![]() ![]() REGRESANDO A ESPAÑA. VISITA EXPRESS A ROMA, LA CIUDAD ETERNA. ✏️ Diarios de Viajes de Tanzania
13 de agosto de 2010. Muy temprano en la mañana, el jaleo de los expedicionarios y sus equipajes irrumpían con fuerza en la tranquilidad de las instalaciones del Longchamps. A través de un ascensor un tanto claustrofóbico, los componentes de la...![]() Diario: Viaje al sur de Tanzania y Malawi⭐ Puntos: 5 (8 Votos) Etapas: 22 Localización:![]() 13 de agosto de 2010. Muy temprano en la mañana, el jaleo de los expedicionarios y sus equipajes irrumpían con fuerza en la tranquilidad de las instalaciones del Longchamps. A través de un ascensor un tanto claustrofóbico, los componentes de la expedición íbamos descendiendo nuestros equipajes hasta la calle, donde un minibús aguardaba para transportarnos hacia el magnífico aeropuerto de El Cairo. El avión de Egiptair con destino Roma hacía su salida a las 11 horas, en un viaje que se tornaba relajado aunque de amarga despedida del continente africano. Una vez que llegamos a Fiumiccino, en torno a las 13.30 horas (ganando una hora por el cambio horario), tuvimos que dirigirnos a nuestro siguiente alojamiento, el Ibis Roma Magliana, último que albergaría a los componentes de la expedición de la aventura de Áfica. Solo disponíamos de unos minutos para tomar posesión de nuestras habitaciones y una rápida ducha, antes de dirigirnos al Vaticano. La tarde se nos había echado encima y si queríamos concocer, si quiera de pasada, la ciudad eterna, no podíamos pertimitirnos una parada larga en el Magliana. Sin pausa, tomábamos un autobús desde una parada cercana al hotel, que nos acercaba lentamente hasta las inmediaciones de la Basílica de San Pedro, auténtica cuna del catolicismo. Si un día antes conocíamos el inicio del Ramadán frente a la Mezquita de Al Azhar, la suerte había querido que en nuestro regreso a España, tuviéramos que hacer nueva parada en Roma, volviendo hacia los orígenes del cristianismo. Una vez más, las diferentes culturas y religiones convivían pacíficamente en nuestro variado y atractivo viaje. Al final iba a ser cierto el viejo aforismo que dice que todos los caminos llevan a Roma. Al menos el nuestro había sido así, y aunque fuera de rebote, una tarde en Roma bien valía un último esfuerzo. El perfil sinuoso de la Basílica del Vaticano empezaba a vislumbrarse desde la lejanía, bajo una apariencia truncada de centro de peregrinación que hacía todo lo posible por imponerse entre el turismo más masificado de guía artística y souvenir. ¿En qué momento habría perdido su esencia de recogimiento la afamada cuna del cristianismo? me preguntaba yo, mientras enfilaba los últimos pasos hacia la plaza de San Pedro. Una cola kilométrica, perfectamente ordenada, se disponía a lo largo de la plaza de San Pedro, anteponiéndose a nuestros deseos de penetrar en el interior de la Basílica. Viniendo como veníamos de un viaje por la África del desorden y el bullicio, el orden que imponía la vieja Europa a todo aquello que supusiera una concentración de gente, resultaba de lo más extraño. En África habríamos entrado todos a la vez, y si nos hubiéramos encontrado a la salida habría sido de casualidad. Es más, en África, dos empleados del gobierno aún estarían dándole los últimos retoques a la fachada, mientras el resto de compañeros yacerían plácidamente a la sombra de una acacia, con cara de: no te des prisa, si de ahí no se va a mover. Aunque esto último, bien pudiera pasar también en España, salvo por la acacia, claro está. Aunque algo tarde para nuestros propósitos, nos adentramos en el interior de San Pedro, poniendo especial atención al rizado baldaquino de Bernini, aquel desde el que el Papa oficia la misa en multitud de festividades católicas. Cada capilla y cada recodo de San Pedro, es en sí una obra de arte, y entre las que allí se encuentran, surge con especial importancia la Pietá de Miguel Ángel, esa Virgen sedente de vestiduras llenas de pliegues tallados sobre un fino mármol blanco. En aquel momento supe que algo había cambiado. En verdad, San Pedro era una auténtica maravilla arquitectónica y era merecedor del mayor de los elogios, si no desde la perspectiva del cristianismo, al menos desde la del arte. Pero algo me había cegado. Para aquel momento, el mal de África ya había anidado en mí, y no me permitía disfrutar de lo que siempre había conocido, el mundo occidental. Quizá esos días anteriores, vagabundeando por tierras africanas, con el trasiego de maletas de un sitio para otro, habían cambiado definitivamente la visión que hasta ese momento había tenido del Mundo tal y como lo conocía. Si bien era cierto que Roma era espectacular, a mis ojos cegados por la naturaleza salvaje de Tanzania, no se lo parecía tanto. El cambio en torno a la percepción de la belleza que se había operado en mi interior, no me permitía disfrutar de lleno... no me dejaba imbuirme del espíritu de la Roma clásica. No obstante, había que continuar. Debía de intentarlo... Abandomos San Pedro, e iniciamos un duro peregrinaje por la calles romanas, visitando a pie los monumentos más interesantes. La Plaza Navona y su fuente de los cuatro ríos, en la que se unían ficticiamente el Nilo majestuoso que habíamos contemplado el día anterior con la fuerza del Ganges, el Danubio y el Río de la Plata. La atestada fontana de Trevi, en la que una moneda al aire era lanzada buscando un posible retorno. El Panteón de Agripa, ese templo de los dioses bajo cuya impresionante cúpula uno se sentía un poco más humano. El Coliseo -que dejamos a un lado en nuestro paseo- anfiteatro de gladiadores y fieras africanas. Y unas vistas magníficas del Foro romano bajo la mirada atenta de Rómulo y Remo amamantados por la loba. Solo nos quedaba despedirnos de Roma. Y que mejor lugar que el Trastévere y sus calles adoquinadas, iluminadas por el fuego de los candiles que asomaban entre la madreselva que crecía por las fachadas de sus edificios. Da Meo Pattaca, un restaurante típico de esta zona, sirvió de encuentro a los expedicionarios, poniendo en común todas las experiencias que habíamos tenido a lo largo del viaje, en algo que ya olía a despedida y añoranza. Una banda amenizó la velada, entonando canciones al más puro estilo italiano, mientras la exquisita pasta que habían servido era desgutada por los comensales. Unos brindis con limoncello pusieron el punto y final a la cena, pero no a la noche romana. Todavía quedaban ganas de algo más. Sentíamos el deber de alargar la despedida. Mañana ya descansaríamos en el avión de regreso a España. Cerca de allí en las orillas del Tíber, pudimos dar un adiós final a Roma, tomando unas copas en los pubs que habían instalado para la época estival. Un lugar idílico donde, ya si, poner fin a un viaje muy largo, que había estado lleno de aventuras y experiencias. La noche calló sobre nosotros y nos dejamos llevar hasta altas horas, intentando no dejar escapar esos últimos momentos. La aventura de África se terminaba y lo hacía en uno de los mejores lugares posibles, Roma, la ciudad eterna. Índice del Diario: Viaje al sur de Tanzania y Malawi
01: VIAJE AL SUR DE TANZANIA Y MALAWI. AEROPUERTOS.
02: ROMA, OSTIA ANTICA Y AEROPUERTO DE EL CAIRO
03: DE DAR ES SALAAM A SELOUS GAME RESERVE
04: RESERVA DE CAZA DE SELOUS Y SABLE MOUNTAIN LODGE
05: DE SELOUS A MOROGORO. LAS MONTAÑAS ULUGURÚ Y SUS GENTES
06: LAS MONTAÑAS UDZUNGWA Y LAS CATARATAS SANJE. TANZANIA.
07: AMANECER EN SANJE Y RUMBO A IRINGA.
08: EL LARGO CAMINO A MALAWI. EL SANTUARIO DE SANGILO.
09: NOS DIÓ UN RAYITO EN MALAWI; DE CHILUMBA A CHINTECHE (KANDE BEACH).
10: A TODO CERDO LE LLEGA SU KANDE BEACH. EL LAGO MALAWI Y SUS GENTES.
11: EL REGRESO A TANZANIA (MBEYA). EL CAMINO HACIA EL PARQUE NACIONAL DE RUAHA.
12: UN GAME DRIVE POR EL PARQUE NACIONAL DE RUAHA (TANZANIA)
13: UN LEÓN RONDANDO NUESTRA TIENDA. RUAHA NATIONAL PARK. EL MZUNGU MASAI.
14: SOBREVOLANDO TANZANIA. NUESTRO PRIMER DIA EN ZANZIBAR.
15: JAMBIANI, UN PARAJE PARADISIACO EN LA ISLA DE ZANZÍBAR (TANZANIA)
16: DE BODA EN ZANZÍBAR. LA BODA SWAHILI DE KIKI Y EVA.
17: LA RESACA POST-BODA DE JAMBIANI.
18: AMARGO ADIÓS A JAMBIANI. UNA TARDE EN STONE TOWN.
19: DESPIDIÉNDONOS DE ZANZÍBAR. UNA TARDE EN EL CAIRO.
20: LAS PIRÁMIDES DE EL CAIRO Y EL MUSEO EGIPCIO.
21: REGRESANDO A ESPAÑA. VISITA EXPRESS A ROMA, LA CIUDAD ETERNA.
22: EL FIN DE LA AVENTURA. ÁFRICA EN EL RECUERDO.
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