Como ya comenté en la etapa anterior, nos íbamos a saltar Shirakawa-go, parada típica en esta ruta, para ir directamente desde Kanazawa hasta Takayama en tren. ¿Por qué? Sencillamente, porque queríamos aprovechar el JRP y no tener que coger el bus a Shirakawa-go. Después ya íbamos a coger el bus de Takayama a Matsumoto... Estuvimos leyendo mucho y llegamos a la conclusión de que la única diferencia entre Shirakawa-go y el poblado de Hida no Sato que queríamos visitar en Takayama era que en el primero vivía gente de verdad y el segundo era sólo un museo, pero por lo demás las casas eran muy parecidas, así que decidimos cambiar uno por otro.
Lo malo de esto es que la única combinación de trenes que podíamos hacer era salir a las 7:10, con el consiguiente madrugón. Eso sí, llegábamos muy prontito a Takayama (9:30) y podíamos aprovechar bien el día, así que después de los correspondientes cafés del Starbucks en la estación de Kanazawa (¥1300) nos metimos en el tren de las 7:10, que en menos de 40 minutos nos dejó en Toyama. Allí cambiamos a un Limited Express que curiosamente se llamaba “wideview Hida”, y lo de wideview debe ser por las ventanas que tenía, más grandes de lo normal, para poder disfrutar de las vistas del camino, que eran espectaculares.
Al llegar a Takayama, lo primero que hicimos fue dejar la mochila en una taquilla justo en frente de la estación (¥300), muy fácil de localizar. Lo siguiente fue comprar el billete de bus que nos llevaría a Matsumoto esa tarde. Frente a las taquillas, al lado de la estación de tren, está la estación de bus. Ya teníamos mirados los horarios (aquí) y sabíamos que teníamos que coger el último, a las 16:10. Como habíamos llegado tan pronto teníamos casi todo el día por delante así que nos pareció suficiente. Al planificar el viaje decidimos hacer este trayecto en bus porque, aunque es verdad que sale más caro por no poder usar el JRP (el billete fueron ¥3100 por persona), se ahorra mucho tiempo respecto al tren. Tened en cuenta que en nuestro itinerario original el plan era ver Matsumoto y desde ahí ya salir hacia Tokyo. Luego nos dimos cuenta de que, al cambiar el itinerario, desde Matsumoto iríamos a Osaka y nos podría haber salido mejor ir en tren desde Takayama a Nagoya, dormir allí, y al día siguiente hacer Matsumoto en tren como excursión de ida y vuelta, como hicimos con Nagasaki en su día. Pero ya hablaré de eso en la siguiente etapa.
Total, que después de comprar los billetes a Matsumoto cogimos también los de Hida no Sato. Si coges el “paquete” de bus + entradas sale por ¥900 por persona, más rentable que por separado (a no ser que vayas en bici, claro). Se tarda poquito en llegar a la “aldea folklórica”, que no es más que un museo al aire libre de cómo eran las casas en la región montañosa de Hida, con unas 30 casas perfectamente conservadas hasta el más mínimo detalle.
Tuvimos mucha suerte porque hacía muy buen día, y calorcito. El recorrido puedes hacerlo más o menos largo, nosotros vimos todas las casas y estuvimos unas 2 horas. Te dan un mapita al entrar y tú eliges lo que quieres ver. En la mayoría puedes entrar y ver cómo eran por dentro: el establo donde estaban los animales, las habitaciones, las hogueras (algunas tenían fuegos encendidos), las vigas (especiales para soportar el peso de la nieve), los altares… Está muy chulo. En el lago hay también un molino y ves cómo lo usaban para moler, hay un campo de cultivo de arroz… muy auténtico todo. Y todo en un sitio espectacular, rodeado de los Alpes Japoneses, incluso se veía nieve a lo lejos!
Al final de la visita hay talleres interactivos donde puedes moldear barro, hacer tus propias galletas... También hay un sitio, junto al lago, donde puedes ponerte una camisa “típica”, un sombrero de esos de paja en forma de cono, y hay varios aparejos (un carro, unas cestas) para que te medio disfraces y te hagas la foto con el lago y la casa al fondo como si fueras un habitante más de la aldea. Nosotros estuvimos un rato haciendo el ganso ahí con el carro y salieron unas fotos muy curiosas.
Ya de vuelta en Takayama, queríamos comer en el famoso sitio del toro en la entrada que tanto se comenta en el foro, pero cuando lo encontramos estaba lleno y teníamos mucha hambre así que seguimos buscando. El final entramos en otro de los muchos restaurantes que venden ternera de Hida, tan buena y famosa como la de Kobe, por lo menos dentro de Japón. Era un restaurante muy nuevo que tenía varias ofertas de menú, y había una parrilla en la propia mesa para que te hicieras tú la carne como te gustara. Cogimos unos menús variados con distintas piezas, arroz, sopa y ensalada, y tenemos que decir que, aunque cara, es probablemente la mejor carne que hayamos comido nunca. La comida salió por ¥7000, pero ya sabíamos que el capricho no era barato, y no nos importaba porque estaba realmente buena.
El resto de la tarde la dedicamos a recorrer un poco las calles de la “old town” en Takayama. Hacía sólo un par de días que había sido el festival de carrozas, pero al preparar el viaje no lo sabíamos! Una pena, porque si no lo hubiéramos organizado de otra forma para poder verlo. Dimos una vuelta por las zonas más típicas y aprovechamos para hacer algunas compras: es un buen sitio para comprar artesanía y sake! Hay varias licorerías donde puedes hacer degustaciones de sake y comprar alguna botellita para llevar a casa de recuerdo. También había algún museo con armaduras de samurai, pero con la casa Nomura de Kanazawa ya habíamos tenido bastante. Con esto nos despedimos de Takayama y volvimos tranquilamente a la estación a por nuestro bus a Matsumoto.