San Pedro es un pequeño pueblo dedicado al turismo.
El ambiente es amable y muy relajado.
Dedico mi primera tarde a pasear, cambiar divisa y a acabar de concretar las excursiones que tengo previstas.
Después del tour del salar de Uyuni necesitaba descanso, ducha y una buena cena.

Nuevo madrugón y a las 4:30h en punto pasan a recogerme para ir a los géiseres de Tatio.
Quizás si no los hubiera visto en Bolivia me hubieran gustado más.
Lo encontré todo demasiado "civilizado" y además hay muchísima gente.

Lo bueno es que te ofrecen desayuno caliente que a 14 grados bajo cero se agradece muchísimo.
Lo que sí que me encantó es el avistamiento de aves y el paisaje helado del que disfrutamos en el camino de regreso a San Pedro

Pasan los minutos y sube la temperatura.
Voy ya en manga corta cuando llegamos a Machuca

Se trata de una pequeña población con la arquitectura típica del altiplano chileno.
Hay una pequeña iglesia blanca cuya visión nos transporta a otras épocas.
El pueblo es bonito y hay varias tiendas de artesanía y recuerdos.
La excursión finaliza a media mañana en el centro de san Pedro.
Por la tarde tocaba el tour del Valle de La Luna.

El valle está muy cerca de San Pedro, se puede hacer la excursión en bicicleta, pero como viajo sola preferí contratarla.
La aridez y las formas caprichosas que ha creado la erosión dibujan un paisaje parecido al lunar.

Aproximadamente una hora y media caminamos por las crestas para ver el paisaje circundante, con los volcanes al fondo, finalizando en la cresta de la gran duna.

La guinda la pone la puesta de sol desde una meseta elevada desde que se disfruta de una puesta de sol brutal, primero en el Valle de la Luna y después con los volcanes, los Andes y la luna llena
