Knysna es una pequeña ciudad situada en el corazón de la famosa Garden Route que recorre la costa sudafricana. Y un lugar fantástico para estar un par de días. Aunque de entrada te pueda parecer demasiado “turística”, que lo es, pero al menos en agosto, al ser invierno allí y no existir en ningún momento aglomeraciones de gente, para nosotros fue uno de los lugares “top” del viaje.
Knysna
La ciudad está situada en una gran bahía casi totalmente cerrada, cuyo único acceso al mar es a través de una boca de unos cien metros de ancho, encajada entre unos grandes acantilados. Esta zona, conocida como Knysna Head, nos cautivó. Pasamos más de un par de horas, primero mirando el paisaje desde lo alto del acantilado, para bajar después hasta la parte a ras de agua y ahí, sentados, viendo el romper de las olas en los acantilados, mientras el sol se iba poniendo, disfrutamos de uno de los mejores momentos del viaje.
Knysna Heads
Además, tuvimos la suerte de ir a dar con el Waterfront Lodge, un B&B de verdadero lujo, donde por 75€, dormimos en una suite con jacuzzi y terraza y además, disfrutamos de un pantagruélico desayuno y de las atenciones de los propietarios, que no dejan de aconsejarte acerca de que hacer, a donde ir a comer, que ver… y de remate, al levantarnos por la mañana, vimos que nos habían limpiado el coche! Si alguno se acerca a Knysna, le recomiendo encarecidamente que intente buscar habitación ahí, para mí un 10 y junto al alojamiento que encontramos en Cape Agulhas, los dos mejores del viaje sin ningún tipo de duda.
Disfrutando del espectaculo en Knysna Heads
A parte de Knysna Heads, el pueblo tiene un bonito Waterfront, con diferentes restaurantes, tiendas, etc. Y además esta Thesen Island, una isla en el interior de la bahía, conectada a tierra por un puente y en la que se encuentra The Turbine Boutique Hotel & Spa, un lujoso hotel al que vale la pena acercarse, aunque no te alojes en él, a tomar una copa en su bar y poder dar una vuelta por el edificio para poder admirar su arquitectura. Se trata de un edificio que antiguamente era una central eléctrica (de ahí su nombre) y han convertido en un exclusivo hotel boutique de 5 estrellas. Toda la maquinaria antigua que se usó en esta central eléctrica ha sido cuidadosamente restaurada y forma parte de la decoración del hotel.
Además de todo lo expuesto, para los amantes del trekking, Knysna se encuentra rodeada de pequeñas colina y bosques por los que puedes encontrar infinidad de rutas de senderismo, aunque por desgracia, en 2016 un gran incendio forestal destruyo una parte muy importante de esos bosques, aún quedan espacios por recorrer. Y lógicamente, tratándose de una ciudad marítima, la posibilidad de practicar todo tipo de deportes acuáticos, navegación, etc.
A pesar de estar allí en temporada baja, más de la mitad de los locales de ocio, restaurantes, bares, se encontraban abiertos, así que ningún problema en encontrar un lugar para comer o cenar o para ir a tomar unas copas después de cenar.
En resumen, para mí, Knysna es un lugar de parada obligatoria si estás haciendo la Garden Route.