La excursión del Cruce de Lagos fue una de las grandes incertidumbres del viaje antes de comenzarlo y en los días previos. El precio para no argentinos y chilenos es rematadamente caro, 280 USD si se hace en un día y si no se elige un día especialmente soleado, es posible que pueda defraudar, o al menos esa era la lectura que yo hacía de los comentarios que había leído.
De hacerla tenía 2 posibilidades: el día 12 de marzo, desde Bariloche a Puerto Varas, o el 14, en sentido inverso en este caso. La primera opción la había descartado porque nos restaba algunas horas de estancia en Puerto Varas, mientras que la 2ª opción nos daba al menos medio día más.
Un día previo a mi salida hacia Argentina vi que el día 14 de marzo daba una predicción muy buena en Puerto Varas, de hecho el único que parecía que iba a ser soleado, pero esto fue cambiando poco a poco y para cuando llegamos a Bariloche y consulté la previsión meteorológica, la situación era bien distinta. No obstante, el hecho de que cada página que consultaba me decía una cosa ligeramente diferente y no hacía mas que liarme más. La elección estaba entre hacer en Puerto Varas una excursión por Chiloé y regresar a Bariloche haciendo el Cruce de Lagos, o bien hacer una excursión a Peulla y regresar a Bariloche en autocar. Al final me lié la manta a la cabeza y decidí contratar Cruce de Lagos. Puesto que lo hice en Bariloche, la agencia fue Turisur. 560 USD para 2 personas.
Así pues, llegó el día de hacer el Cruce de Lagos desde Puerto Varas y bien....pasó lo que tenía que pasar y mientras los dos días anteriores habíamos disfrutado de un sol increible, esa mañana amaneció bastante encapotada, hasta el punto de que no se veía ni pizca del Osorno. Cuando fueron a buscarnos al hotel a las 8:15, con 45 minutos de retraso, estaba lloviznando. Etiquetaron las maletas, para poder desentendernos de ellas y al autocar. Y pensar que el día anterior habían tenido un día de lo más soleado en Peulla (por comentarios que hizo la guía).
Salimos bordeando el lago Llanquihue por el lado sur en dirección hacia Ensenada, sin ver ni pizca de los volcanes Osorno y Calbuco, debido a la lluvia y la niebla. Sólo un poco antes de llegar a esta localidad se empezó a ver algo del Osorno (pero sólo por la falda de la montaña) porque paró de llover algo. Tras pasar Ensenada ingresamos en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales e hicimos la primera parada del día para visitar los Saltos del Petrohue (precio de 1500 $). Se tarda aproximadamente 5 minutos en llegar. A pesar de estar deslucido el día, se apreciaba perfectamente el color verde esmeralda del agua e impresiona en cualquier caso la fuerza del agua al caer por algunos saltos. El río Petrohue tiene su nacimiento en el lago de Todos los Santos. La zona de los Saltos de Petrohue es de origen volcánico, puesto que se encuentra en la falda del volcán Osorno.
De hacerla tenía 2 posibilidades: el día 12 de marzo, desde Bariloche a Puerto Varas, o el 14, en sentido inverso en este caso. La primera opción la había descartado porque nos restaba algunas horas de estancia en Puerto Varas, mientras que la 2ª opción nos daba al menos medio día más.
Un día previo a mi salida hacia Argentina vi que el día 14 de marzo daba una predicción muy buena en Puerto Varas, de hecho el único que parecía que iba a ser soleado, pero esto fue cambiando poco a poco y para cuando llegamos a Bariloche y consulté la previsión meteorológica, la situación era bien distinta. No obstante, el hecho de que cada página que consultaba me decía una cosa ligeramente diferente y no hacía mas que liarme más. La elección estaba entre hacer en Puerto Varas una excursión por Chiloé y regresar a Bariloche haciendo el Cruce de Lagos, o bien hacer una excursión a Peulla y regresar a Bariloche en autocar. Al final me lié la manta a la cabeza y decidí contratar Cruce de Lagos. Puesto que lo hice en Bariloche, la agencia fue Turisur. 560 USD para 2 personas.
Así pues, llegó el día de hacer el Cruce de Lagos desde Puerto Varas y bien....pasó lo que tenía que pasar y mientras los dos días anteriores habíamos disfrutado de un sol increible, esa mañana amaneció bastante encapotada, hasta el punto de que no se veía ni pizca del Osorno. Cuando fueron a buscarnos al hotel a las 8:15, con 45 minutos de retraso, estaba lloviznando. Etiquetaron las maletas, para poder desentendernos de ellas y al autocar. Y pensar que el día anterior habían tenido un día de lo más soleado en Peulla (por comentarios que hizo la guía).
Salimos bordeando el lago Llanquihue por el lado sur en dirección hacia Ensenada, sin ver ni pizca de los volcanes Osorno y Calbuco, debido a la lluvia y la niebla. Sólo un poco antes de llegar a esta localidad se empezó a ver algo del Osorno (pero sólo por la falda de la montaña) porque paró de llover algo. Tras pasar Ensenada ingresamos en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales e hicimos la primera parada del día para visitar los Saltos del Petrohue (precio de 1500 $). Se tarda aproximadamente 5 minutos en llegar. A pesar de estar deslucido el día, se apreciaba perfectamente el color verde esmeralda del agua e impresiona en cualquier caso la fuerza del agua al caer por algunos saltos. El río Petrohue tiene su nacimiento en el lago de Todos los Santos. La zona de los Saltos de Petrohue es de origen volcánico, puesto que se encuentra en la falda del volcán Osorno.
Después de aproximadamente media hora regresamos al autobús para continuar el camino hacia el muelle en el lago Todos los Santos, desde donde haríamos la navegación de 1 hora y 45 minutos hasta llegar a Peulla. Tras media hora de espera salió el barco. Se supone que desde el principio deberíamos haber visto el volcán Osorno, pero la niebla impedía cualquier atisbo de que ahí podía estar. Hacia el frente más de lo mismo. Se podía ver la ladera de las montañas más próximas, pero no así la cima y aquellas montañas más alejadas. Por otra parte tampoco se observaba el color verde esmeralda típico de este lago. En algún momento también anunciaron por la megafonía del barco que a nuestra izquierda según el sentido de la navegación se encontraba el volcán Puntiagudo. ¡Ni rastro de él!. Además, durante el paseo volvió a comenzar a lloviznar, por lo que era incómodo estar en la cubierta. Vi gente aburrida y durmiendo en el interior del barco. Es una pena con el precio que tiene la excursión, pero realmente no había nada excepcional que ver fuera. Pasamos por la isla Margarita y también por sitios donde había casas en lugares imposibles. Según dijeron por megafonía el barco realiza un servicio para llevar a alguna persona que pueda vivir por la zona, como pudimos comprobar en un momento en el que algunas personas se bajaron del barco con maletas a un bote para dirigirse quién sabe hacia dónde. Durante el tiempo que duró la navegación no es que dieran muchas explicaciones sobre el lago. Lo que sí recordaron por activa y por pasiva es que a bordo del barco podíamos contratar las excursiones que teníamos la posibilidad de realizar una vez en Peulla. También el horario de salida hacia Bariloche, que en el caso del grupo en el que estábamos nosotros era a las 16:20.
Teniendo en cuenta que íbamos a llegar a Peulla a las 12:30 más o menos, eso hace un total de casi 4 horas perdidas allí, ya que decidimos no hacer ninguna excursión. Consideramos que con los 280 USD que habíamos pagado era más que suficiente. Aunque ya lo sabía cuando contraté la excursión, no puedo evitar pensar que dado el precio tan alto se podían estirar un poco más e incluir una excursión en Peulla, el almuerzo, la visita de los Saltos de Petrohue o algo, lo que sea. Es que ni un triste aperitivo o una botella de agua. ¡Que la excursión es hasta las 10 de la noche!
Para comer hay dos opciones, o el autoservicio que está junto al hotel Peulla o el restaurante mejor que hay en el hotel Natura, donde se iban a alojar los que hacían el Cruce de Lagos en 2 días. Fue a éste al que fuimos. Después de eso estuvimos sentados un rato en el salón del hotel y viendo la tienda de souvenirs, para hacer tiempo. Finalmente dimos una vuelta por los jardines del exterior. Hasta salió un ratillo el sol. Tengo que reconocer que la propiedad privada de Peulla es realmente bonita y está rodeado de un entorno natural impresionante, pero lo que he dicho antes, que ofrezcan más servicios por 280 USD.
Para comer hay dos opciones, o el autoservicio que está junto al hotel Peulla o el restaurante mejor que hay en el hotel Natura, donde se iban a alojar los que hacían el Cruce de Lagos en 2 días. Fue a éste al que fuimos. Después de eso estuvimos sentados un rato en el salón del hotel y viendo la tienda de souvenirs, para hacer tiempo. Finalmente dimos una vuelta por los jardines del exterior. Hasta salió un ratillo el sol. Tengo que reconocer que la propiedad privada de Peulla es realmente bonita y está rodeado de un entorno natural impresionante, pero lo que he dicho antes, que ofrezcan más servicios por 280 USD.
A la hora convenida continuamos nuestro viaje. A los 300 m paramos en la aduana chilena. Por suerte en esta ocasión el trámite fue rápido (nada que ver al del paso internacional Cardenal Antonio Samoré) y entramos enseguida en carretera de ripio que durante 30 km y 2 horas nos tenía que llevar hasta Puerto Frías. Fuimos recorriendo el valle del río Peulla, uno de los ríos que aporta agua al lago de Todos los Santos y que procede de los glaciares del cerro Tronador, por su vertiente chilena. El paisaje se fue volviendo cada vez más impresionante, con una carreterilla repleta de curvas y con vegetación más y más tupida, al estar atravesando una región con selva valdiviana. Hicimos una paradita en un mirador del cerro Tronador por el lado chileno, aunque estaba tan nublado como el día que hicimos la excursión desde Bariloche al Ventisquero Negro.
Pasados unos km, abandonamos el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y llegamos a Puerto Frías, donde tuvimos que hacer nuevamente los trámites de entrada a territorio argentino. Por suerte tampoco se demoró el asunto más de media hora, quizás menos.
Allí nos despedimos de la guía chilena, que se volvía a Peulla y continuamos con otra guía argentina de la agencia Turisur. Nos embarcamos en un pequeño barco para hacer el recorrido de unos 30 minutos por el lago Frías. El lago me pareció bien bonito, con un color del agua verde esmeralda a pesar de que no hiciera buen día. Durante el corto paseo hizo viento, frío, sol y llovió, incluso todas ellas a la vez. Pude ver hasta un doble arco iris. También algún glaciar en lo alto de alguna montaña. Quizás el glaciar Frías. El lago recibe sus aportes precisamente de varios arroyos que recogen aguas de los glaciares del cerro Tronador y a su vez desagua en el río Frías que desemboca en el lago Nahuel Huapi.
Allí nos despedimos de la guía chilena, que se volvía a Peulla y continuamos con otra guía argentina de la agencia Turisur. Nos embarcamos en un pequeño barco para hacer el recorrido de unos 30 minutos por el lago Frías. El lago me pareció bien bonito, con un color del agua verde esmeralda a pesar de que no hiciera buen día. Durante el corto paseo hizo viento, frío, sol y llovió, incluso todas ellas a la vez. Pude ver hasta un doble arco iris. También algún glaciar en lo alto de alguna montaña. Quizás el glaciar Frías. El lago recibe sus aportes precisamente de varios arroyos que recogen aguas de los glaciares del cerro Tronador y a su vez desagua en el río Frías que desemboca en el lago Nahuel Huapi.
Después de la navegación tuvimos que coger otro autobús para que nos trasladaran 3 km hasta Puerto Blest, desde donde teníamos que hacer la última navegación por el brazo Blest del lago Nahuel Huapi hasta Puerto Pañuelo. Aquí tuvimos que esperar un buen rato hasta que pudimos entrar en el barco, porque había una cola larguísima. Para rematar hacía un frío de narices. El barco, de tipo catamarán, fue el que menos me gustó de todos, porque era muy incómodo para entrar, sin sitio apenas para moverse. Luego empezó a lloviznar también y decidí no salir al exterior, porque no iba a poder hacer fotos en condiciones y tampoco tenía ganas, así que me quedé en el interior viendo una y otra vez en la pantalla las fotos de los que habían hecho la excursión a Puerto Blest y la cascada de los Cántaros. Bastantes minutos antes de llegar a Puerto Pañuelo ya se había hecho de noche, cosa que no me hizo gracia tampoco, porque había pagado por hacer una excursión y ver cosas, no un simple traslado de un punto a otro. Pienso que deberían espabilar más a la hora de recoger gente en los hoteles y no estar 4 horas en Peulla, o por lo menos adaptar la excursión a la fecha, con el objetivo de hacerla de día.
En fin, que salimos completamente de noche del barco y fuimos a coger el último autobús que nos llevaba a Bariloche. Me pareció un milagro que con la cantidad de barcos y autobuses que habíamos cogido en todo el día, las diferentes excursiones que iban mezcladas (Saltos de Petrohue, Peulla, Cruce de Lagos en un día, Cruce de Lagos en dos días, Puerto Blest y cascada de los Cántaros) y grupos de gente (procedentes de Chile como nosotros, con el transporte concertado, grupo organizado de la 3ª edad procedente de Santa Fe,..) fuéramos capaces de llegar a nuestro hotel sin perdernos y con nuestras maletas. La llegada a Bariloche todavía se hizo de rogar, porque fuimos parando en diferentes alojamientos a lo largo de la carretera. Finalmente llegamos a nuestro hotel a las 10 de la noche. El último disgusto me lo llevé cuando después de coger la maleta vi que le había saltado una pieza y como consecuencia el asa principal se había roto. A saber la de golpes que le dieron a la maleta durante el día.
Resumiendo, que cada cual se quede con lo que quiera de la excursión. Es evidente que mi opinión está influida por no haberla realizado en un día soleado, pero aún así pienso que deberían ofrecer más.
En fin, que salimos completamente de noche del barco y fuimos a coger el último autobús que nos llevaba a Bariloche. Me pareció un milagro que con la cantidad de barcos y autobuses que habíamos cogido en todo el día, las diferentes excursiones que iban mezcladas (Saltos de Petrohue, Peulla, Cruce de Lagos en un día, Cruce de Lagos en dos días, Puerto Blest y cascada de los Cántaros) y grupos de gente (procedentes de Chile como nosotros, con el transporte concertado, grupo organizado de la 3ª edad procedente de Santa Fe,..) fuéramos capaces de llegar a nuestro hotel sin perdernos y con nuestras maletas. La llegada a Bariloche todavía se hizo de rogar, porque fuimos parando en diferentes alojamientos a lo largo de la carretera. Finalmente llegamos a nuestro hotel a las 10 de la noche. El último disgusto me lo llevé cuando después de coger la maleta vi que le había saltado una pieza y como consecuencia el asa principal se había roto. A saber la de golpes que le dieron a la maleta durante el día.
Resumiendo, que cada cual se quede con lo que quiera de la excursión. Es evidente que mi opinión está influida por no haberla realizado en un día soleado, pero aún así pienso que deberían ofrecer más.
Restaurantes:
Hotel Natura: Como ya mencioné brevemente, fue donde comimos en Peulla. Al principio nos dio buena sensación, por el hotel, las vistas,... hasta que pedimos la comida:
- 2 sopas de cebolla gratinada: Nos pareció que tenían un sabor muy artificial.
- Crepe de pollo: No me gustó mucho el sabor del pollo.
- Risotto de gambas y verdura.
- Agua mineral.
El total de la cuenta fue de unos 30 euros. El precio de la comida fue la más alta de nuestra breve estancia en Chile y la de más mala calidad. No nos gustó. Además, el cambio que me hicieron euro-peso chileno fue mucho peor que el de la oficina de cambio de Puerto Varas.
En resumen, un sitio en el que se podría comer de lujo en ese entorno natural tan bonito, al final no deja de ser un tanto mediocre. Supongo que como no tienen competencia (al margen del autoservicio, que también queda el negocio en casa) de otra empresa, tampoco se tienen que esmerar demasiado y por otra parte la gente no va a estar repitiendo esta excursión cada semana.
Hotel Tres Reyes:
Nos alojamos nuevamente en este hotel a nuestro regreso a Bariloche, aunque afortunadamente sólo por una noche esta vez. Los comentarios sobre él, los mismos que hice en nuestra primera estancia.