Llegada al Lago Inle y visita al espectacular Kakku ✏️ Diarios de Viajes de Myanmar

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Después de estar dando vueltas a la cama y sin poder conciliar muy bien el sueño, a las 4:15 de la mañana volvió a sonar el despertador.

Nos arreglamos , bajamos al hall del hotel , hicimos el check-out y nos pusimos a esperar al taxista con el que habíamos viajado desde el aeropuerto el día anterior y lo habíamos contratado para hacer el viaje de vuelta al hotel. 4:50,4:55,5:00,5:05, empiezo a ponerme nervioso... , 5:10, 5:15.....total, que le dijimos al del hotel que nos consiguiese un taxi y por menos de lo que íbamos a pagarle al otro nos llevó un buen hombre al aeropuerto..a la terminal equivocada, si, porque nos llevó a internacional en vez de a nacional pese a que le dijimos al hotel que volábamos a Heho, pero oye, al menos nos llevó!
Después de preguntar a unos militares que controlaban los escáneres, nos dijeron que había un shuttle que hacía gratis el trayecto, así que nos subimos a la furgoshuttle , nos llevó a la terminal de vuelos nacionales y 40 minutos antes de despegar ya estábamos en la puerta de embarque esperando a que la abriesen.

Subimos al avión-bus, y lo llamo así porque en Myanmar usan los aviones como si fuesen autobuses, con paradas en distintos lugares. Así, nuestro vuelo que iba al Lago Inle (Heho) , paraba primero en Mandalay y luego volvía a Yangon. En total más de 2 horitas entre pitos y flautas, amenizado con un desayuno y unos caramelitos proporcionado por la azafata, que era la misma que salía en las fotos del magazine de la compañía

Una vez llegados al aeropuerto del Lago Inle, con el avión a hélice (son todos así en Myanmar para los vuelos locales) nos dirigimos a recoger nuestras maletas en medio de la entrada, que era donde las estaban descargando. Previamente, al embarcar en Yangon, nos habían puesto una pegatina ( a los birmanos les chiflan las pegatinas, allá donde vas te enchufan una pegatina ) y unos tickets que te grapan en el billete de avión para que no lo pierdas, que son los que hay que mostrar en la puerta de salida del aeropuerto para que te dejen salir con tu equipaje.

Allí nos estaba esperando nuestro chófer, que resultó ser el primo de Htwe, que era con quien habíamos reservado todas las excursiones en el Lago Inle. Nos explicó, con un más que decente inglés, quién era y que era lo que íbamos a visitar. Nos fuimos dirección Taunggyi que es donde teníamos que pagar para poder acceder a Kakku y recoger a nuestro guía que nos explicaría todo lo relacionado con el gran reciento con sus más de 2200 estupas.

Después de más de una hora de conducción (las carreteras no están tan mal como pensaba pero aparte, los birmanos se lo toman con calma conduciendo y no van muy rápido) llegamos a Taunggyi , el cual está en una colina y conforme vas subiendo te encuentras esa mezcla de casas hechas con estructura metálicas, casas hechas de bambú junto con las nuevas construcciones que están realizando con ladrillos y cemento, en un mix explosivo sin ton ni son arquitectónico, que junto al mercado que ese día albergaba el pueblo le daba un aire muy curioso, y agobiante a la vez, el cual, se estaba preparando ya para el Balloon Festival anual que no lo pillamos por una semana, aunque visto lo visto,eso se debe poner lleno que da gusto.

Paramos en medio de todo ese guirigay para pagar la tasa y recoger a William, el que sería nuestro guía, ataviado con su traje regional y que parecía recién sacado de la escuela. El chaval era muy joven y el pobre no dominaba muy bien el inglés. Igual en su cabeza sonaba fantástico pero en nuestros oídos teníamos que hacer verdaderos esfuerzos por entenderlo ya que no vocalizaba mucho. Eso fue un fastidio porque pillamos a mitad las explicaciones de Kakku. Yo venía con la lección aprendida de leerme antiguos diarios y las explicaciones de donde venían sus turbantes, la mujer dragón, etc pero mi pobre mujer iba un poco perdida

Total, que en Kakku , una vez llegamos, le dimos "permiso" para que se fuese a la sombra a esperar a que acabásemos el recorrido (porque el sol cascaba que daba gusto) y así nosotros pudimos hacer marcha por nuestra cuenta y ver el espectacular complejo que allí se encuentra, a 30-40 minutos del pueblo de Taunggyi.







Los birmanos, ya nos lo comentó Htwe más adelante cuando fuimos a Indein, tienen una concepción distinta del occidental en cuanto a como respetar las construcciones originales. Para nosotros las estupas, templos, nos parecen obras de arte del pasado que deben ser preservadas en su estado original y si se ha de acometer algún cambio o reforma, ha de ser hecho intentando preservar el original lo máximo posible bajo un laborioso proceso de conservación y reconstrucción. Para los birmanos eso les importa un bledo. Principalmente porque dichas estupas, pagodas, templos son usadas diariamente y ellos lo que quieren es tener un sitio donde orar y presentar sus ofrendas. Les da igual que tengan 1 año que 1000,lo que quieren es que estén erguidas y majestuosas, y si alguna se ha caído pues se ponen manos a la obra para levantarlas, y si ha de hacerse nuevas pues se hacen...
También está el hecho que construir una que se ha derruido con materiales de ahora les cuesta sobre los 3000-5000€ y si tuviesen que seguir procesos de conservación, reconstrucción basado en la original, ese precio podría multiplicarse por 10.





Eso pasa con Kakku, hay algunas que se conservan desde hace siglos, otras están renovadas desde hace 50 años, otras desde hace 5. Lo que no quita es que es un complejo increíble y sorprendente.

Después de calculo yo que fue 1:30- 2 horas contemplando las estupas, haciendo la típica foto del reflejo en la balsa, de limpiar nuestros pies descalzos y volvernos a calzar para salir, nos fuimos justo enfrente, donde hay un megarestaurante para todos los turistas que van a visitar Kakku, donde comimos y de ahí de vuelta a Taungyyi donde dejamos a William y ya directos al lago Inle donde llegamos a nuestro hotel sobre las 5 de la tarde, previo paso por Nyaungshwe, donde pagamos el "impuesto revolucionario" por visitar el Lago Inle de 15000MMK y nos pudimos dar un chapuzón en la piscina y disfrutar de una espectacular puesta de sol.





Luego por la noche, al estar derrotados (yo en 2 dias había dormido 3-4 horas a lo sumo) una cena rápida en el hotel y a la cama donde, ahora sí, dormí 11 horas seguidas como un bebé para afrontar el siguiente día que nos esperaba, que era el de la excursión en barca por el Lago Inle.

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