A la hora acordada nos pasan a recoger por el hostal para ir a hacer rafting. Primero elección del material, luego unas explicaciones de seguridad y ensayos fuera del agua y listos. Tras las lluvias de los últimos días el río viene muy crecido y estamos hablando de un nivel cercano a 4 de 6 según los guías. La verdad, que nos acercamos al río, vemos la primera curva por la que deberemos pasar y asusta un poco. Hemos realizado rafting en diferentes lugares del mundo, pero nada parecido a esto. La aventura espectacular, vamos 3 grupos y un chico de seguridad en un kayak.
Debemos remar duro para sortear los diferentes tramos. Los guías tienen mucha experiencia y se nota. Incluso, hay determinadas zonas en las que nos tenemos que meter dentro de la balsa, para evitar caer al agua.
Tras terminar el descenso, nos damos un chapuzón y vamos a comer. La actividad comenzó a las 09:00 y terminamos sobre las 14:00. A la tarde nos dejan en el hostal las fotografías que nos han sacado con las Gopro.
Aprovechamos para descansar en la terraza del hostal que tiene unas vistas increíbles, porque a la tarde tenemos la ruta de las cascadas. A las 15:30 nos pasan a buscar en la "chiva parrandera", una colorida camioneta con música regueton demasiado alta como para disfrutar de lo que pensábamos iba a ser un trayecto relajante y tranquilo.
En el recorrido hay ciertas cascadas en las que paramos sin bajar, para tomar fotos desde la misma chiva. La primera parada es una tirolina o canopy en Río Blanco. Tienes la opción de tirarte por una tirolina de unos 600 mt sentado, a lo superman o bocabajo como un murciélago. Se pueden tirar máximo 3 a la vez y comentar que también puedes pasar con la bicicleta. Aunque yo tengo vértigo, decidimos tirarnos a lo superman. Nos cuesta 10$ por persona y 5$ el video. El cañón además es bastante profundo, y aunque desde fuera no parece que se vaya muy rápido, en persona la experiencia impresiona más.
Nuestra segunda parada es la cascada de San Pedro donde se puede realizar un trayecto de ida y vuelta en una tarabita (para los menos arriesgados). Nosotros esperamos sacando unas fotos desde el mirador.
La última parada es la cascada del Pailón del Diablo. Se paga 1,50$ al entrar y tras caminar durante unos 15-20 minutos, llegamos a un par de puentes colgantes desde donde la empezamos a ver. El camino finaliza en un mirador que queda a media altura de la cascada.
Desgraciadamente no tuvimos posibilidad de ver la cascada del Manto de la Novia, por los desprendimientos.
Si se dispone de tiempo veo más interesante realizar la ruta de las cascadas que baja desde Baños a Puyo en bicicleta (5$) y subir en unas camionetas que te llevan también la bici (2$).
Regresamos de la excursión sobre las 19:00 y nos vamos a dar un baño a las termas de la Virgen, que se encuentran a unos 15 minutos andando del hostal. Pagamos 3$ por entrar y 0,50$ por alquilar un gorro que es obligatorio. En el piso de arriba, un señor gestiona unos guardaropas gratuitos. Las termas constan de dos pisos con piscinas y chorros de aguas termales con diferentes temperaturas, y también de agua helada para los valientes como mi chica. Desde la piscina de arriba disfrutamos de las vistas a la cascada, que por la noche está iluminada.
Sobre las 21:00 volvemos al hostal para dejar la ropa mojada y vamos a cenar al mismo sitio de ayer. Hoy nos damos el capricho de compartir una parrillada con unas bebidas (11$ los dos). Todo está buenísimo, y la dueña se alegra de volvernos a ver.
Debemos remar duro para sortear los diferentes tramos. Los guías tienen mucha experiencia y se nota. Incluso, hay determinadas zonas en las que nos tenemos que meter dentro de la balsa, para evitar caer al agua.
Tras terminar el descenso, nos damos un chapuzón y vamos a comer. La actividad comenzó a las 09:00 y terminamos sobre las 14:00. A la tarde nos dejan en el hostal las fotografías que nos han sacado con las Gopro.
Aprovechamos para descansar en la terraza del hostal que tiene unas vistas increíbles, porque a la tarde tenemos la ruta de las cascadas. A las 15:30 nos pasan a buscar en la "chiva parrandera", una colorida camioneta con música regueton demasiado alta como para disfrutar de lo que pensábamos iba a ser un trayecto relajante y tranquilo.
En el recorrido hay ciertas cascadas en las que paramos sin bajar, para tomar fotos desde la misma chiva. La primera parada es una tirolina o canopy en Río Blanco. Tienes la opción de tirarte por una tirolina de unos 600 mt sentado, a lo superman o bocabajo como un murciélago. Se pueden tirar máximo 3 a la vez y comentar que también puedes pasar con la bicicleta. Aunque yo tengo vértigo, decidimos tirarnos a lo superman. Nos cuesta 10$ por persona y 5$ el video. El cañón además es bastante profundo, y aunque desde fuera no parece que se vaya muy rápido, en persona la experiencia impresiona más.
Nuestra segunda parada es la cascada de San Pedro donde se puede realizar un trayecto de ida y vuelta en una tarabita (para los menos arriesgados). Nosotros esperamos sacando unas fotos desde el mirador.
La última parada es la cascada del Pailón del Diablo. Se paga 1,50$ al entrar y tras caminar durante unos 15-20 minutos, llegamos a un par de puentes colgantes desde donde la empezamos a ver. El camino finaliza en un mirador que queda a media altura de la cascada.
Desgraciadamente no tuvimos posibilidad de ver la cascada del Manto de la Novia, por los desprendimientos.
Si se dispone de tiempo veo más interesante realizar la ruta de las cascadas que baja desde Baños a Puyo en bicicleta (5$) y subir en unas camionetas que te llevan también la bici (2$).
Regresamos de la excursión sobre las 19:00 y nos vamos a dar un baño a las termas de la Virgen, que se encuentran a unos 15 minutos andando del hostal. Pagamos 3$ por entrar y 0,50$ por alquilar un gorro que es obligatorio. En el piso de arriba, un señor gestiona unos guardaropas gratuitos. Las termas constan de dos pisos con piscinas y chorros de aguas termales con diferentes temperaturas, y también de agua helada para los valientes como mi chica. Desde la piscina de arriba disfrutamos de las vistas a la cascada, que por la noche está iluminada.
Sobre las 21:00 volvemos al hostal para dejar la ropa mojada y vamos a cenar al mismo sitio de ayer. Hoy nos damos el capricho de compartir una parrillada con unas bebidas (11$ los dos). Todo está buenísimo, y la dueña se alegra de volvernos a ver.