Después de pasar una noche en el barrio Adrogué de Buenos Aires, recorremos una parte de la Patagonia, desde San Martín de los Andes a El Bolsón, pasando por la famosa ruta de los Siete Lagos y visitando los alrededores de San Carlos de Bariloche y El Bolsón.
Argentina Después de pasar una noche en el barrio Adrogué de Buenos Aires, recorremos una parte de la Patagonia, desde San Martín de los Andes a El Bolsón, pasando por la famosa ruta de los Siete Lagos y visitando los alrededores de San Carlos de Bariloche y El Bolsón.
BUENOS AIRES - ADROGUË
Llego la noche del 25.12.2017, día de Navidad, al aeropuerto internacional EZEIZA de Buenos Aires después de un vuelo tranquilo de unas 12 horas en IBERIA, desde Barcelona con escala en Madrid (790 € ida y vuelta). He pasado la Nochebuena solo en la terminal del Prat de Llobregat y la Navidad volando sobre el Atlántico.
Los trámites del control son rápidos, no hay mucha gente y además llevo solo el equipaje de cabina (una mochila que se adapta muy bien a todas las exigencias de las compañías aéreas), como los viajeros expertos. Previamente había leído los consejos de SKYSCANNER.
Antes de salir del aeropuerto me dirijo a la oficina del Banco Nacional para cambiar unos pocos euros por pesos argentinos, con un cambio mucho más favorable (21 pesos por euro) que la casa de cambio del aeropuerto del Prat (17 pesos por euro).
Tomo un taxi en la oficina de remises que está dentro del propio aeropuerto de Ezeiza, que me cobra 680 pesos para llevarme a Adrogué, frente a los 400 – 500 pesos que me aconsejaba el dueño del hotel donde voy a hospedarme. No tengo más remedio que optar por esta empresa, ya que la oficina que está en el exterior todavía me cobra más, y no es cosa de jugármela en mi primera noche en Buenos Aires.
Con el taxista hablamos un poco de todo, política, trabajo…. Me comenta que el sueldo base argentino son unos 7.500 – 8.500 pesos, es decir, entre 300 y 350 euros. El cobrará 120 pesos de los 680 que he pagado, el resto van al propietario del taxi.
Es de noche pero aun así puedo apreciar el estado de abandono de las afueras de Buenos Aires, que ya me habían comentado algunos amigos viajeros: aceras sin pavimentar, edificios descuidados, suciedad, infraestructuras anticuadas… el diseño de la red viaria es caótico, para llegar al hotel hacemos muchos quilómetros por carreteras secundarias y calles y más calles.
La villa de Adrogué me impresiona negativamente y me espero lo peor cuando llegue al hotel, la Casa Blanca Adrogué en la calle Bartolomé Cerretti 1182. Pero no es así, el hotelito está en una calle bastante decente, muy tranquila; se trata de una casona antigua cuyo interior respira vetustez, mientras que la habitación que me asignan es muy confortable, con una buena cama de matrimonio, baño privado, cocina con todos los complementos, pequeña nevera; el mobiliario es una mezcolanza de estilos y calidades, pero combinados con acierto y buen gusto; en fin, vale los 51 euros que pide por noche. El dueño es un señor peruano que me recibe con gran amabilidad.
Salgo inmediatamente a cenar un poco y encuentro un chiringuito en una plaza cercana, un lugar llamado QUATTRO. Como un par de empanadas y una cerveza. Es una noche calurosa y los parroquianos me dejan sitio en la única mesa que hay en el exterior, lo que me permite entablar conversación de inmediato. Ya me doy cuenta que la gente aquí es muy extrovertida y les encanta platicar, especialmente cuando notan que soy español, lo cual no resulta muy difícil. Se extrañan que me haya alojado en la periferia de Buenos Aires, pero les explico que era el hotel disponible y de precio razonable más cercano a Ezeiza, donde tengo que volar al día siguiente a Bariloche. Me explican que Adrogué fue fundado por la gente pudiente de Buenos Aires que huía de las epidemias de fiebre amarilla que se produjeron en la capital a finales del siglo XIX.
26.12.2017
Al día siguiente, después de desayunar en una cafetería cercana, me encamino a la plaza Almirante Brown, donde me han dicho que está la casa del insigne escritor Jorge Luis Borges, a pocas cuadras (manzanas) del hotel. No hay gran cosa que ver pero nos encontramos ante la casa donde Borges pasó parte de la infancia, y de la cual, en consecuencia, guardaba un buen recuerdo.
Regreso al hotel y convengo con el dueño el traslado al aeropuerto. Al final, por 71 euros pago el hotel y el transporte ahorrando dinero respecto a lo que me hubiera cobrado un remise. Aprovecho para hablar de todo un poco también: Perú, Argentina, la política en Sudamérica, la corrupción. Pasamos junto a la Euskal Etxea, el impresionante colegio privado que fundaron los emigrantes vascos.
Normalmente los vuelos locales no parten del Aeropuerto Internacional Ezeiza sino del más céntrico Jorge Newbery, más conocido por Aeroparque, pero en algunos casos hay también vuelos locales en el Ezeiza, como el que tomo yo a San Carlos de Bariloche y a donde llego en un tiempo de algo menos de dos horas y media (172 € solo ida).
Allí me están esperando unos amigos para llevarme a El Bolsón, donde acabaré de pasar las Navidades. Nada más salir del aeropuerto queda uno extasiado ante la visión del inmensamente azul lago Nahuel Huapi que baña la turística localidad de Bariloche. La continuación por la mítica nacional 40, que recorre la Patagonia de norte a sur, nos permite disfrutar de más visiones de lagos y altas montañas; estamos pegaditos a los Andes y el ambiente alpino se respira por doquier.
El poder disfrutar de una parte del viaje en compañía de amigos locales te permite entrar en una nueva y más profunda dimensión. Al disponer de un mes para mi estancia en Argentina, me permito tomarme mi tiempo para gozar de la compañía, meterme en la vida cotidiana de los argentinos, intercambiar experiencias, probar sus típicas comidas caseras en sus hogares, participar en sus celebraciones, en fin, no hace falta que explique más cuestiones obvias. La gente aquí es tremendamente acogedora, incluso cariñosa, y siempre están interesados en que lo pases lo mejor posible.
EL BOLSON
El resto de días de Navidad nos dedicamos a conocer El Bolsón y sus alrededores. La localidad de El Bolsón, de unos 20.000 habitantes, está emplazada en un amplio valle enmarcado por el cerro Piltriquitron al este y los preandes al oeste. Las montañas circundantes están pobladas de bosques de coníferas, mientras que en el valle se crían campos de frutales. Había leído que la ciudad fue fundada o al menos engrandecida por grupos de hippies nacionales y extranjeros que huían de las grandes ciudades y buscaban paz y prosperidad en esta remota región. En realidad actualmente yo veo que el Bolsón es, eminentemente, una ciudad de turismo veraniego de montaña (aunque apenas está a 400 metros de altitud), como lo puede ser nuestros Benasque o Jaca. La única reminiscencia hippie que queda es el mercadillo semanal de artesanos que venden ropa u objetos de madera; allí compro alguna bisutería de rodocrosita o rosa del inca, la piedra semipreciosa de los Andes argentinos, para regalar a mi vuelta.
Hay buenos restaurantes como Jovita, Patio Venzano o la excelente parrilla Carlitos, donde degustar una buena carne vacuna o una trucha. Y para beber os recomiendo un vino blanco torrontés (Don David es excelente) o un tinto malbec, aunque las cervezas artesanales como la Patagonia también son muy apetecibles en verano. Otra opción interesante es el restaurante El Pirque, en un emplazamiento lindo del cercano pueblo de El Hoyo. En todos estos lugares podemos comer bien por 300 – 400 pesos argentinos (14 – 18 euros), que comprende plato principal, bebida y postre o café; en Argentina no existe nuestro menú del día, sino el plato del día.
Una de las excursiones típicas desde El Bolsón es la visita al Parque Nacional del lago Puelo, a 18 km de distancia, donde se puede llegar en transporte público. Vale la pena visitar este gran y frecuentado lago enmarcado entre altas montañas andinas, que separan Chile de Argentina. Otras excursiones cercanas son a las cascadas Escondida y Mallín, en el río Azul, donde podemos llegar en remise o taxi.
Para los más intrépidos reservo la ascensión al Cerro Piltriquitron (“colgado de las nubes” en lengua mapuche), de 2.260 metros de altitud. Si se asciende a pie desde El Bolsón son 1.800 metros de desnivel, es decir entre 4 y 5 horas de ascensión, pero la cosa puede suavizarse si alquilamos un remise que nos suba a la llamada “plataforma” a 1.200 metros de altitud. Desde ahí nos acercamos al refugio guardado en aproximadamente una hora de andadura, pasando por el célebre “bosque tallado” que los escultores locales han creado aprovechando los troncos secos.
Los auténticamente montañeros no dejarán de alcanzar la cima en unas dos horas, para dominar una vastísima panorámica que abarca una buena porción de los Andes, desde el lago Puelo al sur hasta el pico Tronador al norte.
Una vez recorrido El Bolsón y sus maravillas naturales, nos centramos en la architurística Bariloche. El bus de El Bolsón a Bariloche vale 135 pesos y tarda unas dos horas en el trayecto.
SAN CARLOS DE BARILOCHE
11.1.2018
San Carlos de Bariloche, normalmente conocida por Bariloche, es con sus más de 100 mil habitantes la gran capital de la Patagonia y uno de los centros principales de turismo invernal (esquí) y también estival, pudiendo duplicar su población en los meses de enero y febrero, meses que es mejor evitar en todos los destinos turísticos argentinos, ya que coincide con sus vacaciones escolares. Si evitamos esos dos meses, evitaremos las aglomeraciones provocadas por el turismo nacional y conseguiremos mejores precios en vuelos y estancias.
En Bariloche nos alojamos en el hotel Eco Ski (52 €), totalmente renovado pero con camas individuales muy pequeñas, y en el Soft Bariloche (72 €), un poco más antiguo, pero con camas enormes. Ambos alojamientos muy cerca de la calle peatonal Mitre que es el concurrido eje principal de la ciudad y que lleva al Centro Cívico. Aquí podemos tomar algo en las coquetonas chocolaterías Rapa Nui o Mamuschka.
Para ver los bellísimos alrededores de Bariloche, lo mejor es alquilar un coche. Nosotros lo alquilamos en Hertz, a razón de 80 euros diarios; había otras agencias locales más baratas pero no tenían vehículos disponibles en esas fechas; en cualquier caso el alquiler de coches en Argentina es más caro que en Europa. También hay que decir que el permiso de conducir español sirve en Argentina sin que precisemos ningún tipo de autorización adicional.
Durante la mañana del primer día nos dedicamos a recorrer la carretera que lleva al Llao Llao, bordeando el inmenso lago Nahuel Huapi, con bellas villas y jardines que jalonan todo el trayecto. En Llao Llao tenemos un parque municipal en el que podemos hacer un paseo entre los espigados árboles coihues, y con suerte ver los pájaros carpinteros gigantes.
No dejemos de hacer una visita al hotel Llao Llao, considerado el mejor de Argentina, y tomar un café servido en cubertería de plata en el cálido salón o en la amplia terraza, con espléndidas vistas al lago.
Por la tarde recorremos el famoso trayecto de la nacional 40 conocido como la ruta de los Siete Lagos, que comienza en Villa La Angostura, a 80 km de Bariloche. Resulta difícil decidir cuál es el lago más bonito: Correntoso, Villarino, Hermoso, Escondido….y así llegamos al anochecer a San Martín de los Andes, junto al lago Lácar.
San Martín es una ciudad architurística y posiblemente la más cara de todo Argentina. En el hotel Le Chatelet, que no es nada del otro mundo, nos cobraron 88 euros la noche (lo he consultado para abril y vale 43 euros), pero es que los restaurantes y cafeterías estaban en consonancia. Supongo que aquí hacen “el agosto” en enero. Casi todas las atracciones se ubican, ¡cómo no!, en la avenida San Martín. Resultan curiosas las estatuas hechas con botellas de plástico en la también plaza San Martín. Teníamos recomendada una visita al Museo de los Primeros Pobladores, de carácter arqueológico y etnográfico, pero nos encontramos que se utilizaba para una exposición de pinturas del artista y naturalista húngaro afincado en Argentina Ivan Moricz Karl, que reflejan con extraordinario realismo algunos animales salvajes de la Patagonia.
12.1.2018
De buena mañanita abandonamos San Martín por la misma ruta por la que habíamos venido el día anterior, pero a la altura del río Hermoso tomamos la carretera sin asfaltar, lo que aquí llaman pista de ripio, nº 63 en dirección al lago Maliquina. La ruta sigue el lecho del río Hermoso, que cruza varias veces sobre unos pintorescos puentes de madera, recorriendo parajes solitarios entre sugerentes desfiladeros de roca. Alcanzamos el paso Córdoba, donde hacemos las fotos de rigor, y descendemos hacia la Confluencia. Cruzamos el río Traful, para inmediatamente tomar a la derecha otra carretera de ripio, la nº 65, en dirección a Villa Traful.
La carretera remonta por la ladera sur del espectacular lago Traful. Nos detenemos en el Mirador del Viento para admirar la grandiosidad del paraje. En Villa Traful existen dos pequeñas excursiones a sendas cascadas de Arroyo Blanco y Coa Co, que se pueden hacer en menos de un par de horas. Y para reponerse del “agotador” paseo nada mejor que acabar tomando algún trozo de tarta en la terraza de la pastelería Ñancu Lahuen, y coger fuerzas para el largo regreso a Bariloche.
Para despedirnos de Bariloche cenamos en la terraza de la archirecomendada Trattoria de la familia Bianchi, pero al parecer papa y mama Bianchi se han separado y ahora se llama Familia de Caso y llevan el restaurante sus hijos, y la verdad es que los risottos que pedimos eran bastante decepcionantes.
Ya, si lo entiendo, pero no tengo ni tendre mas dias... mas de 8-9 dias no los puedo cuadrar, y aunque pudiese pillar un par mas en semana s., los vuelos en esas fechas se disparan
Yo saque 9 dias alli. Sali un viernes por la tarde y aterrice un Lunes a las 07:00. Gaste 5 dias de vacaciones.
Y vole con frees. Si me tengo que dejar 1000eur o 700eur e ir apurado.. creo que elgiria otro destino.
Pero si sacas unos vuelos a precio de "chollo" + tienes 8-9 dias enteros aprovechables, iria.
carrio Dr. Livingstone Feb 22, 2007 Mensajes: 9796
Si el vuelo te cuesta 570€ y consigues 8 noches, pues quizá, pero de ahí tienes que conseguir vuelos internos por poco precio (depende de lo que quieras gastarte) y en horarios decentes: salir a las 4:00 desde BsAs a Calafate para llegar a las 7:00 y tener todo el día y salir a iguazú por la tarde muy tarde y llegar para dormir y por la mañana ver las cataratas en los dos países.
En resumen, 4 (o 3 si no quieres hacer trekkings) noches en Calafate + Chaltén, 2 en iguazú y el resto en BsAs.
BA - Iguazu por la noche y vuelta por la noche. Hice 2 noches en Iguazu y me sobro medio dia de estar en la piscina.
BA - Calafate tambien de noche
Yo con 3 dias en Calafete tuve suficiente:
llegar por la noche (1º) y madrugar para ir al Chalten (lo que más nos gusto)
noche (2º) - perito moreno + pasarelas + trekking
noche (3º) - todo glaciares - por la noche a BA.
Pues ya decidieron por mi, pq cuando tenia casi decidido pillar los vuelos, se acabaron los baratos y se van a los 900-1100€ por cabeza y con eso ya no me cuadran los numeros