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Sin bicis sentimos que nos falta algo pero tenemos que dejar atrás esta primera mitad del viaje y afrontar con ímpetu renovado la segunda.
Nos levantamos a una hora prudente, no tenemos desayuno incluido, por lo que tenemos que buscar en donde desayunar, pero antes tenemos que solucionar un par de pequeños inconvenientes:
- El primero es que al no tener bicis y alojarnos a mas de 2 kms de Kremns, tenemos que buscar un transporte si no queremos caminar. Es domingo por lo que el bus que pasa muy cerca del hotel hacia Kremns no pasa hoy.
- El segundo, durante la mañana tenemos pensado visitar Kremns y a mediodía coger el tren hacia Viena (ya tenemos billetes comprados). Para el día de hoy nos dan hasta 32º de temperatura por lo que no nos apetece cargar varias horas con las mochilas a la espalda.
El primer problema lo solucionamos tomando un taxi (nos lo llama la recepcionista) hasta la estación de tren, llega en unos minutos y nos cobra sobre 9 €. Allí buscamos taquillas (que por suerte hay) en donde dejamos las mochilas hasta la hora de tomar el tren, con lo cual resolvemos el segundo problema y aprendemos a utilizar las taquillas, cosa que dentro de unos días nos volverá a ser útil.
Ahora que ya hemos solucionado este par de cosillas podemos buscar en donde desayunar que ya van siendo horas. Lo hacemos en la zona de la estación en Bäckerei Sabathiel, cuando estamos desayunando el camarero nos avisa de que no podemos tardar mucho porque tiene que cerrar
Un poco moscas terminamos y salimos caminando todo recto por la Dinstlstraße, hasta cruzarnos con la principal calle de la zona histórica que tomaremos a la derecha para comenzar nuestro recorrido turístico. Lo primero que nos llama la atención es la decoración con banderines de color naranja y otros adornos de alguna de las calles. Comenzamos la visita por la Hoher Markt, plaza del mercado antiguo en donde destaca el Gozzoburg.
Caminamos ahora hacia la Piaristenkirche (iglesia de nuestra señora), en el exterior destacan los soportales con escenas bíblicas que ya habíamos visto en la iglesia de Grein, en el interior el retablo mayor y las bóvedas nervadas tan típicas del gótico.
Ahora nos toca dirigirnos hacia la Pfarrplatz, en donde se encuentra la Stadtpfarrkirche y para ello utilizamos un curioso pasadizo que tiene toda la pinta de tener cientos de años de existencia.
El pasadizo sale en la parte superior de la plaza, que está prácticamente ocupada en su totalidad por la iglesia, es dificil apreciarla, demasiada iglesia para poca plaza
. Dentro se estaba celebrando un oficio religioso por lo que nos quedamos con las ganas de poder disfrutarla.
Caminando por la Schlüsselamtsgasse llegamos a la Körnermarkt, una plaza bonita, de forma irregular en la que además de bonitos edificios con decoración barroca destaca la Dominikanerkirche, la iglesia del monasterio dominico, que actualmente acogen un museo con exposiciones de arte moderno.
Continuamos el paseo por la Schmidgasse por la que ya asoma uno de los símbolos de la ciudad, el Steinertor, antigua puerta de entrada al recinto amurallado.
Despues de la Steinertor comienza la principal calle comercial de la ciudad, la Obere Landstraße que está muy concurrida. Parece ser que estos dias se celebra la Marillenkirtag o fiesta de exaltación de los famosos albaricoques de la región y todo en el casco antiguo de Krems gira en torno al disfrute, la cultura popular y la gastronomía de la sabrosa fruta.
Disfrutamos el ambiente y vamos fijándonos en los productos que ofrecen los puestos callejeros para ver las delicias que podemos catar y, dejar así resuelto, el tema de la comida. Todo esto mientras admiramos la arquitectura barroca de la ciudad.
Pues bien, acabamos probando un poquito de todo, crepes de albaricoque y nata, ponches, albóndigas dulces rellenas de albaricoque.....
que rico. No contábamos con este ambiente y lo disfrutamos como si fuésemos auténticos habitantes del Wachau.
Después de la comida nos tomamos un café en un patio interior muy fresquito y decidimos ir caminando hacia la estación de tren porque Viena nos espera. Antes aún nos da tiempo a hacer un par de paraditas, la primera en un antiguo edificio al que se puede acceder a través de un patio porticado, nos llama la atención de que se trate de un edificio de vecinos ocupando lo que parece un antiguo edificio renacentista, investigando descubrimos que es el edificio del antiguo ayuntamiento.
La segunda parada la hacemos para descansar ya camino del tren, hace calor, y de casualidad nos topamos con la Dreifaltigkeitsplatz, hermosa plaza en cuyo centro destaca la Columna de la Trinidad.
Ahora toca marchar, el tren espera, recogemos las mochilas en la consigna de la estación de Kremns y subimos al tren destino a la capital austríaca. Una hora mas tarde, a las 15:45 llegamos a la Westbanhof de Viena, allí mismo compramos lo necesario para desayunar el día siguiente y compramos en una máquina los tickets para el metro, cogemos la línea U3 (naranja) que nos dejará en Zippererstraße a menos de 500 metros de nuestro apartamento.
Caminamos hasta nuestro apartamento Jimmy's Apartments LORY , situado en una tranquila zona residencial. Es un edificio completamente dedicado a apartamentos turísticos, totalmente rehabilitado, entramos al portal con el código que nos han enviado al móvil sin problema, el edificio está impecable, subimos en el ascensor y también entramos en el apartamento sin problemas (otro código). El apartamento según lo prometido, renovado, con aire acondicionado, cocina y baño en muy buen estado, hasta una pequeña terraza que da a un amplio jardín de manzana. Prueba superadaaaaaaaa. Lo recomiendo tanto por el apartamento en sí como por estar muy bien comunicado y todo por 456,00 € las cuatro noches.
Después de descansar un buen decidimos acercarnos a la zona del Palacio Belvedere, no tenemos intención de visitarlo por dentro (es un museo de arte) pero si de pasear por sus jardines y pensamos, que al ser la visita mas cercana a nuestro apartamento, es una muy buena opción para nuestra primera tarde en Viena. Salimos caminando hasta la Zippererstraße en donde tomamos el tranvía nº 71 hasta Rennweg.
Llegamos a Rennweg, es una amplia plaza camino del centro histórico de Viena en la que se cruzan varias líneas de tranvía, por lo que no será la última vez que pasemos por ella.
En unos 10 minutos caminando estamos ante la verja de entrada de los jardines del Belvedere, es muy bonita. El "complejo" está en realidad formado por dos palacios muy diferentes, el mas grande es el Belvedere superior. Atravesando unos precios jardines barrocos repletos de estatuas y fuentes llegamos al Belvedere inferior, entre ambos guardan una extensa colección de arte que va desde el medievo hasta nuestros días, destacando la obra de Gustav Klimnt[i] y su famoso "Beso". El Museo cumple este año los 300 años de historia.
Anochece ya, de vuelta en nuestro apartamento nos preparamos la cena y descansamos hasta el día siguente. Tenemos entradas para el Schönbrunn para las 11:30, veremos que nos depara el día.
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