No eran ni las 7Am y el despertador ya estaba dando guerra. ¡Arriba! Tenía que exprimir a tope este día y el madrugón lo recibí con gusto.
Desayuné, cogí el coche para ir a recepción y hacer el check-out y me puse en marcha. Tenía algo más de una hora y media de camino hasta Casey Key, que había leído que era una bonita zona de playa. De camino reposté: 2.03$ el galón de gasolina. Maravilloso (echad cuentas a ver a cuánto sale el litro en euros… O mejor no las echéis si no queréis que os salga humo por las orejas

Algo antes de las 10 llegaba a la playa. El párking es gratuito, en eso hubo suerte. En lo demás, no mucha: el mar venía bravísimo, con un color extraño y en la orilla había una tremenda cantidad de peces muertos



Después de mi paseo por Casey Key, emprendí camino hacia Siesta Beach (en Siesta Key) para ver si tenía más suerte. Se supone que Siesta Beach es una de las 10 playas más bonitas de USA (hay quien incluso la coloca en primer lugar), así que tenía mucha curiosidad por llegar allí y ver qué me encontraba. Según me estaba acercando, un grupo de nubes negras como el tizón tuvieron a bien darme la bienvenida y el chispeo inicial se convirtió en un aguacero importante. Por suerte, no fue nada que no se arreglara pasando un rato en el coche en el párking de Siesta Beach, es lo bueno de estas tormentas pseudo-tropicales (por cierto, párking gratuito también, estaba en racha en ese sentido).
Vi que cerca del párking había todo tipo de servicios antes de llegar a la playa: baños, restaurante, bancos para comer, etc. Accedí a la playa y… Bueno, está bien, vale, de acuerdo. ¿La mejor de USA? ¿Entre las 10 mejores? Mucho hype ahí



Aquí también me encontré bastantes peces muertos en la orilla, pero en menor proporción que en Casey Key. La verdad es que el agua estaba bien caliente, pudo ser la causa… Pero es pura especulación, porque en Miami Beach estaba igual de caliente y la orilla no parecía una pescadería.
En fin, aquí sí me pude dar un buen baño porque el mar estaba tranquilo. Entre pitos y flautas se acercaba la hora de comer. Tenía anotado el Sun Garden Café y eché una mirada a internet para contrastar opiniones. En lugar de eso pegué un respingo rápido porque google me decía que el sitio cerraba las 2.30pm (es de desayunos y brunch). Menos mal que me dio por mirarlo, porque yo iba con toda la calma. Plegué los trastos, me cambié para quitarme la ropa mojada y vestirme como una persona humana que va a ver museos (wait for it!) y me fui al restaurante. La verdad es que fue un acierto, comí una hamburguesa buenísima y un refresco por 20$.
Salí de comer a la hora del cierre y tenía toda la tarde por delante. Mi amiga me había recomendado que, si me daba tiempo, no dejara de visitar el museo de Dalí en St. Petersburg (sí, hay un San Petersburgo en Florida, camaradas


Antes de arrancar, eché un vistazo al tema del párking allí. El del museo cuesta 10$ pero tras una búsqueda aquí y allá encontré uno en superficie por 5$ a 6 minutos caminando (por si a alguien le interesa está en el número 52 de 1st Avenue SE). Pues nada, ¡botón de arranque y a ver cuadros!

Me las prometía demasiado felices: atasco, desatasco, lluvia, atasco, desatasco…



Compré mi entrada por los 10$ prometidos, me hice con la audioguía gratuita (de la que había leído maravillas) y a las 5pm en punto empecé la visita. Qué decir: Me encantó

En cuanto al tema de la perspectiva, uno de los ejemplos más claros, pero no el único, es el cuadro de su mujer Gala desnuda mirando al mar, que al alejarnos 20 metros y volver a mirarlo se convierte en la cara de Lincoln. Awesome. Como diría Coco en Barrio Sésamo: "Hola, amigos, voy a explicaros la diferencia entre cerca y lejos":



Otro ejemplo: minipunto positivo para quien vea la cara de Voltaire en el centro de este cuadro en lugar de dos mujeres de la época:

También me pude echar unas risas con los nombres de los cuadros. La maravillosa audioguía ayudaba mucho a comprender la temática. Aquí algunos ejemplos que confirman la excentricidad de Dalí (espero que se vean bien las letras de los títulos):


Y por último, y a riesgo de ser pesada con tanto cuadro, uno que me atrajo mogollón. Y tampoco sé por qué. Volví a verlo no sé cuántas veces. "Aparato y mano" se llama. Esos tonos azules… Ni idea, será que soy amante del mar


En la zona de exposición itinerante del museo había una muestra sobre Ferrán Adriá y todo el tema del Bulli. Lo comparaban incluso con Dalí (no me atrevo a emitir un juicio sobre esta comparación). Di un garbeo por allí pero lo cierto es que entre pitos y flautas consumí las 3 horas de visita y llegaba la hora del cierre. Bajé al jardín y dejé mi entrada (que tenía forma de pulsera de papel) atada a un árbol y pedí el correspondiente deseo (parece que es lo habitual, el árbol está llenito). Me encantó este museo, creo que queda claro. Si tenéis oportunidad, no dejéis de visitarlo. Y sí, tiene delito que me tenga que haber ido a USA para ver la obra de Dalí. Minipunto negativo para mí

El caso es que eran las 8pm y venían unas nubes que daban casi tanto miedo como los truenos y relámpagos que generaban. Fueron buenas conmigo y me dieron tiempo para llegar al coche. Fue cerrar la puerta y empezó a jarrear agua como si no hubiera un mañana

Bien, en ese momento la situación era la siguiente: 8.30pm, 450Km hasta mi querido Miami Beach y tenía que devolver mi casi tan querido Nissan Máxima a las 9Am del día siguiente. Esa noche no tenía alojamiento ni nada planificado (quién me ha visto y quién me ve…) así que las opciones eran o bien tirar hasta SoBe y ya dormir allí o bien ir a algún motel y luego pegarme el cojo-madrugón para llegar al aeropuerto de Miami a las 9Am. Qué demonios, me apetecía conducir, tenía fruta para alimentarme en el trayecto (lo que me llena a mí una Burger yanqui no está escrito) y si me entraba el cansancio infinito, siempre podía parar y coger una habitación sobre la marcha en algún sitio.
Dicho y hecho. Emprendí el camino de vuelta (1.25$ también para cruzar el puente de St. Petersburg en dirección salida), con mucho tráfico y no menos agua al comienzo. Luego la cosa se calmó y con las bondades del coche y su cambio automático, el viaje no se me hizo nada largo.
Eran cerca de la 1Am cuando cruzaba el MacArthur para entrar en Sobe por la 5st. Aparcar en la calle en SoBe es motivo de TOW inmediato (qué pesados con el TOW, TOW everywhere), así que lo llevé a un párking en Collins con la 7st, que es de los pocos en los que va la cosa a 1$ por hora. De ahí hasta casa de mi amiga, utilicé una de mis queridas (qué de amor) bicicletas. Tenía que ser graciosa mi estampa con la maleta tamaño cabina en la cesta de la bici y mi mochila a la espalda

El roadtrip había acabado. Todo había salido bien, había visto muchas cosas nuevas (que después de unos días en SoBe, agradecí) y me lo había pasado estupendamente. Era hora de descansar, que mañana había que madrugar para devolver el coche a Álamo.
