¡Buenos días, Glacier! Hoy nos espera un día que haría sudar hasta a un oso: 22 km y más de 1500 metros de desnivel. ¡Vamos, un paseo por el parque!
El Misterio del Corcho Mordisqueado
Nos levantamos cuando los gallos siguen con los ojos cerrados, solo para descubrir que anoche tuvimos visita. Nuestros bastones de senderismo parecían haber sido el aperitivo de algún animal con antojo de sal. ¿Qué animal pudo ser? Lo único cierto es que un oso negro pululaba por la zona…
Tras el desayuno y la siempre divertida tarea de jugar al Tetris con nuestras mochilas, nos pusimos en marcha.
Dirigiéndonos al cruce que tomamos ayer, con vistas a Mt. Cleveland
En el campamento de Mokowanis Jct, nos encontramos con un padre e hijo que también habían visto un oso negro la tarde anterior. ¡Venga ya! ¿Es que todo el mundo ve osos menos nosotros?
Y entonces, amigos, tras 4 kms ya en las piernas de aburrido bosque, empezó lo bueno. Cinco kilómetros de subida por lo que debe ser el sendero más increíble que mis pobres pies han pisado jamás.
Tras el desayuno y la siempre divertida tarea de jugar al Tetris con nuestras mochilas, nos pusimos en marcha.

En el campamento de Mokowanis Jct, nos encontramos con un padre e hijo que también habían visto un oso negro la tarde anterior. ¡Venga ya! ¿Es que todo el mundo ve osos menos nosotros?
Y entonces, amigos, tras 4 kms ya en las piernas de aburrido bosque, empezó lo bueno. Cinco kilómetros de subida por lo que debe ser el sendero más increíble que mis pobres pies han pisado jamás.
La Subida Interminable: ¿Quién Necesita Escaleras Mecánicas?
Empezamos a subir por un caminito abierto con bonitas vistas de una cascada larga y escalonada, Mokowanis Cascade. Mientras subes, si miras atrás y abajo ves el lago Glenns que se ve cada vez más pequeño (como nuestras esperanzas de sobrevivir a esta subida). Una serie de curvas cerradas nos conducen a la cima de la cascada y a un pequeño valle que contiene al increíble lago Atsina con su color azul verdoso.
El paraíso con Mokowanis Cascade. El lago Atsina con Cathedral Peak de fondo y sus acantilados con numerosas caídas de agua
Varias cascadas se desprenden de los acantilados de Cathedral Peak en esta increíble cuenca. Las más prominentes son Atsina y Paiota Falls. El sendero bordea la orilla derecha del pequeño lago, cruza el río que alimenta Atsina y Paiota Falls y luego asciende hasta llegar a un hermoso prado cubierto de flores silvestres. Tras cruzar el río a las bravas y luego el arroyo de Atsina saltando de piedra en piedra, nos encontramos un pequeño estanque con vistas excepcionales de la alta torre de Wahcheechee Mountain. Un último ascenso con varias curvas cerradas nos lleva por una pendiente parcialmente arbolada al dramático y ventoso Stoney Indian Pass.
Una vez cruzado el río por un tronco nos preguntamos cómo narices vamos a subir a la parte alta de la cascada. Atsina Falls (derecha) y Paiota Falls (izquierda). Atsina Lake y más allá Glenns Lake. Más caídas de agua: Raven Quiver Fall (que se desprende de Sue Lake) es la más prominente con Mt. Kipp de fondo. Praderitas y flores. Cruzando el arroyo saltando de piedra en piedra. El estanque con Wahcheechee Mt. a la derecha
Las vistas desde Stoney Indian Pass son tan impresionantes que casi nos olvidamos del dolor en las piernas. Casi.
En el paso, mientras reponemos fuerzas a base de chocolatinas (la dieta empieza mañana), veo algo moverse en las laderas. "¡Oso!", grito emocionado. Pero no, es solo una marmota que parece haber descubierto el bufet libre.
Desde Stoney Indian Pass, mirando atrás, por donde hemos venido. Stoney Indian Lake. Sujétate la gorra que volamos con estas vistas de Stoney Indian Lake y Wahcheechee Mt.
El descenso hacia el lago Stoney Indian es como un tobogán gigante. Nos cruzamos con otros mochileros y les preguntamos si van a Fifty Mountain, nuestro destino. Dicen que no. Genial, vamos a estar solos en el campamento con más avistamientos de grizzlys del parque. ¡Qué emoción!
El sendero rodea la costa noreste hasta el campamento mochilero del mismo nombre que el lago, que se encuentra prácticamente en su desembocadura. Continuamos colina abajo, bajando y bajando por diferentes curvas de herradura. Tras un tramo de selva donde la vegetación parece querer comerse el sendero, llegamos al cruce con el valle del río Waterton. Paramos a comer, rodeados de mosquitos que parecen pensar que nosotros somos el menú.
Dirigiéndonos al valle del Río Waterton. La vegetación es exhubertante.
Y entonces, amigos, comienza el verdadero calvario. Una subida interminable bajo un sol que parece querer freírnos. Las vistas mejoran con la altura, pero estamos demasiado ocupados intentando no morir como para apreciarlo (incluso para hacer fotos).
Finalmente, tras lo que parece una eternidad, llegamos a unas praderas alpinas que parecen sacadas de "Heidi". Marmotas por todos lados, flores silvestres, y la imponente cresta de Cathedral Peak a nuestra izquierda.


Varias cascadas se desprenden de los acantilados de Cathedral Peak en esta increíble cuenca. Las más prominentes son Atsina y Paiota Falls. El sendero bordea la orilla derecha del pequeño lago, cruza el río que alimenta Atsina y Paiota Falls y luego asciende hasta llegar a un hermoso prado cubierto de flores silvestres. Tras cruzar el río a las bravas y luego el arroyo de Atsina saltando de piedra en piedra, nos encontramos un pequeño estanque con vistas excepcionales de la alta torre de Wahcheechee Mountain. Un último ascenso con varias curvas cerradas nos lleva por una pendiente parcialmente arbolada al dramático y ventoso Stoney Indian Pass.







Las vistas desde Stoney Indian Pass son tan impresionantes que casi nos olvidamos del dolor en las piernas. Casi.
En el paso, mientras reponemos fuerzas a base de chocolatinas (la dieta empieza mañana), veo algo moverse en las laderas. "¡Oso!", grito emocionado. Pero no, es solo una marmota que parece haber descubierto el bufet libre.



El descenso hacia el lago Stoney Indian es como un tobogán gigante. Nos cruzamos con otros mochileros y les preguntamos si van a Fifty Mountain, nuestro destino. Dicen que no. Genial, vamos a estar solos en el campamento con más avistamientos de grizzlys del parque. ¡Qué emoción!
El sendero rodea la costa noreste hasta el campamento mochilero del mismo nombre que el lago, que se encuentra prácticamente en su desembocadura. Continuamos colina abajo, bajando y bajando por diferentes curvas de herradura. Tras un tramo de selva donde la vegetación parece querer comerse el sendero, llegamos al cruce con el valle del río Waterton. Paramos a comer, rodeados de mosquitos que parecen pensar que nosotros somos el menú.


Y entonces, amigos, comienza el verdadero calvario. Una subida interminable bajo un sol que parece querer freírnos. Las vistas mejoran con la altura, pero estamos demasiado ocupados intentando no morir como para apreciarlo (incluso para hacer fotos).
Finalmente, tras lo que parece una eternidad, llegamos a unas praderas alpinas que parecen sacadas de "Heidi". Marmotas por todos lados, flores silvestres, y la imponente cresta de Cathedral Peak a nuestra izquierda.


Fifty Mountain Camp: Donde los Grizzlys Hacen Reservas
Y por fin, ¡Fifty Mountain Camp! Estamos solos, como esperábamos. Elegimos una parcela protegida por la vegetación, cerca del riachuelo. Perfecto para cuando el grizzly venga a por el postre.
Mientras cenamos, vemos bajar por la ladera de Mt. Kipp a un grupo de coreano-americanos. ¡Hurra! No seremos el aperitivo de los osos esta noche.
Y así, más agotados que un maratoniano en el Sáhara, nos vamos a dormir con las últimas luces del día. Mañana más, si es que conseguimos levantarnos.

Mientras cenamos, vemos bajar por la ladera de Mt. Kipp a un grupo de coreano-americanos. ¡Hurra! No seremos el aperitivo de los osos esta noche.

Y así, más agotados que un maratoniano en el Sáhara, nos vamos a dormir con las últimas luces del día. Mañana más, si es que conseguimos levantarnos.