También fuimos a la calle donde están las casas de los gremios de la antigüedad, Groten Markt, uno estaba en obras pero el conjunto igual era muy bonito

Buscamos un callejón que habíamos leído muy recomendado, callejón Vlaeykensgang, curioso, bonito.

Caminamos en dirección al río, pasamos por el castillo que lo único que tenía abierto era un restaurante que anunciaba que servían sopa. Qué????

Me llamó la atención justo enfrente del castillo, la convivencia de edificación típica, más antigua, con edificación sumamente moderna. Confieso que me fascinó la construcción típica de la zona.

Por último fuimos a conocer el Begijnhof un lugar terriblemente tranquilo, estabamos prácticamente solas, muy antiguo, con algunos autos muy modernos estacionados delante de algunas de las casas que llamaban la atención en ese ambiente, como que desentona, no?.


Con esta imagen nos fuimos de regreso a Bruselas que ya tocaba volver a casa.