Fuimos con el mismo proceso de combinación de trenes a Friburgo. Es muy fácil llegar caminando hasta el centro histórico.

Primero pasamos por el Rathaus (Ayuntamiento)

y de ahí directamente a la catedral que es la joya de la ciudad y de la cual me resulto imposible sacar una foto con el frente completo, es realmente preciosa por fuera y por dentro. La foto que me decidí a poner es la del detalle de la puerta.

En la plaza de la catedral ponen un mercado que tiene desde puestos de flores hasta puestos de salchichas para comer ahí mismo de pie. Nos paramos en cada puesto, no podía creer los colores, los olores, las cosas hermosas que veíamos, en una atmosfera que contagia.

Lo mismo con las calles de los alrededores, bellísimas, con acequias y mucho comercio.
En la Martinstor, puerta de la vieja muralla, se forma un cruce de tranvías que tienes que cruzar usando también los ojos de la nuca porque vienen de todos lados.

Volvimos a la plaza de la catedral para almorzar en uno de los puestos de salchichas y no hay palabras para describir lo rica que estaba, nos detuvimos a admirar las fuentes y el edificio de los Viejos Almacenes, que con su color rojo y detalle en la fachada domina uno de los laterales de la plaza.

Muy satisfechas del día que pasamos en Friburgo, dimos la vuelta y nos fuimos a descansar a Gengenbach y prepararnos para el viaje de mañana que cambiamos de base.