¡Buenos días, Glacier! A las 7 ya estamos en pie, listos para mover nuestra casa rodante una vez más. Hoy nos toca Sprague Creek Camp, nuestro último hogar en esta aventura en mitad de la Going to the Sun Road. ¡Qué emoción!
Hoy nos esperan dos pases: Piegan y Siyeh. Pero antes, una horita de coche hasta la parte este de la Going to the Sun Road. ¡Nada como un poco de calentamiento de glúteos antes de la caminata!
Para realizar esta excursión decidimos aprovechar el sistema de autobuses gratuitos del parque, para no hacer una ruta de ida y vuelta, sino una ruta de punto a punto partiendo de Siyeh Bend y finalizando en Sunrift Gorge, donde dejamos el coche y esperamos en la parada de autobús. Tras ver pasar dos autobuses llenos (¿acaso todo el mundo ha decidido hacer senderismo hoy?), por fin logramos subir al tercero. ¡Hurra por el transporte público!
Hoy nos esperan dos pases: Piegan y Siyeh. Pero antes, una horita de coche hasta la parte este de la Going to the Sun Road. ¡Nada como un poco de calentamiento de glúteos antes de la caminata!
Para realizar esta excursión decidimos aprovechar el sistema de autobuses gratuitos del parque, para no hacer una ruta de ida y vuelta, sino una ruta de punto a punto partiendo de Siyeh Bend y finalizando en Sunrift Gorge, donde dejamos el coche y esperamos en la parada de autobús. Tras ver pasar dos autobuses llenos (¿acaso todo el mundo ha decidido hacer senderismo hoy?), por fin logramos subir al tercero. ¡Hurra por el transporte público!
Comienza la Aventura: ¡Hacia Piegan Pass!
El sendero comienza siguiendo el arroyo Siyeh aguas arriba durante un corto tramo antes de adentrarse en un denso bosque de coníferas. Los primeros dos kilómetros son tan emocionantes como ver crecer la hierba. Pero no os preocupéis, las cosas mejoran. Pronto el bosque da paso a arbustos enanos y árboles retorcidos. ¡Es como entrar en el jardín de un hobbit!
Comienza la ruta siguiendo el arroyo Siyeh
Nada más pasar el cruce entre Piegan y Siyeh Pass y tomar el sendero hacia Piegan Pass, nos recibe una gran pila de fresco excremento de oso. ¡Qué detalle de bienvenida! Las vistas desde aquí son tan impresionantes que casi nos olvidamos de vigilar por si aparece el dueño del "regalo".
Estamos caminando por la ladera de Cataract Mt., con vistas directas a Mt. Siyeh al noreste. Pero si miramos al sur las vistas son inmejorables: el complejo glaciar Blackfoot – Jackson al fondo y más en un primer plano, al suroeste, Piegan Mt. y Piegan Glacier con Matahpi Peak y Going to the Sun Mt. al sureste. En medio, el valle del que venimos.
Seguimos disfrutando del camino mientras nos dirigimos al pase. Cada vez se ve mejor Pollock Mt y la Garden Wall. Cruzamos un gran parche de nieve (yo me salgo del camino para bordearlo, mi sobrino sí lo cruza a las bravas) y poco a poco vamos llegando a nuestro destino.
El camino a Piegan Pass que se ve al fondo con las montañas de izquierda a derecha: Piegan Mt. Pollock Mt. Garden Wall y Cataract Mt. Mirando al valle y al fondo el complejo glaciar formado por los glaciares Blackfoot y Jackson (y las montañas del mismo nombre). Cruzando parches de nieve. El menda con Piegan Mt y su glaciar.
Justo antes de llegar al pase, una marmota nos saluda como si fuéramos viejos amigos. En el pase, las vistas son tan increíbles que casi nos quedamos sin aire (aunque puede que sea por la altitud).
Ya en el pase, paramos para disfrutar del paisaje: la increíble Garden Wall con Mt. Gould a continuación; en su base tres laguitos de diferentes tonalidades y más allá, el valle de Cataract Creek que lleva hasta Many Glacier.
En Piegan Pass mirando al valle de Cataract Creek con la escarpada Garden Wall y Mt. Gould. Marmota curiosa

Nada más pasar el cruce entre Piegan y Siyeh Pass y tomar el sendero hacia Piegan Pass, nos recibe una gran pila de fresco excremento de oso. ¡Qué detalle de bienvenida! Las vistas desde aquí son tan impresionantes que casi nos olvidamos de vigilar por si aparece el dueño del "regalo".
Estamos caminando por la ladera de Cataract Mt., con vistas directas a Mt. Siyeh al noreste. Pero si miramos al sur las vistas son inmejorables: el complejo glaciar Blackfoot – Jackson al fondo y más en un primer plano, al suroeste, Piegan Mt. y Piegan Glacier con Matahpi Peak y Going to the Sun Mt. al sureste. En medio, el valle del que venimos.
Seguimos disfrutando del camino mientras nos dirigimos al pase. Cada vez se ve mejor Pollock Mt y la Garden Wall. Cruzamos un gran parche de nieve (yo me salgo del camino para bordearlo, mi sobrino sí lo cruza a las bravas) y poco a poco vamos llegando a nuestro destino.




Justo antes de llegar al pase, una marmota nos saluda como si fuéramos viejos amigos. En el pase, las vistas son tan increíbles que casi nos quedamos sin aire (aunque puede que sea por la altitud).
Ya en el pase, paramos para disfrutar del paisaje: la increíble Garden Wall con Mt. Gould a continuación; en su base tres laguitos de diferentes tonalidades y más allá, el valle de Cataract Creek que lleva hasta Many Glacier.


La Aventura Continúa: Hacia Siyeh Pass
Regresamos por donde hemos venido, disfrutando más directamente de las vistas a Siyeh Mt (una de las pocas montañas de más de 3000 metros del parque) Vemos abajo un joven carnero de las rocosas.
Volviendo con Mt. Siyeh a la izquierda y Matahpi Peak a la derecha
De vuelta en la bifurcación, nos dirigimos hacia Siyeh Pass. Empezamos a adentrarnos en las extensas praderas subalpinas de Preston Park, conocidas por su despliegue de flores. Nada más comenzar vemos una huella de oso en el barro. Está claro que hay al menos un plantígrado por la zona, entre los excrementos y esto, ya son varias señales…
Pequeñas hileras de árboles que descienden por un lado del Mt. Siyeh y por otro de Matahpi Peak rodean los prados. Cruzamos el arroyo Siyeh que fluye de las lagunas del deshielo y empezamos a ascender hacia el ventoso paso Siyeh.
En Preston Park: creíamos que la cima de enfrente era Siyeh Pass ¡ilusos! Mirando atrás se puede comprobar la belleza de Preston Park con Mt. Reynolds a lo lejos y Piegan Mt y su glaciar
El camino hacia Siyeh Pass parece no tener fin. Cuando creemos que ya hemos llegado, ¡sorpresa! Hay que subir más. Por fin llegamos al pase, a casi 2500 metros, marcado por un mojón de piedras. Aquí aprendemos que "Siyeh", un indígena de los blackfoot, significa "Perro o Lobo Loco". Después de esta subida, nos sentimos un poco locos nosotros también.
Ganando altura se ven las pocetas glaciares en la base de Siyeh Mt. y Cracker Peak (al otro lado de esas montañas está Cracker Lake, el lago que visitamos el primer día)
En el pase paramos a tomarnos un descanso y unas galletas, al abrigo de unas rocas que nos protejan del viento. Las vistas son estupendas. Justo enfrente tenemos Goat Mt. y el remoto valle de Boulder Creek, donde no hay sendero alguno.
El remoto Boulder Creek Valley

De vuelta en la bifurcación, nos dirigimos hacia Siyeh Pass. Empezamos a adentrarnos en las extensas praderas subalpinas de Preston Park, conocidas por su despliegue de flores. Nada más comenzar vemos una huella de oso en el barro. Está claro que hay al menos un plantígrado por la zona, entre los excrementos y esto, ya son varias señales…

Pequeñas hileras de árboles que descienden por un lado del Mt. Siyeh y por otro de Matahpi Peak rodean los prados. Cruzamos el arroyo Siyeh que fluye de las lagunas del deshielo y empezamos a ascender hacia el ventoso paso Siyeh.


El camino hacia Siyeh Pass parece no tener fin. Cuando creemos que ya hemos llegado, ¡sorpresa! Hay que subir más. Por fin llegamos al pase, a casi 2500 metros, marcado por un mojón de piedras. Aquí aprendemos que "Siyeh", un indígena de los blackfoot, significa "Perro o Lobo Loco". Después de esta subida, nos sentimos un poco locos nosotros también.

En el pase paramos a tomarnos un descanso y unas galletas, al abrigo de unas rocas que nos protejan del viento. Las vistas son estupendas. Justo enfrente tenemos Goat Mt. y el remoto valle de Boulder Creek, donde no hay sendero alguno.

El Descenso de la Tortura
Retomamos la ruta y empezamos el descenso. Si el ascenso ha sido espectacular el descenso hasta Sunrift Gorge no le queda atrás.
Durante todo el descenso al valle del arroyo Baring (famoso por ser zona de grizzlys, sobre todo en agosto cuando hay bayas por doquier), tenemos a la vista Going to the Sun Mt. y el glaciar Sexton. Al fondo se ve el gran lago St. Mary con Little Chief Mt.
El descenso fue largo (9 kms con un desnivel negativo superior a los 1000 metros) con muchas curvas de herradura que nos dejaron las rodillas un poco tocadas.
Disfrutamos mucho, pero sí es verdad que la parte final (la de Sunrift Gorge) se nos hizo pesada por el sol que ya nos estaba friendo, por las molestias en rodillas y porque la garganta no vale ni un duro, a decir verdad.
Empezamos el descenso con el impresionante glaciar Sexton y la mole de Going to the Sun Mt. Adentrándonos en un bosque quemado, fantasmagórico con Matahpi Peak en todo lo alto y Siyeh Pass
Durante todo el descenso al valle del arroyo Baring (famoso por ser zona de grizzlys, sobre todo en agosto cuando hay bayas por doquier), tenemos a la vista Going to the Sun Mt. y el glaciar Sexton. Al fondo se ve el gran lago St. Mary con Little Chief Mt.

El descenso fue largo (9 kms con un desnivel negativo superior a los 1000 metros) con muchas curvas de herradura que nos dejaron las rodillas un poco tocadas.
Disfrutamos mucho, pero sí es verdad que la parte final (la de Sunrift Gorge) se nos hizo pesada por el sol que ya nos estaba friendo, por las molestias en rodillas y porque la garganta no vale ni un duro, a decir verdad.




El Final de la Aventura y la Carretera Escénica
Llegamos al coche a las 15:30, tras más de 22 km y casi 1000 metros de desnivel positivo. Decidimos comer en la zona de picnic de Sun Point antes de dirigirnos a nuestro campamento.
La Going to the Sun Road es tan escénica como dicen, pero también está tan llena de coches que parece la hora punta en Nueva York.
Mountain Goat al lado de la carretera
La Going to the Sun Road es tan escénica como dicen, pero también está tan llena de coches que parece la hora punta en Nueva York.

El Campamento de los Osos y la Ducha Vengativa
Nuestro nuevo campamento, al lado de Lake McDonald, es pequeño pero acogedor, y aparentemente popular entre los osos locales según ponía la pizarra con avistamientos plantígrados a la entrada del campamento.
El lago McDonald desde el campamento
Para ducharnos, tuvimos que salir del parque y visitar el KOA de West Glacier un camping privado a menos de 5 kms de la entrada oeste del parque. El camping una pasada, con mega piscina, tiendas, y actuaciones en directo por la tarde, aunque la que actuaba esa tarde era un peligro para los oídos. Hoy nos cobraron 10 dólares por la ducha a cada uno, ¡un robo! Pero al día siguiente nos vengamos duchándonos gratis. ¡Ja!
Ya de vuelta al parque, y antes de cenar y plantar la oreja, decidimos pasarnos por la zona de Lake McDonald Lodge. Estuvimos echándole un vistazo y estuvimos pululando por la zona, viendo la tienda que tenía, con un montón de souvenirs y unos helados gigantes que no pudimos resistirnos. También visitamos la parada de autobús del parque ya que mañana tendríamos que coger uno bien temprano para la excursión planificada. Pero esa ya os la contaré.
Lake McDonald Lodge
Y así, con las piernas doloridas pero el corazón contento, terminamos otro día épico en Glacier. ¿Qué nos deparará mañana? ¡La aventura continúa!

Para ducharnos, tuvimos que salir del parque y visitar el KOA de West Glacier un camping privado a menos de 5 kms de la entrada oeste del parque. El camping una pasada, con mega piscina, tiendas, y actuaciones en directo por la tarde, aunque la que actuaba esa tarde era un peligro para los oídos. Hoy nos cobraron 10 dólares por la ducha a cada uno, ¡un robo! Pero al día siguiente nos vengamos duchándonos gratis. ¡Ja!
Ya de vuelta al parque, y antes de cenar y plantar la oreja, decidimos pasarnos por la zona de Lake McDonald Lodge. Estuvimos echándole un vistazo y estuvimos pululando por la zona, viendo la tienda que tenía, con un montón de souvenirs y unos helados gigantes que no pudimos resistirnos. También visitamos la parada de autobús del parque ya que mañana tendríamos que coger uno bien temprano para la excursión planificada. Pero esa ya os la contaré.

Y así, con las piernas doloridas pero el corazón contento, terminamos otro día épico en Glacier. ¿Qué nos deparará mañana? ¡La aventura continúa!
Enlace a la ruta en Alltrails