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Una estancia en el PrincipadoAutor: Ctello Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: ANDORRA
01: CONSIDERACIONES GENERALES
02: ANDORRA LA VELLA
03: SANTA COLOMA
04: REC DE L'OBAC y REC DEL SOLÀ
05: ESCALDES ENGORDANY
06: CALDEA
07: MUSEO DE LA ELECTRICIDAD Y CAMINO HIDROELÉCTRICO
08: SANT MIQUEL D'ENGOLASTERS
09: LAGO DE ENGOLASTERS Y CAMINO DE LES PARDINES
10: ENCAMP
11: FUNICAMP Y LAGO DE PESSONS
12: CANILLO
13: VALL D'INCLES Y CAMÍ DEL GALL
14: ROC DEL QUER Y CAMINO DE PRATS A MERITXELL
15: SANTUARIO DE MERITXELL
16: LA MASSANA. XOCLAND Y CAMINO REAL
17: SANT MARTÍ DE LA CORTINADA
18: MINA DE LLORTS Y CAMÍ DE FERRO. FARGA ROSSELL
19: COMIDA EN EL SERRAT Y PISTAS DE ORDINO- ARCALÍS
20: ST. JULIÀ DE LÒRIA
21: MIRADOR DE LA ROCA DE LA SABINA Y ARINSAL
22: PAL- TELECABINA LA MASSANA A PAL
23: ORDINO
24: PAS DE LA CASA. LAGO DE ABELLETES
Etapas 16 a 18, total 24
La Massana ciudad tiene poco para ver, la verdad.
Vamos para veces pero casi siempre con la intención de hacer otras cosas, más que por ver sus atractivos, que no son muchos. Lo más destacado es su Iglesia de Sant Iscle y Santa Victòria, del siglo XVI. Se reformó en 1622, como se indica sobre la puerta. No se han encontrado rastros de ninguna edificación anterior. Es un edificio de una sola planta, bastante ancha, con dos capillas laterales y una cabecera monumental rectangular, todo cubierto con bóveda de cañón. En el lado norte sobresale al exterior el volumen de la capilla de la Virgen del Rosario, de 1677. ![]() La cubierta de la nave es a dos aguas, la de las capillas laterales del lado sur a una sola vertiente y la del campanario a cuatro aguas. Todas tienen losa de pizarra. No es ni mucho menos la iglesia más bonita de Andorra. En pleno centro de la ciudad encontramos Xocland. Hacemos una corta visita en uno de los tours del bus turístico. Lo que nos vamos a encontrar solo es una pequeña tienda con un escaparate con delicias. Nos hacen colocar a un lado y nos ponen un dvd explicativo del proceso. A la vez una señora nos va dando explicaciones. ![]() Cuando termina nos ofrecen un trocito de chocolate a cada uno. Nos comentan que lo hacen con cacao de Venezuela usando muy poca cantidad de azúcar. Es el único chocolate que se elabora en Andorra y la verdad es que tiene un sabor muy intenso, incluso en las opciones de 70% cacao. No es barato (una tableta de 100 gramos cuesta 4,80 euros) pero es muy bueno. También tienen piezas de cacao (70%, 80% o más) combinados con jengibre, arándanos, frambuesas, etc. Compro una tableta de 70%, un trozo con frambuesa, uno de chocolate negro con avellanas y otro con arándanos. Son muy buenos. Cerca de la oficina de turismo, en la plaza de las Fontetes, encontramos el Museo del cómic. Acoge periódicamente exposiciones temáticas y tiene sala de consulta, una colección de DVD y un fondo bibliográfico de 1.000 ejemplares. Éste se compone de piezas que datan desde el año 1904, como El pequeño Nemo en el país de los sueños, pasando por los años 40 a los 70, con obras españolas como El capitán Trueno, Esther y su mundo y Hazañas bélicas, hasta hoy en día. También hay cómics europeos, como Tintín, Lucky Luke o Astérix y Obélix, cómics americanos, como El príncipe Valiente o Flash Gordon, y otros ejemplares, como los de la colección «Marvel»o los de temática manga. Cerca de la plaza, a la derecha, baja un camino que nos lleva hasta las piscinas. Tenemos que bajar hasta encontrar un camino que discurre junto al río. No tardaremos en encontrar indicaciones que nos pondrán "Camí Ral". Tenemos que seguirlo. Se trata de un paseo muy agradable junto al río que no tiene ninguna dificultad más que es un poco largo. Algunas veces tendremos que cruzar el río. ![]() La parte más bonita, sin duda, está cuando nos encontramos con la capilla de Sant Antoni de la Grella, originariamente románica y restaurada en la década de los 40 por los daños que pudo sufrir cuando se hizo la carretera general. Allí encontramos algunos bancos, parrillas y una fuente. La capilla está dedicada a Sant Antoni Abad, patrón, entre otras cosas, de los carreteros (els "traginers"), que bajaban sus mercancías por el río. ![]() Más allá está el Puente de Sant Antoni de la Grella. Su construcción es de origen medieval y se rehízo a mediados del siglo XX . En su tiempo era el único camino que existía para poder ir de Andorra la Vella a La Massana y viceversa. Tiene un arco de medio punto rebajado y suelo empedrado. Mide 21,20 metros y su altura máxima es de 5,55 metros. ![]() El Camí Ral acaba enlazando con el Rec del Solà. En el camino vemos en lo alto la iglesia de Sant Cristòfol d'Anyós. Anyós es uno de los pueblos más encantadores de la parroquia. La iglesia se construyó en su parte más alta para poder controlar la entrada al valle de Escaldes-Engordany y los núcleos de Sispony, La Massana e incluso Ordino. Es una bonita y regordita iglesia del siglo XII, de muy pequeñas dimensiones, que, aunque ha sido modificada varias veces, aún conserva su carácter románico. En el interior conserva una representación de la Santa Cena, de época franco-gótica, así como diversas pinturas del siglo XII que representan el peso de las almas por San Miguel y a San Cristóbal, patrón de la iglesia. También hay un retablo del siglo XVI. En 1936 se arrancaron otras pinturas murales románicas, atribuidas al maestro de Santa Coloma y fechadas en el siglo XII. Fueron compradas por un anticuario de Madrid y luego fueron expuestas en Nueva York, en 1939. Actualmente se desconoce su ubicación. Representaban la Virgen con los apóstoles San Pedro y San Pablo. El último día de nuestra visita quisimos ir a Sispony para ver, por primera vez unos y por segunda otros, la Casa Rull. Ya comenté al hablar de la casa Cristo que había más de un museo etnográfico. La casa fue construida en el siglo XVII y fue transformándose a medida que la familia evolucionaba. En el siglo XIX, la vivienda sufrió un incendio que afectó el desván y provocó que se hicieran otras reformas en la casa: en la actualidad, el edificio consta de dos pisos, una planta baja y el desván. En la visita se puede ver cómo vivía la familia Perich, los antiguos propietarios. No eran jornaleros como los de la Casa Cristo ni ricos de alto nivel como los de la Casa Areny de Plandolit. Se trataba de una familia de pueblo pero con tierras. El exterior de la casa es precioso. Parece una típica masía catalana. No pudimos hacer la visita. ¿Motivo?. Falta de tiempo unida a la hora y media que dura la visita y a la reducción de los horarios de autobuses por ser domingo y estar en plena ola de coronavirus. En fin... La visita empieza, según dijeron en la oficina de turismo, con dos audiovisuales. Uno de ellos explica cómo era la vida tradicional en los valles. Y el otro como ha evolucionado el país con el turismo. Esto, cuando yo visité el museo hace muchos años, no existía. Luego puedes escoger entre verla por libre, con audioguía o en visita guiada (con suplemento). La casa estuvo habitada hasta 1920. Después pasó lo mismo que con la casa Cristo. Los herederos venían solo a temporadas hasta que dejaron de hacerlo y se la ceden al gobierno andorrano con la condición de hacer un museo. Aunque la casa date del siglo XVIII, la musealización y las explicaciones se centran en el siglo XIX y principios del XX. De los tiempos en los que la familia vivía de la agricultura (principalmente tabaco), la ganadería (vacas) y de la madera de los bosques. En la planta baja de la casa está la leña, las herramientas, la bodega y la despensa. Al primer piso encontramos la cocina, el lugar donde amasaban el pan, el horno y algunas habitaciones. Bajo la escalera, un par de graneros. Al segundo piso aún hay más dormitorios y una gran sala. En todas las estancias se puede ir viendo mobiliario, herramientas, la cuna del bebé... En la tercera planta, el llamado padre de familia, hay otro granero muy amplio donde se guardaba la cosecha de manzanas o secaba el tabaco. A medida que ves la casa yo recuerdo que te van contando la historia de la familia, desde sus momentos de bonanza (como cuando el heredero se casa con la "pubilla" de una buena casa de Anyós o el nacimiento de los niños) hasta los malos. Etapas 16 a 18, total 24
Sant Martí de la Cortinada es una bonita iglesia románica del siglo XII aunque, como vemos en la visita, ha sido muy ampliada. La original era muy pequeña, como vemos en el interior, mirando hacia la derecha de la puerta por la que entramos.
![]() Actualmente tiene nave única, capillas laterales y ábside cuadrangular, fruto de las sucesivas modificaciones. A un lado está el campanario de dos pisos. Pero si tenemos en cuenta la estructura original, queda a los pies. No tiene el mismo número de ventanas en todas sus caras. La fachada que vemos ahora se parece muy poco a la original románica, que podría llegar a intuirse en esta reforma del siglo XVII. Tiene cubierta a dos aguas y un óculo, junto al que hay una pequeña inscripción que indica el año de la reforma: 1787. ![]() La campana del ábside fue cambiada de lugar. En esa zona, correspondiente al templo original, hay un campanario de espadaña de un solo ojo. Esa espadaña no es original. En los años 60, cuando se iba a hacer una restauración, se encontraron por casualidad con un conjunto de pinturas murales del siglo XII en lo que era la primera iglesia, que se conservan in situ. Destacan entre ellas las figuras de un animal fantástico (especie de lobo con lengua bífida) y un personaje de nombre Guillem Guifré, que porta un cuchillo y una copa. También se encuentra representado San Martín, obispo de Tours. En el muro norte destacan las figuras de San Bricio, discípulo de San Martín, y San Martín a quien acompaña un clérigo en actitud de plegaria. Aparecen, además, otros personajes de carácter profano: uno con la inscripción GILEM GI.RED (Guillem Gifred) sentado en un escabel del que está a punto de caerse e interpretado como la figura del bebedor que se deja vencer por el vicio (es decir, un pecador), y otro, en el intradós del arco, con el nombre ARNALSU, que sostiene un candelabro. Probablemente se refiera a Arnau, Vizconde de Caboet. ![]() Donde empieza el ábside hay otro personaje con túnica levanta la mirada hacia la escena central que debía de ocupar toda la bóveda, hoy perdida. La decoración del muro sur no está tan bien conservada. Como en la pared norte, hay tanto personajes sagrados como profanos que se reparten a lo largo del intradós y el extradós del arco formero. De entre todos ellos vemos un arquero, que ocupa el lado superior derecho del pilar izquierdo y un músico, que se coloca por debajo de aquél. Otros motivos ornamentales se incluyen animales domésticos, salvajes, como la pantera (o lobo). Algunos entienden que sería una pantera porque este animal simboliza a Cristo, ya que según la tradición medieval después de devorar a sus presas dormía durante tres días en su guarida, y una cenefa en zigzag . ![]() Tanto el arquero como el músico forman parte de la representación de una celebración profana: una escena de corte y festiva. En el interior de la iglesia hay retablos barrocos del siglo XVIII, mobiliario de madera del siglo XVII, un carillón de rueda y un interesante conjunto de rejas de hierro forjado que protegen el altar mayor y las capillas laterales. Etapas 16 a 18, total 24
En la excursión que hicimos con el Bus turístico nos hicieron caminar por un pequeño trocito del Camí de Ferro y llegamos (voluntariamente) hasta la puerta de la Mina de Llorts y las taquillas pero no estaba previsto que entráramos. La cueva es muy pequeña y entre eso y el covid los grupos deben ser muy reducidos. También es verdad que éramos 12, en la visita perfectamente pueden entrar 6 y se entra cada 15 minutos. En media hora hubiera estado listo. Pero las cosas se organizan mal.
Eso comportó que dos de nosotros tuviéramos que volver. Fuimos en autobús de la línea 6 hasta Ordino y nos bajamos en la última parada. Después atravesamos la calle principal y nos fuimos hasta la parada que hay en la calle que baja junto a la iglesia, justo al lado de un centro deportivo. Allí paran los autobuses de largo recorrido pero también los pequeños, los de las parroquias. Subimos en uno, pagamos 0.20 euros por persona y fuimos hasta la parada de las minas. Nos dejan junto al aparcamiento por lo que solo tenemos que ir hasta el camino y hacer unos pocos metros de subida. Justo al lado de las taquillas disponen de wc. Las entradas nos cuestan 5 euros por persona. Negocio con la mujer y nos adelantan un poco la hora de entrada. Al final solo tenemos que esperar 20 minutos. Uno de nosotros aprovecha para subir por el camino que queda por detrás hasta encontrar una fuente natural de agua ferruginosa. Ese agua será la que se filtre en la mina y forme el hierro. El grupo para visitar la mina, como comenté, es muy reducido. Solo somos 6 y la guía. Entramos con casco porque es muy bajita y podemos darnos en la cabeza con la roca sin problemas. Veo que algunas veces dan chubasquero; no fue el caso. ![]() Ya lo aviso. Si entras en la mina te vas a mojar un poco. Vamos, no saldrás empapado pero algunas gotas te van a caer. Y veremos que se han ido formando estalagtitas con el paso del tiempo. Desde principios del siglo XVII hasta finales del siglo XIX, el hierro fue una de las actividades económicas más importantes del Principado. Sin embargo, como nos explican, en esta mina se obtuvo poquísimo hierro. La picaron a mano dos hombres que vinieron directamente de l'Ariege, de Francia. Para extraer el hierro y no romperlo (si se rompía ya no servía) se tenía que picar de abajo a arriba, con la dificultad que eso comporta. Aún se ven algunas marcas del pico. A veces, si la piedra era muy dura, hacían fuego, luego tiraban agua fría y picaban. No puedo ni imaginar el ambiente irrespirable en un lugar tan cerrado y pequeño. Cuando la piedra era ya tan dura que no podían con ella, usaron explosivos. Por cierto, los mineros no entraban por las puertas que hay ahora. No existían. Ellos entraban por un agujero en el techo. Normalmente dentro de la mina solo trabajaban dos personas, el maestro minero y su segundo. Más gente hubiera sido complicado que hubiera podido estar. Se alojaban en La Massana así que cada día hacían 7 kilómetros a pie hasta la mina, trabajaban en esas duras condiciones durante doce horas y volvían a hacer los 7 kilómetros de vuelta, esta vez con pequeñas cestitas como una que tienen de muestra llenas (o no) de hierro. Como vieron que sacaban poco, decidieron no ir y venir cada día y al final se hicieron algunas cabañas en la montaña. De hecho apenas se trabajó en ella unos 4 años. Vale la pena detenerse a ver la tonalidad de la roca en algunos puntos. Los tonos rojizos nos indican que ahora sí hay hierro (pero desde el siglo XIX en que se abrió la mina ya puede haberlo). Ojo con pegarse a la pared. Puedes mancharte la ropa o el cuerpo. Desde allí parte el camino de hierro o dels traginers. Ese camino es el que hacían los mineros a diario y también los pastores y carreteros. Entero como digo tiene unos 7 kilómetros y está muy bien indicado. No representa dificultad técnica. Es muy plano (alguna pequeña subida de muy poca importancia). Nos acompaña a un lado el Valira del nord. De tanto en tanto hay pequeños bancales, muros de piedra destinados a mantener cercado al ganado. ![]() En el camino voy viendo unos números que no sé qué son. Lo he averiguado hace unos días. Son lugares con algo interesante sobre la ruta. El número 1 es una gran roca de donde se sacan las placas de pizarra que tradicionalmente se utilizan en los tejados de los pueblos del valle y de gran parte del Pirineo. Nos encontramos con otra fuente de agua ferruginosa (el número 2) y rápidamente una pequeña subida hasta un claro donde vemos unas figuras muy graciosas (todas ellas incorporan hierro). Se trata de 7 esculturas creadas con restos de alcantarilla y roca que representan a una familia de emigrantes de la región. Son la familia Jordino. El escultor es Rachid Khimounelos. Las figuras representan la unión de culturas, concretamente las estatuas son de Rusia, México, Japón, Egipto, Francia, Mónaco y Reino Unido. La de Reino Unido yo hubiera dicho que era de Irlanda porque me pareció ver un arpa (el arpa de Brian Boru). La mexicana es muy famosa. Es un señor gordo con sombrero típico que nos dicen que se llama Felipe. La japonesa también se identifica bien porque parece una geisha con su abanico. Egipto se deduce. La de Mónaco lo sé porque lo vi escrito en la tapa de la alcantarilla. Es un sitio precioso para hacer fotos. ![]() El número 3 es una muestra de la flora del valle, principalmente pequeñas plantas y musgos que tienen forma de pequeñas estrellas. El número 4 es un desvío desde donde salen varias rutas, hacia les Bordes d'Ensegur, les Ferreroles, el Coll d'Arenés o el Barranco de Ensegur, uno de los lugares más populares entre los aficionados a los deportes de aventura. Los números 5 y 6 son para observar el paisaje con los típicos robles negros, los abedules, algunos helechos o campos llenos de margaritas, dientes de león y Grandallas, la flor típica de Andorra y que actualmente es una especie protegida. Volviendo al camino no tardamos en encontrarnos a la derecha con un puente de piedra. Pero no es un puente de verdad porque, aunque está junto al río, no pasa sobre el agua y es muy pequeño. Es una escultura del holandés Mark Brusse conocida como "Endless". Son dos figuritas de bronce empujando una roca sobre un puente de estilo románico. Es bastante bonita. ![]() Unos metros más allá hay una escultura rojiza que tiene aspecto de caballo de Troya. "Gran carro de hierro y pico" del escultor andorrano Jordi Casamajor es una obra que quiere unificar en un solo sitio dos elementos clave en la industria minera como son la carreta, indispensable para el traslado de los materiales, y el pico. Más adelante vemos una bonita edificación en el prado. Se trata de la Fragua de Vilaró, un edificio donde antiguamente se trabajaba el hierro. En este mismo sitio se encuentra la obra del portugués Alberto Carneiro conocida como "A casa da terra e do fogo" que consta de un cerco de paredes de piedra con un gran cubo de hierro en su interior. Una obra un tanto rara que parece una casa abandonada más que una obra de arte. Nos toca hacer una pequeña subida. A nuestra derecha queda una estatua algo rara. Se llama "El hombre de hierro topo que camina" del escultor francés Guy de Rougemont. Representa a los hombres que trabajaban en las minas y llegaban a casa agotados (no lo hubiera imaginado nunca). La escultura mide 12 metros de largo por 3 metros de alto. Más rara es la última obra, del japonés Satoru Satu. Se trata de un gran monolito de hierro con un camino de piedra que va a parar a otros tres bloques de hormigón. Quizás es la que menos me gustó de todas. Seguimos camino y no tardamos en llegar a la Mola d'en Mas de Soler, ya en la Cortinada. Enfrente tenemos la iglesia de sant Martí de la Cortinada, que será objeto de otra entrada. De hecho ese día no la visitamos. También encontramos la muela y aserradero de Cal Pal, de finales del siglo XVI y principios del XVII. Estuvieron activos hasta los años 70. En el año 1996 se reabrieron como Centro de interpretación con todos sus elementos originales restaurados. ![]() Se puede visitar y en condiciones normales hay demostraciones. Muy cerca, ya en el pueblo, está la Casa Cal Pal, la más tradicional de La Cortinada. Se trata de una vieja casa solariega que ha conservado su palomar. En la pared que está frente al río hay tres vigas salientes, cada una con una carita. Parece que son las caras de los tres hermanos dueños de la primitiva casa. Los orígenes de la casa de remontan a 1347, cuando se vinculaba al patrimonio del albergue de Escoter ―casas, casales, corrales, tierras, prados, huertos, hortales, dehesas, pastos y otras posesiones―, objeto de una donación que hace Bernat Escoter, vicario de La Massana, y Raimunda, su madre, a favor de Joan Pal de Ordino. En el año 1435 se instaló el señor Joan Pal (de quien lleva el nombre) y empezó una "nissaga". ![]() El cuerpo central del edificio fue ampliado y en el siglo XIX se añadieron los balcones, el palomar y el edificio anexo. El último dueño de la casa fue Anton Torres Armengol, que murió en 1956. Luego la compró un empresario, Serafí Reig, con la intención de preservarla. Se rehabilitó en los años 90, respetando la estructura original, y se volvió a edificar el edificio anexo, que se había derribado en los años 60. Se incluyó en el patrimonio andorrano en 2011. Ahora ha abierto al público como espacio sociocultural. Continuamos el camino y lo hacemos atravesando el bonito pueblo de La Cortinada. A la salida vemos el nuevo edificio del Centro de Naturaleza de La Cortinada, una exposición permanente sobre la flora y la fauna del Principado. Enfrente, al otro lado de la calle, hay una zona de un verde intenso. Es el Vall d'Ordino Golf Club y el Pitch & Putt Golf Par 3, un club de golf. El pitch and putt es una especie de golf que se creó en Irlanda en los años 40 y que es muy popular en Andorra. Los campos son más pequeños, los hoyos están más cerca unos de otros... Seguimos por un camino verde junto al río en dirección a Ansalonga, un pequeño pueblo (en 2015 solo había 59 habitantes). Allí visitamos las instalaciones del camping Borda d'Ansalonga, donde dos miembros del grupo veranearon un año antes de instalarse definitivamente en el camping Casal de Canillo. Si en este último hay bastante tranquilidad y es pequeño, en el Borda d'Ansalonga hay mucho jaleo (todos o casi todos los veraneantes son españoles; en el otro hay muchos franceses). El hecho de que tenga piscina y un bar hace que el follón esté asegurado. Junto a la carretera, Ansalonga tiene el cementerio más pequeño de Andorra. Ansalonga tiene (o tenía) 6 casas de las que solo había 5 habitadas. Es por eso que el cementerio sólo tiene 5 bóvedas, una por casa. Está protegido por una verja y solo pueden acceder los vecinos. Volvemos al camino, nos hacemos unas fotos delante de una plantación de tabaco y caminamos un poco para llegar a Sornàs (el pueblo queda arriba y no lo visitamos). Seguimos caminando porque ya vemos Ordino enfrente. Nosotros nos vamos a quedar allí. Sin embargo el camí de Ferro seguiría hasta la Farga Rossell, que visitan dos de nosotros en otro momento pero que prefiero explicar ahora para dar coherencia a este diario. Esta "farga"(fragua) fue la última del país. Cerró sus puertas en el siglo XIX. Ahora es un centro de interpretación sobre el trabajo del hierro. El edificio se construyó entre 1842 y 1846. Aquí era donde los mineros de la Mina de Llorts traían el poco hierro que conseguían. Igual que la mina, la fragua estuvo muy poco en activo. Se puede ver el funcionamiento de uno de los enormes martinetes que, además, funcionaba con fuerza hidráulica. La visita se completa con dos audiovisuales, uno de ellos bastante surrealista según me han dicho. La demostración del martinete ahora, debido al coronavirus, no se hace. Etapas 16 a 18, total 24
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