Día 03/08/09
El día nos sorprende con pocas nubes para variar. El amanecer es frío, pero los colores son increíbles.
Amanecer en Omarama
Nos ponemos en marcha hacia el Aoraki. Este es su nombre maorí, el inglés es Mt Cook. Así que estos neozelandeses, como son tan enrollaos, han dejado el nombre original del pico y al parque nacional que lo alberga le han puesto el nombre en inglés… todos contentos. El tema principal de este discurso es, que la traducción de Aoraki es perforador de nubes. No hace falta que nos expliquen lo que esto implica. Lo más normal es verlo rodeado de nubes… bueno, veremos si para nosotros hace una excepción. Claro, que con la racha que llevamos, no creo que vaya a ser hoy el día.
Omarama es un cruce de carreteras. Aquí confluye la SH8 que sube de Queenstown y se dirige hacia los Lagos Tekapo y Pukaki. Luego continúa hasta desembocar en la SH1 cerca de Chch. Con la SH83 que toma dirección sureste y se dirige hacia Oamaru, más conocida allí como “The Penguin City” (La ciudad Pingüino).
Nosotros tomamos la ruta que nos lleva hacia el norte. Dejamos Twizel a un lado y encaramos hacia nuestra primera parada del día. Lake Pukaki.
Estos lagos deben su reconocimiento a su color turquesa, provocado por los sedimentos desprendidos de los glaciares que abastecen a estos lagos.
Durante todo el camino hasta aquí, el día estaba brillante y despejado. Claro, que las pocas nubes que se veían estaban todas en las zonas de la montaña. El lago nos recibe con una visión impresionante. El sol que hay a estas horas no permite contemplar el verdadero color del agua. Ya que esta varía un poco su tono en función de la luz que recibe. El lugar es idílico. Uno más de los que nos hemos encontrado en todo nuestro camino. Pero no nos cansamos de ver estos hermosos paisajes.
Poco a poco en el horizonte, sobre las montañas, se van instalando las nubes. Pero no nos damos por vencidos. Unos pocos kilómetros más adelante, nos detenemos en Glentanner Park. Es una oficina desde donde se realizan vuelos en helicóptero. Ya que no pudimos hacerlo el otro día en la zona de los glaciares, lo intentamos aquí.
Resultado: Fracaso.
Aunque de momento hace sol, un frío aire nos acompaña mientras entramos en las oficinas. Imposible realizar vuelos hoy. “And tomorrow?”. “Las predicciones son también malas para el resto de semana”.
Así que salimos de allí decepcionados. Se nos está resistiendo el tema de sobrevolar esta zona. Todo lo que hemos leído sobre el tema habla de maravillosas vistas, e inmejorable experiencia. Además, en mi fuero interno, quiero convencer al piloto para que recree el vuelo que se puede ver en El Retorno del Rey, cuando se encienden las Almenaras de Gondor. El mismo, está grabado en la zona de los Glaciares. Pero aunque nos separen unos cuantos días de aquello. El lugar está exactamente al otro lado de las montañas.
En fin, tendrá que esperar.
Reanudamos nuestra marcha y nos dirigimos hacia Mount Cook Village.
Es un pequeño pueblo localizado entre montañas. Realmente, las únicas personas que viven por aquí, son las que viven del turismo. O bien trabajan en el hotel, en las distintas oficinas de actividades o restaurantes.
Nuestra primera visita es al Doc Visitor Centre. Allí preguntamos por los diferentes paseos que podemos realizar. La idea original, es la de hacer el Hooker Valley Track. Pero como siempre, los planes están para romperlos. La aproximación al comienzo del camino es muy complicada debido al hielo. Además hay riesgos de avalanchas y placas de hielo. En una palabra, está cerrado. Como ya conocemos un poco como funciona esto, para abreviar, preguntamos directamente que paseos están abiertos. “Solamente uno, Kea Point”. Bueno, pensamos, mejor esto que nada.
De repente oímos una conversación. “Coño”, pienso, “lo entiendo todo”. Nos damos la vuelta y aparecen del piso de abajo, Miguel y Marisa, la pareja de Jaca con los que coincidimos los primeros días del viaje. Bueno, la sorpresa es mutua. Nos saludamos e intercambiamos las impresiones de nuestros respectivos viajes. Ellos ya están finalizando el suyo. Han llegado hasta aquí viniendo de Dunedin y la Península de Otago. Y ahora marchan para Chch, desde donde pillan el avión de vuelta a España. Ellos tuvieron suerte y vieron el Milford Sound, un día antes de que cerrasen la carretera.
Les comentamos que vamos a hacer el Kea Point, ya que no hay más opciones para caminar por aquí. Y como a ellos también les apetece dar un paseo, nos vamos todos juntos.
El paseo no entraña mucha dificultad ya que discurre por una senda ancha y con poca pendiente. En algunos tramos hay placas de hielo, lo que aportan un poco de riesgo… pero en este caso, nuestros huesos no probaron el duro suelo. El sendero avanza por el valle que dejó en su día el glaciar Muller. Matorrales subalpinos, son la única vegetación que vemos a lo largo del recorrido.
En una hora llegamos al final de paseo. Hay un pequeño mirador. Desde aquí hay unas increíbles vistas del Mt Sefton, Mt Footstul, del Muller Glacier Lake y por supuesto, el Aoraki.
Pero claro, esto sucede cuando está despejado. Y para variar, la suerte nos ha dado la espalda. El lago lo tenemos delante de nosotros. Pero el Aoraki, apenas si se percibe escondido tras las nubes.
Lo mejor, que al ser temprano, no hay nadie por allí y podemos disfrutar de unos momentos de tranquilidad disfrutando de lo poco que podemos ver.
Emprendemos el regreso y nos cruzamos con bastante gente. Al ser el único sendero que se puede hacer, todos los que llegamos hasta Mt Cook Village, hemos optado por hacer el mismo paseo.
Camino de vuelta hacia Mt Cook Village
De regreso en el Doc, nos despedimos de Miguel y Marisa. Van a emprender el viaje hacia Chch. Suerte compañeros, quizás algún día nos veamos por el Pirineo oscense.
Nosotros, sin tanta prisa, decidimos acercarnos hasta el Lake Tasman. A un par de kms del pueblo, sale un camino sin asfaltar que en 15 minutos te deja en el Blue Lakes Shelter.
Desde aquí comienza un pequeño sendero hasta la cima del montículo. A pesar de ser corto, el camino entraña alguna ligera dificultad. Es una zona rocosa y en muchos tramos hay piedras sueltas, escalones muy grandes… pero nada insalvable. Desde la cima, se divisa el Tasman Lake en toda su magnitud. La pared frontal del Tasman Glacier al fondo. Y las montañas circundantes.
Una delicia… pero claro, está petado de gente. Así que estas preciosas vistas, las disfrutamos poco tiempo y rápidamente nos vamos.
A mitad de descenso, nos desviamos para echar un ojo a los Blue Lakes. Son un par de pequeños lagos, que al igual que el Pukaki y el Tekapo, debido a la sedimentación tienen un color azul turquesa. Pero hoy, estos lagos solo tienen el azul en el nombre, ya que tienen un color normal. Pasamos del primer lago (muy próximo a la senda principal), y por una zona sin una senda muy marcada, nos alejamos hasta el segundo.
Aquí sí que se respira una tranquilidad absoluta. Como suele ser habitual, la gente sube arriba y alguno se acerca hasta el primer lago. Pero hasta el segundo no llega nadie… bueno, nosotros. Una gozada, tener todo ese precioso paisaje solo para ti. En ese instante, te pertenece. Y eso no te lo puede arrebatar nadie.
Blue Lakes
Nos demoramos un poco allí, absortos en el paisaje, intentando captar cada pequeño detalle. Dejando que la calma que se respira y transmite ese lugar, penetre en nosotros… y lo consigue.
Sin lugar a dudas, otro de los puntazos del viaje.
Regresamos al camino principal y un poco más adelante, tomamos otro desvío que tras dar unas vueltas lleva a la orilla misma del lago. La superficie permanece helada. Y los icebergs están incrustados en el hielo.
Lago Tasman
Si vienes aquí en verano, se puede hacer un paseo en kayak por el lago, rodeado de icebergs. Ahora, lógicamente, nos tenemos que conformar con la preciosa vista que ofrecen. Esta actividad la dejaremos para cuando regresemos.
Volvemos al aparcamiento y comemos allí mismo en la campervan. Aunque hace frío, hay algún claro que deja pasar los rayos de sol. Y apetece dejar que nos bañen la cara, mientras nos relajamos.
Buscando nuestro siguiente destino
Enfilamos la carretera de vuelta hacia Lake Pukaki. Ahora sí que nos muestra su característico color turquesa.
Continuamos hacia nuestro siguiente destino, Lake Tekapo.
Llegamos tarde. Así que nos pasamos por una local donde preparan comida para llevar. Nos llevamos el famoso salmón al estilo Tekapo. Cuando estemos instalados daremos buena cuenta de él.
Paramos en el Lake Tekapo Motels & Holiday Park (32$NZ). El lugar tiene una privilegiada posición. Está un poco elevado y hay buenas vistas del lago… bueno, nos lo imaginamos ya que al ser de noche, no se ve nada. Pero sinceramente, es caro comparando con lo que hemos visto anteriormente. Es el único lugar de los que llevamos de momento en el que hay que pagar por el agua caliente en las duchas (2$NZ por 10 minutos). Ni me planteo pagar por una ducha. Además, ya lo cantaban los Platero y Tú “Déjame en paz, no me pienso duchar, si es fuerte el olor que despido, es algo que no puedo evitar…”.
Damos buena cuenta de la cena. Riquísimo este salmón. Con las cervecitas de rigor, planteamos las opciones para el día siguiente. A decir verdad, vamos probando todas las cervecitas que caen en nuestras manos. Siempre miro que sean neozelandesas. Bueno, alguna australiana también cayó en nuestras manos… digo, estómago, jejeje.
Día 04/08/09
Nos levantamos y al descorrer las cortinas, nos encontramos con nuestros simpáticos vecinos.
Si en el norte tienen problemas con los possums, aquí en el sur tienen problemas con los conejos. Hay a miles por todos los sitios. Especialmente en esta zona.
La primera visita que realizamos hoy es a la famosa iglesia del Lake Tekapo. The Good Sheperd Church. Está en la orilla del lago en un enclave privilegiado.
Estatua en honor a los perros pastores
La famosa iglesia del Buen Pastor
A pesar de que aquí hace sol, en el horizonte vemos como una tormenta se va acercando poco a poco. Además en las cimas de las montañas se ve como el potente aire levanta la nieve y genera nubes de ventisca.
Pasamos por el i-site (la rutina de cada día). Confirmamos que las cuadras que ofrecen paseos a caballo, están cerradas en esta temporada. Así que nos decidimos por ir paseando hasta el Mt John.
Aparcamos la campervan en el aparcamiento del Alpine springs & spa. Unas piscinas de agua caliente. Y al lado hay una pista de hielo para patinar.
Comenzamos el paseo junto al lago. Vamos siguiendo su orilla oeste. El día se comienza a complicar.
Se levanta un aire huracanado.
Nos viene en contra. Pero aún así decidimos continuar adelante. La senda está bien marcada. Además de para senderistas, la comparten los bikers y los paseos a caballo.
A nuestra derecha el lago y a nuestra izquierda las faldas del Mt John.
Comienza a llover.
Esto se pone cada vez más interesante. Nos ponemos toda la ropa de la que disponemos. Agachamos la cabeza e intentamos avanzar a duras penas.
Merced al fuerte aire que nos sacude, solamente tenemos mojada la parte delantera de nuestro cuerpo. La espalda la tenemos completamente seca.
La senda gira y se encamina hacia el monte. Hasta ahora el camino había sido llano. Comenzamos a ascender por unas escarpadas laderas.
Una noticia buena. Tenemos el aire a favor, lo que algo ayuda a la ascensión. Además ya no nos mojamos la cara.
Una noticia mala. Ahora tenemos chirriado toda la parte trasera.
No iban a ser todo buenas noticias.
Lentamente vamos ascendiendo como podemos. A pesar de la que está cayendo, estoy disfrutando del paseo. Soy así. Quizás un poco masoca. Pero allí, jodidos de frío, con la cara bañada con una mezcla de sudor y agua, me siento bien. Me siento libre.
Claro que esto va por barrios. La jefa no piensa lo mismo. Después del paseo, cuando nos encontremos secos, calientes, al resguardo de la campervan, dirá que le ha gustado el paseo. Pero ahora no. Hay momentos en los que he aprendido que estoy muuuucho más guapo calladito, jejeje.
Enfrente divisamos el observatorio que corona esta montaña. El aire nos sigue azotando, pero al menos ha dejado de llover.
En el observatorio hay una cafetería. Se puede subir aquí también en coche, para el que quiera. Hay tres o cuatro parejas allí. Lógicamente, se quedan de piedra cuando nos ven aparecer allí, totalmente empapados.
No sé si será por lo que habíamos pasado durante el paseo, pero sin lugar a dudas, fue uno de los mejores cafés que probé en toda Nueva Zelanda. Un capuchino y unos buenos trozos de pastel… no recuerdo de qué, pero estaban impresionantes.
Tras entrar en calor y dar buena cuenta del pastel, contemplamos alrededor. Las vistas son impresionantes. El lago, las llanuras de Mackenzie, el Mt Cook NP, los Alpes… A pesar de la tormenta y de las oscuras nubes que cubren todo, es increíble estar allí arriba.
Lago Tekapo desde la cima del Mt John
El fuerte aire que hay, mueve las nubes a una velocidad de vértigo. En 5 minutos las oscuras nubes que teníamos, han desaparecido y sale el sol. Dura solo unos instantes ya que comienzan a llegar más nubes. Pero lo suficiente para dejarnos entrever el Aoraki y toda la cohorte de picos que lo rodean.
Lago Alexandrina y Mt Aoraki al fondo
Nos ponemos en marcha. Ahora es todo cuesta abajo por medio de un bosque, por lo que el aire apenas se siente. A cambio el único problema es que al estar en sombrío, hay algunas placas de hielo. Pero con un poco de cuidado, las pasamos sin problemas. Este lado es mucho más corto, así que llegamos enseguida a la campervan. Nos ponemos ropa seca y carretera.
Mt John
Mt Cook NP
La aguda voz de Axel (cantante de G'N'R) nos acompaña durante esta zona.
“... todo lo que sabía era que contigo quería a alguien que me salvara
Debiera ser suficiente pero he tenido suerte, me enamoré y quizás era todo lo que yo quería.
Ahora te conozco mejor, me conoces mejor, ahora te conozco mejor...”
Pasamos por la presa que retiene las aguas del lago Pukaki. Allí está el i-site. Nos damos una vuelta por allí. Justamente en frente se podrían ver el Aoraki y demás montañas… si no estuvieran cubiertas por las nubes. De hecho, en una de las ventanas que dan en esa dirección hay una foto con la leyenda: “Así se tendría que ver sin nubes”. Muy previsores estos neozelandeses.
Aoraki sin nubes
Nosotros en cambio vimos esta imagen.
Y aquí caímos un poquico más bajo.
Pude comprobar en mis propias carnes, que el hombre es el animal que tropieza y tropezará dos o más veces con la misma piedra.
En mi caso, Tour Lord of the Rings (75$NZ).
Pero eso es parte de otra etapa.
*** NOTAS X ANIVERSARIO ***
A partir de este día, le dimos la vuelta a la ruta y decidimos comenzar por el final e ir en sentido contrario. La idea inicial era ir de Queenstown a Te Anau. Desde allí ir por los Catlins subir por la costa este. Pasar por la zona de Mt Cook NP y los lagos turquesas de camino a Christchurch. Pero al estar cerrada la carretera de Milford, decidimos hacer esta parte al revés. Cruzamos de Oeste a Este y subimos hasta los lagos. En la siguiente etapa desandaremos lo andado... pero es el precio que pagamos por llegar más tarde a Milford y que abran la carretera .
Un par de detalles. La costumbre que tiene la gente de ir a lo fácil. Al lugar que marca la guía de turno. En estas etapas lo pudimos comprobar claramente. En la visita el Glaciar Tasman, todo el mundo subimos al mirador superior. En la bajada, nosotros y cuatro más contados, nos acercamos a los Blue Lakes. Y solo nosotros bordeamos el primero para llegar al segundo. En el siguiente punto, la orilla del lago Tasman, estábamos solos. Y en el camino de vuelta nos cruzamos con una familia. Y bueno, mucha gente tampoco había, pero de las 50 o 60 personas que coincidimos en aquel punto, es llamativo que estuviéramos prácticamente solos en dos puntos interesantes. Ahí dejo el apunte.
Y por último esta imagen.
A estas alturas ya sabéis lo previsible que soy
Si le quitais la montaña de la izquierda. La nieve de las cumbres. Y le añadís una ciudad gondoriana ... voilà, Minas Tirith.