Después de haber estado recorriendo Tokio ampliamente, en nuestro quinto día nos desplazaremos a Kamakura.
Kamakura se encuentra en la prefectura de Kanagawa. Es muy conocida por sus templos y santuarios ya que fue el centro político del país durante un siglo cuando el Shogun Minamoto Yoritomo la escogió como base del nuevo gobierno militar de 1192. Fue una época clave en la proliferación del budismo. De ahí la gran cantidad de templos. Hoy en día es una ciudad típica vacacional para los Tokiotas ya que se encuentra en la costa y posee bonitas playas.
Llegar en metro a la parada de tren nos costó 170Y x 2 personas. Una vez allí, cogimos un Tokyo JR local (sin reserva) que nos llevase hasta la estación Kita-Kamakura. Decidimos madrugar bastante para aprovechar bien el día ya que estaba completito de visitas a templos. Nuestro tren salió de Tokio a las 7:01 (pegarse estas palizas de viaje no cuesta tanto, verdad?).
Una vez allí, decidimos realizar una ruta a pie visitando uno a uno los templos que escogimos. Hay algún bus turistico que realiza el recorrido pero así decidimos en cuáles entraríamos una vez allí. Consultad los horarios de apertura porque algunos de los primeros templos más pequeños, abren desde las 8:30. También deciros que nos quedaron más templos por visitar y que si os ayudáis de mi blog para preparar vuestro viaje, es conveniente que le echéis un ojo a otros que os puedan resultar interesantes.
Nuestra primera visita fue al buda negro del templo Zen de Engaku-ji (300Yx2). Este templo, que data de 1282, tuvo como finalidad principal la del rezo de los monjes a los soldados, tanto japoneses como mongoles, caídos en la batalla. Su puerta Sanmon es bastante impresionante.
El siguiente templo es el Tokei-ji (200Yx2). Recuerdo que al entrar, estaba lleno de vegetación. Quizá esta sensación de recogimiento fuese a propósito ya que antaño sirvió de refugio para mujeres maltratadas. Se le conoce también como el templo del divorcio o Engidera, ya que también se refugiaban mujeres que en su época no les estaba permitido divorciarse. Aunque todos los lugares tienen su encanto, este pequeño templo nos pareció prescindible.
El siguiente templo fue el Jochi-ji, que data del año 1281. En plena naturaleza, con una escalinata de piedra, este templo es el cuarto de los cinco grandes templos zen de Kamakura. Fundado por Hojo Tokimune, el octavo Shikken (regente) de Kamakura, con el objetivo de honrar a su nieto Hojo Morotoki. Su padre (hijo de Hojo Tokimune) murió a los 29 años de edad. Las tres principales deidades realizadas en madera, simbolizan el pasado (Amida), el presente (Shaka) y el futuro (Miroku). Se realizaron varias reconstrucciones tras el terremoto de Kanto en 1923.
No sabría decir si pertenece al templo Jochi-ji o a ya era parte del siguiente templo: el Kenzo-ji. Solo recuerdo (gracias, fotos!) que había un paseíto muy bonito donde habían unas grutas con imágenes, todo muy escondidito entre las piedras y la vegetación.
Nuestra siguiente visita fue al Templo Kencho-ji. Es el templo estrella de entre sus cinco grandes templos Zen de Kamakura. Pagando su entrada de 300Y por persona, pudimos visitar su buda sentado de madera. Es bastante peculiar. Lo llaman el Fasting Buddha. Quedan además un total de 10 subtemplos de 49 que llegó a tener antes de que fuesen destruidos por las llamas principalmente en los siglos XIV y XV. El valle fue una zona de ejecuciones, por lo que se considera que en el templo se buscaba consuelo por las almas perdidas.
Pasamos al templo Tsurugaoka Hachimangu, el más importante de Kamakura (Gratis). Tiene varios Toriis que nos dan la bienvenida al templo dedicado al Dios de la guerra, Hachiman. Fue fundado en 1063 por Minamoto Yoriyoshi aunque fue trasladado en el año 1180 a su actual ubicación tras una guerra entre clanes, para realizarlo más grande. Tiene un estanque central que simboliza precisamente esa división entre los clanes, Miramoto y Taira. Detrás del estanque se encuentra el Museo del Tesoro nacional. Siguiendo el paseo central, se puede llegar hasta la costa (hay que caminar bastante). Nosotros debimos entrar por un camino trasero al templo, jaja. Para variar, volvimos a coincidir con la celebración de una boda
Hicimos un receso en una pastelería para comprar unos bizcochos helados (310Y) y así seguir con fuerzas renovadas hacia los siguientes puntos del recorrido.
Sumando templos, llegamos al Hokokuji. Se le conoce como el templo de Bambú gracias a su bambusal (200Y x 2). Este templo me gustó especialmente por su vegetación tan bien cuidada y su jardín zen. Puestos a comparar, aunque en extensión este bambusal es más pequeño, tiene incluso más encanto que el que se lleva toda la fama (hablaremos de él más adelante)
Para desplazarnos hasta el siguiente templo, fuimos en bus a Kamakura Station. El precio por persona es de 200Y. Coges un ticket al entrar o pasas la Pasmo si la tuvieses. Al salir, lo das y te sale en la pantalla la cantidad que tienes que pagar. Para no alejarnos demasiado de allí, aprovechamos para comer de menú (3000Y todo) en una calle perpendicular a la peatonal de compras. Yo, que soy una suertuda, comí tonkatsu Nos resultó fácil pedir porque en la puerta, venían las fotos de los menús para elegir el que más te gustase.
Después del merecido receso, volvimos para coger un bus que paraba en el andén 1 o 6 de enfrente del punto de información turística. Nos bajamos en la parada Daibutsumae ya que nuestra siguiente parada fue el templo de Kotokuin. Alli visitamos al Gran Buda de bronce de Kamakura, pagando la entrada de 200Y por persona. Mide 13,35 metros de alto y pesa unas 93 toneladas, siendo así el más grande al aire libre y el segundo más grande de todo Japón en posición sentada (le gana el del templo Todai-ji, en Nara).
Anteriormente, el buda se encontraba en un salón pero fue arrasado por un Tsunami.
Cerca de allí está nuestro último templo del día, el Hase-dera (300Y por persona). No sabría decir con exactitud por qué pero siento predilección por los templos que tienen estatuas Jizo. El Hase-dera llegó a albergar a más de 50.000, dedicadas a los niños fallecidos. Los padres que han perdido a sus hijos nonatos o recien nacidos, llevan alli sus ofrendas para pedir una mejor vida para ellos allá donde estén. Una vez dentro, podremos visitar al buda dorado Amida, en posición sentado. También tiene una terraza a modo de observatorio desde la cuál se ve la costa.
Al salir del templo, hicimos una paradita para tomar unos helados de castaña y chocolate (320Y cada uno), para esperar al bus con otro humor : ) El bus de vuelta nos costó 200Y por persona.
Al llegar a Tokio, nos pareció que aún nos sobraba tiempo para repetir visitilla, ya que al día siguiente nos marchábamos a otro destino. Decidimos ir hasta Shibuya para volver a ver cruzar
Antes de llegar, “atracamos” un Family mart. Probamos un montón de patatas fritas y guarraditas varias. Compramos cosas para el desayuno del día siguiente. Todo por un total de 833Y.
Acabó nuestra semana y, con mucha pena, nos tenemos que despedir de Tokio. PERO! No acaba aquí nuestro viaje: El próximo destino: TAKAYAMA