![]() ![]() Bajo el cielo de Mesoamérica (México) ✏️ Blogs de Mexico
En este diario explico mis experiencias y mi viaje en el interior de la Sierra Madre Oriental y Occidental y la región de Chiapas, durante quince días en septiembre del 2021.Autor: Agus1973 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (8 Votos) Índice del Diario: Bajo el cielo de Mesoamérica (México)
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Etapas 10 a 12, total 12
ღ CENTRO HISTÓRICO DE CIUDAD DE MÉXICO ヅ
A las 07:00 h de la mañana vuelvo a estar en la estación TAPO de Ciudad de México después de 15 horas de trayecto desde San Cristóbal de las Casas. Después de almorzar en uno de los restaurantes de la circular terminal compro un billete de taxi en la oficina de TAXI SEGURO. El botones que tienen para ayudar a transportar el equipaje me pide una propina, le doy lo suelto que tengo, que es más bien poco. Y, entre pitos y flautas, me encuentro de nuevo en el Hotel La Habana, que por cercanía al centro histórico y precio me parece la mejor opción en booking y que ya conozco. Como hay habitaciones vacías, el serio recepcionista, sin yo decirle nada, me hace la entrada sin tener que esperar hasta las 15h. Realmente se lo agradezco porque necesito una ducha de agua caliente y cambiarme de ropa. Taxi deel centro de San Cristóbal a estación 50 pesos. Autobús de San Cristóbal a CDMX 57,44 euros. Tres noches en Hotel Habana 1485 pesos. Y, por fin, hoy sí puedo entrar al inmenso zócalo de la capital, presidida en el centro por un elevado mástil con una bandera acorde al tamaño de la plaza, donde los trabajadores de la limpieza se afanan a limpiar el suelo de las pintadas de protesta de la última manifestación. Enfrente la robusta catedral de la metrópolis y en un lado el Palacio Nacional. ![]() La plaza en 1533 ya sorprendió a un recién llegado de España, el latinista Francisco Cervantes de Salazar, que escribió la primera descripción que se tiene constancia:” ¡Dios mío, cuán plana y extensa, qué alegre, qué adornada de altos y soberbios edificios por todos cuatro vientos, qué regularidad, qué belleza, qué disposición y asiento!” En aquella época, rodeada de la Laguna de Texcoco, con el movimiento de indígenas entrando y saliendo de ella y el aire puro que se debía respirar tuvo que ser casi la misma experiencia que sintieron los españoles que llegaron por primera vez a Tenochtitlan. ![]() Accedo al interesante museo del Templo Mayor, dedicado a la cultura y entorno mexica. Al templo no se permite la entrada por la pandemia, pero se puede ver desde el exterior, aunque al menos que sea uno un entendido en la materia o lleve un guía es difícil realizar una interpretación correcta de los restos arqueológicos. www.templomayor.inah.gob.mx Luego me dirijo a la Iglesia de Jesús de Nazareno y antes de acceder a su interior veo el mural conmemorativo que recrea el encuentro entre un imperio que iba a caer en desgracia y otro emergente, situado en la calle José María Pino Suarez. Estoy hablando de la primera vez que Hernán Cortés y Moctezuma II se conocieron. Supuestamente este es el lugar de encuentro. Ese fue un encuentro que marcaría para siempre el devenir del mundo, acababa de iniciarse, tímidamente, la globalización, de la manera más sangrienta, como era costumbre, hasta no hace mucho, entre los seres humanos. Seguidamente, después de leer una inscripción discreta en el exterior:” En este templo descansan los restos del conquistador, Hernán Cortés, muerto en 1547”, busco en el interior la imperceptible placa que señala que sus restos descansan allí. Por lo menos, se cumplió su deseo de ser enterrado en la tierra que conquistó, bien que no con la pomposidad que él soñaría, como sí sucedió, por poner solo dos ejemplos, con Alejandro Magno o Gengis Kan, con la única diferencia con él que eran “sus sádicos”, o sea, sus compatriotas, como así testifican los monumentos actuales glorificándolos en Macedonia del Norte o Mongolia como orgullo patrio. ![]() Al otro lado de la calle, en el cruce, veo en una esquina, sobresaliendo de la fachada colonial, los amenazantes dientes y nariz del dios Quetzalcóatl, vestigio de la antigua civilización, que vuelve a ver la luz después de siglos de negrura. En el mismo solar hay una librería a la que accedo a echar un vistazo: Librería del Fondo de Cultura. En su interior me encuentro con un escritor cubano residente hace más de una década en CDMX, Roger Vilar, y un representante editorial de sus obras promocionado su trilogía de fantasía épica: Tres relatos cortos donde los protagonistas adolescentes y los dioses prehispánicos interactúan en unas novelas entretenidas y fáciles de leer con influencias lovecraftianas. A pesar de no ser muy conocido, después de conversar un rato con él, acabo comprando su trilogía, que a quienes les guste la literatura fantástica creo que les puede sorprender positivamente. Como no estoy lejos del museo de las Culturas del Mundo, y es gratuito, entro a echar un vistazo; está ubicado en el antiguo edificio de la moneda. En la actualidad el edificio consta de varias salas dedicadas a las siguientes culturas: Egipto, Persia, Levante, Mesopotamia, Grecia y Roma. Un sitio interesante pero no prioritario en una visita a México. Como tengo apetito, ya son las 16 horas, y me apetece un bocata. Pido un submarino de atún cargado de queso, mayonesa, aceitunas, pepinos en la cadena Subway con bebida por 150 pesos, céntimo arriba, céntimo abajo. Después me voy a pasear al parque de la Alameda Central, la avenida Suarez, una zona más moderna del centro, y el barrio chino que no tiene el glamour de otras ciudades por mucho que haya un raquítico paifang a la entrada. Hoy por la tarde en las calles hay mucho ambiente, con bandas de música tocando en la calle de todos los estilos: rock, pop, boleros y, por supuesto, los icónicos organilleros, vestidos con trajes decimonónicos, dándole sin parar a la manivela de la caja de música. ¡Y que no teman los meones o cagones que por cinco o seis pesos tendrán un sanitario cerca! Anunciados con carteles grandes y vistosos, eso sí, a veces de difícil acceso para personas no delgadas con esos aceros inoxidables que forman un torniquete de cuerpo completo para entrar con empleados dosificando el papel higiénico al lado de la entrada para que nadie gaste un rollo lustrando con esmero su ojete o se lo lleve a casa, que en la viña del señor hay de todo. Al final del día me tomo unas cervezas en la calle república de Cuba, antes de retirarme por hoy a mi hotel que está en la misma calle. Me sorprende que se haya puesto de moda de nuevo los guardainfantes en Ciudad de México para bodas y comuniones; ahora bien, estos son mucho más coloridos y alegres que de las épocas pretéritas. Hay una calle perpendicular a la que estoy repleta de escaparates de estos vestidos que no deben ser nada baratos. Eso sí, las feministas que tienen un edificio de dos plantas colonial ocupado a varias cuadras de estas tiendas no creo que lo vean con los mismos buenos ojos, símbolo de una era de más recato y sumisión al hombre. Etapas 10 a 12, total 12
ღ LA MORADA DE LOS DIOSES ヅ
Y ha llegado el día en que por fin voy a conocer una de las zonas arqueológicas más impresionantes de México: Teotihuacán. Y para llegar al lugar opté por la opción más cómoda y segura, contraté ayer un tour con la agencia Turibus, ubicados, con otras agencias al lado, en carpas desmontables, en la parte posterior de la Catedral Metropolitana de México. Me cuesta 799 pesos con transporte panorámico, guía especializada, comida, entrada a zona arqueológica y Basílica de Santa María de Guadalupe. Con veinte minutos de retraso subimos, unas veinte personas, a un autobús de dos pisos que recrea los simbólicos y archiconocidos autobuses londinenses. Por los altavoces empieza hablar una voz que no corresponde con la edad del guía, mucho más juvenil que él. Nos explica cómo está dividido El estado de México y la característica más importante del mismo. Ya en la autovía nos enseña el teleférico más largo de América Latina que tiene capacidad para trasladar a 90.000 personas al día, mejorando la comunicación diaria para muchos ciudadanos del municipio de Iztapalapa. También nos recuerda varias veces que no es un transporte turístico y que este municipio de casi dos millones de habitantes es uno de los más violentos e inseguros de México, por lo menos, hasta el 2019, pues parece ser que la criminalidad ha bajado estos últimos años. Entramos al pueblo de San Juan Teotihuacán de Arista, observándose enseguida las famosas pirámides. Hay varios accesos a la zona arqueológica. Antes de entrar nos llevan a uno de los muchos talleres y venta de esculturas u otros elementos de obsidiana que hay alrededor de Teotihuacán, donde nos enseña un joven y dicharachero mexicano cómo se trabaja esta piedra volcánica antes de invitarnos al interior de la tienda y ver las hermosas y caras figuras que han esculpido los artistas. El precio está un poco inflado, pero eso no les resta belleza a las obras, que algunas parece ser de una gran calidad desde la mirada intrusiva de un turista ignorante en el tema. ![]() Y sin más demora accedemos por el acceso que nos lleva a la plaza de la luna. El guía, desde la parte superior de uno de los edificios que dan a la plaza nos hace un resumen de lo que nos rodea. De esta civilización no se conoce mucho, `por no conocerse, no se conoce ni el nombre. Teotihuacán se lo pusieron los mexicas, que pensaron que allí tuvieron que vivir los Dioses cuando la descubrieron abandonada y rodeada de maleza, su significado es “Morada de los Dioses”. Ni el templo de la Luna ni del Sol hace reverencia a estos cuerpos celestes. Se piensa que la Luna probablemente, por los restos encontrados, venerara a una diosa de la fertilidad. Después de la charla el guía nos da una hora libre y nos indica que nuestra salida es por la pirámide del sol. ![]() Me da tiempo a andar por un tramo de la avenida de los Muertos, que también es un nombre que se lo dieron equivocadamente los mexicas, y ver un mural, en un lado, de un jaguar. Pasado la pirámide del Sol si se sigue encontraremos una más pequeña dedicada a la Serpiente Emplumada. Yo no la veo porque el guía ni la menciona, como tampoco el esplendido mural del jaguar y otros detalles importantes. Nuestro guía con voz de adolescente cumple el expediente y no se complica la vida, nos enseña lo más famoso de Teotihuacán, olvidando detalles que hubiera puesto la guinda al pastel. ![]() ![]() Nos llevan a un restaurante- buffet a comer. Y es más de lo mismo, nada que ver con la variedad que uno puede encontrar en España. Realmente los bufetes mexicanos no me cautivan ni será recordado como una de las experiencias maravillosas de esta tierra. Tienen mucho que aprender de los nuestros sin necesidad de perder su gastronomía. De vuelta, hacemos la visita exprés a la Basílica de Guadalupe, donde están los tres templos que se construyeron para venerar a la milagrosa imagen de la virgen en un ayate hace casi cinco siglos. Según cuenta el guía de voz adolescente, el ayate no dura más de cuarenta años y este lleva con vida casi cinco siglos. ¿Milagro o engaño? Viendo la economía que se ha montado alrededor del milagro uno entiende porque no dejan que el milagro muera, porque muchos, igual, morirían de hambre y otros no se habrían enriquecido con tanta facilidad. ![]() En la plaza de una de las faldas del cerro de Tepeyac observamos tres templos: el primero que se construyó, el más sencillo; el segundo, una hermosa basílica en desuso a causa de tener los mismos males que la Torre de Pisa y la actual en uso. A esa última entramos, que no rezuma belleza en su exterior, recordándome a una carpa de circo o a un pabellón de baloncesto recargado de hormigón. Su interior, todo hay que decir, es mucho más hermoso, excepto donde está ubicado la imagen de la virgen, que para que la gente no pare mucho tiempo allí, han construido cuatro bandas transportadas de personas para que no puedan pararse. Debe ser muy práctico para el templo mariano más visitado del mundo, pero no deja de ser una horterada, y más con esa inmensa bandera de México que hay debajo de la imagen sagrada. ¡Que sí, que ya sé que estoy en México! Que pesaditos y obsesivos que son con la enseñas de su nación, colocándolas hasta en los lugares más inverosímiles. ![]() Desde el centro histórico a la Basílica solo hay cinco kilómetros andando por una amplia avenida, no tiene perdida, el único problema que tiene que pasa por algunas zonas complicadas para la seguridad de uno. Así que, a pesar de la tentación, opto por acabar mi excursión en el mismo lugar de donde lo inicie. Etapas 10 a 12, total 12
[i]
Las últimas horas en Ciudad de México, antes de coger al mediodía un taxi de Uber hasta el aeropuerto, las paso relajado, recordando lo que ya forma parte de mi bagaje de recuerdos, por muy recientes que estén en la memoria. Y rememoró, ya con nostalgia viajera, cuando hace dos años tomé la decisión de venir al “Ombligo de la Luna” y la pandemia trastoco todo (a los más afortunados solo nos perjudico nuestro viaje programado) cómo se inicio todo. La compañía Aeroméxico no me quiso devolver el dinero del billete y me dio un bono con los euros que me había costado el billete ( 350 euros a gastar, en principio, hasta principios del 2021; pero que por las circunstancias de la persistencia pandémica alargaron con buen criterio hasta principios del 2022. Solo tuve que añadir 160 euros más al billete del avión. La conquista de México del hispanista Hugh Thomas fue la influencia determinante para que eligiera nuevo destino. Me abrió a un mundo desconocido para mí a través de la Conquista de Hernán Cortés del territorio que me enseñó las fascinantes civilizaciones de la época prehispánica que habitaban, sobre todo, en el valle de Anáhuac (hoy de México). Enseñándome que la historia de las civilizaciones de Mesoamérica eran avanzadas y fascinantes pero que no estaban libres de envidias y violencia. Durante mi tiempo de stand by antes de volar leí varios libros más de historia sobre el país. La suerte de este destino es que los mexicanos son culturalmente muy activos, además que hay muchos historiadores interesados en la historia de México, y eso provoca un torrente de información a través de libros, documentales (incluidos en you tube) e información en internet inabarcable en una vida. México es un país donde casi todas las sensibilidades viajeras pueden encontrar su espacio. Lo que más me preocupaba. para que engañaros, en este viaje era la seguridad, un país con no muy buena fama que digamos. Entre los narcotraficantes, la trata de personas y la delincuencia no parecía el destino más apetecible. Sin embargo, tomando precauciones sin obsesionarse se puede disfrutar del país sin tener ningún percance. Los centros históricos, las autopistas y los puntos turísticos más importantes son muy seguros, es muy difícil que ocurra algo, hay que tener muy mala suerte, como el que va andando por Benidorn y recibe un balazo perdido de un tiroteo. Eso sí, no podemos ser ingenuos y pensar lo contrario porque nuestra experiencia este siendo muy plácida y tranquila. Al fin y al cabo, quienes más padecen la violencia no somos los viajeros, sino los propios mexicanos. Ellos son las verdaderas víctimas de ese mal endémico. ¿Se puede llegar a los destinos turísticos por tu cuenta, sin agencia de viajes? Por supuesto que sí. El único inconveniente que estarás más expuesto y serás más vulnerable a tener posibles episodios desagradables. Obviamente, eso no significa que tenga que ocurrirte nada. Pero, como en la lotería cuanto más números adquieres, estadísticamente, tendrás más posibilidades de que te toque. Preparo mi mochila, quedan quince minutos para que me recoja mi conductor. Ya pagué por la aplicación de Uber mi trayecto al aeropuerto desde la calle república de CDMX: 9,06 euros. Mientras hago está ultima gestión, me doy cuenta que México no es un país muy caro, más barato que España pero bastante más caro que el sudoeste asiático. Y antes de subir al avión, me doy cuenta que no hemos pasado ningún control de la policía de extranjería mexicana, los únicos que me han pedido el pasaporte son los agentes de hadling, en la puerta de embarque, a quienes también hemos entregado la tarjeta migratoria que nos dieron al acceder al país la policía. ¡Qué raro! Es la primera vez que me pasa no siendo un país de la unión europea. Y qué más decir de México; pues, por decir, se puede decir muchas: alabando a sus gentes, a sus yacimientos arqueológicos, a su espectacular y diversa naturaleza, a su gastronomía; en cambio, solo diré una: ¡ QUÉ PADRE! Bueno, os mentí, dos ![]() ![]() ¡Y DISFRUTÉN MÉXICO, CABRONES! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Etapas 10 a 12, total 12
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