Nos despertamos con la sensación rara del que sabe que la aventura va llegando a su fin y que al día siguiente tendrá que volar lejos. A pesar de estas sensación de tristeza aún nos quedaban cosas que visitar, nada más y nada menos que el Parque Nacional Þingvellir y la capital del país, Reikiavik, que habíamos dejado deliberadamente para el último día, o mejor dicho, para las últimas horas del viaje. Como guinda del pastel a un excelente viaje nos relajaríamos en las aguas cálidas de la tan discutida Blue Lagoon.
Ruta del día:
Ruta del día
Nos dirigimos al corazón del Círculo Dorado de Islandia, el Parque Nacional Þingvellir, uno de los imprescindibles en cualquier ruta por el país y por lo tanto donde más visitantes nos encontramos, me atrevería a decir, en todo el viaje, provocado también por su cercanía a Reikiavik, apenas 40 kilómetros los separan.
Þingvellir es uno de los sitios históricos más relevantes del país, ya que aquí se estableció en el año 930 el primer Parlamento democrático del mundo, pero también tiene una importancia geológica más que relevante, ya que es aquí donde las placas tectónicas norteamericana y euroasiática se encuentran.
Þingvellir es uno de los sitios históricos más relevantes del país, ya que aquí se estableció en el año 930 el primer Parlamento democrático del mundo, pero también tiene una importancia geológica más que relevante, ya que es aquí donde las placas tectónicas norteamericana y euroasiática se encuentran.
Þingvellir
Comenzamos nuestra visita al parque por la cascada Öxarárfoss una vez dejamos el coche en el aparcamiento P2, de pago, 500 ISK. Hay varios parkings, pero el ticket que saquéis en cualquiera de ellos os sirve para todos los demás.
La cascada Öxarárfoss la forma el río Öxará que se precipita entre las placas tectónicas. En una de las piscinas naturales que forma la cascada, Drekkingarhylur se ahogaba a las mujeres que habían cometido adulterio u otros delitos graves.
La cascada Öxarárfoss la forma el río Öxará que se precipita entre las placas tectónicas. En una de las piscinas naturales que forma la cascada, Drekkingarhylur se ahogaba a las mujeres que habían cometido adulterio u otros delitos graves.
Öxarárfoss
Hacia el otro extremo de la cascada, recorriendo en primer lugar un camino de madera, llegamos al "Paseo del hombre muerto", reconocible para todos los seguidores de Juego de Tronos. Esta especie de cañón se conoce como Langistígur y a pesar de su aparente belleza tiene una historia de lo más macabra, ya que fue en este lugar donde, que se sepa, 72 personas fueron ejecutadas, 30 hombres fueron decapitados, 9 quemados en Brennungjá, la sima que arde, 15 colgados y 18 mujeres ahogadas.
Es a mediados del siglo XVII cuando la pena capital se hace más frecuente en este sitio ya que entra en vigor Stóridómur, también conocido como el Gran Edicto, es decir, un conjunto de estrictas leyes que llevaban aparejados una serie de duros castigos físicos. El incesto o el adulterio eran delitos que se castigaban con la pena máxima y debido a la influencia de la iglesia se volvieron cada vez más frecuentes.
Las ejecuciones en Þingvellir tenían lugar en este recorrido rodeado de formaciones de lava y existían cuatro lugares donde tenían lugar las ejecuciones, bien ahogando a los sentenciados, quemándoles, ahorcándoles o decapitándoles.
En las barandillas del mirador al final del sendero encontraréis un logotipo que se compone de la letra islandesa Þ cuatro veces, la cual se pronuncia "th", de ahí que el Parque Nacional se llame Thingvellir.
Desde ahí regresamos al aparcamiento y con el coche nos fuimos hasta el Centro de Visitantes, donde se encuentra el aparcamiento P1. Desde aquí se puede hacer una sencilla ruta que recorre los principales atractivos del parque y que se recoge en la ruta 52 de la guía Rother.
Lo primero que hacemos es disfrutar de las vistas desde el mirador para descender por un camino que nos lleva hasta la Garganta de Todos los Hombres o Almannagjá, una de las mayores grietas de la zona donde se junta las placas tectónicas de América del Norte y Europa. Estas placas se separan cada año entre 1 y 18 mm y provocan que aparezcan fisuras en el camino como las que se pueden ver en carteles informativos del año 2011.
Garganta de Todos los Hombres
Caminamos por la ancha grieta por el mismo sitio donde en el siglo X se estableció el primer Parlamento y llegamos a Lögberg, señalizado con la bandera islandesa. Este lugar se puede traducir como "Roca de las leyes" y en la antigüedad aquí se daba lectura a los textos legales.
Alþingi
Desde aquí atravesamos los humedales por un conjunto de pasarelas y caminos de tablones biena condicionados hasta llegar a la Pingvallakirkja tras la granja Pingvallabaer. Esta granja se construyó en 1930 como conmemoración de los 1000 años de creación del Alþingi. Este sitio es la residencia de verano del primer ministro islandés.
Pingvallabaer
Pingvallakirkja
Pusimos fin a nuestra visita al Parque Nacional volviendo al Centro de Visitantes. No nos quedaba más remedio que poner rumbo a Reikiavik, una especie de cruel vuelta a la realidad, a los edificios y a las multitudes. No estábamos acostumbrados. Dejamos nuestras cosas en el alojamiento, del que tenéis detalles al final de la etapa, aparcamos el coche y nos encaminamos a pasar unas horas por la capital islandesa y de paso a comer algo.
No podemos decir que conocimos a fondo la ciudad y es cierto que podríamos haber dedicado incluso un día entero, pero al menos nos fuimos con una buena impresión y con pinceladas de una ciudad con mucha vida.
Fuimos caminando hasta el Puerto Viejo donde comeríamos. Desde este punto salen excursiones para ver ballenas y frailecillos y en la zona se pueden disfrutar de restaurantes de moda y museos varios que no tuvimos la oportunidad de disfrutar, como el Museo Marítimo, el Museo de las Sagas o galerías de arte.
No podemos decir que conocimos a fondo la ciudad y es cierto que podríamos haber dedicado incluso un día entero, pero al menos nos fuimos con una buena impresión y con pinceladas de una ciudad con mucha vida.
Fuimos caminando hasta el Puerto Viejo donde comeríamos. Desde este punto salen excursiones para ver ballenas y frailecillos y en la zona se pueden disfrutar de restaurantes de moda y museos varios que no tuvimos la oportunidad de disfrutar, como el Museo Marítimo, el Museo de las Sagas o galerías de arte.
Museo Marítimo
Puerto Viejo
Tras la comida llegamos paseando hasta Austurvöllur, un parque que antaño formaba parte de los campos de heno de Ingólfur Arnarson y ahora es muy popular entre los habitantes de Reikiavik. En el centro del parque hay una estatua de Jón Sigurðsson, líder en el siglo XIX del movimiento para la independencia de Islandia. Junto al parque se encuentra el moderno Parlamento, un edificio de basalto de finales del siglo XIX.
Austurvöllur
Alþingi
Tres paradas más nos quedaban en Reikiavik antes de disfrutar de las aguas azules de la Blue Lagoon. En primer lugar el edificio Harpa, auditorio y centro cultural de la ciudad destaca por su magnífica fachada de cristal a orillas del mar. No os perdáis también su estupendo interior.
Harpa
La segunda parada fue en al obra de Jón Gunnar Árnarson, Sólfar o más conocida el Viajero del Sol. Es uno de los lugares más fotografiados de Reikiavik y se ha convertido en un icono de esta. Esta escultura de acero es una oda al sol y representa los nuevos territorios por descubrir, la esperanza, la libertad...
El Viajero del Sol
Por último, pero no menos importante, visitamos la iglesia luterana Hallgrímskirkja, una gran mole de hormigón blanco que domina el skyline de la ciudad. Aunque nosotros no lo hicimos, se puede subir a lo alto de la torre a casi 75 metros de altura, eso si, en ascensor. Frente a la iglesia tenemos la estatua de Leifur Eríksson, el primer europeo que llegó a América.
Hallgrímskirkja
Quisimos rematar nuestro viaje con una visita a la Blue Lagoon, uno de los sitios más visitados de Islandia a pesar de los múltiples detractores que tiene. No sabíamos si iríamos pero al no poder disfrutar de las piscinas de Myvatn teníamos claro que iríamos. Sin duda no es barata, nos costó aproximadamente 9.000 ISK, unos 60€, en ese momento los pagamos gustosos y los disfrutamos como nunca.
Blue Lagoon
Este spa natural se alimenta de agua que procede de la planta geotérmica de Svartsengi de la que emanan constantemente nubes de vapor. El agua se encuentra a unos 38ºC y es rica en sales minerales y barro silíceo. El complejo es enorme, no solo la zona de baño, sino la de vestuarios, tiendas y restaurantes de lujo. ¿Es turístico? Por supuesto. ¿Merece la pena ir una vez en al vida? Creo que si.
El viaje había llegado a su fin, nos quedaba una última cena en Reikiavik y millones de postales en la cabeza.
Alojamiento:
Nos alojamos en el Kvosin Downtown Hotel. Este alojamiento lo reservamos ese mismo día y nos gustó mucho, con habitaciones muy espaciosas y una muy buena localización junto al lago Tjörnin.
Restaurantes:
Comimos en la zona del Puerto Viejo de Reikiavik en una calle donde han abierto recientemente muchos locales de moda. No nos complicamos mucho y elegimos una pizzeria aunque la comida era de mucha calidad. El restaurante se llama Flatey Pizza. No se puede reservar.
Para cenar nos dimos un lujo y fuimos a Apotek, restaurante del hotel del mismo nombre. Fue el colofón perfecto para el viaje, con una decoración moderna y elegante y una comida estupenda, creativa y muy rica.
Para cenar nos dimos un lujo y fuimos a Apotek, restaurante del hotel del mismo nombre. Fue el colofón perfecto para el viaje, con una decoración moderna y elegante y una comida estupenda, creativa y muy rica.