Al día siguiente nos levantamos sobre las 9 y media. Hicimos el desayuno y “El guaja” nos comentó que había organizado una visita a la kasbah antigua y los alrededores. Fue todo un detalle por su parte. Nos presentó a su amigo Abdul. Solamente hablaba francés, pero con el poco francés que sé entendía algo.
Tarik nos esperaría al final del tour con el monovolumen. Por ello cargamos todo el equipaje en él y nos despedimos de “El guaja”. La verdad es que al final del viaje todos coincidimos que fue una experiencia inolvidable convivir con él. Nos sentimos como en familia.

Comenzamos el recorrido.




En el recorrido creo recordar que Ernesto le dio un chupa chup a un niño y en menos de tres minutos teníamos a más de 10 niños. Como no teníamos más caramelos le dimos a Abdul unas monedas para que las repartiese entre ellos.

Que vistas.

Podemos ver un gran palmeral bajo nosotros y los campos del cultivo de la zona. Atravesamos el palmeral dejando la kasbah tras nosostros.


Seguimos por los campos de cultivo hacia la casa de un árabe que se dedicaba a tejer.


Aquí solamente veíamos a mujeres. Cargadas con fardos de hierba, lavando la ropa en el río…



Llegamos a la casa del tejedor. Como no iba a ser menos nos ofreció un té. Nos explicó el origen de tomar el té con azúcar o sin azúcar. Antiguamente cuando se decidía el noviazgo entre dos jóvenes, los padres que tomaban el té con azúcar daban su consentimiento. En cambio si no lo daban, lo querían sin azúcar. Una forma muy sutil.

Nos estuvo explicando como tejen y que significan los distintos bordados. También nos enseño como distinguir una alfombra auténtica de camello. Para ello tenemos que quitar una hebra y quemarla. Si es auténtica de camello olerá a pelo quemado. Además nos demostró la dureza de las alfombras con un cepillo de puntas de metal.


Acabamos el tour en un mercado local. Allí algunos compramos unos tajines como recuerdo, caramelos y Edo un turbante. Le dimos una propina a Abdul y nos despedimos de él.
Nuestro programa del día era ir de Tinghir a Merzouga (trayecto de 3 a 3 ½ horas) , pero con parada en las GARGANTAS DE TODRA.
Por el camino encontramos un enorme palmeral.

Antes de las Gargantas de Todra, al principio del desfiladero, hicimos una breve parada en La Source des Poissons Sacres (Fuente de los peces sagrados). Atribuyen a estos peces la propiedad de curar la esterilidad.


Continuamos nuestro recorrido y pasamos al lado de la puerta de un colegio, con todos los escolares esperando la hora de entrar. Edo le dice a Tarik que pare. Saca unos caramelos y craso error… Somos rodeados por todos lados por niños que se empujan entre ellos para conseguir un caramelo. Lanzamos caramelos al aire, los niños se separan un poco del coche y aprovechamos ese momento para continuar la marcha. Alucinamos con la situación que se ha generado por unos caramelos.


Llegamos a las GARGANTAS DE TODRA. Entramos en el desfiladero. El lugar se encuentra muy concurrido, si bien a medida que vamos avanzando hay menos gente. La altura de las gargantas son impresionantes.


Al lado derecho de la garganta discurre un pequeño río, de color marrón. A pesar de ello vemos a varias mujeres lavando la ropa. En el lugar también hay varios burros. El más pequeño es una cucada.


Avanzamos por la garganta y vemos como debajo de una de laderas hay un hotel restaurante “Yasmina”. Yo no estaría muy tranquilo durmiendo o comiendo en él con la cantidad de rocas que hay encima.


Después de un agradable paseo atravesamos las gargantas. Hay varios puestos de venta de objetos típicos, teteras, collares, anillos, pulseras, pañuelos… Algunos compran algún recuerdo.


De regreso al coche vemos como un caballo que viene por la carretera, sin jinete, todo desbocado y galopando a todo trapo. Nos quitamos del medio para evitar males mayores y vemos al dueño corriendo detrás. Pues parece que lo tiene un poco chungo para pillarlo. Finalmente unos vendedores ambulantes consiguen pararlo y cogerlo. Le ha dado un toque de emoción a la visita.
Llegamos al restaurante Le Petite Gorge en Tinghir, a dos kilómetros de las gargantas.


Nos recibe Hassam, el dueño. Antes de ir a las Gargantas de Todra hemos reservado mesa, para que la comida estuviera lista para cuando llegáramos. Tiene un amplio salón con varias mesas. Nos sentamos y en pocos minutos ya tenemos la comida en la mesa.
El aspecto es estupendo pero el sabor es aún mejor. La mujer de Hassam, Latifa, tiene una mano para la cocina que es demasiado. De primero tomamos ensalada y de segundo unos pidieron tajine de pollo, otros brochetas de pollo, otros pechuga de pollo y yo tajine de kefta.






Luego llegó el té. Hassam me dio una clase magistral de como hacer un buen té. Cuando lo hice lo tomaron mis compañeros de viaje y les gustó. Un aplauso para el “chef del té”.


Después de una buena comida y el té, lo que más apetece es una buena siesta o por lo menos una cabezadita.



Chicos arriba, que tenemos un buen trozo hasta llegar a Merzouga. Nos despedimos de Hassam y su familia.
Por el camino hicimos una parada en unos pozos de agua. Estos pozos tienen una profundidad de 24 metros y cuando llueve y se llenan de agua solamente dura unos dos días. Por mucho que lo intentamos no sacamos ni una gota de agua.




Llegamos a Mellaab. Aquí la mayoría, por no decir, todas las mujeres van con túnicas negras y las caras tapadas. Vemos corros de muchas mujeres sentadas en el suelo y como rezando. Según dicen las mujeres más guapas de Marruecos son de allí, son de piel oscura y ojos verdes. Tarik nos dice que no saquemos fotografías para evitar problemas.
Proseguimos nuestro viaje a Merzouga. Vemos el desvío hacia la Kasbah Hotel Yasmina que se encuentra a 14 kilómetros del desvío. Se trata de una pista de tierra. Se nota que es una pista para 4x4. Tiene el suelo muchas ondulaciones y tenemos que ir muy despacio. A la que aceleras un poco el coche vibra como si se fuera a desmontar. Comienza a anochecer. Llevamos 7 kilómetros y no se ve nada a lo lejos. Después de más de media hora de ruta hacemos una parada. El camino se bifurca y no hay señalización. Para donde vamos??? Pito pito gorgorito … A la derecha !!!


Cada vez es más de noche y el camino más malo. Tanto bote, es molesto para las chicas y miran de hacerlo el viaje más soportable. Uff, como me duelen de tanto bote. Quizás aguantándolas …

A lo lejos vemos luces. Es un hotel pero no el nuestro. Nos surge la duda, vamos bien o no???
Al cabo de casi una hora nos cruzamos con un 4x4. Le preguntamos y resulta que es el gerente de la Kasbah a donde vamos. Le seguimos por el camino de cabras.
Al cabo de unos 15 minutos llegamos a la Kasbah (www.hotelyasminamerzouga.com ) Es una fortaleza en medio del desierto.
Nos registramos y dejamos el equipaje en las habitaciones. La parejita dice que están de luna de miel y por el morro le dan una suite.


Estamos cansados y con hambre. Nos vamos al restaurante a cenar. Atravesamos el patio y vemos aparcados varios quads. Como mañana tenemos la mañana libre estaría bien hacer una salida con ellos.



Llegamos al restaurante. Es un lugar muy acogedor. Nos atiende Mhamed, que es un camarero muy simpático y como diríamos nosotros un “cachondo total”.
Nos empieza a servir la cena y nos da bastante conversación. La verdad es que nos reímos un montón con él. A las chicas las bautizó con el nombre de Fátima y Mariposa. Nos explicó que si queríamos podíamos tomar por la mañana un bañó de arena. Consiste en que te meten dentro de un agujero en la arena y te entierran hasta el cuello. Comenta que tiene fines terapéuticos. Ninguno de nosotros nos animamos a ello.
Le comentamos el camino tan malo que hay hasta la Kasbah y que la pobre Maribel ha llegado hecha polvo, con dolor de espalada. A esto contesta “Joder, que bueno”. Esta visto que sabe frases hechas, pero todavía le queda aprender su significado.
Después de la cena, decidimos relajarnos en la piscina. Que gozada.


Luego una buena ducha y a dormir como un bebé.