En el camino del hotel al aeropuerto de Ezeiza cayó tal tormenta que pese a haber salido sobre las 19:40 yo pensaba que no llegábamos a tiempo, porque el atasco que había en la carretera era considerable. Afortunadamente se fue disolviendo poco a poco y llegamos en una hora al aeropuerto. De ahí que crea que es mejor llegar con la suficiente antelación, porque la ciudad es enorme y el aeropuerto internacional está muy lejos. En cualquier caso luego la salida del avión se retrasó al menos en otra hora y no despegó antes de las 12 de la noche. El vuelo transcurrió con total normalidad, aunque la calidad y el servicio me pareció peor:
- El avión, pese a ser del mismo modelo que en el viaje de ida, un A330, no tenía en esta ocasión pantallas individuales en cada asiento, sino una sola grande común. Viaje aburrido.
- La comida que pusieron, tanto cena como desayuno, era una auténtica porquería, mucho peor que la del viaje de ida, que sí se dejaba comer.
Aterrizamos en Madrid a primera hora de la tarde y con ello se acababa este maravilloso viaje por varias regiones de Argentina y Chile, cada una de ellas con su personalidad propia y muy diferentes entre sí.
Conclusiones:
Durante la preparación del viaje hubo momentos en que lo hubiese descartado. Como ya indiqué en la introducción, el elevado coste de los billetes de avión, el IVA de los hoteles, la dificultad para contactar con agencias de viaje y los cambios de horario de los vuelos domésticos, me llegaron a poner bastante malhumorado. Antes de iniciar el viaje sabía que los gastos por persona iban a ser superiores a los 3000 euros y me daba con un canto en los dientes si no pasaban de los 3500. Finalmente, hechas las cuentas tras regresar a España, los gastos ascendieron a unos 3800 euros por cabeza, o sea en total 7600 euros. ¡Muy caro! Sin embargo, mereció todos (o casi todos) los euros que costó, puesto que todas mis expectativas fueron superadas con creces y eso a pesar de la cantidad de información que tenía a priori (fotos, documentales, etc...) de los lugares que iba a visitar.
Por hacer un resumen de lo que más me gustó y lo que menos:
Lo mejor:
- El lago Puelo.
- El paisaje desde Bariloche hasta Puerto Varas por el paso internacional Cardenal Antonio Samoré, sobre todo el tramo desde Villa La Angostura hasta el lago Puyehue.
- Estar alojado en Puerto Varas en un hotel frente al lago Llanquihue con vistas a los volcanes Osorno y Calbuco.
- Las pedazo tartas de El Duende del Lago, en Frutillar.... y de unas cuantas ciudades más.
- La espectacularidad de los paisajes en el Parque Nacional de los Glaciares. Para quedarse con la boca abierta y no cerrarla más.
- Navegar por el canal Beagle.
- Los aterrizajes en El Calafate y en Ushuaia, muy especialmente este último.
- El contraste entre la Patagonia y el NOA.
Más normalillo:
- Alrededores de Bariloche: No es que no me gustara la excursión al Ventisquero Negro, pero ese tipo de paisaje no me resulta tan sorprendente tras haber visitado determinados países europeos, aunque no quiero decir con esto que sea igual. La climatología tampoco fue la mejor para disfrutar.
- Isla de Chiloe: Las iglesias de madera me parecieron muy originales, pero paisajísticamente no me pareció especialmente bonita la isla (tampoco fea). El guía desde luego no ayudó mucho a hacer más atractiva la excursión. ¡Menudo soso!.
- Buenos Aires: Mejor sensación de la esperada dados los datos previos que tenía. En cualquier caso, en un país con un entorno natural tan espectacular, Buenos Aires no es lo que más destaca.
- Parque Nacional Tierra de Fuego: Tampoco me pareció nada excepcional, la excursión se me hizo corta y el tiempo no acompañó.
- Cruce de Lagos: Por hacer la excursión un día que no hizo buen tiempo. Atravesar el lago Todos los Santos en un día soleado será espectacular, pero hacerlo un día de nubes y lluvia, es un poco anodino. Además terminas muy cansado de una excursión tan sumamente larga y con tantos cambios de transporte.
Lo que menos me gustó:
- La ciudadades de Bariloche y Ushuaia, así como sus cuestas.
- El hotel Tres Reyes de Bariloche, de lo peorcito del viaje.
- La falta de limpieza de muchos taxis. Daba asco sentarse y ponerse el cinturón de seguridad.
- Lo poco que ofrecen en la excursión Cruce de Lagos para el precio que tiene.
- El atraco a mano armada que es también la excursión en el Tren del Fin del Mundo.
- Los dobles precios Argentina / Resto del mundo
- La forma de conducir de los guías-conductores en las excursiones que hicimos. La calificaría de temeraria.
- La agencia de viaje de Salta: sin vehículos propios, falta de limpieza en muchos casos, ausencia de guías realmente cualificados.
Tras varios meses de haber finalizado el viaje, todavía tengo la sensación de que éste va a ser difícil de superar. De momento está a la cabeza del ranking, quien sabe si hasta el próximo que haga.
Saludos.
- El avión, pese a ser del mismo modelo que en el viaje de ida, un A330, no tenía en esta ocasión pantallas individuales en cada asiento, sino una sola grande común. Viaje aburrido.
- La comida que pusieron, tanto cena como desayuno, era una auténtica porquería, mucho peor que la del viaje de ida, que sí se dejaba comer.
Aterrizamos en Madrid a primera hora de la tarde y con ello se acababa este maravilloso viaje por varias regiones de Argentina y Chile, cada una de ellas con su personalidad propia y muy diferentes entre sí.
Conclusiones:
Durante la preparación del viaje hubo momentos en que lo hubiese descartado. Como ya indiqué en la introducción, el elevado coste de los billetes de avión, el IVA de los hoteles, la dificultad para contactar con agencias de viaje y los cambios de horario de los vuelos domésticos, me llegaron a poner bastante malhumorado. Antes de iniciar el viaje sabía que los gastos por persona iban a ser superiores a los 3000 euros y me daba con un canto en los dientes si no pasaban de los 3500. Finalmente, hechas las cuentas tras regresar a España, los gastos ascendieron a unos 3800 euros por cabeza, o sea en total 7600 euros. ¡Muy caro! Sin embargo, mereció todos (o casi todos) los euros que costó, puesto que todas mis expectativas fueron superadas con creces y eso a pesar de la cantidad de información que tenía a priori (fotos, documentales, etc...) de los lugares que iba a visitar.
Por hacer un resumen de lo que más me gustó y lo que menos:
Lo mejor:
- El lago Puelo.
- El paisaje desde Bariloche hasta Puerto Varas por el paso internacional Cardenal Antonio Samoré, sobre todo el tramo desde Villa La Angostura hasta el lago Puyehue.
- Estar alojado en Puerto Varas en un hotel frente al lago Llanquihue con vistas a los volcanes Osorno y Calbuco.
- Las pedazo tartas de El Duende del Lago, en Frutillar.... y de unas cuantas ciudades más.
- La espectacularidad de los paisajes en el Parque Nacional de los Glaciares. Para quedarse con la boca abierta y no cerrarla más.
- Navegar por el canal Beagle.
- Los aterrizajes en El Calafate y en Ushuaia, muy especialmente este último.
- El contraste entre la Patagonia y el NOA.
Más normalillo:
- Alrededores de Bariloche: No es que no me gustara la excursión al Ventisquero Negro, pero ese tipo de paisaje no me resulta tan sorprendente tras haber visitado determinados países europeos, aunque no quiero decir con esto que sea igual. La climatología tampoco fue la mejor para disfrutar.
- Isla de Chiloe: Las iglesias de madera me parecieron muy originales, pero paisajísticamente no me pareció especialmente bonita la isla (tampoco fea). El guía desde luego no ayudó mucho a hacer más atractiva la excursión. ¡Menudo soso!.
- Buenos Aires: Mejor sensación de la esperada dados los datos previos que tenía. En cualquier caso, en un país con un entorno natural tan espectacular, Buenos Aires no es lo que más destaca.
- Parque Nacional Tierra de Fuego: Tampoco me pareció nada excepcional, la excursión se me hizo corta y el tiempo no acompañó.
- Cruce de Lagos: Por hacer la excursión un día que no hizo buen tiempo. Atravesar el lago Todos los Santos en un día soleado será espectacular, pero hacerlo un día de nubes y lluvia, es un poco anodino. Además terminas muy cansado de una excursión tan sumamente larga y con tantos cambios de transporte.
Lo que menos me gustó:
- La ciudadades de Bariloche y Ushuaia, así como sus cuestas.
- El hotel Tres Reyes de Bariloche, de lo peorcito del viaje.
- La falta de limpieza de muchos taxis. Daba asco sentarse y ponerse el cinturón de seguridad.
- Lo poco que ofrecen en la excursión Cruce de Lagos para el precio que tiene.
- El atraco a mano armada que es también la excursión en el Tren del Fin del Mundo.
- Los dobles precios Argentina / Resto del mundo
- La forma de conducir de los guías-conductores en las excursiones que hicimos. La calificaría de temeraria.
- La agencia de viaje de Salta: sin vehículos propios, falta de limpieza en muchos casos, ausencia de guías realmente cualificados.
Tras varios meses de haber finalizado el viaje, todavía tengo la sensación de que éste va a ser difícil de superar. De momento está a la cabeza del ranking, quien sabe si hasta el próximo que haga.
Saludos.