3. Kenia: Masai Mara
Con nostalgia dejamos Zanzibar pero con ganas de iniciar esta nueva etapa del viaje. Taxi al aeropuerto (5$), volaremos a Nairobi con Fly 540 una aerolínea de “loucos”, pensaba que se llamaban asi porque a veces , hay que estar un poco locos para subirse, , pero mi marido me dice que no se escribe así , es low cost (bajo coste) Aaah
Cuelgan un cartel oxidado y a embarcar y en Mombasa escala técnica, pero nos hacen bajarnos con maletas y todo, pasar los controles, pagar el visado y volver a subir de nuevo al mismo avión.
Ya estamos en la puerta de salidas internacionales esperando a nuestros futuros amigos, y para que no haya confusión, hacemos un cartel como las grandes cadenas hoteleras, donde escribimos :“Grupo tortilla de patata”. Ahí llegan, los últimos de todo el vuelo, pero por fin nos podemos ver y tocar en carne y hueso.

Atrevesar Nairobi para llegar al primer Camp nos lleva bastante rato, porque el tráfico es caótico , pero así nos da tiempo a ir charlando.
Al día siguiente ahí estamos todos con nuestros dos flamantes coches y guías ,Martin y Samuel, , aventura hacia el Masai Mara.... Los ojos como platos viendo todo lo que pasa por nuestras ventanillas, y ahora que pasa, por que nos paramos? Pues resulta que ha habido un accidente mas adelante y hay una persona muerta en la calzada y hacen desviar los coches , saltando por la mediana hacia el carril contrario. Pues empezamos bien... con sustos y retrasos, pero peor día lleva el pobre del accidente.
El guía Sami es muy simpático y nos va dando conversación, durante unos kilómetros se enciende una luz roja y suena un pitido en el salpicadero del coche, pero nos dice que es el avisador del límite de velocidad, ostia que sofisticado. Pero unos minutos más tarde dedujimos que no avisaba del exceso de velocidad , quizás avisaba de la pròxima falta de velocidad... hablando en plata que el coche se para y nos deja tirados en la cuneta. Enseguida llama por teléfono al otro coche para que vuelva a rescatarnos.
Sugiero coger algunas cosillas de las maletas , pero todos me dicen noooo, cuando lleguemos al camp seguro que al poco tendremos nuestras cosas con el coche arreglado u otro nuevo coche. No sé , no sé , no voy a ser aguafiestas.
Así que todos bien juntitos nos vamos en un sólo coche con el guia Martin , al que ya empezamos a apodar mudito, porque es de pocas palabras. Pero venga que no decaiga, nos ponemos a cantar los hits de los 40 principales africanos.
En unos de los últimos pueblos antes de entrar en las pistas interminables camino de nuestro camp, hacemos parada para cambiar dinero, pasa un rato, y nos damos cuenta que falta el guia y Marisol, pasa el tiempo y siguen sin aparecer, empezamos a buscar por los alrededores y ni rastro, la imaginación ya empieza a volar, los habrán secuestrado? Trata de blancas? Y ya directamente donde narices están!!!. Y se nos ocurre como en las películas, ya veis que tenemos mucha sabiduría cinematográfica, cogemos la radio y Nayra dice: mayday, mayday alguien nos escucha , hemos perdido al guia Help! y estamos rodeados de vendedores insistentes , ya no sabemos que hacer SOS. No nos contestó nadie, pero David hasta envió un mensaje a la referente de la agencia comunicando nuestra situación. Finalmente aparecen juntos y felices, sólo habían ido a comprar una tarjeta de prepago para el móvil , y ya se sabe a ritmo “pole pole”.
El guia nos dice ahora “ tendréis una sorpresa, podréis disfrutar del masaje africano. La chicas sobretodo nos pusimos muy contentas e intrigadas, era todo un enigma el poder disfrutar de algo tan exótico. Qué sería, fuerte, intenso, penetrante Pues la sorpresa del masaje consistía en hacer unas pistas llenas de baches durante más de tres horas con unos vehículos que no paraban de botar y zarandearse, golpe para aquí, culazo ara allá..
Me recordaba a la película de Shrek cuando el asno preguntaba cada poco , cuando llegamos? Y nuestro guia siempre decia en una hora..... jajaja En realidad duró mas de 8 horas, hasta nos vinieron a rescatar un chico masai en una moto que nos escoltó en los kilómetros finales.
Divisamos el primer animal, Mirad un jabalí, un ñu gritabamos y fue tanta la ilusión que todos nos fuimos a la misma ventanilla, que casi hacemos volcar el coche con el peso y nuestro ímpetu.
Y extenuados entramos en el camp, y hacía tan tiempo que nos esperaban para comer, que nos recibieron unos chicos dando saltos de alegría, ostras quizás no eran saltos de alegría sino que eran masais y danzaban.
El Enkerende es un lugar encantador en medio de la naturaleza, con el río Mara lleno de hipopótamos justo delante de nuestras tiendas. El trato es agradable y se come muy bien, gazpacho a la masai por ejemplo, ja ja. Es de unos españoles y el encargado allí es Luis, un valenciano enamorado de los animales y de Felix Rodriguez de la Fuente, del que aprendemos bastante.
Antes de que anochezca vamos a hacer un walking safari, o lo que es lo mismo a caminar oteando animales, a la cabeza de la expedición Steve , que se encarga de llevarnos por el buen camino, no es un predicador, es el que está pendiente de no toparnos con un león. A lo lejos ya vemos elefantes, jirafas, gacelas, cebras...
Y cerca , muy cerca los hipopótamos, (a partir de ahora hipos para los amigos), en el rio, que comienza a activarse y abrir la boca , desperezándose para pasar la noche comiendo hierba
Antes de cenar, un vinito alrededor de la hoguera, bajo un cielo superestrellado. Como sólo hay otra pareja de españoles, pues estamos como en casa, y después de una riquisima cena pues pasamos a la carpa de zona de estar, es como un pub, y venga a beber y estrenamos una actividad lúdica que practicaremos todas las noches.... el juego de las películas, ya sabéis de donde viene algunos juegos de palabras anteriores. Nos reímos a carcajadas con la maestría de David y Nayra acertando y haciendo mímica de pelis, pero los más inexpertos también le cogen el gustillo. Y todo empieza porque mañana nos dan otra tienda con vistas al rio, que además tiene lavabo dentro, y las dos parejas se la juegan para conseguirla. No ganan Agueda y Marisol, que quedan en la tienda con el lavabo fuera y que encima llevan dos días duchándose con agua fria y a las que les irán pasando pequeñas desgracias en sus habitaciones posteriores, se les atasca el wc, otro dia tienen que compartir cama doble y cosillas así.
Os acordáis del coche estropeado, y de nuestras maletas? Pues yo sí , no han llegado y ya es la hora de ir a dormir y nosotros sin pijama.... Añoro mi cepillo de dientes, pero intento imitar la naturaleza y abrir la boca para ver si algun pajarillo viene a limpiarme los restos de comida entre mis dientes, pero no viene ninguno. Pues cojo un palito para ver si sirve para algo.
La tienda es muy cómoda, tiene su lavabo, luz del generador, y una cama confortable, y otro puntazo, nos ponen una bolsa de agua caliente a la hora de ir a dormir, sólo falta que nos arropen y den el besito de buenas noches para acabar de mimarnos.
Al dia siguiente hemos perdido a Samuel a cambio tenemos otro guía Pedro con su coche y el guia de las pocas palabras,salimos todos hacia la reserva Masai Mara, con la esperanza de ver un cruce de ñus en el rio. El desplazamiento es largo y dentro del parque la hierba está tan alta que hemos de ir descubriendo los leones agazapados.
Estabamos tan desilusioados por no haber visto el cruce que a punto estuvimos de tirar un ñu al rio, teniamos ñus, rio y supongo que cocodrilos hambrientos asi que un poco de ayudita no importaria.
No tenemos suerte con el cruce pero si vemos leones y otros animales maravillosos

Nuestros guías experimentados no tienen miedo a los feroces animales salvajes, aunque....
Cuando paramos para comer bajo un magnífico árbol, de repente vemos a Pedro correr despavorido, liado en la manta , sube al coche y arranca rápido , Jaume tiene que subir en marcha y casi queda en tierra, no entendemos nada , hasta que vemos que tenemos un enjambre de abejas que nos persigue y empiezan a entrar en el coche por el techo, y ya nos veis cerrando deprisa el techo y matando abejas. Miramos para atrás y vemos parado el otro coche, no pueden huir porque la bateria no arranca a la primera y después de unos minutos de nervios pueden ponerse en marcha. Uff. Y Lory que grita Oh my God!!, que será a partir de ahora nuestra frase favorita cuando nos ataquen los animales.
En el próximo árbol primero va una expedición de reconocimiento para comprobar que nada nos ataque... jaja Ponemos las mantas y a comer el picnic.
De regreso al Enkerende paramos en un poblado masai, el jefe de la tribu lleva las finanzas del pueblo, y nos sopla 20$ para entrar y ver como viven. Entramos en comitiva dando saltos y cantando , en un plis plas nos colocan collares y un cinturon . La integración al momento, venga todos juntos a bailar y cantar

Demostración de como hacer fuego, sin mechero, estas lecciones les irian bien a los de la isla de supervivientes. El jefe reune a todos los niños pequeños para cantarnos, como siempre los niños son un amor.
Nos enseñan una casa masai hecha con fango y boñiga, nos explican que solo hay dos habitaciones donde duermen la madre con las niñas y en la otra el padre y los niños, y surgen las típicas preguntas absurdas, ¿nunca duermen juntos el padre y la madre? Y como lo hacen... punto suspensivos... Bien , a pesar de que está pensado para los turistas, nos parece interesante y que no podiamos marcharnos sin entrar en un poblado.
Vuelta al camp y a descansar, aunque alguna compañera no puede dormir demasiado ya que tienen un león en celo que les ruge toda la noche, jaja.
Hoy vamos a hacer el safari más cerca del camp y antes de desayunar, vemos elefantes, monos, pumbas , y sólo buscamos un guepardo que alguien vió ayer, pero ese se nos resiste.
Luego nos vamos a caminar con Steve, es muy agradable poder buscar animales a pie en vez de en coche. Por la tarde, nos compensan con ir a ver unos rinocerontes blancos que estan protegidos por unos rangers, y sorpresa nos dejan tocarlos. Ahora que he visto la foto os he de reconocer que es un animal fascinante, el rinoceronte. Es muy grande, la piel durísima, una cabeza como un unicornio, cuando los ves de cerca parece que hayas viajado al pasado, a la era de los dinosaurios.
Finaliza nuestra estancia en el Enkerende de Masai Mara, guardaremos en nuestro recuerdo , las agradables veladas en la hoguera, dormir oyendo los hipos, jugar a futbolin con los masais y los desayunos delante del río.