Sexto día, llevamos casi una semana sin parar, aún nos quedan 12 días y parece ser que la aclimatación a USA ya es total. Hoy tenemos visita al Antelope Canyon a las 11.30h así que por un día no tenemos que madrugar, el plan es simple, dormir un rato, bajar a desayunar y a las 10.30h ir tirando a las oficinas de Antelope Canyon Tours.
Y así lo hicimos desayunamos como bestias en el buffet del hotel, de momento el mejor del viaje, se nota que es un hotel de cadena "grande". Buffet enorme con multitud de cosas, pastas, cereales, tortitas, fruta, zumos naturales... y waffles! Al fin mi mujer se pudo comer para desayunar el waffle con mermelada de fresa que tanto ansiaba!
Con la barriga bien llena recogemos la habitación y nos dirigimos tranquilamente a la oficina de los tours. Está justo delante del hotel y está abarrotada, es una pequeña oficina en una de esas zonas comerciales típicas en el lateral de la carretera, con un aparcamiento descubierto en el centro, rodeado de locales en batería unidos por un porche.

Me abro paso hasta llegar al mostrador, enseño la "reserva" y cual es nuestra sorpresa cuando la mujer me dice que no hay sitio, que es sabado y están hasta la bandera.
Le digo que ¿como es posible? Que tengo una reserva de hace más de cuatro meses y que es una faena que nos hagan eso. Y me contesta que lo que yo he reservado es (atención) el derecho a OPTAR a dos asientos en la furgo cuando se han abierto las inscripciones esta mañana y que "unfortunately" a estas horas de un sábado ya no quedaba ninguno libre... ¿?¿?¿?

Le pedí que me lo volviera a explicar y parece ser que lo que tendríamos que haber hecho es ir a la oficina a primerisima hora de la mañana y entonces, gracias a mi reserva previa, habría podido reservar los famosos dos asientos de los que habla la maldita y estúpida reserva previa...
Le intenté hacer ver lo absurdo de la situación pero como era de esperar me miró como una vaca mira a un tren y me dijo que podía esperar 10 minutos a ver si alguien no se presentaba.
¡Que remedio! Pues bien, a los 10 minutos nos confirmó que nanai, que no había plazas y que si queríamos nos podía dar hora para las 15.30h
Bfff... demasiado tarde, a esa hora debíamos estar ya camino a Las Vegas además de que eran muchas horas para esperarnos. Al final decidimos aprovechar y salir antes para Las Vegas y dejar la visita a Antelope como excusa para volver en un futuro

Así pues aprovechamos que íbamos sobrados de tiempo y entramos a comprar un par de camisetas en una tienda outlet que había muy cerca, luego fuimos al Walmart a comprar almuerzo, hielo para la nevera, otro pack de 36 botellines de agua (ya nos habíamos acabado el que compramos en LA) y que carai... a chafardear un poco, que pasear por uno de esos inmensos supermercados es toda una experiencia!
Después de los preparativos iniciamos el viaje a LAS VEGAS!
Teníamos por delante algo más de 4 horas de viaje, 439km exactamente en los que pasaríamos por 3 estados diferentes, Arizona, Utah y Nevada.

La verdad es que aparte de los siempre impresionantes paisajes el viaje fue algo aburrido, hasta medio camino transcurre por carreteras convencionales que cruzan inmensas llanuras rurales rodeadas por grandes montañas.
Vimos el Zion National Park a lo lejos. En St. George empalmamos con la I15 y pudimos ir más rápido. No hay muchas cosas que ver durante el camino así que optamos por parar lo mínimo e intentar llegar lo antes posible a destino.
La verdad es que nos apetecía mucho estar unos días en la Sin City sin tener que tocar las maletas ni hacer grandes rutas.
Durante la preparación del viaje estuve estrujándome los sesos para intentar cuadrar nuestra llegada a LV con la puesta de sol, para que L pudiera ver por primera vez la ciudad del vicio en todo su esplendor y con nuestro cambio de planes, pues la cosa se fue al traste... pero me acordé de un plan B que ideé por si llegábamos demasiado pronto

Resulta, que a unos 70km de la ciudad existe el Valley of Fire, uno de los parques estatales menos visitados de la zona, sin embargo había leído buenos comentarios en este mismo foro, así que como apenas eran las 17h y con el disgusto aún del Antelope Canyon decidimos darle caña al Annual pass e ir a visitarlo.

¡Y que sorpresa! Es un parque bastante pequeño, te dan un mapa en la entrada del mismo y lo vas recorriendo con el coche. Cada pocos kilómetros encuentras un pequeño aparcamiento junto a la "atracción" en cuestión.

El parque es conocido por sus extrañas formaciones rocosas de color rojizo que otorgan al parque un paisaje de lo más marciano. De hecho tengo entendido que se han rodado algunas películas simulando el planeta rojo y viendo las fotos no me extraña.

Estuvimos unas tres horas en el parque, tiempo para verlo prácticamente todo, siendo sinceros no creo que por si solo merezca un viaje a la zona pero si te viene de paso y tienes tiempo puede ser una más que interesante parada.
El sol abrasador, las curiosas formaciones rocosas y el silencio casi absoluto por la poquísima afluencia de visitantes le dan un aire único, mágico, incluso solemne. Parece que el tiempo se detenga en ese lugar, es fácil quedarte embobado observando esas formaciones rocosas que llevan millones de años ahí, impresionante.
En definitiva, una visita muy interesante que de no haber sido por nuestro cambio de planes forzado de bien seguro no hubiéramos disfrutado

Así pues subimos al coche a eso de las 20h dirección, ahora si, a LV. Hay que decir que al ser noche de sábado habíamos reservado un hotel en las afueras huyendo de los hinchados precios del Strip, esta noche dormiríamos en el Fiesta Henderson y mañana por la mañana nos trasladaríamos al París, en pleno corazón de Las Vegas.

Así pues entramos a la Sin City por el Norte atravesando toda la ciudad por la autopista, disfrutando de los neones, luces y del ambientazo general de un sábado noche. Y finalmente llegamos al Fiesta Henderson, no sin que antes el GPS nos troleara un poco mandándonos a un barrio bastante "chungo" justo delante del "Andrea Agassi's Institute" (¿?).
Aparcamos el coche en el descomunal parking exterior y nos dirigimos a la recepción. Entrego la reserva y ¡SORPRESA! me dice la tipa que lo sentía pero que nuestra reserva no existe!



Es decir, el recibo impreso confirma que la reserva existe pero los datos no aparecen en el sistema y sin esos datos no disponemos de habitación. Así de simple.
Os podéis imaginar el momentazo. Después de 5 horas de carretera, aún con el mal sabor de boca por lo de Antelope Canyon de esa misma mañana, cansados, sudados y hambrientos de patear por el "Valley of fire". Ahora resulta que un sábado a las 22h estamos en Las Vegas sin habitación! ¡Menudo planazo!
Además la recepcionista nos dijo que estaban full, que había vendido la última habitación hacia 1 hora, pero que nos podía gestionar una reserva en el hotel "hermano" Sunset Station, a escasos 10 minutos de allí pero que el ratio de precio era de 250$ la noche (¡flipa!)

Afortunadamente las noches en Las Vegas las reservamos por agencia, ya que suelen tener mejores precios debido al volumen de venta, así que las habitaciones estaban pagadas y sabia que el seguro de la agencia se haría cargo del error, así que aceptamos y unos 30 minutos más tarde estábamos entrando en nuestra suite de 250$ en el Sunset Station.

Habitación enorme con lavabo enorme, cama enorme, TV enorme... en fin this is Las Vegas, realmente al escoger un hotel en esta ciudad hay que fijarse en la relación situación/precio ya que las habitaciones son prácticamente iguales en todos los hoteles.
El Sunset Station está ambientado en una estación de tren europea haciendo alusiones a numerosas capitales europeas por todo el hall. La más curiosa de todas es el Gaudí Bar situado en la zona de mesas de juego y toda la decoración "gaudiniana" de esa zona, donde pudimos ver la pedrera, el drac del parc Güell, la sagrada familia... como en casa!


Finalmente después de una buena ducha, bajamos a cenar. Después de ver las múltiples ofertas culinarias que nos ofrecía el enorme hall del hotel nos decidimos por un mexicano que resultó ser super generoso con las raciones. Pedimos un plato para cada uno (fajitas y tacos) y creo que sobró la mitad de cada uno ¡Menudas raciones más bestias! (y eso que íbamos con hambre). Todo por poco más de 20$ por persona tip incluida.
Una vez terminamos de cenar y mucho más relajados decidimos jugarnos nuestros primeros dólares en los slots y ahí se descubrió mi querida L como una peta-máquinas de primera, convirtiendo, tras muchas luces y sirenas, el primer $ que metió en 9$!!!

Al rato subíamos a la habitación a dormir, no sin antes perder las ganancias de L en otra máquina


