![]() ![]() Mucho Perú: cultura, aventura, gastronomía y naturaleza... impresionante! ✏️ Blogs de Peru
26 días recorriendo el norte y el sur del país por libreAutor: Chufina Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (26 Votos) Índice del Diario: Mucho Perú: cultura, aventura, gastronomía y naturaleza... impresionante!
01: Preparativos
02: Lima
03: Cuzco (I)
04: Cuzco (II)
05: Valle Sagrado (I)
06: Machu Picchu
07: Valle Sagrado (II)
08: Ruta del Sol
09: Titicaca y chullpas de Sillustani
10: De Puno al Valle del Colca
11: Valle del Colca (I)
12: Valle del Colca (II)
13: Valle del Colca (III)
14: Arequipa
15: Nazca
16: Huacachina
17: Paracas
18: Trujillo (I)
19: Trujillo (II)
20: Chiclayo (I)
21: Chiclayo (II)
22: Cuispes (I)
23: Cuispes (II)
24: Cuispes (III)
25: Cuispes (IV)
26: Tarapoto, Lima y fin de viaje
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Etapas 13 a 15, total 26
Otro madrugón y a las 6:30 estábamos preparados en la puerta del hotel esperando al bus que nos llevaría primero a ver los cóndores y desde allí a Arequipa. Como ese bus venía desde Chivay, su primera parada era Yanque, así que dos minutos después de subir volvimos a bajar en la plaza de Yanque, que ya a esas horas está preparada para las hordas de turistas: señoras vendiendo souvenirs, tipos con halcones para hacerse fotos, y niños vestidos con ropas regionales bailando por una propina. A mí esto me pareció igual o peor “turistada” que las tan criticadas islas Uros. Los niños tenían de todo menos cara de contentos:
Valle del Colca: Yanque
Después de alguna parada más por el camino para observar el cañón desde un mirador, llegamos por fin a la zona de la Cruz del Cóndor a eso de las 8:15. El bus paró un poco antes de llegar hasta la cruz porque había un par de cóndores posados en las rocas, pero echaron a volar enseguida. El guía nos ofreció o bien ir en bus hasta el mirador de la cruz, o bien ir andando desde donde estábamos por el borde del cañón, pasando por un mirador que hay más abajo que el principal. Por supuesto, y a pesar de las agujetas que teníamos del día anterior, decidimos ir andando, que tampoco era tanto. Tuvimos suerte y pudimos ver muchos cóndores: machos, hembras, jóvenes y adultos. Son todo un espectáculo. Estuvimos un buen rato en el segundo mirador (el que está un poco más bajo que el principal) porque parecía que ese día estaban volando bajo y se veían mejor que desde arriba. Luego ya subimos a la cruz, pero nos gustó más el otro mirador. En total estuvimos allí hasta las 9:40 más o menos, así que tuvimos bastante tiempo. ![]() Valle del Colca: cóndores
Desde la Cruz volvimos por la misma carretera hacia Chivay, pero por el camino hicimos varias paradas: algunas simplemente para admirar el paisaje, que a esa hora y con el sol más alto era más impresionante que cuando habíamos pasado por allí a primera hora, otras para que compráramos algo en los puestos de las señoras, y hasta para que probáramos el famoso helado de sancayo, el fruto de un cactus endémico de Perú, Bolivia y Chile. Probamos dos versiones, con y sin leche, y nos gustó mucho, aunque si me dicen que es de kiwi me lo hubiera creído porque era muy parecido (S/2 cada uno). Valle del Colca
Gastronomía peruana: helado de sancayo
Una de las paradas fue en el pueblo de Maca, que además de tener una bonita iglesia tiene multitud de puestos de souvenirs y más tipos con animales como los que habíamos visto en Yanque por la mañana (o serían los mismos?). Allí probamos otra de las delicatesen locales: el colca sour, que en lugar de zumo de lima lleva zumo de sancayo (S/3 cada uno). Y allí también vimos a la que posiblemente fuera la llama más grande de todo Perú: Gastronomía peruana: colca sour
Valle del Colca
A eso de las 12 habíamos llegado a Chivay. El tour nos llevaba a comer a un restaurante tipo buffet (aunque la comida no estaba incluida) y nosotros decidimos irnos por nuestra cuenta a buscar otro sitio más auténtico y quedar con ellos en la plaza de armas más tarde. Después de asegurarnos bien del sitio y la hora para encontrarlos luego, nos metimos en un pequeño restaurante de la plaza de armas llamado El Balcón de Zacarías donde comimos mucho y muy bien (S/64), aunque como venía siendo habitual tardaron muchísimo en servirnos y al final tuvimos que comer casi con prisas para no perder el bus. Salimos de Chivay sobre la una y recuerdo que el viaje hasta Arequipa se me hizo eterno. Como era un bus de “vuelta” no iba haciendo paradas turísticas (de hecho la parte del mirador de los volcanes ni nos enteramos porque íbamos dormidos) y como no bajas a estirar las piernas en todo el camino se hace muy pesado. Debimos llegar a Arequipa sobre las 4:30, y el bus nos dejó en el hotel (que estaba muy bien situado pero nos dieron una habitación en la planta baja, literalmente detrás de la recepción, y sin ventana, con el baño en una especie de patio exterior… un poco decepcionante). El resto de esa tarde y todo el día siguiente tendríamos tiempo para descubrir Arequipa, la ciudad blanca. Etapas 13 a 15, total 26
Lo primero que queríamos hacer en Arequipa era buscar una lavandería, así que antes de que se hiciera más tarde, y después de preguntar a la chica de recepción por alguna cercana, salimos con una mochila llena de ropa sucia hacia el centro. El hotel resultó estar muy cerca de la plaza de armas, y encontramos una lavandería en la calle Jerusalén. Ya se estaba haciendo de noche así que no nos daba tiempo a ver mucho más que la plaza de armas iluminada y la catedral, a la que pudimos entrar para ver las impresionantes estatuas y columnas de mármol italiano:
Arequipa: basilica catedral, por dentro y por fuera
En la esquina de la calle San Francisco con la catedral vimos que había una terraza en el último piso con, previsiblemente, buenas vistas de la plaza y la catedral iluminadas, así que como no teníamos mucho más que hacer y queríamos hacer un poco de tiempo hasta la cena decidimos subir a tomar algo. Efectivamente, las vistas eran estupendas, y pudimos disfrutar de un par de cervezas (S/20) bien merecidas después de la paliza de los días anteriores: Arequipa: plaza de armas y catedral
Después de las cervezas dimos un paseo por las calles de Arequipa, que nos pareció muy tranquila y agradable, mientras buscábamos dónde cenar. Acabamos entrando en un pequeño restaurante con muy buena pinta, muy cerquita del Monasterio de Sta. Catalina (el cual vimos que estaba abierto para visitas nocturnas ese día, pero tras mucho deliberar decidimos verlo de día y dejarlo para la mañana siguiente). Se llamaba Qaya y era bastante moderno; luego vimos que estaba muy bien valorado en tripadvisor, y con razón. Cenamos una causa de camarones que estaba de muerte y un buen ceviche con bebidas por S/70, y nos fuimos a dormir porque tanto madrugar nos estaba matando! Gastronomía peruana: causa de camarones
A la mañana siguiente el plan era ir al Monasterio de Sta. Catalina bien prontito, pero el desayuno no estaba incluido en la habitación y tuvimos la mala suerte de elegir el (posiblemente) bar más lento para servir un mísero desayuno de todo Perú, así que al final hasta las 11 no llegamos al monasterio. Después de pagar la entrada (carísima, por cierto: S/40 por barba) por fin nos adentramos en el oasis de tranquilidad que es el monasterio. Es casi como teletransportarse a un pueblo andaluz de repente: Arequipa: Monasterio de Santa Catalina
Es un sitio muy bonito que merece la pena visitar, y hay un par de noches a la semana que abre hasta tarde. Tiene que estar bien la visita nocturna, pero sinceramente, me parece muy caro como para poder pagar la visita dos veces, y estaría bien que tuvieran una especie de entrada combinada con descuento: por eso habíamos decidido saltárnoslo la noche anterior. La visita lleva un buen rato, casi dos horas, y cuando salimos cogimos un taxi que por S/4 nos llevó hasta el mirador de Yanahuara, con sus famosos arcos de sillar (la piedra volcánica blanca con la que está construida casi toda la parte antigua de la ciudad y que le da el nombre de ciudad blanca) y desde donde hay unas vistas estupendas del volcán Misti. Arequipa: mirador de Yanahuara
Muy cerquita del mirador está uno de los restaurantes más recomendados en el foro, la Nueva Palomino, donde fuimos a comer. Nos dimos un homenaje y pedimos dos platos a los que teníamos muchas ganas: cuy chactado y chupe de camarones. Lo del cuy a mí personalmente no me hacía gracia, sobre todo porque te lo ponen ahí en el plato con cabeza y todo, y es demasiado explícito para mi gusto. A pesar de todo accedí a probarlo y tengo que reconocer que estaba muy bueno de sabor, pero nada comparado con el maravilloso chupe de camarones que me metí entre pecho y espalda y que podía haber dado de comer a una familia de 4 durante dos días (bueno, no tanto pero casi!). Gastronomía peruana: cuy chactado
Gastronomía peruana: chupe de camarones
La comida nos costó S/100, pero ya digo que fue un homenaje y son platos que no son especialmente baratos. Aun así, fue una de las más caras del viaje y no llegó a 30€, así que no podemos quejarnos. El restaurante nos gustó mucho, pero salimos casi rodando! Decidimos hacer la vuelta a Arequipa andando para bajar un poco la comida. Paseando paseando llegamos a la plaza de armas y nos asomamos a ver la iglesia de la Compañía (de Jesús), que no habíamos podido ver bien el día anterior. Tiene una fachada impresionante y un patio con unas columnas muy bonitas: Arequipa: iglesia de la Compañía
Eran casi las 4 y fuimos a hacer nuestra última visita del día: no podíamos irnos de Arequipa sin visitar a la momia Juanita! Es la momia de una niña inca sacrificada en la cima del Ampato en una ceremonia de capac cocha (ofrendas humanas) para aplacar a los dioses. Fue descubierta en 1995 casi de chiripa. La momia está en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María, a dos minutos de la plaza de armas (entrada S/20 más S/10 de guía obligatorio), y la visita merece la pena: primero te ponen un documental de National Geographic, que financió la expedición, para meterte en situación y contarte la historia de cómo fue el descubrimiento; después el guía (estudiantes de la universidad) te va enseñando diversos objetos que fueron encontrados con la momia y que están ahora expuestos en el museo, y finalmente llegas a la sala donde está la pobre niña, metida en una urna y congelada para preservarla mejor. No se pueden hacer fotos. Cuando terminamos con Juanita ya era casi de noche y no nos quedaba mucho que hacer. Teníamos billetes en el bus nocturno a Nazca así que teníamos que hacer tiempo hasta las 21:30. Nos dedicamos a dar un paseo, probar el famoso helado de queso, hacer algunas compras de regalitos y otros souvenirs en un mercado de artesanía junto a la plaza de armas, tomar un café con un trozo de tarta a modo de cena y recoger la ropa de la lavandería (S/16). Fuimos al hotel, colocamos la ropa en las mochilas y llamamos a un taxi para que nos llevara al a estación de bus (S/8). En la estación tuvimos que pagar el “impuesto de salida” (S/2.5 por persona) para poder subir al bus. Las líneas de Nazca nos esperaban!! Etapas 13 a 15, total 26
Nuestro primer viaje en bus nocturno por Perú fue bastante cómodo y tranquilo, dormimos casi todo el viaje y llegamos muy prontito a Nazca, alrededor de las 6:30 de la mañana. En la estación nos esperaban los de Aeroparacas para llevarnos al aeropuerto. Habíamos reservado el vuelo sobre las líneas de Nazca con ellos por email antes de salir, y nos incluía la recogida en la estación y el uso de las instalaciones del hotel Casa Hacienda Nazca Oasis durante el día (que luego no aprovechamos). Llegamos al aeropuerto cuando estaban abriendo, pero enseguida vimos que el primer vuelo iba a tardar en salir: había bastante niebla y de momento el aeropuerto iba a seguir cerrado. Desayunamos algo ligerito en el chiringuito que tienen montado fuera, pero según iba pasando el tiempo nos empezamos a preocupar pensando que igual no terminaba de levantar el día y nos quedábamos sin ver las famosas líneas. Habíamos contactado con un guía por email desde España para que nos enseñara los acueductos de Catayoc, Chauchilla y Cahuachi cuando termináramos el vuelo, y que nos dejara en la estación al terminar para coger el bus de las 16:30 hacia Ica. Iba pasando la mañana y veíamos que cada vez nos iba quedando menos tiempo disponible para hacer esas visitas. Llegamos incluso a proponer a la chica de Aeroparacas cambiar el orden: irnos a hacer las visitas primero y hacer el sobrevuelo después. Ella fue súper amable y nos intentó ayudar en todo, pero lo pensamos mejor y decidimos que lo principal eran las líneas, y preferíamos verlas por la mañana que por la tarde con el calor (en una avioneta pequeña se nota mucha turbulencia si hace demasiado calor, y es más fácil marearte), así que contactamos con el guía y le dijimos que no sabíamos a qué hora íbamos a poder empezar. El guía fue bastante comprensivo y tuvo que esperarnos en el aeropuerto un buen rato.
En todo el tiempo que tuvimos muerto en el aeropuerto pudimos comprobar que actualmente hay 10 compañías operando el sobrevuelo: AeroDiana, AeroMoche, AirMajoro, AeroParacas, TravelAir, AeroNasca, AeroSantos, AlasPeruanas, AeroPalcazu y MovilAir. De todas ellas, las que vienen recomendadas en las guías son AeroParacas, AlasPeruanas y AeroDiana. Los precios rondan los $80 por persona, aunque quizás si tienes mucho tiempo y paciencia puedas llegar a sacarlo por algo menos (por ejemplo, a última hora). Nosotros no teníamos ni lo uno ni lo otro así que habíamos reservado por $80 y nos parecía un precio razonable al ser una de las tres compañías recomendadas. Hace no mucho tiempo había mucho descontrol con el tema de los sobrevuelos y las compañías florecían como setas. Con tanta competencia, se veían obligadas a bajar los precios, generalmente recortando en mantenimiento, lo que llevó a varios accidentes donde murieron múltiples turistas. Esto hizo que el gobierno decidiera imponer ciertas regulaciones y limitar el número de compañías. Finalmente, después de casi 4 horas esperando en el aeropuerto, nos anunciaron la salida de nuestro vuelo. Como habíamos reservado por internet con mucho tiempo estábamos en el primer avión que salía de Aeroparacas. Pagamos nuestros vuelos (no queríamos pagar hasta no estar seguros de que salíamos) y la tasa de salida del aeropuerto (S/25 por persona) y yo me tomé un par de biodraminas preventivas. Soy de la opinión de que mejor prevenir; me suelo marear en barcos aunque nunca me he mareado en un avión/helicóperto, pero tampoco quería arriesgarme a que la experiencia de las líneas acabara siendo desagradable después de todo lo que había leído sobre los aparentemente inevitables mareos. Nuestros compañeros de vuelo serían una pareja polaca con su hija pequeña, y ellos sí se marearon, así que yo estaba tan contenta de haberme tomado las biodraminas. El vuelo fue cortito, una media hora, pero espectacular. Nos encantó la experiencia, pudimos ver perfectamente todas las líneas y nos lo pasamos pipa: ![]() Nazca: mapa de los geoglifos
Nazca: la ballena
Nazca: el astronauta
Nazca: el mono
Nazca: el perro
Nazca: el colibrí
Nazca: la araña
Nazca: el cóndor
Nazca: la garza y el ave fragata
Nazca: el papagayo
Nazca: el árbol y las manos
El origen de estas famosísimas líneas (que en realidad son geoglifos) ha dado lugar a múltiples debates: desde alienígenas hasta clarividentes, pero lo cierto es que la teoría más aceptada es que son líneas trazadas por la antigua cultura Nazca, que las usaba a modo de gigantesco calendario solar. También se cree que podían ser una especie de mapa que indicaba las zonas con presencia de agua. El caso es que sólo se pueden ver bien desde el aire, lo cual añade misterio al asunto: ¿cómo narices fueron capaces de trazar líneas perfectamente paralelas o perpendiculares, o incluso espirales, sin una perspectiva adecuada? Además la escala hace que sea más impresionante: algunas de las líneas tienen cientos de metros de largo. En el vuelo “corto” se ven las líneas que os muestro en fotos y alguna más: los trapecios, la espiral, el reloj de sol, y el alcatraz (que yo no vi, pero a cambio vi la garza y el ave fragata, que deben estar en la misma zona), aparte de las decenas de líneas y rectángulos repartidos por la zona. La mayoría de compañías aéreas ofrecen además una versión extendida del vuelo, de una hora de duración, donde además de lo anterior se visitan las líneas más alejadas de Nazca (a veces conocidas como líneas de Palpa), menos turísticas y conocidas. Nosotros nos quedamos con ganas de haberlas visto!! Cuando terminó la excursión y pusimos pies en el suelo de nuevo nos dieron un certificado de haber “sobrevivido” a las líneas de Nazca, nos ofrecieron un sello en el pasaporte (que junto con el del MaPi y el del Titicaca forman la trilogía de sellos turísticos que tenemos de Perú) y nosotros aprovechamos para preguntar precios de las excursiones a Chauchilla y Cahuachi con AeroParacas, por curiosidad: S/40 y S/65 respectivamente, en grupo y con entradas incluidas. Nosotros habíamos leído sobre los tours de Juan Chumbe (agencia JAT) en un blog, y contactamos con él antes de llegar a Perú. Cuando le pedimos presupuesto para las tres visitas (Cantayoc, Chauchilla y Cahuachi), empezó pidiendo $100 para los dos, que nos parecía una barbaridad. Después de regatear un poco por email nos lo dejó en $85 y aceptamos, con transporte privado e incluyendo entradas. Nos seguía pareciendo mucho pero tampoco queríamos andar buscando un taxista en Nazca que estuviera dispuesto a llevarnos a los tres sitios. El guía que vino a por nosotros al aeropuerto no era Juan sino un chico que trabajaba con él, pero nos resultó muy amable y correcto. Total, que le dijimos al de AeroParacas que el guía en transporte privado nos cobraba $85 para los dos y nos dijo que era mucho, que regateáramos un poco. Como el guía estaba ahí esperándonos hicimos eso precisamente: le dijimos que no nos daba tiempo a ver los tres sitios que teníamos apalabrados (eran casi las 12), y que además nos habían dicho que nos estaban cobrando de más. Al final nos lo dejó en $70 para los dos, viendo solo Chauchilla y Cahuachi, y aceptamos. La primera parada era la necrópolis de Chauchilla, un cementerio en pleno desierto repleto de tumbas y momias Huari y Nazca (año 1000 dC). Lo que queda es lo que ha sobrevivido a años y años de huaqueros o saqueadores de tumbas. Es el único sitio arqueológico del país donde se ven momias en las tumbas originales, aunque se han recolocado porque estaban muy esparcidas por la zona después de los saqueos. La ropa e incluso el pelo que se ve en las momias son auténticos. Se supone que la entrada son S/7.50 por persona pero allí no había nadie para cobrar. El guía nos llevó tumba por tumba recorriendo la zona y explicándonos la historia Huari-Nazca y curiosidades de la necrópolis. Nazca: Chauchilla
Ver las momias con el pelo, los pies y en algunos casos la piel de la cara impresiona, la verdad. Es una visita muy interesante que merece la pena si tenéis algo de tiempo después del sobrevuelo. Como andábamos un poco pillados de tiempo, el guía iba achuchando al coche por el camino de tierra que une Chauchilla con la carretera, y cuando salimos de la carretera para coger el camino de tierra hacia Cahuachi nos dimos cuenta de que habíamos pinchado una rueda. Os podéis imaginar la cara que se nos puso… menos mal que el guía iba bien preparado con la rueda de repuesto (no me hubiera sorprendido mucho que no la llevara, la verdad) y se encargó de cambiarla. No tardamos mucho pero tampoco nos sobraba tiempo… El trayecto entre Chauchilla y Cahuachi es largo, nosotros tardamos una hora contando los 10 minutos que tardamos en cambiar la rueda, así que hasta las 14:15 no empezamos la visita de Cahuachi. Nazca: Cahuachi
El centro ceremonial de Cahuachi es una auténtica ciudad de adobe (dicen que si llegara a desenterrarse al completo sería más grande que Chan Chan, en Trujillo, y que veríamos más adelante) fundada en el siglo IV. Lo que se ha desenterrado hasta ahora incluye una gran pirámide (el centro ceremonial) y un templo escalonado. Se cree que esta ciudad fue la capital del poder político y religioso de los gobernantes de la cultura Nazca. Está situada sobre colinas áridas muy próximas a un río, valle y zonas de cultivo, en una zona muy estratégica teniendo en cuenta el valor del agua en una zona desértica. La verdad es que la visita está bien, pero está muy alejada de Nazca: una hora para ir y otra para volver. Nos gustó, pero la falta de fondos hace que los trabajos arqueológicos no avancen todo lo rápido que podrían, y da la sensación de estar un poco abandonado. Eso sí, el día que aquello esté realmente preparado para los turistas será impresionante. Nazca: Cahuachi
Después de otra hora de viaje por el camino de tierra (no sé cómo no pinchamos la rueda de repuesto también!) llegamos a Nazca sobre las 15:30. Teníamos una hora hasta que saliera el bus y queríamos comer, así que le pedimos a nuestro guía que nos dejara en el Mamashana, muy recomendado en el foro y en Tripadvisor y bastance cerca de la estación de bus. Allí comimos estupendamente (tallarín saltado y ají de gallina) por S/52. Gastronomía peruana: tallarín saltado
Gastronomía peruana: ají de gallina
Después de comer compramos una botella grande de agua (S/2.50) y fuimos a esperar a nuestro Cruz del Sur que nos llevaría a Ica. Las dunas de Huacachina nos esperaban! Etapas 13 a 15, total 26
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