“Llovió, sí, pero pasaron El Angliru. ¡Y cómo lo pasaron! Como bravos, a dentelladas contra el asfalto, contra el rival, contra las cunetas, contra la propia bici. Lo pasaron y elevaron con eso el valor de la Vuelta a España, que desde ayer es otra cosa. Buscando y buscando, Enrique Franco encontró por fin su Mortirolo, su Alpe d´Huez, su cima mítica sobre la que elevar el prestigio y la categoría de la Vuelta” Alfredo Relaño, Diario As (1999)
"La subida la calificaría como espectacular. Todo el mundo está de acuerdo en que es una subida descomunal, casi inhumana” Marcelino García, Revista Fusión 2001
"En cuanto al polémico sufrimiento del Angliru hay que recordar que el ciclismo es un deporte de sufrimiento. Y los que no estén de acuerdo, mejor que se dediquen a otras cosas” González Linares, Diario As (2002)
El Angliru, el Olimpo del Ciclismo, es un puerto mítico, uno de los más duros del mundo, y está aquí, en el Paraiso. Cada año en que La Vuelta pasa por aquí, decenas de miles de aficionados pueblan sus cunetas para animar a sus ídolos mientras estos se retuercen sobre sus bicicletas intentando superar las míticas rampas riosanas.
Y además de ser de los más duros, los paisajes son espectaculares, y sirve como una plataforma perfecta para conocer el Aramo, la sierra que tiene a sus pies a la capital, Oviedo.
Por fin pudimos calzarnos las botas después de los interminables exámenes y los temporales que vinieron tras ellos. El sábado 22 de febrero nos acercamos hasta el Aramo en lo que parecía una ruta facililla para empezar a coger un poco de forma, pero nada más lejos de la realidad. Corta pero superexplosiva con tramos bastante pendientes y exigentes (al menos para mí) fisicamente, aunque no tecnicamente ni había peligro de sufrir caidas fuertes. Para mí la dificultad es media por el cansancio que me produjo y por los fuertes desniveles, aunque puede que sea algo muy subjetivo, no lo sé.
COMO LLEGAR
Nosotros arrancamos desde Cobayos (la curva que precede la mítica Cueña les Cabres) Hay un cartel que indica el nombre de Cobayos y se puede aparcar al lado de unas casetas. En invierno no se puede pasar de ahí por la nieve y el hielo. En verano se llega hasta la cima perfectamente.
Para llegar tomamos la A-66 y nos desviamos hacia Morcín-Riosa, siguiendo en todo momento los carteles hasta estas localidades por la N-630. Tras pasar Santa Eulalia de Morcín, nos desviamos a mano derecha por la AS-231 hacia La Foz-Riosa. Por esta carretera llegaremos a La Vega (capital de Riosa) y en pleno pueblo nos encontramos con indicaciones hacia el Angliru, que debemos seguir en todo momento.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 10 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 882 metros
Cota máxima: Gamonal (1.712 metros)
Itinerario: Circular
Niños: No, salvo que estén muy acostumbrados a ir de monte (no hay peligro pero sí mucha dureza)
Señalización: Ninguna, pero desde el Angliru es muy intuitivo llegar a los picos.
LA RUTA
Arrancamos desde Cobayos, una de las curvas más duras del puerto, desde donde las vistas ya son magníficas. Esta curva precede a la Cueña les Cabres, una rampa del 23.5%, la más dura de este puerto.
Comenzamos a subir por la carretera, pero a los pocos metros nos metemos por un camino monte a través a mano derecha, el desnivel es brutal y nos lleva directos al Gamonal (1.712 metros), objetivo principal del día. Se alterna el prado con las piedras, y empezan a aparecer neveros que intentamos evitar a toda costa, vemos lo que creemos que es el final de la subida en lo alto con unas cabañas de pastores, pero cuando llegamos vemos que es un pequeño llano y que hay que seguir subiendo mucho, no hay otra alternativa. Eso sí, las vistas, tanto paisajísticas como del duro Angliru, bien merecen el esfuerzo realizado.
Nos ponemos en camino tras beber algo de agua y comer unos frutos secos y pasamos por una serie de pequeños valles circulares preciosos (en miniatura, tendrían 10 metros de punta a punta) Las fotos salieron mal, vaya pena. Tras subir otro poco más ya vemos el Gamonal en lo alto.
Había dos opciones para conquistar la cima, la primera era ir por de frente, pero había muchos neveros y no nos fíamos, elegimos la otra, que era ir cresteando, y así es como nos hicimos con la cima del Monrasiellu (1666 metros), donde nos sentamos a descansar. Habíamos caminado en torno al kilómetro, pero habíamos ganado 400 metros de altura, una auténtica salvajada que nos dejó reventados.
Había un chaval en el pico, corredor de montaña, que nos acompañó a ritmo "suave" (suave para él, nosotros íbamos con la lengua fuera) hasta el Gamonal, que se veía desde ahí, y al que fue bastante fácil subir.
Una vez en la cima de La Gamonal, después de hablar un poco de monte y ver que conocía todos los picos que se veían desde la cima (y no son pocos), se despidió y se fue corriendo a seguir entrenando.
Desde la cima las vistas son espectaculares, y nos tocó un muy buen día despejado, como curiosidad, había un círculo de nubes practicamente perfecto entorno a nosotros pero con muchos kilómetros de radio, lo que hace la naturaleza...
Mirando al Sur, tenemos las Ubiñas y el resto de la Cordillera Cantábrica, con un verde infinito a nuestros pies.
Hacia el Oeste topamos con el puerto del Angliru y la montaña de Aller y de Redes, los Picos estaban tapados por las nubes, aunque los veríamos un rato después cuando abría el día por esa parte. Me encanta sobremanera la segunda foto, es Asturias 100%, el paraíso, sobra cualquier comentario.
Mirando hacia el Norte, nos encontramos con la térmica de Soto de Ribera (que feo hace), Oviedo y al fondo Gijón, es impresionante ver una ciudad de un tamaño considerable rodeada de prados por todos lados. La mole blanca que sobresale, el Hospital nuevo, es enorme.
Y también nos encontramos con las Cuencas Mineras, el contubernio urbano de Langreo (La Felguera, Sama...) se ve perfectamente.
Y para acabar, una panorámica, vaya bien que las hace la cámara, nunca había probado a hacer una, no se porqué.
Bajamos La Gamonal y descartamos ir al Gamonitero, bastantes kilómetros y estamos machacados, así que vamos al Moncuevu que está enfrente. Tirando de 3G en el móvil entramos en la página del Ayuntamiento de Riosa, muy recomendable y vemos que hay un camino que sube al pico saliendo desde una fuente. Caminamos por el valle de abajo y no hay fuente, así que subimos en diagonal buscando el pico. Y tras subir bastante entre piedras y rotos ya, vemos que había una vaguada preciosa a 200 metros de donde empezamos a subir, que hábiles somos... Según la web, había un camino entre dos peñas, y llegamos a su base, pero estaba helado y la pendiente era muy fuerte, así que resbalón=lesión y decidimos no tentar a la suerte. Fuimos a la otra vertiente, el fácil camino de bajada que indica la web, y era un nevero helado, sin él sería fácil, pero un resbalón era sinónimo de que te fueran a buscar a Riosa, así que desistimos y nos quedamos a 50 metros de la cima. Otra vez será, la seguridad es lo primero. Este es el nevero que digo (parece menos pendiente de lo que en realidad es)
Vimos enfrente otra cima, y allí que nos fuimos a comer, parecía más fácil de lo que era, pero bueno, llegamos sin mayor problema. (Así se veía desde la casi cima del Moncuevu)
Tiene 1.681 metros (el Moncuevu alcanza los 1.718) y no encontré su nombre. Pero bueno, comimos los bocatas (que bien saben despues del esfuerzo) asombrándonos de las preciosas vistas de los pequeños valles interiores del Aramo y el Gamoniteiru (1.791), cima del Aramo al fondo; y de la Cordillera Cantábrica, con Peña Ubiña perfectamente reconocible.
Estábamos en prado mullidito y nos quedamos dormidos un ratín, al despertar, había abierto el día en Oriente y se veían los Picos de Europa a lo lejos (hay unos 80-90 kilómetros), preciosos y nevados, reinando Asturias desde lo alto.
Bajamos hacia la explanada del Angliru, monte a través en un descenso pronunciado haciendo zigzag por un camino apenas marcado y con las rodillas sufriendo bastante. Tras caminar unos cientos de metros por el valle y subir hacia el Angliru, llegamos a la explanada donde se sitúa la meta y donde nos encontramos una placa de hermanamiento con el Mortirolo y un cartel que indicaba la cima. Hay que decir que a lo largo de toda la subida hay carteles así indicando las cuestas y sus porcentajes y distancias y otros con copias de artículos de prensa sobre el coloso asturiano; el Ayuntamiento de Riosa la verdad es que se lo ha currado mucho.
Y ya desde ahí bajamos hacia el coche por la carretera, que estaba nevada y helada a excepeción de un pequeño paso junto al quitamiedos, por donde descendíamos nosotros. Los desniveles que salva meten miedo, no me extraña que sea uno de los puertos más duros del mundo.
Y tras algo más de 2 kilómetros por carretera llegábamos al coche pronto (a esto de las 4 de la tarde) y poníamos rumbo a casa después de un muy bien día conociendo el Aramo y el mítico Angliru.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33243
"La subida la calificaría como espectacular. Todo el mundo está de acuerdo en que es una subida descomunal, casi inhumana” Marcelino García, Revista Fusión 2001
"En cuanto al polémico sufrimiento del Angliru hay que recordar que el ciclismo es un deporte de sufrimiento. Y los que no estén de acuerdo, mejor que se dediquen a otras cosas” González Linares, Diario As (2002)
El Angliru, el Olimpo del Ciclismo, es un puerto mítico, uno de los más duros del mundo, y está aquí, en el Paraiso. Cada año en que La Vuelta pasa por aquí, decenas de miles de aficionados pueblan sus cunetas para animar a sus ídolos mientras estos se retuercen sobre sus bicicletas intentando superar las míticas rampas riosanas.
Y además de ser de los más duros, los paisajes son espectaculares, y sirve como una plataforma perfecta para conocer el Aramo, la sierra que tiene a sus pies a la capital, Oviedo.
Por fin pudimos calzarnos las botas después de los interminables exámenes y los temporales que vinieron tras ellos. El sábado 22 de febrero nos acercamos hasta el Aramo en lo que parecía una ruta facililla para empezar a coger un poco de forma, pero nada más lejos de la realidad. Corta pero superexplosiva con tramos bastante pendientes y exigentes (al menos para mí) fisicamente, aunque no tecnicamente ni había peligro de sufrir caidas fuertes. Para mí la dificultad es media por el cansancio que me produjo y por los fuertes desniveles, aunque puede que sea algo muy subjetivo, no lo sé.
COMO LLEGAR
Nosotros arrancamos desde Cobayos (la curva que precede la mítica Cueña les Cabres) Hay un cartel que indica el nombre de Cobayos y se puede aparcar al lado de unas casetas. En invierno no se puede pasar de ahí por la nieve y el hielo. En verano se llega hasta la cima perfectamente.
Para llegar tomamos la A-66 y nos desviamos hacia Morcín-Riosa, siguiendo en todo momento los carteles hasta estas localidades por la N-630. Tras pasar Santa Eulalia de Morcín, nos desviamos a mano derecha por la AS-231 hacia La Foz-Riosa. Por esta carretera llegaremos a La Vega (capital de Riosa) y en pleno pueblo nos encontramos con indicaciones hacia el Angliru, que debemos seguir en todo momento.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 10 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 882 metros
Cota máxima: Gamonal (1.712 metros)
Itinerario: Circular
Niños: No, salvo que estén muy acostumbrados a ir de monte (no hay peligro pero sí mucha dureza)
Señalización: Ninguna, pero desde el Angliru es muy intuitivo llegar a los picos.
LA RUTA
Arrancamos desde Cobayos, una de las curvas más duras del puerto, desde donde las vistas ya son magníficas. Esta curva precede a la Cueña les Cabres, una rampa del 23.5%, la más dura de este puerto.
Comenzamos a subir por la carretera, pero a los pocos metros nos metemos por un camino monte a través a mano derecha, el desnivel es brutal y nos lleva directos al Gamonal (1.712 metros), objetivo principal del día. Se alterna el prado con las piedras, y empezan a aparecer neveros que intentamos evitar a toda costa, vemos lo que creemos que es el final de la subida en lo alto con unas cabañas de pastores, pero cuando llegamos vemos que es un pequeño llano y que hay que seguir subiendo mucho, no hay otra alternativa. Eso sí, las vistas, tanto paisajísticas como del duro Angliru, bien merecen el esfuerzo realizado.
Nos ponemos en camino tras beber algo de agua y comer unos frutos secos y pasamos por una serie de pequeños valles circulares preciosos (en miniatura, tendrían 10 metros de punta a punta) Las fotos salieron mal, vaya pena. Tras subir otro poco más ya vemos el Gamonal en lo alto.
Había dos opciones para conquistar la cima, la primera era ir por de frente, pero había muchos neveros y no nos fíamos, elegimos la otra, que era ir cresteando, y así es como nos hicimos con la cima del Monrasiellu (1666 metros), donde nos sentamos a descansar. Habíamos caminado en torno al kilómetro, pero habíamos ganado 400 metros de altura, una auténtica salvajada que nos dejó reventados.
Había un chaval en el pico, corredor de montaña, que nos acompañó a ritmo "suave" (suave para él, nosotros íbamos con la lengua fuera) hasta el Gamonal, que se veía desde ahí, y al que fue bastante fácil subir.
Una vez en la cima de La Gamonal, después de hablar un poco de monte y ver que conocía todos los picos que se veían desde la cima (y no son pocos), se despidió y se fue corriendo a seguir entrenando.
Desde la cima las vistas son espectaculares, y nos tocó un muy buen día despejado, como curiosidad, había un círculo de nubes practicamente perfecto entorno a nosotros pero con muchos kilómetros de radio, lo que hace la naturaleza...
Mirando al Sur, tenemos las Ubiñas y el resto de la Cordillera Cantábrica, con un verde infinito a nuestros pies.
Hacia el Oeste topamos con el puerto del Angliru y la montaña de Aller y de Redes, los Picos estaban tapados por las nubes, aunque los veríamos un rato después cuando abría el día por esa parte. Me encanta sobremanera la segunda foto, es Asturias 100%, el paraíso, sobra cualquier comentario.
Mirando hacia el Norte, nos encontramos con la térmica de Soto de Ribera (que feo hace), Oviedo y al fondo Gijón, es impresionante ver una ciudad de un tamaño considerable rodeada de prados por todos lados. La mole blanca que sobresale, el Hospital nuevo, es enorme.
Y también nos encontramos con las Cuencas Mineras, el contubernio urbano de Langreo (La Felguera, Sama...) se ve perfectamente.
Y para acabar, una panorámica, vaya bien que las hace la cámara, nunca había probado a hacer una, no se porqué.
Bajamos La Gamonal y descartamos ir al Gamonitero, bastantes kilómetros y estamos machacados, así que vamos al Moncuevu que está enfrente. Tirando de 3G en el móvil entramos en la página del Ayuntamiento de Riosa, muy recomendable y vemos que hay un camino que sube al pico saliendo desde una fuente. Caminamos por el valle de abajo y no hay fuente, así que subimos en diagonal buscando el pico. Y tras subir bastante entre piedras y rotos ya, vemos que había una vaguada preciosa a 200 metros de donde empezamos a subir, que hábiles somos... Según la web, había un camino entre dos peñas, y llegamos a su base, pero estaba helado y la pendiente era muy fuerte, así que resbalón=lesión y decidimos no tentar a la suerte. Fuimos a la otra vertiente, el fácil camino de bajada que indica la web, y era un nevero helado, sin él sería fácil, pero un resbalón era sinónimo de que te fueran a buscar a Riosa, así que desistimos y nos quedamos a 50 metros de la cima. Otra vez será, la seguridad es lo primero. Este es el nevero que digo (parece menos pendiente de lo que en realidad es)
Vimos enfrente otra cima, y allí que nos fuimos a comer, parecía más fácil de lo que era, pero bueno, llegamos sin mayor problema. (Así se veía desde la casi cima del Moncuevu)
Tiene 1.681 metros (el Moncuevu alcanza los 1.718) y no encontré su nombre. Pero bueno, comimos los bocatas (que bien saben despues del esfuerzo) asombrándonos de las preciosas vistas de los pequeños valles interiores del Aramo y el Gamoniteiru (1.791), cima del Aramo al fondo; y de la Cordillera Cantábrica, con Peña Ubiña perfectamente reconocible.
Estábamos en prado mullidito y nos quedamos dormidos un ratín, al despertar, había abierto el día en Oriente y se veían los Picos de Europa a lo lejos (hay unos 80-90 kilómetros), preciosos y nevados, reinando Asturias desde lo alto.
Bajamos hacia la explanada del Angliru, monte a través en un descenso pronunciado haciendo zigzag por un camino apenas marcado y con las rodillas sufriendo bastante. Tras caminar unos cientos de metros por el valle y subir hacia el Angliru, llegamos a la explanada donde se sitúa la meta y donde nos encontramos una placa de hermanamiento con el Mortirolo y un cartel que indicaba la cima. Hay que decir que a lo largo de toda la subida hay carteles así indicando las cuestas y sus porcentajes y distancias y otros con copias de artículos de prensa sobre el coloso asturiano; el Ayuntamiento de Riosa la verdad es que se lo ha currado mucho.
Y ya desde ahí bajamos hacia el coche por la carretera, que estaba nevada y helada a excepeción de un pequeño paso junto al quitamiedos, por donde descendíamos nosotros. Los desniveles que salva meten miedo, no me extraña que sea uno de los puertos más duros del mundo.
Y tras algo más de 2 kilómetros por carretera llegábamos al coche pronto (a esto de las 4 de la tarde) y poníamos rumbo a casa después de un muy bien día conociendo el Aramo y el mítico Angliru.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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