Nos levantamos muy prontito, desayunamos un café y un bollo en la recepción de Riviera (hay un mini-desayuno en la barra por si sales antes de las 7) y a las 6:45 estábamos en el coche.
Fuimos por la carretera de Tulum-Cobá-Valladolid. Hasta pasado el desvío de Cobá la carretera está muy bien, con tramos de dos carriles. Luego, unos 10 kilómetros después del pueblo de Macario Gómez (creo que era después de un pueblo que se llama Manuel Antonio Ay), la carretera se pone peor, con muchos baches. Pero nada, despacito y con cuidado, como a esa hora no hay casi tráfico y es todo recto, puedes ir esquivando bien los baches. No son muchos kilómetros. Nosotros cuando llegamos a Valladolid nos liamos un poco (hasta ahí las indicaciones eran perfectas) y acabamos cogiendo la carretera de cuota (de peaje) a Chichen, en vez de la gratuita. Fueron pocos pesos (no llegó a 50 si no recuerdo mal), así que tampoco es mala opción. ¡Una carretera u otra la encuentras, porque los carteles de Chichen Itzá están por todos lados!
Camino a Chichen:
Llegamos a CHICHEN ITZÁ poco después de las 9. Sin colas en el aparcamiento (10 pesos). Compramos las entradas también sin cola (98 pesos) y pregunto a algunos españoles que estaban por la entrada si quieren compartir guía. No tuve suerte, así que probé directamente a preguntarle sutilmente al guía: “queremos guía, pero nosotros solos, igual es un poco aburrido…. ¿no habrá alguna pareja de habla hispana que quiera compartir?” Me daba algo de reparo porque para ellos es perder dinero… El precio de la visita guiada de de 500 pesos, y da igual si sois 2 o 10, pero la verdad es que no hubo problema, nos hicieron esperar 5 minutos en un lado y en seguida apareció un matrimonio mexicano con su hijo dispuesto a compartir la visita y dividir los 500 pesos. Realmente vale la pena, pasear por allí sin las explicaciones de nuestro guía sobre la cultura maya y tolteca no hubiera sido lo mismo.
En Chichen hay dos “partes”, una le llaman la parte antigua y otra la parte nueva, donde está la famosa pirámide de Kukulcán. Luego oímos que alguna visita de agencia que van con más prisas sólo te enseñan la parte nueva y realmente vale la pena pasar las casi dos horas por estas ruinas. Aseguraos que os hacen la visita completa. Sobre las ruinas… sobran muchas más explicaciones, por algo fue elegido una de las nuevas maravillas del mundo moderno. Si acaso, algunas imágenes:
A las 9:30 aún están montando los puestecillos de souvenirs...
La pirámide de Kukulcán... os encantará su secreto:
Como podéis ver, nos encontramos muy poca gente. Es lo bueno de ir por tu cuenta y llegar tan pronto. Estuvimos media horita a la salida haciendo algunas compras de artesanía y dándome cuenta de lo horrible que soy regateando, y cuando nos íbamos sobre las 11 y algo, nos cruzamos un auténtico río de gente que entraba porque es la hora de llegada de los autocares.
De allí, en la carretera hacia Valladolid (preguntamos al guía para confirmar), a pocos minutos está el CENOTE IK KIL. Dejamos el coche en el parking (10 pesos más), y pagamos la entrada (150 pesos). Tienen vestidor y taquillas dónde puedes dejar las cosas y bajar solo con el bañador, las chanclas y la cámara (imprescindible!!!). Luego abajo dejamos la cámara en la orilla el rato que no la usamos con las toallas y las chanclas. No hay peligro porque la tienes siempre a la vista, pero claro, yo hablo de cuando fuimos nosotros, que coincidimos solo con un par de familias más. Me parece que si llega algún autocar se masifica un poco, pero a esa hora es de película. Llegamos a estar bañándonos un rato totalmente solos.
Ik Kil es un cenote cerrado, tipo piscina, al que se accede bajando unas cuantas escaleras.
Es una gruta, pero no totalmente cerrada, por lo que la luz entra y le da un aspecto realmente mágico al sitio, con unos colores azules y verdes preciosos. Desde uno de los lados dejan tirarse desde bastante altura al agua, porque es muy profundo y no hay peligro. Nosotros alquilamos chaleco por comodidad, pero no equipo de snorkel (aunque puedes alquilarlo).
Los peces que hay son peces “gato”, impresionan un poco porque son grandotes y no tienen problemas en rozarte, pero no hacen nada…
Acabado el baño, comimos en el buffet que hay en el mismo cenote por 150 pesos, bebida no incluida. Sencillito, pero estaba bueno.
Y después de comer... otra vez al coche. A menos de 5 minutos de IkKil, están las GRUTAS DE BALAMKANCHÉ. Las visitas en castellano son a las 10, 12, 14 y 16 (En inglés el resto de horas en punto). Comimos rápido para poder llegar a la de las 14. Balamkamché la verdad es que es una de las pocas cosas que me decepcionó un poco. Quizás porque fue de los pocos sitios en los que el guía no tenía el mínimo interés.
Es un recorrido de menos de una hora por las cuevas, pero tu vas en marcha detrás del guía. El nuestro no dijo ni pio, le preguntamos alguna cosa y pasaba bastante. Al menos lo que ponen ahora es una grabación "poética" en maya y traducida al castellano como "si los dioses te hablaran" sobre la historia de las cuevas.
Aunque está un poco oscura, una foto de dentro de las cuevas:
Además había un problema añadido, yo tengo una forma física normalita, no tengo problemas respiratorios ni nada, pero noté un montón la falta de oxígeno en las partes de abajo de la cueva. A mí me costaba mucho respirar y tuve que sentarme y darle al abanico. Nunca he tenido claustrofobia ni nada por el estilo, y a pesar de que el sitio era muy chulo hubo un momento que ya solo quería salir de allí... realmente para alguien con problemas de salud sí que no lo recomiendo nada. De hecho a la entrada tienen un cartel dónde no recomiendan la entrada a gente con problemas respiratorios, ni de corazón ni no sé que más...
En resumen, las cuevas son interesantes, pero si tenéis ocasión de ver las de Aktun Chen (que explicaré en la próxima etapa), yo elegiría esas y no estas, y después de Ik Kil habría ido a darme otro baño al cenote Dzinup, que está llegando a Valladolid, y nos quedamos sin verlo.
Así que a las 15:45, estábamos en la plaza de la catedral de VALLADOLID. Estábamos cansados y ya habíamos recorrido parte de la ciudad en coche. Así que vimos la catedral (por fuera, que estaba cerrada), tomamos un refresco por las calles de alrededor, y pusimos rumbo al hotel, que nos quedaban dos horitas de camino.
La catedral:
Y mañana más ruta en coche....