PARTE 2.- EL ANFITEATRO
Salimos dispuestos a buscar un lugar donde comer, recordamos que en la guía hay una foto de unas cafeterías delante del anfiteatro, que nos dirigimos hacia él, pasamos por una calle rodeada de comercios, cuyo escenario de fondo es el magnífico anfiteatro, situado en un desnivel del suelo, bajo nosotros, una vez allí la placita es pequeña, busco algo que me recuerde la foto de la guía, y a la derecha distingo el toldito rojo, nos dirigimos hacia él mientras el hombre de la puerta se acerca a recibirnos, españoles??? Hay que ver la alegría que te da cuando estás es un sitio donde no ves ni un solo turista, y te dicen..”español”



Dentro hay una pareja de ingleses acabando de comer, el hombre muy amable nos explica el menú y pedimos, un brik y pinchos, de ternera y pollo.
Nos dice que solo tiene cerveza sin alcohol, que no está permitido la otra, bueno, pues vale, nos saca una botella grande de agua y un bote de cerveza de medio litro abollado…él no sabe si beber del vaso o del bote,




Mientras comemos hablamos con él, ahora hay poco turista, pero en verano no dan abasto, puesto que están muy bien situados, pero que solamente entran a beber algo, puesto que van en excursión organizada y el tiempo es poco, nos pregunta de donde somos y varias cositas más.
Nos avisa de que el anfiteatro lo cierran a las 17’30h puesto que están haciendo los preparativos para un espectáculo.
Nos cuesta la comida 22’50 dt, hemos comido muy a gusto, aunque el bar está un poco destartalado y con el vientecito que hace no me he quitado ni la chaqueta.
La comida muy buena, aunque ángel casi se deja los dientes con el pincho de ternera,



El anfiteatro del Djem, es el tercero en tamaño tras los de Roma y Capua, es el monumento más grandioso que dejaron los romanos en tierras africanas.
Se construyó sobre el 235 y no llegó a terminarse.
Cuenta la leyenda que durante la invasión árabe, sirvió como fortaleza a las tribus beréberes, capitaneadas por la princesa Kahina, que se refugiarón en él, donde resistió cuatro años. Se dice que fue traicionada por su joven amante que la mató y envió su cabeza al jefe del ejército árabe. También otras tribus rebeldes de refugiaron en él, produciendo daños a causa de las balas de los cañones.
En 1695, fue refugio de los partisanos, para acabar con ellos se abrió una brecha y muchos de sus bloques se utilizaron en otras construcciones.
Tiene forma elíptica y mide 150m de largo por 36 de altura, tenía cabida para 30.000 espectadores. Los sistemas y unidades de de medidas que se utilizaron en su construcción son púnicos, no romanos ,al igual que su estilo, que no es estrictamente romano.
Bajo el suelo de arena hay unos pasadizos, en forma de cruz, la más larga hoy cubierta por un enrejado metálico, tenía cámaras a ambos lados, en las que se alojaban las fieras y los gladiadores y los cristianos.
Estaba dividido en sectores, con 64 entradas, en cada una de ellas, en la parte superior se colocaban esculturas quede piedras representando cabezas de dioses o animales, para entrar había que comprar el billete, en el que se dibujaba la figura del sector escogido.
La acústica es impresionante, se oye el sonido de una moneda al caer.
Es innovador respecto a otros teatros del mundo romano, los gladiadores subían a la arena a través de unos elevadores.
A la vista su aspecto es macizo, sus arcos y sus basamentos son muy gordos, esto es debido a que la piedra de la que esta hecho es muy débil, por ello hay zonas muy oscuras, puesto que los huecos no son muy grandes.
Una vez dentro recorremos el oscuro pasadizo que rodea la arena, en su parte interior unos huecos por los que me salta algo entre las piernas..¡Dios!!!





Damos la vuelta llegando hasta la parte trasera, allí están los andamios, y los nuevos baños.
No entiendo mucho de piedras, pero diría que es una especie de arenisca,

Subimos por las escaleras hasta lo más alto, atravesando los macizos arcos que nos protegen del fuerte viento, con la sensación de que en cualquier momento nos vamos encontrar con algún personaje esperando el inicio del espectáculo.
Es una construcción espectacular, pero lo mejor no son sus vistas sino sus sensaciones... Después de un largo rato, descendemos hasta las entrañas del anfiteatro, la oscura escalerilla que nos lleva hasta abajo nos acojona, una vez allí, unos ojos nos miran desde el fondo del pasadizo,¡Dios!!!

El mirar hacia arriba, viendo el enrejado de hierro que lo cubre no hace mas que agobiarme más.
Envalentonados por nuestra linterna, nos disponemos a salir por una de las escaleras laterales que encontramos, mierda!!! Se apaga la puta linterna!!! Aagggg tengo mieditos….




El anfiteatro tenía un sistema para recoger el agua de lluvia, hoy en día esas alcantarillas están repletas de cables para la iluminación pero se aprecian igualmente, en un lado nos encontramos con un pozo, hasta aquí se debía de canalizar el agua recogida por tuberías, hoy inexistentes.
Por fin finalizamos el recorrido por el subterráneo, nunca he tenido tantas ganas de salir de un sitio,



Volvemos a recorrer en su totalidad el anfiteatro, ahora con tranquilidad y detenimiento, fijándonos en los detalles, son las cinco y veinte, así que mientras mi marido, como debe de ser me pide permiso desde la arena, salimos antes de que nos encierren en él.

En la entrada están cerrando las tiendas, compramos dos imanes con el anfiteatro, puesto que los mosaicos con nuestros horóscopos no tienen una elaboración demasiado minuciosa, vamos que son chapuceros con ganas.
Desandamos el recorrido hacia la estación de tren, por la calle repleta de tiendas a ambos lados, entramos en una papelería, ángel quiere música típica, nos atiende una niña, por detrás asoma su padre, suponemos, repanchigado en una butaca, enchufado a la cachimba, que nos dice que no tiene nada.
Observamos el H. Julius, para entrar a tomar un té, o algo calentito, pero está cerrado totalmente, como hace mucho viento vamos hacia la sala de espera de la estación, tenemos casi dos horas hasta la salida del tren. ¡¡Dios, se hace interminables, mientras va llegando gente, cada vez hace mas frío, al final cuando solo faltan 10 minutos pasamos al otro lado del andén, allí nadie se mueve, joder! A ver si nos equivocamos y nos vamos al sur,ja,ja,ja… por fin llega el tren , con 10 minutos de retraso, pero subimos agradecidos y nos acoplamos en los asientos comentando el día. Hoy el tren va lleno, hay muchos jóvenes con sus bolsas y sus portátiles, mi hija alucinaría, ja,ja,ja
Hacemos una parada técnica en Sousse, y proseguimos el viaje, llegamos a las nueve a Hammamet, ya lo tenemos dominado, ahora abrimos las puertas de la estación como pistoleros y vamos directo a los taxis, nos encontramos con el taxista maquinero del otro dia, Taj Sultan??? Sonrie.. hoy vamos con otro, hace frío pero lleva la calefacción puesta, aunque yo noto un aire fría en las piernas, mirando veo que en el lugar de la manecilla del cristal hay un agujero,


