El desayuno fue estupendo. Igual que la noche anterior nos preguntó qué queríamos, y nos puso una deliciosa tortilla de setas y pan con mantequilla y 2 mermeladas caseras, muy bueno, además de una infusión de sus propias hierbas. La verdad es que el alojamiento nos gustó mucho, te hacían sentir como en casa. Todo estaba muy cuidado y era muy bonito. No me hubiese importado quedarme un día más a disfrutar de aquel jardín, las hamacas que había junto a las cabañas,… Por cierto, nuestro alojamiento es el número 13 en el mapa.


Nos despedimos y nos fuimos a recorrer la carretera panorámica de Solčava. En realidad son 3 recorridos, que tienen varios sitios indicados para pararse, algunos son miradores, otros granjas tradicionales, …
Dejo aquí el mapa y el enlace: www.solcavska-panoramska-cesta.si/ ...sta.si/en/


Hicimos primero la carretera verde, que es la principal, y fuimos parando en algunos sitios. El punto 8 tiene muy buenas vistas, pero el mejor mirador de la ruta sin duda es el 7. Las vistas sobre el valle son realmente impresionantes. Además, tiene unas tumbonas para relajarse mirando el paisaje. No cabe duda que esta zona es para venir a relajarse.



Después paramos en el 6, donde hay una fuente de agua mineral junto al río. En la zona se dice que el agua tiene propiedades curativas, por su alto contenido mineral. Es muy ferrosa, como atestigua el color de los óxidos formados junto a la fuente. El agua se puede beber, y allí tienen una taza para quien la quiera usar. Nosotros bebimos un poco con las manos, y el sabor era muy fuerte a hierro.

La siguiente parada fue en la iglesia del Espíritu Santo, el punto número 5. La iglesia estaba cerrada, así que allí no había mucho que ver. Paramos también en el punto 4, desde donde sale un camino a una cueva. Pero desde allí nos dimos la vuelta, ya que el camino estaba cortado más adelante.

A la vuelta volvimos a parar en el mirador del punto 7, lo más bonita de la carretera verde. Por cierto, que lo de carretera es un decir, porque al principio está asfaltado, pero más delante no.

Después fuimos por la carretera azul, que esta sí que es un camino de cabras. Menos mal que llevábamos un coche alto, porque a veces daba miedo el estado del camino. En este itinerario azul hay dos granjas y un mirador sobre el valle de Matkov kot.


De allí nos fuimos a Solčava, haciendo una parada en el punto 12 de la carretera verde, a la entrada de Logarska Dolina. Comimos en el único restaurante que hay en el pueblo, junto al río. Vimos que en la mesa había una hoja manuscrita de lo que parecía un menú semanal en esloveno. Pregunté a la camarera, que hablaba poco inglés, pero conseguí entender que el plato del día era algo parecido al goulash. Y como vimos que era lo que comía la gente del pueblo fue eso lo que pedimos, goulash para dos. Nos trajo una olla enorme para que nos sirviésemos nosotros mismos. El guiso de carne estaba muy bueno. También había un postre del día, que era una especie de natillas, y pedimos uno para compartir. Acompañado de dos cervezas Union sin filtrar, la comida nos costó 14,40 euros.

Tras la comida hicimos una ruta en el valle de Robanov Kot, muy sencilla, que lleva desde la granja Roban hasta el final del valle.




Después de esta ruta emprendimos el regreso a Liubliana. Devolvimos el coche dejando las llaves en el buzón de la oficina de SIXT y nos fuimos al apartamento que habíamos reservado mediante Airbnb. Las llaves debíamos recogerlas en un buzón, pero no nos fue fácil encontrarlo, aquello parecía una yincana, no estaba bien indicado y había poca luz. El apartamento no tenía ventanas, pero para una noche estaba pasable, aunque yo no lo recomiendo, la limpieza no era su fuerte.
Nos fuimos al centro y cenamos en el restaurante Julija: Ensalada de calamares, zlikrofi idrijski (con salsa de vino, bacon y setas) y de postre strudel de manzana con helado. Con una cerveza y una copa de vino 34 euros.