Pasamos por el callejón del Asno Ciego, blanco y dorado, precioso.

Se sale a la plaza Burg, a un costado en un ángulo de plaza, está la Basílica de la Santa Sangre. A la iglesia no pudimos entrar porque ese día se festejaba el día de la ciudad y el frente estaba preparado para algún tipo de ceremonia religiosa. Si pudimos entrar a la basílica que tiene un frente muy bonito y el interior es chiquito y precioso.

En la Plaza Mayor está el Ayuntamiento, muy bonito edificio que tampoco se podía visitar ese día.

Los edificios que dan a la plaza se veían preciosos, parecían casitas de chocolate, y en sus bajos todos eran restaurantes.

Fue una pena que el centro de la plaza estuviera completamente ocupado por las tribunas que habían preparado para los festejos que se realizaban ese día. Aprovechamos para almorzar en uno de los restaurantes de la plaza el plato típico de Bélgica, mejillones con papas fritas (Moules), que todavía no habíamos probado. Bien, pero nada del otro mundo.

Después de comer queríamos caminar un poquito más por las calles de Brujas y volver temprano para visitar los lugares de Bruselas que todavía nos quedaban por conocer, pero de pronto las calles se llenaron de sillas y gente, empezó un desfile en el que debe haber participado la mitad más uno de los pobladores de la ciudad porque fue numeroso y quedamos prácticamente sitiadas porque todas las calles de salida estaban cerradas al paso. Ya nos había llamado la atención a la mañana que habíamos visto en varios comercios carteles que decían “se alquilan sillas” pero no le habíamos dado importancia, de otra manera, si hubiéramos preguntado seguramente nos hubiéramos ido a la estación antes que cerraran las calles. El desfile o procesión, no lo tengo claro, era algo así como la historia de la humanidad desde la creación del mundo hasta vaya a saber uno cuando, porque a la altura de los cruzados encontramos un claro y tratamos de llegar a la estación de tren, sin mucho éxito. El desfile fue realmente curioso, todos los participantes vestidos con los trajes correspondientes a la época que querían significar, con pasada de carrozas alegóricas, animales (ovejas, cabras, caballos, camellos), bandas de música, hombres, mujeres y niños. Hay que reconocer que nos llevamos un recuerdo de Brujas que poca gente tiene.

Cuando preparábamos el viaje, leíamos que algunos decían que Gante es más lindo que Brujas, otros decían que Brujas es más linda que Gante. Yo no me decido, las dos me gustaron muchísimo, creo que Brujas tiene más “publicidad”, más “cartel” como decimos en mi país, pero Gante no tiene nada que envidiarle quizás hasta podría decir que me gustó un poquito más, pero no sé si diría lo mismo si no nos hubiera tocado un festejo en Brujas, como dije no me decido.
Cuando finalmente empezaron a abrir las calles nos fuimos a Bruselas pero ya sin tiempo para más visitas, directamente al departamento.