Aunque la visita la hice el mismo día, para no hacer tan larga la etapa y para separar épocas de esta civilización he separado las visitas que hice por la tarde.
Rano Kau es el volcán más grande de la isla.
Se sitúa en el extremos más próximo a la capital Hanga Roa y al lado del aeropuerto de la isla.
Prácticamente circular tiene una altura de 324 metros y en su interior hay un lago de varios metros de profundidad con islas flotantes de juncos.
El "mordisco" fue provocado por la salida de la lava hacia el mar hace 180.000 años. En lengua Rapa Nui se llama karikari

La erosión marina ha creado unos acantilados vertiginosos y el azote del viento es constante (a veces lo tienen que cerrar al público por niebla o ráfagas de viento muy fuertes).
La importancia del agua dulce y el microclima del interior del volcán para cultivar hacen que toda la población de la isla se concentre en esta zona.
Ya era así siglos atrás.
Se calcula que la cultura Rapa Nui tuvo su máximo esplendor entre los siglos V y XII pasándose después a la época de guerras civiles, deforestación, hambrunas hasta el inicio de al culto al hombre pájaro.
La isla ya no era ese paraíso donde las aves marinas y la pesca eran abundantes.
Tampoco era el vergel que podía alimentar las 17.000 almas que calculan debió tener la isla.

La tala de árboles, un pequeño cambio climático, la proliferación de roedores... algo cambió para esta pacífica comunidad se vio reducida a menos de 3.000 personas.
Guerras civiles y lucha por la supervivencia llevaron a la población a refugiarse en los túneles y cuevas.
Cambia el arte y se encuentran pequeñas estatuas de personas famélicas,con el abdomen hinchado.
Tendrán que pasar muchos años hasta que se desarroye una nueva cultura: Tangata Manu o el culto al hombre pájaro cuyo ritual se mantendrá hasta el siglo XIX.

En el filo del cráter y sobre los acantilados se encuentra la aldea ceremonial Orongo.
Esta aldea de piedra solo era habitada durante la celebración del rito del hombre pájaro.
Era la más dura de las competiciones.
Cada clan estaba representado por su físicamente mejor hombre que debía competir por la hegemonia de los suyos durante el siguiente año.

En el más lejano de los 3 motus (islotes) anidaba cada mes de septiembre una gaviota pequeña. Se consideraba el inicio de la primavera.
Empezaba entonces la competición.
Los valientes partían de la aldea de Orongo, descendían corriendo los acantilados y se lanzaban al océano para llegar a nado a los islotes.
A la dificultad de nadar en mar abierto había que añadirle el peligro de los tiburones y otros depredadores..
Si conseguían llegar antes que sus rivales al nido debían robar un huevo, atarselo a la frente y regresar nadando sin romperlo hasta la aldea ceremonial.
El vencedor se convertía en hombre pájaro y su clan gobernaría la isla
