Organizar este viaje a Croacia no ha sido una cosa sencilla.
Hacía tiempo que queríamos visitar el país pero siempre, por una cosa u otra, lo íbamos dejando para más adelante. Y al final este año nos decidimos.

Sin embargo, topamos con un obstáculo importante: el covid 19. Hoy en día se puede viajar por la Unión europea llevando un pasaporte covid o bien certificados de PCR o antígenos negativo. En nuestro caso disponemos del primero.
Croacia no pide más requisitos de entrada especiales. Puedes ir, además, con DNI como miembro de la UE que es.
El problema es la falta de guías en español, principalmente de guías conductores. Los circuitos organizados desde España se han anulado.
Consultamos con una empresa eslovena que nos ofrecía un buen tour pero hasta última hora estuvo buscando guía sin éxito. Con la pandemia muchos se han dedicado a otra cosa.
Visto lo visto pensamos en cambiar de rumbo y empezamos a organizar un viaje a Francia (Franco condado, Borgoña y Champaña) Y pocos días antes de partir una empresa croata, Paraíso Mediterráneo, nos ofreció viajar con ellos.
Las referencias en Internet de dicha empresa eran muy buenas. Contactamos con ellos vía email y las respuestas llegaban rápido. Nos ofrecieron varias opciones de tour, que nosotros montamos a nuestro gusto. Con tanto cambio al final había cosas que no tenían mucho sentido en el circuito pero que aclaramos con tiempo.
Nos decantamos por un viaje de 10 días, pasando por los puntos principales de Croacia. Eliminamos Korçula por falta de tiempo y la península de Istria la dejamos para más adelante, para hacerla junto con Eslovenia.
Incluimos, porque no podía ser de otro modo, Plitvice.

En inicio íbamos a dormir a Zagreb y por la mañana íbamos a los lagos. Pero como se trata de un trayecto largo, lo cambiamos por dormir en la zona y entrar en el parque a primera hora, evitando viajes innecesarios y aglomeraciones.
Uno de los días teníamos la opción de ir a alguna isla o de visitar Montenegro. Nos decantamos por esta opción.

Y decidimos incluir un día y medio en Bosnia.

La empresa, además de organizarnos el tour a nuestro gusto (más o menos), nos permitió escoger el tipo de hotel que queríamos, incluso escoger entre dos opciones (todos buenos) y nos buscó vuelos directos.
En cuanto a la moneda, no cambiamos en España (es más, creo que ni se puede). La moneda oficial de Croacia es la kuna. Un euro es el equivalente a 7,5 kunas.

A la hora de preparar la maleta, es importante tener en cuenta que en Croacia hay playas, por lo que, a quien le guste, debe ir preparado con el bañador y una toalla. Pero no podemos olvidar la crema solar, nos bañemos o no. Y más si nos encontramos, como nosotros, temperaturas máximas entre 31 y 39º.

Si vas a visitar parques naturales es necesario llevar repelente de insectos y un buen calzado.
Aunque haga mucho calor, en Croacia hay un viento llamado bura. Es un viento frío, del noreste, que sopla desde el continente, del lado oriental del Adriático hacia el mar abierto. Nosotros no tuvimos la mala suerte de padecerlo pero dicen que es necesaria una chaqueta aunque sea verano. Vale la pena ir prevenido, Y, claro, no podemos olvidar el chubasquero.
Conviene saber que en Croacia no siempre te aceptan la tarjeta de crédito. En muchas tiendas, o incluso en algún restaurante, solo aceptan efectivo. No obstante, los cajeros automáticos abundan.