Otro de los puntos fuertes del viaje para nosotras era el Valle del Cocora, lo habíamos visto muchas veces en fotos y nos hacía mucha ilusión conocerlo. Fuimos a la plaza donde se cogen los Willy y esperamos a que saliera el siguiente, están muy bien organizados , te venden el ticket y esperan a que se junten unas 12 personas y salen, nos costó 4.000 cop ida y vuelta, te dejan en el parking y desde ahí hay que caminar bastante hasta la entrada del mirador 1, hay que pagar una entrada para entrar a cada mirador y tienen varias decoraciones para sacarse fotos, nosotros solo entramos a los principales, apenas entras tienes un columpio con unas alas para la primer foto.

Luego sigues caminando y tienes las letras que ponen Cocora y ahí al lado un Willy con la bandera y los sacos de café (muy fotogénico) que te puedes subir a él y hacer mil fotos porque el fondo desde ahí es muy bonito.

Si miras para atrás ves las escaleras que suben al mirador, cuesta un poco la subida pero las visitas son espectaculares, ahí también hay unas alas para sacarse fotos.

Pensábamos subir al mirador 2 pero preguntamos a los guías que estaban por ahí y nos dijeron que es muy lejos y dificultoso, son 6 horas de caminata y en subida.
Nostros habíamos leído en blogs que hay un camino muy bonito que son unos 14 kilómetros, pasa por el río, tiene puentes colgantes y era el que pensábamos hacer, pero está cerrado actualmente así que nos recomendaron que fuéramos por la carretera principal y a unos 200 metros te encuentras con el río, en el tramo que recorrimos tiene dos puentes, está rodeado de naturaleza y las vistas son muy bonitas.

El recorrido fue más corto de lo que pensábamos pero nos gustó mucho todo lo que vimos y el tiempo aunque estaba un poco nublado, estaba muy agradable ya que la mayoría de gente dice que suele llover y haber mucha niebla en esa zona.
Volvimos a Salento a comer en uno de los bares de la calle principal que tenía el típico menú del día por 18.000 cop y estaba buenísimo.
Luego fuimos q recorrer las calles del centro, que a cuál de todas más bonita, pintadas de colores muy alegres y suelen ser a rayas, como si fueran casas de muñecas.

En la plaza compramos algunos recuerditos en los puestos de artesanías, nos comimos de postre las obleas con arequipe que ya nos habíamos hecho muy fan y sacamos algunas fotos con sus fachadas más bonitas para despedirnos ya de Salento.

Nos hubiera gustado recorrer más pueblos del eje cafetero porque hay muchos para elegir, sus paisajes y su gente nos encantaron, pero el tiempo no nos daba para más y creemos qué Salento fue una muy buena elección.
Por la tarde fuimos a buscar nuestras mochilas para volver a la terminal a coger el bus que va a Pereira y luego de ahí coger otro a Medellín, lo que no nos dimos cuenta el día anterior cuando llegamos de reservar el pasaje de vuelta y estaban todos los asientos vendidos, pero el chico que vende los pasajes nos dijo que esperamos por si fallaba alguien y tuvimos mucha suerte que conseguimos dos asientos.
En Pereira compramos el pasaje para Medellín, cogimos uno que saliera por la noche y tarda unas 8 horas, dormimos bastante en el bus y llegamos a las 5 de la mañana a Medellín.