¡Buenos días, aventureros! Hoy es el gran día. Decimos adiós a Many Glacier Campground y damos la bienvenida a nuestro épico trekking de 5 días y 4 noches. ¿Estáis listos para la aventura? ¡Pues allá vamos!
El Inicio Tardío y la Mochila Monstruo
Pensábamos que éramos madrugadores, pero entre desayunar, recoger el campamento y asegurarnos de que no nos dejábamos ni los calcetines de la suerte, nos dieron las 8:30 antes de llegar al aparcamiento del Swiftcurrent Motor Inn. ¡Menudo comienzo!
Hoy nos esperaba el día más duro: más de 30 km, mochilas que parecían llevar piedras en vez de comida, y un desnivel positivo de más de 1400 metros. Podríamos haber acortado 7 km, pero eso significaba perdernos Iceberg Lake. Y amigos, eso es como ir a París y no ver la Torre Eiffel.
Hoy nos esperaba el día más duro: más de 30 km, mochilas que parecían llevar piedras en vez de comida, y un desnivel positivo de más de 1400 metros. Podríamos haber acortado 7 km, pero eso significaba perdernos Iceberg Lake. Y amigos, eso es como ir a París y no ver la Torre Eiffel.
Iceberg Lake: Donde los Alces Cruzan Como Pedro por su Casa
El sendero empezó suave, como para engañarnos. Álamos, arbustos con bayas (¡el buffet de los osos!) y vistas que te dejan sin aliento de Grinnell, Wilbur y Swiftcurrent Mountain.
¡¡Qué paisaje!!
Por esta zona, la cantidad de flores silvestres es especialmente llamativa. Llegamos a una zona más sombreada, donde predominan los pinos y paramos en Ptarmigan Falls, que se oyen más que se ven. Cuando llevamos unos 4,5 kms vemos el desvío que lleva a Ptarmigan Tunnel, el cual cogeremos después de visitar Iceberg Lake, nuestro primer destino del día. Poco después del cruce salimos del bosque y empezamos a ver el increíble circo en cuya base está nuestro destino. Seguimos avanzando, cruzamos el arroyo Iceberg y el sendero empieza a empinarse entre increíbles praderas subalpinas.
Acercándonos al circo en cuya base está Iceberg Lake
Pero lo mejor estaba por llegar. Cerca de Iceberg Lake, de repente, ¡zas! Un alce macho gigante salió de la nada, cruzó el camino como si fuera su pasarela personal, y casi provoca un "accidente húmedo" a la pareja que iba delante. ¡Menudo subidón de adrenalina!
Llegamos a Iceberg Lake, que hacía honor a su nombre con unos pedazos de hielo que parecían islas en miniatura. Tras el descanso obligatorio (y unas fotos para presumir en Instagram), volvimos sobre nuestros pasos.
Iceberg Lake
Tras el descanso de rigor, volvimos por donde habíamos venido dirección al cruce anteriormente indicado. Por el camino vimos de nuevo al macho de alce, algo lejos, pero tirado en una charca al fresco.

Por esta zona, la cantidad de flores silvestres es especialmente llamativa. Llegamos a una zona más sombreada, donde predominan los pinos y paramos en Ptarmigan Falls, que se oyen más que se ven. Cuando llevamos unos 4,5 kms vemos el desvío que lleva a Ptarmigan Tunnel, el cual cogeremos después de visitar Iceberg Lake, nuestro primer destino del día. Poco después del cruce salimos del bosque y empezamos a ver el increíble circo en cuya base está nuestro destino. Seguimos avanzando, cruzamos el arroyo Iceberg y el sendero empieza a empinarse entre increíbles praderas subalpinas.

Pero lo mejor estaba por llegar. Cerca de Iceberg Lake, de repente, ¡zas! Un alce macho gigante salió de la nada, cruzó el camino como si fuera su pasarela personal, y casi provoca un "accidente húmedo" a la pareja que iba delante. ¡Menudo subidón de adrenalina!
Llegamos a Iceberg Lake, que hacía honor a su nombre con unos pedazos de hielo que parecían islas en miniatura. Tras el descanso obligatorio (y unas fotos para presumir en Instagram), volvimos sobre nuestros pasos.


Tras el descanso de rigor, volvimos por donde habíamos venido dirección al cruce anteriormente indicado. Por el camino vimos de nuevo al macho de alce, algo lejos, pero tirado en una charca al fresco.
Ptarmigan Tunnel: El Túnel al Otro Lado del Paraíso
Desde el cruce, después de un primer kilómetro que nos hizo preguntarnos si estábamos escalando el Everest, y tras dejar atrás la línea arbórea, transitando praderas repletas de flores, con ocasionales campos de derrubios, llegamos a Ptarmigan Lake. Aquí, otra sorpresa peluda: una hembra de alce dándose un baño tan tranquila. ¿Es que estamos en un safari o qué?
El camino hacia Ptarmigan Lake, ya por encima de la línea arbórea. Ptarmigan Lake: el túnel está prácticamente en todo lo alto de la montaña del fondo. Alce
El último tramo hasta Ptarmigan Tunnel fue como escalar una montaña rusa: empinado, sin sombra, y con el sol de la una de la tarde dándonos de lleno. Pero chicos, fue cruzar los 60 metros del túnel y… ¡Madre mía! El valle de Belly River, Mount Merritt, el lago Elizabeth, Old Sun Glacier... Parecía que habíamos cruzado a otro mundo.
El ascenso a Ptarmigan Tunnel. Vistas ya en casi todo lo alto a atrás. El túnel, al fin. Al otro lado: Belly River Valley, Elizabeth Lake, Mt. Merritt, Old Sun Glacier




El último tramo hasta Ptarmigan Tunnel fue como escalar una montaña rusa: empinado, sin sombra, y con el sol de la una de la tarde dándonos de lleno. Pero chicos, fue cruzar los 60 metros del túnel y… ¡Madre mía! El valle de Belly River, Mount Merritt, el lago Elizabeth, Old Sun Glacier... Parecía que habíamos cruzado a otro mundo.




El Descenso Interminable y el Burrito Traicionero
Allí con estas vistas de postal y una ardilla con intenciones cleptómanas, comimos nuestros burritos. Eso sí, casi me ahogo con uno cuando se me pegó al paladar. Nota mental: masticar más y admirar menos.
El descenso fue una montaña rusa de emociones. El comienzo por el talud rojo es increíble, las vistas no paran de mejorar y al suroeste ya puedes ver a lo lejos el circo glaciar donde reposa el lago Helen. Pero todo tiene un fin. Volvemos a adentrarnos en el bosque, paramos en una pequeña cascada a beber agua y descansar y pasamos por el cruce que lleva a Red Gap Pass.
El descenso por el talud rojo. Aparece al fondo Helen Lake. El camino sigue siendo una maravilla. Parada en el abrevadero
Los siguientes 3 kilómetros son bastante aburridos, descendiendo más intensamente por el bosque por un camino comido por la vegetación donde cantábamos a pleno pulmón para ahuyentar a los osos (y probablemente a cualquier ser vivo en un radio de 5 km) Llegamos al fondo del valle y cruzamos un puente colgante que parecía sacado de Indiana Jones. Llegamos al campamento del lago Elizabeth y descansamos que empezamos a estar hechos polvo.
El descenso fue una montaña rusa de emociones. El comienzo por el talud rojo es increíble, las vistas no paran de mejorar y al suroeste ya puedes ver a lo lejos el circo glaciar donde reposa el lago Helen. Pero todo tiene un fin. Volvemos a adentrarnos en el bosque, paramos en una pequeña cascada a beber agua y descansar y pasamos por el cruce que lleva a Red Gap Pass.




Los siguientes 3 kilómetros son bastante aburridos, descendiendo más intensamente por el bosque por un camino comido por la vegetación donde cantábamos a pleno pulmón para ahuyentar a los osos (y probablemente a cualquier ser vivo en un radio de 5 km) Llegamos al fondo del valle y cruzamos un puente colgante que parecía sacado de Indiana Jones. Llegamos al campamento del lago Elizabeth y descansamos que empezamos a estar hechos polvo.

La Recta Final: Cuando el Cuerpo Dice "No" pero la Mente Dice "Venga, Va"
Los últimos 7 km fueron un ejercicio de voluntad. Pero la naturaleza nos regaló algunas sorpresas: una cría de visón super mona, las impresionantes Dawn Mist Falls, un cruce de río relajante para nuestros pies y cuatro ciervas saltarinas que parecían burlarse de nuestro cansancio.
Pequeño visón. Dawn Mist Falls desde el camino principal y el desvío para llegar a su base. Paisaje con Belly River. Cruzando la salida de agua de Cosley Lake
Tras más de 31 kilómetros (¡un maratón con mochilas!), llegamos al campamento de Cosley Lake. Pillamos una parcela con vistas al lago y no pudimos resistir darnos un chapuzón. ¡Qué gloria!
Cosley Lake desde nuestra parcela





Tras más de 31 kilómetros (¡un maratón con mochilas!), llegamos al campamento de Cosley Lake. Pillamos una parcela con vistas al lago y no pudimos resistir darnos un chapuzón. ¡Qué gloria!

El Final Perfecto
Cenamos en el área común, pensando que éramos los últimos valientes en llegar. Pero no, a las 9 de la noche aparecieron un nuevo grupete de backpackers. ¡Y nosotros que nos creíamos duros!
Ya en la tienda, con los músculos gritando y la satisfacción por las nubes, nos quedamos dormidos antes de que nuestras cabezas tocaran las almohadas improvisadas.
Y así, amigos, terminó nuestro primer día de trekking en Glacier National Park. ¿Agotador? Sí. ¿Inolvidable? Totalmente. ¿Listos para el día siguiente? ... Bueno, eso ya lo veremos cuando consigamos movernos por la mañana.
Ya en la tienda, con los músculos gritando y la satisfacción por las nubes, nos quedamos dormidos antes de que nuestras cabezas tocaran las almohadas improvisadas.
Y así, amigos, terminó nuestro primer día de trekking en Glacier National Park. ¿Agotador? Sí. ¿Inolvidable? Totalmente. ¿Listos para el día siguiente? ... Bueno, eso ya lo veremos cuando consigamos movernos por la mañana.