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Por la mañana fuimos a Waverley Station a la oficina de El Alamo a por el coche de alquiler… ¡ningun problema! (aquí por fin respiramos) de hecho, el chico nos confirmó que la otra oficina llevaba cerrada 1 año, que no sabía por qué lo seguían poniendo en la web; lo habíamos reservado por Economybookings.com. Mi chico, que es más valiente y tiene más experiencia al volante, fue el que sacó el coche (un Golf 5 puertas). Mi amiga nos acompañó un poco hasta que la dejamos en su casa y nos despedimos de ella hasta el final de nuestro periplo por las tierras escocesas… ¡la aventura empezaba!
Da un poco de miedo lo de conducir por la izquierda; sobre todo porque no controlas el tamaño del coche, es muy curioso; sólo dimos un pequeño bordillazo y sólo nos pitó un coche, pero hay que decir que los conductores son bastante respetuosos, y yendo despacito no tiene por qué haber ningún problema. Había obras y desvíos y tardamos un poco en salir de la ciudad, pero lo conseguimos tras dar varias vueltas.
Gracias al GPS del móvil y a un mapa de carreteras que nos prestó mi amiga llegamos a St Andrews; la Catedral y el Castillo se pueden visitar con la Pass, pero ese día era gratis; merecen la pena las dos cosas, la Catedral está en ruinas, pero te puedes hacer una idea de lo enorme que era (en su día, la más grande de Escocia), El Castillo, también en ruinas, tiene un pasadizo por el que puedes entrar y por donde intentaron atacarlo. Por cierto, junto a la muralla que hay detrás de la Catedral (donde se puiede aparcar gratis) hay unos servicios públicos gratuítos y muy limpios.
La Catedral de St. Andrews:
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el túnel del Castillo de St. Andrews:
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Habíamos planeado el viaje para coincidir con los Highland Games, unos juegos tradicionales escoceses; así que paramos en un pueblo llamado Ceres("C" en el mapa), donde además la entrada es gratuita. Estuvimos un buen rato viendo competiciones de bailes tradicionales, una especie de lucha libre, lanzamiento de tronco, de alpaca, carreras, carreras en bici, bandas de gaitas, el “tug o’ war” que es tirar de la cuerda dos equipos… una pasada, nos encantó; y encima creo que éramos los únicos turistas allí. Había puestecitos de hamburguesas, bebida ¡¡y unas rosquillas caseras de chuparse los dedos!!
Los Highland Games en Ceres:
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Después de allí fuimos a nuestro destino: el bonito pueblo de Pitlochry, donde nos alojamos en Dalshian Guesthouse, un B&B precios a las afueras del pueblo (67libras la hab. Doble con baño y desayuno). Cogimos el coche de nuevo y aconsejados por la guía (Lonely Planet) dimos un paseo por el pueblo y fuimos al pub The Moulin, también a las afueras. Un sitio muy acogedor y tranquilo. ¡Un acierto! Probamos su propia cerveza (casi sin gas y del tiempo, pero a mí me gustó, entra muy bien) y probamos por primera vez el Haggis, el plato típico escocés (aunque creo que sólo lo toman los turistas ¿!); a mí me supo demasiado a hígado, pero a mi chico le encantó.