Amanece en Valemount. En el precio nos entra el desayuno, así que nos dirigimos hacia allí ansiosos por ver qué nos ofrecerán, no es que esperemos mucho, pero tenemos curiosidad. Creo que somos los únicos alojados en el hotel porque en el parking solo descansa nuestro coche. Vamos por los pasillos como el niño de la peli "El Resplandor", pero sin triciclo.
Finalmente llegamos a la sala; otro espacio sacado de peli americana al más estilo el bar de "Grease". Allí por no haber, no hay ni empleados del hotel. Así que nos aposentamos y echamos un vistazo a la preparación. Bueno, pues no es que haya mucho pero... Nos encontramos con diferentes clases de fruta, bollería industrial, café, leche y corn flakes. Como soy una fan de los corn flakes pues me los tomo tan contenta, aunque echo de menos la leche calentita y algo de cacao (y es que no somos muy cafeteros por no decir nada). La vajilla es como de forespan; me hace gracia también.
No nos demoramos mucho y acabamos en un plis. A recoger las cosas y a seguir con la ruta. Estoy tan obsesionada con llegar a Wells Gray que se me olvida acercarme a la pastelería suiza



Todo va bien hasta que estamos a unos 10 km de Clearwater (entrada del Parque). Lo que en un principio es una lluvia finita comienza a convertirse en una nevada monumental. Nosotros que somos de una zona "snowfree" alucinamos con la escenita y es que nunca habíamos visto nevar de una forma tan fuerte. El problema es que no llevamos cadenas ni sabemos si los neumáticos están preparados para la nieve. La carretera está transitable y no hay problema pero a nuestro alrededor la nieve va cuajando y a medida que nos acercamos a Clearwater los coches aparcados están más y más cubiertos por el blanco manto. No es que nos asustemos, pero nos preocupamos un poco. Mi lado irracional me manda parar para disfrutar un rato del acontecimiento; el lado sensato me manda salir de allí cuanto antes. Bueno, mi lado prudente y Jose



Con todo el dolor de mi corazón paso por la entrada del Parque sin siquiera detenerme. A los pocos kms dejamos atrás la tormenta de nieve y aunque el día está algo tapadillo, ni nieva ni llueve.
Ya habíamos notado cómo las altas montañas de las Rockies iban disminuyendo a medida que nos alejábamos de Jasper; al pasar por Wells Gray, no puedo hablar porque solo veía copos blancos :shock:... Pero a medida que nos acercamos a Kamloops, el panorama empieza a convertirse en un terreno seco y desolador, en el que hasta el color pardusco de la tierra que rodea el asfalto está huérfano de vida. No hay nada a nuestro alrededor, nada. Sólo quilómetros y quilómetros de carretera por delante y por detrás.
Ante tal cúmulo de posibilidades, no hacemos ninguna parada técnica y seguimos nuestro lento peregrinar hasta Kamloops; quizá allí encontremos algo que merezca la pena.
Todo sigue igual en el horizonte mientras seguimos ganándole quilómetros al GPS. De repente, en medio de la nada distinguimos lo que debe ser una "gran ciudad": Kamloops. Que me perdone si esto lo lee algún "kamloopense" pero el marco no puede ser más espantoso; aunque imaginamos que había que montar una ciudad allí enmedio para los que no quisieran hacer el trayecto Vancouver-Rockies de golpe (más o menos como nosotros) pudieran descansar


www.booking.com/ ..._confemail
Precio por una noche: 69.99 CAD + 14% impuestos
Y seguimos con la temporada de reformas,



La recepcionista es muy agradable, nos pide disculpas por las reformas, nos hace el check-in en una especie de tenderete que tienen montado por allí y tomamos posesión de nuestra habitación. Como todas las habitaciones en las que hemos estado es enorme y de dos camas grandísimassssssssss! A lado y lado de pasillo hay ordenadas montones de carátulas de películas. Igual nos pillamos alguna para la noche


Es hora de comer. Mientras aparcábamos hemos visto que en el mismo polígono en el que está el hotel hay un restaurante chino, así que como no es plan de demorarse mucho nos dirigimos hacia allí. Es tipo buffet y no es caro, así que nos metemos sin cuestionarlo más. No es que sea el mejor buffet en el que he estado pero para salir del paso no está mal.
Y ahora nos encontramos con la duda de qué hacemos con nuestro tiempo, pues aún es pronto y no es plan de irse ya al hotel para no salir. Nos encontramos con varios problemas a la hora de afrontar la visita a la ciudad:
1) Lo que hemos visto es muy feo
2) Hace un frío que pela
Por suerte, Jose está fino y se da cuenta de que justo al ladito hay un megacentro comercial. No es que sea yo muy fan de meterme en centros comerciales pero... visto lo visto


La verdad es que el centro comercial está bastante bien. Entramos por casualidad en una tienda "The Bay" y resulta que están de promoción. Resulta que nos encontramos con las rebajas más importantes que realiza la cadena y que terminan el 1 de noviembre. Hay artículos rebajados hasta un 80% en marcas buenas (no voy a hacer propaganda, jeje). Total que ahí se desata la fiera que Jose lleva dentro. Le miro pacientemente mientras va volando de un lado a otro, rebuscando cual buen/a "cazasaldos". Miro un poco por la sección de mujeres pero no hay nada que me atraiga especialmente. Cuando regreso a su lado ya lleva 3 pantalones en la mano y se dirige a los probadores. Me dice que también ha visto unos jerseis y y y y... Asiento resignada.
La prueba resulta un éxito. Los pantalones le van que ni pintados. ALEGRÍA ALEGRÍA y a seguir buscando. Al momento oimos por megafonía que están a punto de cerrar. Su cara sufre una transformación abismal. ¿Pero cómo me pueden hacer estoooooooooooooo? Creo que está a punto de sufrir un colapso. Le digo que no se preocupe, que si quiere podemos volver y ser los primeros al día siguiente, ya que no tenemos que rendir cuentas a nadie respecto a horas de salida e itinerarios. Con eso lo consuelo un poco (no mucho, pero algo).
Damos una vuelta más por el resto de tiendas que no cierran todavía pero no tienen rebajas, jejeje. Habrá que esperar un poco para darle a la tarjeta


