Después de tres noches en Etosha, tocaba volver a nuestro road trip. ¡Qué pena nos dio irnos del parque


Nuestra idea era ir hacia Botsuana pasando por la franja de Caprivi, parando en sitios que merecieran una visita. Es lo mejor de no tener nada reservado, puedes ir a tu aire y alargar o acortar las estancias a tu antojo.
Salimos por el este del parque, por la Von Lindequist Gate y pusimos rumbo a Tsumeb. Habíamos leído que esta ciudad merecía una visita, así que paramos para llenar nuestra nevera y dar una vuelta (no venía nada mal estirar las piernas después de los últimos días de bicheo sentados en el Toyota).
Es nuestra humilde opinión, pero no hay mucho para ver allí. Así que después de un breve paseo, nos pusimos rumbo a Rundu, donde pasaríamos la noche.
Después de muchas horas de carretera llegamos a Rundu y buscamos camping. Nos quedamos en uno que se llamaba Sarundungu, era muy barato y sólo había otra tienda de campaña más alojada. No había mucho para hacer allí, aunque nuestra idea después del largo viaje era descansar. El camping estaba al lado del río Okavango y como era de esperar vimos unos de esos atardeceres africanos que quitan el hipo. Nuestra orilla era Namibia y la orilla de enfrente era Angola


Al día siguiente nos pusimos rumbo a Popa Falls. Nos quedamos en un camping pequeño que estaba al lado. Parecía de película, teníamos una parcela para nosotros entre toda la vegetación, con una tarima de madera junto al río (donde pusimos la mesa para cenar y desayunar) y un baño hecho de paja sin techo y abierto por detrás, vamos que te duchabas o ibas al trono con vistas a toda la vegetación. Nos costó 120NAD/persona.

Las vistas desde nuestra parcela
Las Popa Falls no son cataratas espectaculares, son más bien saltos de agua bastante bajos pero el paisaje es precioso. Es un lugar perfecto para pasar la noche y descansar, sobre todo si tienes pensado seguir conduciendo hacia Botsuana.
Esa tarde fuimos a Mahango Game Reserve. Se trata de una reserva pequeña, pero ideal para pasar unas horas bicheando. No hay que perderse el atardecer junto al río, cuando empieza el desfile de los sedientos habitantes de la reserva. Por fin vimos nuestros primeros hipopótamos y cocodrilos (en Etosha estaban missing).
El Okavango, una vez más, nos regaló unos paisajes de ensueño


Mahango Game Reserve

Mahango Game Reserve
Vehículo para Mahango Game Reserve:
La pista que va junto al río, que suele ser donde más animales se ven, se puede recorrer perfectamente con un turismo, vamos que no hace falta 4x4. Había otra pista circular que se alejaba del río donde sí era obligatorio el uso de un 4x4 pero no fuimos. Ya empezábamos a tener cierta experiencia bicheando, así que del río no nos iba a apartar nadie
