Pues sí, esto se acaba. Nuestro último día con coche. Lawrence nos llevaba hoy a Bentota y se despedía de nosotros.
La carretera entre Bentota y Galle bordea la cosa que hace unos años asoló el tsunami. La zona está muy recuperada. Encuentras casas derruidas, es verdad, pero en general ya no se ve un gran desastre. La tarde anterior, en Galle, tomamos el te en un pequeño local y estuvimos hablando con el dueño. Nos enseñó un álbum de fotos de la zona con imágenes del tsunami. Realmente, la zona está bastante bien, teniendo en cuenta como quedó.
Antes de ir a nuestro hotel queríamos ver los jardines de Lunuganga (actualmente un hotel) y Brief, de la familia Bawa. No nos defraudó ninguno de los dos.
Lunuganga es un lugar decadente, melancólico y con una cierta dejadez selvática.
Tiene rincones muy tranquilos y paisajes muy diferentes. George Bawa compró la isla que hay en el río, enfrente de la propiedad, para que nadie construyera allí y no le estropearan las vistas.
Los jardines son enormes y el paseo acaba resultando algo agotador, porque hace mucha calor. Las cenizas de George Bawa se esparcieron en ese jardín. Desde luego, no es un hotel donde ir si buscas diversión. Pero si necesitas relax (mucho relax) es posible que lo encuentres. Claro que me temo que los precios no son para todos los públicos.
Después fuimos a Brief, la casa de Bevis Bawa. Todavía me gustó más que Lunuganga. Los dos lugares tienen un aire bastante parecido. Brief también es decadente y con aspecto de necesitar que barran las hojas muertas. Creo que yo podría vivir allí. La casa tiene rincones muy especiales y, tanto Bevis como sus amigos, la decoraron (la casa y también el jardín) con detalles realmente originales.
Poco antes de morir dejó gran parte de las tierras de la familia a los trabajadores y reservó una parte para el mantenimiento de la propiedad.
Lawrence nos llevó a comer (gambas, sí, otra vez gambas) a un restaurante en la playa (Amal restaurant) y de allí a Saman Villas, que ya había ganas
La carretera entre Bentota y Galle bordea la cosa que hace unos años asoló el tsunami. La zona está muy recuperada. Encuentras casas derruidas, es verdad, pero en general ya no se ve un gran desastre. La tarde anterior, en Galle, tomamos el te en un pequeño local y estuvimos hablando con el dueño. Nos enseñó un álbum de fotos de la zona con imágenes del tsunami. Realmente, la zona está bastante bien, teniendo en cuenta como quedó.
Antes de ir a nuestro hotel queríamos ver los jardines de Lunuganga (actualmente un hotel) y Brief, de la familia Bawa. No nos defraudó ninguno de los dos.
Lunuganga es un lugar decadente, melancólico y con una cierta dejadez selvática.
Tiene rincones muy tranquilos y paisajes muy diferentes. George Bawa compró la isla que hay en el río, enfrente de la propiedad, para que nadie construyera allí y no le estropearan las vistas.
Los jardines son enormes y el paseo acaba resultando algo agotador, porque hace mucha calor. Las cenizas de George Bawa se esparcieron en ese jardín. Desde luego, no es un hotel donde ir si buscas diversión. Pero si necesitas relax (mucho relax) es posible que lo encuentres. Claro que me temo que los precios no son para todos los públicos.
Después fuimos a Brief, la casa de Bevis Bawa. Todavía me gustó más que Lunuganga. Los dos lugares tienen un aire bastante parecido. Brief también es decadente y con aspecto de necesitar que barran las hojas muertas. Creo que yo podría vivir allí. La casa tiene rincones muy especiales y, tanto Bevis como sus amigos, la decoraron (la casa y también el jardín) con detalles realmente originales.
Poco antes de morir dejó gran parte de las tierras de la familia a los trabajadores y reservó una parte para el mantenimiento de la propiedad.
Lawrence nos llevó a comer (gambas, sí, otra vez gambas) a un restaurante en la playa (Amal restaurant) y de allí a Saman Villas, que ya había ganas