Hoy es sábado y lo hemos reservado para ver diferentes mercados y mercadillos. Algunos sólo son de fin de semana (no en invierno) otros son fijos. Vamos a empezar a utilizar la Metrocard para desplazarnos.
No hemos madrugado mucho y así salimos sobre las 10. El día está muy nublado pero confiamos en que si llueve, sea cuando estemos bajo techo.
En principio, caminamos hasta la calle 39. En ella observamos una costumbre habitual en NYC y que detecto lo es cada vez menos corriente. La concentración de comercios del mismo tipo unos al lado de los otros. En este caso el relacionado con los textiles. El otro día mencionamos el de joyerías.
Llegamos hasta la Novena Avenida. Destino el Hell´s Kitchen Fleamarket.
Esta zona de Manhattan como su nombre indica era no hace mucho un barrio realmente marginal y que no era recomendable visitar. Dicen que Robert de Niro o Silverter Stallones se criaron por aquí. Hoy eso es historia y se está renovando casi completamente. Hay muchísimas edificios en construcción. “Fleamarket” (Mercado de Pulgas) es el nombre que se utiliza para los mercadillos dedicados principalmente a antigüedades caras y baratas en su mayor parte. Nosotros usamos más el de “Rastro” o “Rastrillo”.
Cuando lo vemos nos llevamos un chasco pues es muy pequeño y lo que se expone nos parecen más bien baratijas, así que no nos paramos mucho y bajamos por la Décima. Por esta zona no hay metro y los autobuses “suben” según la dirección de esta avenida. Tendríamos que haber ido por la Novena para bajar. Así que nos damos una buena caminata matinal pese a todo hasta la calle 30 dónde queremos recorrer el High Line Park. Que es un original parque que se ha hecho,pero no del todo terminado, utilizando las antiguas vías elevadas del tren. Tiene bancos como cualquier parque pero algunos son "especiales" pues tienen ruedas.
Si hay en algún lugar, lo que se llama un parque urbano, es este pues uno practicamente va viendo la casas cercanas y que me imagino cuando pasaba por aquí el tren serían bastante "ruidosas" y cruza calles en donde se observa que por esta parte ya no son tan altos los edificios. Es "otra" ciudad. Es la zona de Chelsea.

Continuamos cuando deja de llover y seguimos hasta que descendemos por la calle 14. Y vamos hasta la 15 donde está el Chelsea Market (que es fijo). Enfrente está Google NYC.

Cuando entramos nos quedamos encantados. Es un antiguo mercado reformado y reconvertido en lugares de comidas. Son las 13:00 y está a reventar. Hay comida italiana, mejicana, china, japonesa, "bakerys". El mundo alimenticio en un sólo lugar.
Pero lo que nos llama más la atención es gente saliendo con platas con langostas partidas en mitades. ¡Y quedamos asombrados! Cualquiera diría que las regalan y entramos. Es una enorme pescadería en donde venden tanto pescado y marisco, como podemos encontrar aquí, sino en todos sus formatos, conservas, ensaladas y "sushi". Estaba lleno y la cola para la langosta era enorme. En Google Maps se puede recorrer su interior, pero cuando estaba más tranquilo.
Se llama Lobster Place
Nos quedamos dudando si hacer la cola de la "langosta", pero no nos parece tan barata y optamos por otra opción: el sushi, ensalada César con salmón y mis hijas compran aparte macarrones a la boloñesa y pizza. Nos faltaba el postre y entramos en "Eleni´s" una bakery que hace cupcakes, galletas y tartas de las formas más variadas. Juzgad:


Con la barriguita llena proseguimos el camino. Justo en una esquina del Mercado está una tienda que en Europa, solo hay en Londres, es Anthropologie. Por tanto "mis" mujeres, dicen que hay que verla. Inspeccionada de arriba a abajo. Salimos del mercado. Nuevo destino: Green Market de Union Square. Son sobre las 2 de la tarde.
Vemos la Apple Store de la calle 14 (exterior menos moderno) pues es, como tantos por esta zona, un edificio reconvertido. Valga lo dicho con Google. En un paso de peatones se está rodando algún comercial pues varias modelos cruzan una y otra vez.
Tomamos por fín el primer autobus el M14D que nos lleva hasta el destino. Como es sábado y el tráfico está muy tranquilo, tardamos unos 10 minutos, pero suficiente para notar que el aire acondicionado está a una temperatura para osos polares. Al principio se agradece pero como te coja debajo de una salida de aire, te congelas.
Cuando llegamos nos encontramos con la placidez de cualquier parque un sábado por la tarde.


Parece que estás en una pequeña ciudad de provincias hasta que te fijas en los edificios contiguos.

Como son sobre las tres nos vamos a dirigir a Brooklyn, en concreto a la zona de Williamsburg. Que muchos conocen por ser donde viven muchos judíos ultraortodoxos. Pero nosotros vamos a ver el llamado Smorsgaburg. El nombre es una mezcla del sueco smorgas (algo así como comida) y la terminación del nombre de la zona. Es un mercadillo que se monta solo los sábados a partir de mayo hasta octubre ""rain or shine". Y donde se vende toda clase de comidas. Es pues una variante del Chealsea Market , pues aquel los puestos son fijos y aquí no. Y me imagino que pondrán a prueba su cocina los "emprendedores" de la restauración. Pues la verdad es que son gente muy joven, como lo es la clientela.
Habíamos tomado la línea L del metro desde Union Sq. y nos bajamos en Bedford Avenue esquina con la calle 7. Y salimos un tanto desorientados pues sabía que el mercadillo estaba en Kent Avenue, pero con nombres ya no sabes para donde tirar. Así que preguntamos. Y sin salir de la misma calle caminamos en la dirección buscada. Así percibimos el ambiente radicalmente distinto de Brooklyn. No sabría definirlo con exactitud: Las casas, la gente (mucha más de origen inmigrante), más familiar...
El sol estaba derrotando a las nubes y hacía bastante calor. Como nosotros ya habíamos comido nuestra presencia era más para ver el ambiente que otra cosa.
Así que disfrutamos una vez más de la gente sobre el césped comiendo pero con un añadido más: las vistas de los rascacielos de Midtown. Aunque estaba en obras y no podíamos evitar una valla. Este parque se llama East River State Park.


A pesar del calor, parecía que el tiempo estaba cambiando para mal y por allí no había donde refugiarse, así que decidimos marcharnos. En el camino vendedores de ocasión ofrecían su mercancia gritando algo así como "guandola, guandola". Finalmente entendimos que ofrecían botellas de agua por "one dollar" ya que en casi todos los sitios solían valer dos dolares.
Volvimos sobre nuestros pasos, volvimos a coger el metro hasta Union Square. Y caminamos hasta la Sexta y allí cogimos el autobus M7 que, a pesar de su nombre, sube por esta avenida (También el M5. Ya expliqué lo de las direcciones de tráfico único de las avenidas) y nos dejó en la esquina de nuestra calle 35, es decir a cincuenta metros del hotel. Eran las seis de la tarde y volveríamos para comprar la cena. Podríamos decir que habíamos visto otro aspecto de NYC totalmente diferente. Mañana tocaba madrugar un poco para ir al Harlem.