Amanece en Jablines, en una mañana fresca para el mes de julio. Aprovecho la visita a la pastelería del super para informarme en recepción de la mejor forma para acercarnos a París sin tener que introducir el coche en el centro histórico de la capital francesa.
La recepcionista me comenta que la forma más rápida y sencilla es dejar el coche cerca del castillo de Vicennes y desde allí tomar la línea 1 del metro hasta París. Después de un sabroso desayuno comenzamos nuestra primera jornada en París.
Tenemos poco mas de media hora de conducción hasta Vicennes, dejamos el coche en el parking Indigo Vicennes Marigny a 200 metros de la parada de metro de Chateau Vicennes.
Salimos del parking situado en una plaza desde la que se ve el ayuntamiento de la localidad, los jardines parecen descuidados, algo asilvestrados, mas tarde descubriremos que el estilo "natural" de los jardines es una tendencia habitual en Francia para las áreas verdes.
Nos compramos un bono de 10 billetes de metro sencillos para adultos y otro de 10 billetes sencillos de precio reducido (para niños). Toda la info sobre el sistema de metro y RER de París lo podeis encontrar aquí.
www.ratp.fr/ ...lrededores
El metro es una novedad para los peques y disfrutan del primer viaje, que tras un trasbordo con la línea 2 nos deja en la estación de Anvers, la mas cercana al funicular de Montmartre, el barrio bohemio de París, nuestra primera visita en la capital del Sena.
Dirigimos nuestros pasos hacia la Sacre Coeur que recorta su silueta sobre el cielo, hoy gris, parisino. Evitamos subir la larga escalinata haciendo uso del funicular utilizando el mismo billete de metro (se considera un trasbordo).
Para acceder a la basílica hay que pasar un control. Estamos dentro, hay misa, damos un pequeño paseo y hacemos un par de fotos. De nuevo fuera, disfrutamos de las impresionantes vistas desde el mirador, rodeados por ordas de turistas.
Es hora de llamar a Miguel, mi hermano mayor, es guía turístico y coincidiremos hoy en París en esta zona de Montmarte, ring, ring, si, estamos aquí, junto a la basílica, en una hora nos citamos en una cafetería cercana. Mientras tanto, caminamos hacia la plaza más famosa del barrio, la Place du Tertre, repleta de artistas que ofrecen sus obras a parisinos y foráneos.
Nuestra siguiente parada se trata de la Boulangerie Boris, ¿Por qué?, pues porque esta pastelería se ha hecho famosa entre los mas pequeños al aparecer en la serie de dibujos animados Lady Bug. Hacia allí que nos vamos.
Y ya que estamos aquí abrá que probar la mercancía


Ahora sí, reunión familiar en París



Aprovechando que tenemos un guía turístico para nosotros sólos hacemos un pequeño "tour" por la zona mientras buscamos en donde comer, el guía nos recomienda un par de sitios en donde se come barato y bien pero los dos están cerrados. Terminamos comiendo en un Kebab,

Para olvidar la experiencia nos tomamos un cafetito y un postre a unos metros en la Cantine de la Cigale, desde cuya terraza disfrutamos del ajetreo del barrio con tranquilidad


Nos despedimos de nuestro fugaz acompañante que tiene que seguir trabajando y continuamos caminando por el Boulevard de Clichy hasta llegar al mítico Moulin Rouge, en donde tras las fotos de rigor volvemos tras nuestros pasos, la zona no es la más apropiada para los peques, personajes de todos los pelajes y locales y negocios poco adecuados para los niños.
Cojemos el metro en la parada de Blanche para encaminarnos (cambio de linea de por medio) a un barrio mucho mas agradable a los sentidos, el Marais. Para llegar allí tomamos el metro hasta la Bastille en donde se encuentra la moderna Opera, que para mi gusto no pega en esta histórica plaza ni con cola, la enorme plaza se encuentra en obras y es complicado cruzarla, para mejorar la cosa nos encontramos con una manifestación de los chalecos amarillos y con los antidisturbios listos para actuar.
Como almas que lleva el diablo cruzamos entre el tráfico como podemos para llegar a la amplia Rue San Antoine con bonitos edificios.
Nuestra intención es conocer la plaza mas bonita de París, los Vosgos y la mejor manera de llegar allí y la mas sorprendente es hacerlo a través del Hotel Sully cuya entrada se encuentra en esta calle, un poquito más adelante. Traspasada la entrada nos encontramos con un pequeño patio interior.
Cruzamos el precioso patio y nos encontramos con el Jardín del Hotel de Sully.
Cruzamos el pequeño jardín. Para acceder a la plaza de los Vosgos debemos de cruzar la puerta que se encuentra en el edificio que cierra el jardín. Comienza a sonar la música, nos encontramos en los soportales de la plaza en donde los músicos callejeros amenizan al peatón. Por fin entramos en la plaza, la más antigua que se conserva en París. Muy bonita y tranquila, los parisinos descansan del ajetreo diario en su cesped mullido.
Descansamos un buen rato en el cesped, disfrutando del sol. Aprovechamos para tomarnos un tentempié que nos dé fuerzas para lo que queda de jornada.
La plaza se caracteriza por ser un cuadrado perfecto, está adornada por cuatro fuentes iguales y en el centro la estatua ecuestre de Luis XIII. Está alojada entre un contorno de edificios realizados en ladrillo y piedra. Además, posee 36 pabellones unidos por pasillos de arcadas, que actualmente funcionan como una zona comercial, ocupada por tiendas de anticuarios y otras muy elegantes y distinguidas




Para completar el pequeño recorrido por el barrio nos encaminamos hacia la Rue des Rossiers, una de las mas animadas del barrio, repleta de parisinos y turistas que se mezclan con los judíos parisinos que viven mayoritariamente en este barrio en donde nos encontramos con sinagogas, establecimientos que ofrecen comidas y dulces kosher.
Damos por terminada nuestra primera jornada parisina y volvemos a la Rue Saint Antoine para coger el metro en la estación de St. Paul. La línea 1 nos lleva directamente hasta Vicennes en donde hemos dejado el coche. Pagamos 20 euritos de aparcamiento y nos volvemos al camping a cenar y descansar un poquito que mañana tendremos un día bien completito en Disneyland París.