Nuevo buffet de desayuno está bien, no tanto como el del Cairo, pero es correcto, tal vez le faltaría algo más en platos calientes.
A la hora señalada nuestro conductor nos está esperando en la puerta del hotel, nos dirigimos al templo de Karnak, uno de los sitios que desde hace mucho tiempo queríamos conocer.
El primer paso fue obtener nuestra Luxor pass, tras espera un ratito a que llegara la persona indicada, empezamos con la tramitación, le decimos que tenemos la Cairo Pass, por lo que tenemos derecho al 50% de reducción en precio, nos pide las fotópicas del pasaporte y las fotografías, como lo teníamos todo, aquel buen hombre no veía de donde sacarse unas libras extras, entonces nos pidió la fotocopia de las Cairo pass, tenía delante de él los originales, al decirle que no las teníamos, su sonrisa se iluminó y nos dijo que se solucionaba fácilmente, 100 libras después, nos entregaba nuestros pases listos para ser utilizados.
Ya estábamos listos para descubrir una autentica maravilla, habíamos visto un millón de fotografías, y leído todo lo que había caída en nuestras manos, pero al estar allí todo se queda pequeño, no sabes donde mirar, en que fijarte, cada detalle es impresionante. Lo vimos con tranquilidad, mirando, fotografiando y sobre todo “sintiendo” la majestuosidad del templo.

En el centro de Karnak está el templo de Amón, construido, modificado, desmantelado, restaurado o ampliado a lo largo de 1500 años, fue el centro de culto más importante de Egipto en el Imperio Nuevo.
Las esfinges con cabeza de carnero, los pilonos con sus grabado y sus estatuas, los distintos templos dentro del templo, la increíble gran sala hipóstila, los distintos pilones, el santuario de Seti II, el templo de Jonsu , la sala hipóstila de Tuthmosis III, los obeliscos, el lago sagrado, son apabullantes.
Siguiente paso el templo de Luxor, mucho más pequeño que su vecino, pero con una belleza propia también espectacular, en la fachada te recibe con las estatuas de Ramsés II que miran hacia la avenida de la esfinges, que lo unía con Karnak, con un único obelisco, su gemelo está en Paris, aquel que cambiaron por un reloj que nuca funcionó. Tras pasar el primer pilono con su tamaño impresionante y sus relieves de la batalla de Kadesh, se van sucediendo, patios como el de Ramsés II, columnatas como la de Amenofis III, y templos que se fueron añadiendo a lo largo del tiempo.


Ya era bastante tarde y no nos complicamos mucho a la hora de comer, nos decantamos por el Aboudi con unas muy buenas vistas sobre el templo, la comida estaba rica, y el precio razonable, pero con los comentarios que había leído esperaba un poco más, pero ya se sabe que para gustos los colores.
Nos dimos una vuelta por el zoco, mucho mas tranquilo que el del Cairo, y con cosas más interesantes al menos para nosotros.
El calor empezaba a ser duro, volvemos al hotel a nuestra preciosa piscina.
A la hora de cenar nos decantamos por un restaurante hindú, Ataste of India, que está junto al italiano del día anterior. Comida muy rica y personal muy amable, sirven cerveza. Te dicen si quieres la comida con más o menos picante.