) ya no hay cardones, apenas unos arbustos, y también encontramos llamas y vicuñas. Antes de llegar a Salinas Grandes nos estaban esperando otros dos guías con sus grupos, para poder entrar con los coches por medio de la salina (por lo visto un coche solo no puede pasar), en lugar de rodearla por el camino. Era impresionante como los coches iban haciendo el camino por la sal con las ruedas. Nos impactó tal extensión de sal, la llanura blanca a nuestro alrededor. Además, nosotros conocíamos el concepto de salina como algo ligado al mar, pero esta se encuentra a 3450 m de altitud y muy lejos del mar ![]() Allí en la salina Luis nos estuvo haciendo unas fotos jugando con la perspectiva que da el color blanco del suelo, y salen unas fotos muy curiosas. Luego los otros guías se picaron, empezaron a querer hacer la foto más espectacular, y en una de las poses acabé en el suelo, haciéndome unas pequeñas heridas en las manos con la sal. Escocía un poco, pero nada grave ![]() ![]() De las salinas emprendimos nuestro camino hasta Purmamarca, pero antes paramos en el punto más alto del recorrido, 4170 m de altitud. Y hasta Purmamarca bajamos por la Cuesta de Lipán, una carretera con muchísimas curvas, pero con un paisaje espectacular, a cada curva que pasabas te encontrabas una montaña de un color diferente. Era impresionante. En Purmamarca se encuentra el famoso cerro de los siete colores, pero Luis nos advirtió que esa tarde nos iba a decepcionar, que esperásemos al día siguiente con la luz de la mañana… Nos alojamos en el hostal Sabor a Tierra, 180 pesos la habitación doble con desayuno. Pensábamos alojarnos en el Mama Coca, pero tenían un problema y no pudo ser, así que fuimos a este. Nada más llegar hicimos el Paseo de los Colorados, una ruta de unos 3 km que bordea por detrás el cerro de los siete colores, y que disfrutamos mucho, viendo cambiar la tonalidad de las montañas según avanzábamos y cambiaba la luz, destacando el color rojo sobre los demás. El pueblo es muy pequeño, y en la plaza hay un mercado con muchos puestos para comprar artesanía. Después del paseo hicimos algunas compras, las prendas de lana de alpaca son bastante baratas (un jersey sobre 70-80 pesos), aunque las fabrican en Perú y en la mayoría de los puestos hay los mismos modelos. Yo, que me encantan los colores en la ropa, me hubiera llevado todo. Por la noche fuimos a cenar al “Rincón de Claudia Vilte”, una peña folclórica donde todas las noches hay música en directo. Comimos 2 empanadas de charqui (carne seca, no me gustó mucho), cabrito al horno (esta es la única zona de Argentina donde ponen cabrito), lomo de llama (me recordaba a la ternera) y una botella de vino de Cafayate (total 170 pesos). Etapas 13 a 15, total 21
Habíamos quedado a las 9:45 para continuar la excursión, recorriendo la Quebrada de Humahuaca, pero como nos levantamos temprano, fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Vimos un algarrobo que hay junto a la iglesia que tiene más de mil años y, por fin, la vista desde el pueblo del cerro de los 7 colores. Impresionantes los colores, todos en una misma montaña…
![]() ![]() Ya todos juntos, proseguimos el viaje, y la primera parada fue justo a la salida de Purmamarca, donde está la visión más general del cerro de los siete colores, aquí sí que se ve una amplia gama de colores, todas las montañas, cada una de un color, y algunas con muchos colores. Nos quedamos con la boca abierta ![]() ![]() ![]() Continuamos nuestro camino hasta Tilcara, donde visitamos el Pucará de Tilcara, que es una antigua ciudad prehispánica que se encuentra sobre un cerro. La entrada cuesta 30 pesos. Partes de la ciudad están reconstruidas, a diferencia de las ruinas de la ciudad de Tastil. Así puedes hacerte una idea de cómo vivían sus habitantes. Además, fuimos con un guía que nos explicaba lo que se sabe actualmente de aquella cultura por los hallazgos encontrados. Desde lo alto hay unas vistas preciosas. También hay un jardín botánico de altura, donde hay muchas variedades de cactus, entre otras especies. Había algunas muy curiosas, además de cardones, como los llamados “cola de gato” y “cola de cordero”. Después visitamos el hito del Trópico de Capricornio a su paso por la Quebrada de Humahuaca, que se encuentra cerca de la localidad de Huacalera. El Trópico de Capricornio es la línea imaginaria que une los puntos situados más al sur de la superficie terrestre donde los rayos del Sol inciden perpendicularmente sobre la Tierra, al mediodía, un día al año, en el solsticio. El monumento está orientado de Este a Oeste, de forma que no proyecta sombra hacia los lados, y el día del solsticio, el 22 de diciembre, no hay sombra ninguna. No hay mucho que ver realmente. Antes de llegar a Humahuaca paramos para ver el cerro conocido como “la pollera de la kolla” (lo que viene a significar la falda de una mujer de la zona), muy bonito. Paramos a comer justo antes de llegar a Humahuaca, en un lugar que, además del restaurante tiene un taller de cerámica, y en la entrada destaca una gigantesca llama de cerámica. Compramos algunos regalos y nos sentamos a comer. Cuatro empanadas, milanesa de llama, cazuela de llama, budín de pan y cerveza negra Salta, 98 pesos, y todo buenísimo, sobre todo el budin de pan. ![]() Humahuaca, el pueblo más grande de la Quebrada, nos gustó mucho. Destaca el monumento a la Independencia, con una gran escalera y la estatua del indio que llevó la noticia de la libertad. Y es que Humahuaca jugó un papel importante en la independencia del noroeste argentino. Desde lo alto (hay 103 escalones) hay una estupenda vista panorámica del pueblo. La plaza es preciosa, tanto la iglesia como el cabildo con su reloj. Después de pasear por el pueblo compramos algunas prendas de lana, ya que aquí fue donde encontramos los precios más bajos ![]() Ya en nuestro recorrido de regreso a Salta, visitamos a iglesia de Uquía, construida con madera de cardón, y que tiene unas pinturas muy curiosas, los ángeles arcabuceros. Más adelante pudimos ver la famosa “paleta del pintor”, con una gama increíble de colores en su base. Dice la leyenda que aquí es donde dios mezcló los colores para pintar los cerros de la Quebrada de Humahuaca. Para regresar a Salta tomamos el comino de la cornisa, que atraviesa la yunga salteña. La yunga es la selva de montaña, y aquí ya no veíamos montañas de muchos colores, solo de uno, el verde. Si el resto del camino no había apenas vegetación, ahora era exuberante, todo un contraste. Nos despedimos de Luis y de las chicas después de dos días juntos. Volvimos al Hotel Munay Salta. En esta ocasión la habitación que nos dieron no nos gustó, era mucho más pequeña, con camas separadas, en el primer piso sin ascensor, y encima a alguien le dio por poner la tele a un volumen para sordos hasta bien tarde ![]() Cenamos en La Criollita, donde muchos salteños van a comer empanadas. Aquí se las comen por docenas, pero nosotros nos pedimos tres para cada uno y una ensalada. Nos llamó mucho la atención la vida de la ciudad de Salta, con muchísima gente en la calle a todas horas, las tiendas abiertas,… Si algo destacaría de esta ciudad y de esta parte del país es que, a diferencia de otros sitios turísticos, aquí sí que hay vida y cultura propia. El Calafate o Puerto Madry son localidades eminentemente turísticas por la naturaleza que les rodea, pero donde no existe una cultura ni una gastronomía propia, ya que le gente que vive allí llegó de otros puntos de Argentina para explotar el turismo. El noroeste, sin embargo, ya tenía sus costumbres antes de la llegada del turismo, y no es un solo atractivo, sino toda la zona, cada pueblo, donde encuentras formas de comer y de vivir características. Etapas 13 a 15, total 21
Una de las pocas cosas que llevábamos reservadas desde España era la cabalgata en la zona de Salta. Después de mucho consultar por internet, decidimos hacerla con la empresa Sayta, en Chicoana. Cabalgata de día completo (mañana y tarde), traslados, almuerzo, cena, alojamiento y desayuno por 500 pesos cada uno.
A las 9:00 pasaron a buscarnos por el hotel, nos llevamos las maletas, ya que del rancho nos íbamos ya al aeropuerto a la mañana siguiente. Cuando llegamos nos esperaba un desayuno mientras los gauchos ensillaban los caballos. Yo monté un caballo llamado Ícaro y mi marido a Mataca. El paseo duró unas tres horas, por caminos, campos de cultivo de tabaco, cruzamos algún río,… El grupo era de unas 10 personas y nosotros éramos los únicos hispanohablantes. Los dos gauchos que nos acompañaban hablaban con nosotros y nos iban contando cosas sobre la vida en el campo en el noroeste argentino. Antes de llegar incluso hicimos un galope, quien tenía un poco más de experiencia lo hizo solo y quien no, como en mi caso, acompañado de uno de los gauchos. Estuvo genial ![]() La cabalgata estuvo bien, el paseo fue agradable, pero habiendo hecho la otra en El Calafate, esta me supo a poco, ya que no se metía nada en la montaña. El paisaje era bonito, aunque me hubiera gustado que nos adentrásemos un poco más en la montaña, como hicimos en la otra. Si tuviera que recomendar una cabalgata en Argentina, no sería esta, creo recordar que en la zona de Salta hay otras que te permiten estar más en contacto con la naturaleza y disfrutar el paisaje. A las 2 llegamos al rancho y nos sentamos a descansar, tomando un poco de agua y vino mientras Enrique, el dueño, preparaba el asado para la comida. La comida fue excelente, no solo el asado, de primera, sino también todo el acompañamiento de ensaladas, maíz, patatas, legumbres,… ![]() Por la tarde el grupo era diferente, algunos de los de por la mañana se habían ido después de comer, y algunos otros llegaron. Montamos los mismos caballos, y el recorrido, aunque fue diferente, era similar al de por la mañana. A media tarde los caballos se empezaron a poner un poco nerviosos, yo notaba que me costaba controlarlo, cada vez quería embalarse más y echarse al galope, lo tenía que llevar muy en corto ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Me dolía mucho, de vuelta al rancho comí algo para poder tomarme la pastilla, pero no tenía apetito ninguno. Me decían que había tenido muy mala suerte, que hacía tres años que no tenían un accidente, y que en 25 años solo habían tenido 15 caídas, ninguna con consecuencias ![]() Al día siguiente el dolor continuaba. Desayunamos y nos llevaron al aeropuerto de Salta. Allí pedimos una silla de ruedas, y personal del aeropuerto se hizo cargo de nosotros, nos trataron muy bien. El vuelo fue tranquilo, tenía incluso pantallas para ver programas de televisión y escuchar música. Cuando íbamos llegando el avión sobrevoló las Cataratas de Iguazú, pero nosotros estábamos sentados del otro lado (hay que sentarse del lado derecho). Cuando llegamos al aeropuerto de Iguazú volvimos a pedir una silla de ruedas, esperaron a que saliera nuestro equipaje y me llevaron hasta el autobús. Fuimos a Puerto Iguazú en el autobús de la empresa Four Tourist Travel, 25 pesos por persona. Nos dejó en nuestro alojamiento, Residencial Noelia Hostel (150 pesos habitación doble con desayuno). Está bien situado, es económico y el personal de recepción es muy amable (intentaron ayudarme todo lo posible dada mi condición de lisiada), aunque en la habitación había muchos insectos y el aire acondicionado hacía mucho ruido. Mi marido fue a comprar algo de comer y yo me quedé allí. Esa tarde teníamos planeado dar una vuelta por Puerto Iguazú y visitar el Hito de las Tres fronteras, pero en lugar de eso, me quedé haciendo reposo, leyendo un rato en la terraza del hostel ![]() Por la noche pedimos unas empanadas por teléfono a la pizzería Color. Estaban buenas, eran de salmón, de surubí (un pescado de río que hay por allí), de hongos,… Al día siguiente queríamos ir a ver las cataratas del lado brasileño, pero no las tenía todas conmigo. Intentamos conseguir una muleta o un bastón, pero después de las gestiones, fue imposible. Etapas 13 a 15, total 21
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