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Después de desayunar nuestra comida en el Hostel (no venía mal dejar unos días el scottish breakfast, si no queríamos volver con demasiado sobrepeso a Madrid) nos dirigimos a nuestra primera visita del día, la Destilería Talisker, en Carbost (“B”) (el pueblecito del pub Old Inn de la noche anterior). Esta no está incluída en la Pass y como es una destilería que sí está en activo, te hacen visita guiada (nosotros cogimos el grupo de las 11, ya habíamos visto los horarios el día anterior) y no se pueden hacer fotos. No entendíamos muy bien al señor que nos daba las explicaciones, pero hay carteles por todas partes contando más o menos lo mismo en español y, además, como ya habíamos estado en Dallas Dhu, pues más o menos nos enterábamos de todo. Al final, como siempre, un chupito. En la tienda compramos algunas botellas de recuerdo, una de ellas en una cajita con unos vasos. El whisky es más caro que en España, lo que pasa es que fue un capricho. Las botellas, de todas formas, eran pequeñas: de 500 ml., creo.
Desde allí subimos al N a Dunvegan Castle (“C”) (No incluído en la Pass) donde, entre otras curiosidades, tenían un rizo (¿!) del Bonnie Prince Charlie. Bajo mi opinión, es prescindible. El trigésimo jefe vigente del Clan MacLeod te da las gracias por tu visita en el folleto. El castillo tiene unos jardines que están bien y un embarcadero por si quieres dar un paseo en barquita (nosotros no lo dimos); por dentro está amueblado y, como he dicho, tiene un montón de objetos. Las encargadas de cuidar por dentro que nadie toque nada son unas encantadoras abuelitas con su chapita en la solapa y falda o pantalón de cuadros escoceses (supongo que con el tartan MacLeod). Firmamos en el libro de visitas y nos acercamos a ver unas playas de Coral que están siguiendo la carretera del castillo. Al final las vimos de lejos, porque había una gran caminata para acercarse.
Antes de llegar a Uig, cogimos una carreterita que sube a la derecha hacia Sheader y Balnaknock, para ver el Fairy Glen (“D”), un conjunto de curiosas colinas con forma cónica con su correspondiente pequeño Loch, a ambos lados de la carreterita. Paramos para hacer fotos y ver el bonito valle con las montañas al fondo.
Fairy Glen:
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Mientras conducíamos por la costa, nos encontramos de casualidad con un castillo en ruinas que paramos a ver. Es el Duntlum Castle (“E”), que al parecer tiene su propia leyenda de un fantasma de un niño que se despeñó por el acantilado. Había una valla que impedía el paso porque era peligroso, pero la saltamos :-/ detrás de otros españoles que nos encontramos… El castillo al borde del acantilado está precioso. Fotos y al coche.
En otra de nuestras paradas en esa costa norte de Skye distinguimos, muy a lo lejos Rua Reidh, ¡el faro donde habíamos dormido!
Las visitas del día continuaron, siguiendo las indicaciones de la Lonely Planet, parando a ver Kilt Rock (“F”), unos acantilados que dicen que tienen forma de Kilt y el Old Man of Storr(“G”), un pedrusco enorme al que se llega caminando por un bosque… (¡menuda caminata! Yo pensé que estaría más cerca, pero creo recordar que estuvimos como 1h andando entre ida y vuelta); había bastante gente en esta ruta; algunos chavales iban con mochilas, supongo que a acampar.
Terminamos en Portree (“H”) en el pub Isles Inn. Fue muy gracioso, porque entramos justo en el punto final de un partido entre Andy Murray (escocés) y Rafa Nadal… y va y gana Nadal… y claro, no hubo mucho entusiasmo por parte de los presentes….jajajaja y justo nosotros, 2 españoles, en el pub… nada de malos rollos, por supuesto. Tomamos unas cervezas y cenamos sopa del día y un plato de haggis para compartir. No recuerdo cuánto fue, pero estaba bastante bien de precio.
De vuelta al hostel, esa noche había actuación; había un grupo de folk, amigos de los dueños, que se sentaron en los sofás de un lado de la sala común, y ahí estaban de charlas, risas, cervecita, vinito… y entre medias iban cantando canciones acompañados de violín, laúd, guitarras…Fue una experiencia inolvidable.