![]() ![]() Jambo Kenya ✏️ Blogs de Kenia
25 días recorriendo Kenia, exceptuando el norte de Turkana y Lamu. Un viaje extraordinario en todos los sentidos.
En cuanto al precio, nos ha salido en torno a los 2200€ pp (luchando por cada uno de ellos). El valor de nuestro viaje, incalculable!Autor: Witork Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (19 Votos) Índice del Diario: Jambo Kenya
01: Día 1: BILBAO – BARCELONA – ZURICH – NAIROBI
02: Día 2: DE NEGOCIOS POR NAIROBI
03: Día 3: COMIENZA NUESTRO PRIMER SAFARI: RESERVA NACIONAL DEL MASAI MARA
04: Día 4: MASAI MARA DÍA COMPLETO
05: Día 5: MASAI MARA DÍA COMPLETO (AGAIN)
06: Día 6: DE MASAI MARA A NAKURU
07: Día 7: BOGORIA AND BARINGO LAKES
08: Día 8: NAKURU Y A BUSCARSE LA VIDA
09: Día 9: KISUMU: DUNGA BEACH
10: Día 10: VISITA AL PROYECTO BIOGI
11: Día 11: DE CÓMO INTENTAMOS VISITAR KAKAMEGA
12: Día 12: KISUMU - MOMBASA
13: Día 13: DE NEGOCIOS POR MOMBASA
14: Día 14: PARQUE NACIONAL MARINO DE KISITE MPUNGUTI
15: Día 15: POR TIWI BEACH
16: Día 16: SEGUIMOS POR TIWI BEACH
17: Día 17: ADIÓS CON EL CORAZÓN, TIWI
18: Día 18: SEGUNDO SAFARI: PARQUE NACIONAL DE TSAVO EAST
19: Día 19: TSAVO - AMBOSELI
20: Día 20: AMBOSELI Y A BUSCARSE LA VIDA
21: Día 21: DE NEGOCIOS POR NAIROBI (OTRA VEZ) Y TERCER SAFARI: SAMBURU
22: Día 22: SAMBURU DÍA COMPLETO
23: Día 23: SAMBURU DÍA COMPLETO (AGAIN)
24: Día 24: SAMBURU – NAIROBI
25: Día 25: ADIÓS CON EL CORAZÓN, KENIA
26: CONSIDERACIONES GENERALES
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Etapas 4 a 6, total 26
Tenemos todo el día para llegar al río Mara y ver el posible cruce de los ñus y cebras (la gran migración). Por el trayecto vemos un montón de cosas.
En una de éstas vemos un ñu muerto del que dan buena cuenta los buitres y un marabú, hasta que a lo lejos sale a escena una leona al trote para defender su comida. Los buitres la miran a medida que se acerca y se van alejando así como silbando, estilo yo sólo pasaba por aquí… Llega la leona, lo olisquea, se queda vacilando un rato y decide que ya cazará más. Así que los carroñeros vuelven a la carga según se aleja. Unos momentos después, se repite la jugada pero esta vez con un león. Buitres silbando…. El león posa para nosotros y también se pira. Vaya rato más entretenido!!! Un grupo de jirafas pastan en una colina, unos elefantes se hidratan en una charca, un mega grupo de ñus y cebras escapan de nuestro vehículo infernal, una madre guepardo y su cría reposan a la sombra de un arbusto (estos gatetes no llevan bien la caló de la sabana), la secretaria (pájaro secretario) sale de paseo, un grupo de monos hacen una pasada en el terreno en busca de comida… Total, que llevamos desde hace 5 horas con la sonrisa tonta y se nos están empezando a cargar los mofletes!!! Afortunados nos hallamos de estar donde estamos, sí. Cuando llegamos al río, vemos cómo están los hipopótamos y los cocodrilos tranquilamente, pero ni rastro de ñus. Bueno sí, pero están a lo lejos, como esperando al resto de la cuadrilla para cruzar todos juntos. Así que tras almorzar nos damos media vuelta. Aunque parezca mentira, hacer un safari es jodidamente cansado. Luchamos por no quedarnos sopa y disfrutar de cada animalejo. Ya cerca de la puerta de salida, Opain tiene a bien acercarse al árbol de ayer (el de la gacela cadáver colgando) y… SORPRESAAA! Elegante leopardo reposando sobre rama, con gacela degollada de fondo!!! No hace falta dishes nada más. Al salir del parque tenemos la opción de hacer una visita al poblado Masai que hay junto a nuestro “campamento”. Pagamos religiosamente los 1000KES/persona y nos vamos andando con ellos. El poblado está vallado con arbustos “joputas” con espinas como colmillos de sable. Dentro, las casas forman un círculo y en el centro de la urbanización queda el sitio para lo más importante: el ganado (hipervallado también a fin de protegerlo de los malos). Masai Mara es una reserva, no un parque, y por lo tanto no tiene vallas. Esto quiere decir que los animales campan a sus anchas (si no se sienten intimidados por las pedazo escopetas que guardan los ranger; todo hay que decirlo). Si bien es cierto que no es normal que se acerquen a las zonas rurales, a veces pasa. De ahí que los masais nos cuenten que más de una vez cheetah (guepardo, que no la mona chita, amigos/as) ha saltado sus hipervallas para comer una tierna (ja, más tersa que tersa como tenemos el placer de comprobar cada día) cabra. Los masais nos bailan y nos animamos a bailar con ellos/as (hombres y mujeres). Cada uno a su estilo! Nos dicen que la capacidad de salto es inversamente proporcional a la dote que hay que pagar a la familia de la mujer. Los masais son polígamos*, pero tienen que ir a otras aldeas a “ligar” (o más bien a escoger, porque las mujeres parece que no tienen mucho que decir al respecto…)*. También visitamos el interior de una de sus chozas (hechas de caca de vaca). El masai que nos guía insiste en que nos fijemos en cómo las casas parecen pequeñas por fuera pero que tienen 5 habitaciones! Pues bien, parecen pequeñas y son pequeñas. Entramos a ciegas (literal) y nos sentamos en un banquito que hace de salón, frente a un fuego que hace de cocina, entre dos habitáculos que hacen de habitaciones (la de los padres y la de los tropecientos niños/as que se tengan). Espera, me falta una de las 5 habitaciones... Ah, ese huequito que está ahí para las cabras bebé. Por supuesto, también visitamos el mercado improvisado. En Kenia la gente es muy dada a hacer business y más con nosotros, claro. Del poblado nos llama la atención la falta de orden y pulcritud de la urbanización. Vale que no tengan muchos medios pero yo creo que mejor también lo podrían hacer. Montones de moscas campan a sus anchas en las caritas de los niños/as, basura y plásticos por todas partes… Otro día más que nos hemos fumao! ** Véase: machismo. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 26
Cambio de gentes: nuestros checos sólo habían contratado 3 días en Mara y hoy se vuelven para Nairobi con Opain. Así que ayer tuvimos que asegurarnos de que todo iba a quedar organizado. Aunque al principio parecía que no, finalmente todo prosiguió con normalidad africana. Como cuando no tienes ni idea pero sale bien porque los dioses lo han querido y te atribuyes los méritos.
Montamos en otra furgoneta que ya nos llevará hasta el final del safari. Vamos con Julius (alias el nuevo conductor), un par de francesas y una pareja nipona. Hoy también es día completo. Sin embargo, las sensaciones son opuestas. Llegamos al río de nuevo, pero tras ver la décima parte de animales que ayer y sólo un par de gatitos tumbados. No sabemos si atribuirlo al conductor o a la mala suerte, sin más. Cuando nos disponemos a comer el picnic, vemos que un grupazo de ñus se empieza a mover hacia el río bastante decididos. Ummm, puede ser que vayamos a tener esa suerte? Julius dice que es posible, que el grupo va rápido, que va acompañado de cebras (parece que son ellas las que tienen que dar el primer paso para que los ñus les sigan a lo loco)... y que montemos echando leches a la furgo, que ya comemos dentro si eso. Montamos de nuevo y les seguimos. Nos escondemos tras unos arbustos mientras vemos que el grupo está casi tocando el agua. FLIPAMOS! Pero no se acaban de decidir, hacen el Ricki Martin (“un pasito palante María, un pasito patrás”), y finalmente el grupo se retira y se vuelve a pastar un rato más. Mala suerte compañero!!! Le decimos a Julius que esperemos un rato, horas incluso, pero que si nos quedamos seguro que les vemos cruzar. Dice que nasti de plasti, que han entrado en modo panic y que ya hoy no cruzan. Plofff. La vuelta no es mucho mejor: caminos con poca animalada y pistas principales. Sólo se salva porque nos cruzamos con un ranger que nos informa de una pareja de guepardos a la sombra. Encima no salimos de la reserva por la puerta principal (por algún oscuro motivo que desconocemos), así que damos un rodeo de cojones por pistas africanas. Para terminar el día pretendemos dar una vuelta por los alrededores del campamento, pero el masai de turno nos dice que es peligroso, que no vayamos, que no podemos hacer fotos... ¿? Nos resistimos a convertirnos en prisioneros del lujo turístico y salimos en dirección al poblado (pero sin entrar, que si no hay que apoquinar). De vuelta, vemos que el propio masai salía a buscarnos porque estaba preocupado… Alucino en colores! Ale, hasta mañana! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 26
Último día por Masai Mara. Salimos a las 6:30 hacia la reserva, hora buena (dicen) para poder ver aún a los gatetes activos (son animalicos nocturnos ellos).
Al poco de entrar encontramos a un grupeto de 3 leonas de paseo. Entendemos que van a por el desayuno. Un grupo de gacelas Thompson no les quita ojo. Sin embargo, pasan bastante de largo y las leonas siguen su camino, seguidas por un leoncio. Nosotros continuamos dando alguna vuelta más pero sólo encontramos un par de chacales y un zorro orejudo. De nuevo nuestro guía no está acertando con la ruta… Pasamos por la zona del leopardo pero vuelve a estar en el arbusto descansando, así que nuestros compañeros/as sólo pueden verlo en nuestra cámara de fotos, alucinando en colores. Para las 8:30 estamos fuera del parque, aunque en nuestro “contrato” ponía 9:30… Desayunamos tranquilamente y a eso de las 10:30 salimos camino de Nakuru. Paramos a comer un rato largo y la pareja de japos se vuelve a Nairobi. Takeshi seguirá de ruta en su año sabático espectacular camino de Uganda, y Aoki se vuelve a casa. Total, que llegamos a Nakuru a eso de las 16:30 donde en principio tenemos un game drive vespertino. Ni pipas! Julius (alias el conductor que ya está empezando a mosquearnos) dice que eso no es así. Ya llevamos dos. Cabreo nivel 4/10. Después de dejar las cosas en el hotel(illo), vuelven a mirarnos como si estuviéramos locos por plantear salir a dar una vuelta por nuestra cuenta. Ni caso (bueno, a lo de volver antes de que anochezca si vamos a hacer caso, vale). Salimos con las francesas a la calle (donde somos el principal espectáculo), hasta que notamos que ya no estamos disfrutando del paseo (las miradas que nos regalan no son siempre precisamente de curiosidad…). Media vuelta! Se nos acercan también unos niños de la calle a pedir sin rubor alguno. Te cogen de la mano, de la mochila… Un poquito de por favor. Prisioneros del “lujo” turístico (hotelillo), nos resignamos a tomar unas Tusker acompañados de Julius. Joder, resulta que el hombre se las bebe calientes (puaj) porque dice que si no se resfría. Venga ya! Qué cerdada! Cenamos en familia toda la troupe y a la cama! Dato curioso el que gentilmente nos hayan dejado una biblia en la mesilla para nuestras oraciones… Amén. Etapas 4 a 6, total 26
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