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¿De qué material están hechos los sueños cumplidos?
Para mí de una mezcla equilibrada de ilusiones, energías dirigidas, confianza, trabajo y tesón.
Una nunca sabe cuándo un sueño se va a materializar, ni cuándo una experiencia te va a dejar marcada de por vida, ni cómo una charla inocente puede desembocar en “ese viaje”, pero me gusta vivir la vida soñando caro porque pienso que para que una meta cobre vida primero hay que poder soñarla, imaginarla, visualizarla y sembrar la ilusión. Y tengo la idea de que si sabes regar la semilla acabará creciendo y cobrando vida.
Como dice el principito: “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres.”
Esto se traduce en que para mí los viajes se disfrutan mucho antes de vivirlos.
Hay todo un mundo por explorar, interno y externo, y la vida pertenece a las personas valientes, como dice Serrat: “a los que saben usarla”.
Todo este prólogo está destinado a introducir el nacimiento de esta aventura por las antípodas, un sueño infantil, una odisea mítica y una utopía que dejó de serlo a finales del año 2011.
¿Por qué entonces este diario ve la luz más de cuatro años después?
En parte por un deseo “egoísta” de recordarlo con mayor nitidez, y en parte para ayudar a otros viajeros que tienen en mente realizarlo, aunque sólo sea parcialmente, algún día.
En vista de que el viaje se compuso de dos partes y dos meses claramente diferenciados, un mes en Australia y otro en Nueva Zelanda, para hacer más llevadera y sencilla su lectura lo dividiré en dos diarios, correspondientes a cada uno de los países.
Como digo, para mí todos los viajes tienen tres partes que disfrutar: la preparación, la vivencia y el recuerdo.
Escribir más de cuatro años después de que haya tenido lugar el viaje dificulta el hecho de concretar datos y experiencias, pues la fragilidad de la memoria y la narración que nos hacemos de lo vivido tiene mucho de ensoñación, así que llenaré las etapas de información objetiva actualizada, correspondiente al momento actual, y de las anécdotas, fotografías y recuerdos personales lo más cercanos a la realidad que me sea posible.
Las motivaciones de realizar un viaje como este son muchas pero la logística que te permite materializarlo, ampliando el mes de vacaciones, viajando fuera de nuestro verano y dejando bien atadas tus responsabilidades, es más complicado.
Una vez tomada la decisión, en nuestro caso, fueron necesarios mucho tiempo de ahorro, dedicación absoluta a la investigación y preparación y posterior sequía en cuanto a planes viajeros durante otra gran cantidad de tiempo.
Siempre digo que si volviera a vivir sólo cambiaría una cosa y es haber dedicado un tiempo cuando tenía entre 18 y 25 años a viajar por el mundo de mochilera, trabajando y disfrutando de experiencias.
Ahora es mucho más sencillo, hay mucha más información, existen medios y opciones para hacerlo y una gran red de posibilidades a todos los niveles (alojamiento, vuelos económicos, erasmus y todo tipo de becas, consumo colaborativo, internet, un mundo mucho más globalizado y accesible a estas “aventuras”).
Yo no tuve esa suerte y con los años a veces es mucho más complicado “dejarlo todo” para lanzarte sin red, pero tampoco quería quedarme en viajes de un mes o menos una vez al año, así que investigamos cómo podíamos viajar un par de meses “fuera de temporada” y ya no hubo vuelta atrás.
Mi recomendación es que si sois jóvenes, o estáis en circunstancias vitales particulares (un trabajo que no os gusta, estáis en paro, etc.) hagáis este tipo de viajes o la vuelta al mundo sin las ataduras a las que nos encorsetan los “trabajos fijos”.
Tanto si vais a hacer este viaje por libre o agencia, un mes o un año, espero que este par de diarios os ayuden y espero poder transmitiros emocionalmente la importancia que tuvieron para nosotras
Últimos comentarios al diario: 
Estoy de acuerdo contigo, en los viajes como en la vida, la actitud es una parte fundamental para construir tu felicidad y disfrutar de cada pequeño detalle, tú eliges dónde centrar la atención y con qué quedarte. Cada viaje tiene dificultades, frustraciones, retos e incidencias pero para mí son algo a asumir y que nunca ganan a la ilusión y dusfrute. Acabo de volver del viaje más cansado de mi vida y tardaré un tiempo en recuperarme pero espero no tardar 4 años en volver a escribir 
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