Sábado 4-4-2015
Nos levantamos tempranito con la ilusión de regresar a casa. A las 6:30 una furgoneta estaba ya en la puerta del hotel para recogernos. Fuimos los únicos que al cancelar nuestro vuelo directo no aceptamos el cambio para el día siguiente y aceptamos un vuelo con escala. Por esto éramos los únicos en la furgoneta y entre que no pasamos por más hoteles y como había poco tráfico el trayecto al aeropuerto duró menos de una hora.
Estábamos en el aeropuerto con 3 horas de antelación. Demasiado para mi gusto y más teniendo en cuanta que los vuelos de esta compañía siempre salen con una hora de retraso.
CURIOSA MARCA DE BANANAS EN LA COLA DE FACTURACIÓN
El aeropuerto es grande y muy bonito. Cuando abrió nuestro mostrador de facturación, facturamos y nos libramos de las maletas. Fuimos al wc y me quedé anonadada al ver como unas señoras se estaban lavando en los lavabos supongo que para rezar. No veas como ponían el suelo al lavarse los pies en el lavabo. Pues la buena mujer de la limpieza limpiaba el agua sin decir ni mu ni poner mala cara. No me quiero imaginar que lo hiciesen aquí o las echan del baño a puro grito o les dan la fregona para que limpien ellas.
Después de esto nos fuimos a pasar el control policial. Me puse a mirar por todas partes y no encontré ninguna papelera ni contenedor donde echar el agua. No se me ocurrió otra cosa que poner las 2 botellas de agua una de 1,5 l y otra de medio en la bandeja y pasarla por el escáner, pensando que los funcionarios al verla ya sabían dónde tirarla. El control me pareció bastante exhaustivo, nos hicieron quitarnos hasta las zapatillas deportivas. Cuando pasamos el arco y fuimos a recoger nuestras cosas me quedé alucinada al ver allí el agua . Pues nada para la mochila. Yo no las tenía todas conmigo y pensé que tal vez habría otro control más adelante, pero no fue así.
Pasamos el control de pasaportes, y se fijaron en que tuviésemos la cartulina que cubrimos en el avión el primer día y nos pidieron el sello que habíamos comprado en el banco. Todo ok y continuamos viaje hacia nuestra puerta.
UNO DE LOS MOSAICOS DEL AEROPUERTO
Esta zona del aeropuerto está decorada con unos mosaicos muy chulos. Llegamos a nuestra puerta y como nos sobraba mucho tiempo y a estas alturas ya estaba segura de que nadie nos iba a quitar el agua. Decidimos ir al duty-free y gastar los dinares que habíamos reservado para comprar agua en alguna chocolatina o chuchería. Cogimos algunas cosillas y cual no fue mi sorpresa al llegar a la caja para pagar me dice que no aceptan dinares, que sólo euros. Pues menuda gracia. Cuentas con gastar las monedas que te sobran en el aeropuerto y en la tienda no aceptan su propia moneda. Por suerte en el bar si aceptaban dinares y así gastamos nuestros últimos dinares.
La hora del vuelo se iba acercando y en la sala de espera estábamos 7 u 8 personas. Mi marido venga a decir: Como sigamos siendo tan poco este vuelo también lo anulas. Yo ni por un momento creí que esto fuese posible. ¡Como nos van a anular 2 vuelos en un solo día!
Como tenía tiempo y estaba aburrida, se me da por ponerme a pensar. Os cuento: si cuando yo quise anular el viaje no me devolvían el dinero de los vuelos, eso quiere decir que aunque los que debían ser mis compañeros lo anulasen tampoco les habrán devuelto el dinero. Con lo cual las plazas de avión del vuelo directo a Madrid estaban pagadas aunque los pasajeros no fuesen a volar. ¿Entonces cual ha sido el motivo de la anulación de este vuelo? ¿Quién me está engañando la agencia cuando me dice que no se devuelve el importe de los vuelos o la compañía aérea cuando no vuela por no cubrir gastos? Si es que cuando a una se le da por pensar…
El vuelo era para las 10:20, llegadas las 10 llegaron las azafatas, se colocaron en la puerta y se formó la fila. Cuando nos tocó el turno nos dice que no podemos pasar. Que esa es la cola para el vuelo a Milán de las 9 de la mañana (y son las 10) Estás muy atentos a las pantallas en este aeropuerto, pues cambian las puertas de salida a última hora y sin avisar. Mientras estuvimos en esta sala cambiaron 2 vuelos de puerta (en uno llegaban los pasajeros y era la señora de la limpieza la que les indicaba cual era la nueva puerta a la que debían ir).
Pasó un rato y de pronto llegó una de las mujeres que estaba allí esperando con nosotros muy alterada y echando sapos por la boca. Lo malo hablaba en francés y no entendíamos nada. Un chico que hablaba inglés nos tradujo que el vuelo se había anulado. No puede ser. ¿Cómo nos pueden anular otro vuelo? Esto es increíble. Inmediatamente vino un representante de la compañía a hablar justo con nosotros, que éramos los únicos que teníamos otro vuelo de conexión. Nos ofreció un hotel en Túnez y salir en el vuelo del domingo con nuestros compañeros. Más decididos que nunca de que queríamos abandonar ya este país insistimos en que nos marchábamos hoy. El señor muy amable se fue a buscarnos un nuevo vuelo a Paris y una nueva conexión a Madrid, pues el que teníamos antes ya no lo podíamos alcanzar.
SALA DE ESPERA DEL AEROPUERTO
Al rato llegó el señor, salimos de Túnez en el vuelo de la 1:20 el buen hombre nos garantiza que este avión si que volará. A estas alturas comprended que ya no nos fiamos. También nos ha conseguido plazas en un vuelo de conexión .
Nos lleva a la cafetería donde la compañía nos paga unos bocadillos y unas bebidas. El buen hombre regresa en varias ocasiones para darnos las nuevas tarjetas de embarque y gestionar el cambio de las etiquetas de las maletas. Yo ya me espero que nuestras maletas con tanto cambio van a acabar en cualquier sitio de mundo menos en Madrid.
AEROPUERTO DE TÚNEZ
Os preguntares ¿Qué hicisteis tirados en un aeropuerto durante 7 horas. Pues poca cosa. Los niños vieron un par de películas en el ordenador y jugaron con las ds. Nosotros ir acumulando nervios. Pero claro en tanto rato se te da por fijarte en lo que te rodea. Nos entretuvimos un buen rato viendo los movimientos de la señora de la limpieza. Tenía un arte que no veas. Ella andaba pululando por el aeropuerto, pero tenía el radar conectado. En cuanto una persona entraba en el wc le sonaba la alarma y se plantaba inmediatamente en la puerta, de forma que te obstaculizaba la salida. No decía ni pio, pero se ponía unas monedas en la mano y las hacia tintinear para que a te dieses por aludido. ¡Qué arte tenia la buena mujer! ¡no se le escapaba nadie vivo! Yo limpiar lo que se dice limpiar no la vi mucho. Pero era el alma de la sala de espera. Que si pedir una propina, que si informar de que la puerta de embarque se había cambiado, que si prohibir hacer fotos a los aviones. No sabe esta con quien ha topado. Prohibirme a mí que haga fotos de los aviones. Con el aburrimiento y cabreo que llevaba. No discutí con ella pues no merece la pena. Me hice la niña buena y aprovechaba sus viajes a por la propina para hacer todas las fotos que me daba la gana. Lo siento, pero cuando uno está aburrido hay que buscar algo con que entretenerse. Ya más cerca de la hora de salida pusieron en la misma sala que nosotros una salida para Qatar. Y para este vuelo se sentó enfrente de nosotros una familia. Qué mal lo pasé. Nunca os ha pasado que no queréis mirar a alguien, pero los ojos se os van solos. La familia estaba formada por padre, madre y un niñito de unos 2 años. Lo que atraía mi atención era la madre. La pobre iba enfundada en una túnica negra, con pañuelo en el pelo, velo en la cara y guantes en las manos. ¡Qué calor tenía que pasar la pobre mujer! Por lo que se le veía de los ojos se notaba que tenía que ser una mujer guapísima. No veáis los números que tenía que hacer la pobre mujer para accionar el móvil, tuvo que terminar por sacarse el guante. El no va mas fue cuando su marido le trajo un bocadillo. Pobrecita, que números tenía que hacer para meter el bocadillo por debajo del velo. Yo lo que estaba esperando de un momento a otro es que el niño se enganchase al velo y le diese un tirón. Pero no aun que el niño era muy inquieto ni tocar el velo. Yo estoy segura de que si hubiesen sido mis hijos de pequeños no me dura el velo ni 3 segundos. Ya se que esto es tradición y costumbre, pero que pena me dan a mi estas cosas.
Con una hora de retraso, como es habitual en esta compañía. Se comenzó a formar la fila para el embarque. Me fijé que alguien se había dejado la cartera sobre una silla. Pregunté de quién era y no apareció el dueño. Se la entregué a la azafata creyendo que preguntaría por la megafonía de quien era. La puso encima de un mostrador y no se preocupó más.
Llegó nuestro turno en la fila y … El guardia de seguridad nos dice que no podemos pasar. ¡queeeee! Un pasajero muy amable le explicó lo que nos había pasado con el vuelo anterior y que por eso teníamos las tarjetas de embarque de un vuelo y las maletas con los papeles de otro. Pues nada erre que erre que no subimos. De entre la muchedumbre salió con brillante armadura nuestro funcionario de la compañía, que habló con el hombre y pudimos pasar. Esto es un no vivir hasta el último minuto. Cuando por fin despegó el avión respiramos con alivio. Pero no os relajéis que esto no se acaba aquí. En este vuelo nos dieron un sandwich para comer.
Llegamos a Paris Orly. Nos dirigimos a la zona de tránsito, pues en Túnez nos habían dicho que ya no teníamos que salir de esa zona ni pasar ningún otro control. Siguiendo las indicaciones fuimos a dar a un pasillo sin salida junto a un mostrador vacío. Buscamos a alguien que nos confirmase estar en el lugar adecuado. Encontramos a una guardia de seguridad, que preguntó a otra persona a donde teníamos que ir. Resulta, que no solo tenemos que salir de la zona de tránsito sino que tenemos que cambiar de terminal. ¡Menos mal que preguntamos! Si nos quedamos aquí tranquilamente esperando perdemos el vuelo. Rumbo a la salida pasamos por las cintas donde se recoge el equipaje para ver si estaban allí nuestras maletas, no sea que no estén facturadas hasta Madrid. Comprended que a estas alturas del día ya no nos fiamos de nada ni de nadie. Por suerte no estaban allí. A esta terminal del aeropuerto llegan los vuelos procedentes de países árabes. Teníais que ver el montón de soldados armados hasta los dientes que había aquí. Contrastaba con la otra terminal, la que va hacia Europa en la que no vimos ni un solo soldado. Si es que se nota la tensión que hay en este momento con estos países.
Salimos de la terminal y caminamos unos 5 o 10 minutos hasta la terminal oeste. Una vez allí, buscamos el mostrador de facturación para recoger nuestras tarjetas de embarque. Le dimos a la señora del mostrador el papelito que nos habían dado en Túnez. Yo veo que pone mala cara y empiezo a temblar. Nos comenta que 3 de nosotros tienen billete en business y uno en clase normal. ¿a que no adivináis a quien le tocó la normal? Pues viniendo de un país árabe creo que es bien fácil de adivinar. Los chicos a business y yo a normal. La buena mujer se fue muy amablemente a la oficina de la compañía para ver si podía arreglarlo. Pero no fue posible. A estas alturas y con las ganas que tengo de llegar a España yo vuelo aun que sea en el ala del avión no pongo problema. A estas alturas del día ya tenemos la moral super alta con respecto al inglés. Si hemos sobrevivido a este día, estamos preparados para viajar a cualquier país.
PUESTA DE SOL DESDE EL AVIÓN
Fuimos a la puerta de embarque indicada. Aquí ya parece que estamos en casa. Todos en al sala son familias españolas que vienen de Disneyland Paris. A la hora en punto embarcamos y partimos rumbo a España. Al final yo fui con los niños en 1ª y mi marido que es un encanto en turista. En primera te dan una bebida en cuanto te sientas, y luego nos dieron una pequeña cena. A los de turista ni agua. Aterrizamos puntualmente. Al llegar a Madrid sentimos la tentación de besar el suelo. A las 10 y 20 de la noche fuimos a recoger el equipaje y suspiramos aliviados al ver salir nuestras maletas. Al ver como venían de sucias, golpeadas y con algunos agujeros comprendimos que para ellas tampoco había sido un día fácil.
El autobús del parquin que habíamos contratado nos recogió rápido, recogimos nuestro coche sin mayor incidencia y llegamos a nuestro hotel. ¡Qué gansa de descansar y relajarnos!
Estábamos en el aeropuerto con 3 horas de antelación. Demasiado para mi gusto y más teniendo en cuanta que los vuelos de esta compañía siempre salen con una hora de retraso.
CURIOSA MARCA DE BANANAS EN LA COLA DE FACTURACIÓN
El aeropuerto es grande y muy bonito. Cuando abrió nuestro mostrador de facturación, facturamos y nos libramos de las maletas. Fuimos al wc y me quedé anonadada al ver como unas señoras se estaban lavando en los lavabos supongo que para rezar. No veas como ponían el suelo al lavarse los pies en el lavabo. Pues la buena mujer de la limpieza limpiaba el agua sin decir ni mu ni poner mala cara. No me quiero imaginar que lo hiciesen aquí o las echan del baño a puro grito o les dan la fregona para que limpien ellas.
Después de esto nos fuimos a pasar el control policial. Me puse a mirar por todas partes y no encontré ninguna papelera ni contenedor donde echar el agua. No se me ocurrió otra cosa que poner las 2 botellas de agua una de 1,5 l y otra de medio en la bandeja y pasarla por el escáner, pensando que los funcionarios al verla ya sabían dónde tirarla. El control me pareció bastante exhaustivo, nos hicieron quitarnos hasta las zapatillas deportivas. Cuando pasamos el arco y fuimos a recoger nuestras cosas me quedé alucinada al ver allí el agua . Pues nada para la mochila. Yo no las tenía todas conmigo y pensé que tal vez habría otro control más adelante, pero no fue así.
Pasamos el control de pasaportes, y se fijaron en que tuviésemos la cartulina que cubrimos en el avión el primer día y nos pidieron el sello que habíamos comprado en el banco. Todo ok y continuamos viaje hacia nuestra puerta.
UNO DE LOS MOSAICOS DEL AEROPUERTO
Esta zona del aeropuerto está decorada con unos mosaicos muy chulos. Llegamos a nuestra puerta y como nos sobraba mucho tiempo y a estas alturas ya estaba segura de que nadie nos iba a quitar el agua. Decidimos ir al duty-free y gastar los dinares que habíamos reservado para comprar agua en alguna chocolatina o chuchería. Cogimos algunas cosillas y cual no fue mi sorpresa al llegar a la caja para pagar me dice que no aceptan dinares, que sólo euros. Pues menuda gracia. Cuentas con gastar las monedas que te sobran en el aeropuerto y en la tienda no aceptan su propia moneda. Por suerte en el bar si aceptaban dinares y así gastamos nuestros últimos dinares.
La hora del vuelo se iba acercando y en la sala de espera estábamos 7 u 8 personas. Mi marido venga a decir: Como sigamos siendo tan poco este vuelo también lo anulas. Yo ni por un momento creí que esto fuese posible. ¡Como nos van a anular 2 vuelos en un solo día!
Como tenía tiempo y estaba aburrida, se me da por ponerme a pensar. Os cuento: si cuando yo quise anular el viaje no me devolvían el dinero de los vuelos, eso quiere decir que aunque los que debían ser mis compañeros lo anulasen tampoco les habrán devuelto el dinero. Con lo cual las plazas de avión del vuelo directo a Madrid estaban pagadas aunque los pasajeros no fuesen a volar. ¿Entonces cual ha sido el motivo de la anulación de este vuelo? ¿Quién me está engañando la agencia cuando me dice que no se devuelve el importe de los vuelos o la compañía aérea cuando no vuela por no cubrir gastos? Si es que cuando a una se le da por pensar…
El vuelo era para las 10:20, llegadas las 10 llegaron las azafatas, se colocaron en la puerta y se formó la fila. Cuando nos tocó el turno nos dice que no podemos pasar. Que esa es la cola para el vuelo a Milán de las 9 de la mañana (y son las 10) Estás muy atentos a las pantallas en este aeropuerto, pues cambian las puertas de salida a última hora y sin avisar. Mientras estuvimos en esta sala cambiaron 2 vuelos de puerta (en uno llegaban los pasajeros y era la señora de la limpieza la que les indicaba cual era la nueva puerta a la que debían ir).
Pasó un rato y de pronto llegó una de las mujeres que estaba allí esperando con nosotros muy alterada y echando sapos por la boca. Lo malo hablaba en francés y no entendíamos nada. Un chico que hablaba inglés nos tradujo que el vuelo se había anulado. No puede ser. ¿Cómo nos pueden anular otro vuelo? Esto es increíble. Inmediatamente vino un representante de la compañía a hablar justo con nosotros, que éramos los únicos que teníamos otro vuelo de conexión. Nos ofreció un hotel en Túnez y salir en el vuelo del domingo con nuestros compañeros. Más decididos que nunca de que queríamos abandonar ya este país insistimos en que nos marchábamos hoy. El señor muy amable se fue a buscarnos un nuevo vuelo a Paris y una nueva conexión a Madrid, pues el que teníamos antes ya no lo podíamos alcanzar.
SALA DE ESPERA DEL AEROPUERTO
Al rato llegó el señor, salimos de Túnez en el vuelo de la 1:20 el buen hombre nos garantiza que este avión si que volará. A estas alturas comprended que ya no nos fiamos. También nos ha conseguido plazas en un vuelo de conexión .
Nos lleva a la cafetería donde la compañía nos paga unos bocadillos y unas bebidas. El buen hombre regresa en varias ocasiones para darnos las nuevas tarjetas de embarque y gestionar el cambio de las etiquetas de las maletas. Yo ya me espero que nuestras maletas con tanto cambio van a acabar en cualquier sitio de mundo menos en Madrid.
AEROPUERTO DE TÚNEZ
Os preguntares ¿Qué hicisteis tirados en un aeropuerto durante 7 horas. Pues poca cosa. Los niños vieron un par de películas en el ordenador y jugaron con las ds. Nosotros ir acumulando nervios. Pero claro en tanto rato se te da por fijarte en lo que te rodea. Nos entretuvimos un buen rato viendo los movimientos de la señora de la limpieza. Tenía un arte que no veas. Ella andaba pululando por el aeropuerto, pero tenía el radar conectado. En cuanto una persona entraba en el wc le sonaba la alarma y se plantaba inmediatamente en la puerta, de forma que te obstaculizaba la salida. No decía ni pio, pero se ponía unas monedas en la mano y las hacia tintinear para que a te dieses por aludido. ¡Qué arte tenia la buena mujer! ¡no se le escapaba nadie vivo! Yo limpiar lo que se dice limpiar no la vi mucho. Pero era el alma de la sala de espera. Que si pedir una propina, que si informar de que la puerta de embarque se había cambiado, que si prohibir hacer fotos a los aviones. No sabe esta con quien ha topado. Prohibirme a mí que haga fotos de los aviones. Con el aburrimiento y cabreo que llevaba. No discutí con ella pues no merece la pena. Me hice la niña buena y aprovechaba sus viajes a por la propina para hacer todas las fotos que me daba la gana. Lo siento, pero cuando uno está aburrido hay que buscar algo con que entretenerse. Ya más cerca de la hora de salida pusieron en la misma sala que nosotros una salida para Qatar. Y para este vuelo se sentó enfrente de nosotros una familia. Qué mal lo pasé. Nunca os ha pasado que no queréis mirar a alguien, pero los ojos se os van solos. La familia estaba formada por padre, madre y un niñito de unos 2 años. Lo que atraía mi atención era la madre. La pobre iba enfundada en una túnica negra, con pañuelo en el pelo, velo en la cara y guantes en las manos. ¡Qué calor tenía que pasar la pobre mujer! Por lo que se le veía de los ojos se notaba que tenía que ser una mujer guapísima. No veáis los números que tenía que hacer la pobre mujer para accionar el móvil, tuvo que terminar por sacarse el guante. El no va mas fue cuando su marido le trajo un bocadillo. Pobrecita, que números tenía que hacer para meter el bocadillo por debajo del velo. Yo lo que estaba esperando de un momento a otro es que el niño se enganchase al velo y le diese un tirón. Pero no aun que el niño era muy inquieto ni tocar el velo. Yo estoy segura de que si hubiesen sido mis hijos de pequeños no me dura el velo ni 3 segundos. Ya se que esto es tradición y costumbre, pero que pena me dan a mi estas cosas.
Con una hora de retraso, como es habitual en esta compañía. Se comenzó a formar la fila para el embarque. Me fijé que alguien se había dejado la cartera sobre una silla. Pregunté de quién era y no apareció el dueño. Se la entregué a la azafata creyendo que preguntaría por la megafonía de quien era. La puso encima de un mostrador y no se preocupó más.
Llegó nuestro turno en la fila y … El guardia de seguridad nos dice que no podemos pasar. ¡queeeee! Un pasajero muy amable le explicó lo que nos había pasado con el vuelo anterior y que por eso teníamos las tarjetas de embarque de un vuelo y las maletas con los papeles de otro. Pues nada erre que erre que no subimos. De entre la muchedumbre salió con brillante armadura nuestro funcionario de la compañía, que habló con el hombre y pudimos pasar. Esto es un no vivir hasta el último minuto. Cuando por fin despegó el avión respiramos con alivio. Pero no os relajéis que esto no se acaba aquí. En este vuelo nos dieron un sandwich para comer.
Llegamos a Paris Orly. Nos dirigimos a la zona de tránsito, pues en Túnez nos habían dicho que ya no teníamos que salir de esa zona ni pasar ningún otro control. Siguiendo las indicaciones fuimos a dar a un pasillo sin salida junto a un mostrador vacío. Buscamos a alguien que nos confirmase estar en el lugar adecuado. Encontramos a una guardia de seguridad, que preguntó a otra persona a donde teníamos que ir. Resulta, que no solo tenemos que salir de la zona de tránsito sino que tenemos que cambiar de terminal. ¡Menos mal que preguntamos! Si nos quedamos aquí tranquilamente esperando perdemos el vuelo. Rumbo a la salida pasamos por las cintas donde se recoge el equipaje para ver si estaban allí nuestras maletas, no sea que no estén facturadas hasta Madrid. Comprended que a estas alturas del día ya no nos fiamos de nada ni de nadie. Por suerte no estaban allí. A esta terminal del aeropuerto llegan los vuelos procedentes de países árabes. Teníais que ver el montón de soldados armados hasta los dientes que había aquí. Contrastaba con la otra terminal, la que va hacia Europa en la que no vimos ni un solo soldado. Si es que se nota la tensión que hay en este momento con estos países.
Salimos de la terminal y caminamos unos 5 o 10 minutos hasta la terminal oeste. Una vez allí, buscamos el mostrador de facturación para recoger nuestras tarjetas de embarque. Le dimos a la señora del mostrador el papelito que nos habían dado en Túnez. Yo veo que pone mala cara y empiezo a temblar. Nos comenta que 3 de nosotros tienen billete en business y uno en clase normal. ¿a que no adivináis a quien le tocó la normal? Pues viniendo de un país árabe creo que es bien fácil de adivinar. Los chicos a business y yo a normal. La buena mujer se fue muy amablemente a la oficina de la compañía para ver si podía arreglarlo. Pero no fue posible. A estas alturas y con las ganas que tengo de llegar a España yo vuelo aun que sea en el ala del avión no pongo problema. A estas alturas del día ya tenemos la moral super alta con respecto al inglés. Si hemos sobrevivido a este día, estamos preparados para viajar a cualquier país.
PUESTA DE SOL DESDE EL AVIÓN
Fuimos a la puerta de embarque indicada. Aquí ya parece que estamos en casa. Todos en al sala son familias españolas que vienen de Disneyland Paris. A la hora en punto embarcamos y partimos rumbo a España. Al final yo fui con los niños en 1ª y mi marido que es un encanto en turista. En primera te dan una bebida en cuanto te sientas, y luego nos dieron una pequeña cena. A los de turista ni agua. Aterrizamos puntualmente. Al llegar a Madrid sentimos la tentación de besar el suelo. A las 10 y 20 de la noche fuimos a recoger el equipaje y suspiramos aliviados al ver salir nuestras maletas. Al ver como venían de sucias, golpeadas y con algunos agujeros comprendimos que para ellas tampoco había sido un día fácil.
El autobús del parquin que habíamos contratado nos recogió rápido, recogimos nuestro coche sin mayor incidencia y llegamos a nuestro hotel. ¡Qué gansa de descansar y relajarnos!