El Templo de Lúxor: El exterior
Después de la visita de Karnak nos fuimos al Templo de Luxor, unos 5 minutos en bus hasta la entrada. Por el camino Hassan nos explico como se estaban llevando a cabo las excavaciones y el parón que habían sufrido por la inestabilidad del país. En la siguiente foto se pueden ver algunas de las esfinges del camino entre ambos templos:
TEMPLO DE LÚXOR: EL LUGAR DEL NACIMIENTO
Para orientarnos vamos a ver de nuevo el mapa de la zona y una foto aerea.
Mapa de Luxor, antigua Tebas, y de las montañas tebanas.
En esta foto, el Templo desde el aire.
La construcción del Templo de Lúxor fue ordenada por Amenofis ó Amenhotep III a su arquitecto también llamado Amenhotep (hijo de Hapu). Éste edificó un templo completo: naos, santuario de la barca, sala de ofrendas y antecámara, esta última flanqueada de capillas destinadas a la triada tebana.
Ejecutado en el más puro estilo de la XVIII dinastía egipcia, el Opet del sur constituye un raro ejemplo de edificio divino del Nuevo Imperio bien preservado.
Echemos un vistazo al plano del Templo para situarnos. Del 8 al 19 es obra de Amenhotep III, a excepción de alguna ayuda posterior de Alejandro Magno y los romanos. Los números bajos (1 al 7) corresponde a obras de Ramsés II y otros reyes más modernos (Ptolomeos, Nectanebo, entre otros).
A medida que caminamos desde la entrada hasta el interior del Templo de Lúxor, observamos las construcciones desde las más recientes a las más antiguas en el tiempo. Algo así pasaba, si recordamos en el Templo de Karnak.
Tras bajarnos del autobús, caminamos hasta la entrada al recinto, con los tickets que nos suministró el guía. Una vez ya en la explanada frente al pílono de Ramsés II, Hassan nos dió las explicaciones previas a la visita.
El templo de Luxor es el complemento meridional del gran templo de Amón en Karnak, en la medida en que estaba dedicado a la triada tebana, pero sobre todo a Ka y a la forma progenitora del dios dinástico bajo el aspecto de Amón-Min. Separados por unos dos kilómetros, los dos templos estaban unidos por una avenida o dromos bordeado de 700 esfinges con cabeza de carnero y de estaciones o capillas donde se paraban las barcas de la triada tebana en la gran Fiesta de Opet.
El Dromo de las Esfinges
Bajo el reino de Nectanebo I, esta avenida ceremonial fue completada por esfinges con cara humana (androesfinge) del lado del templo de Luxor, mientras que en el lado de Karnak, como vimos antes, permanecen con cabezas de carnero.
El dromos constituía la articulación principal de la ciudad que atravesaba de norte a sur, dividiéndola en un barrio occidental que bordeaba el Nilo dónde se encontraba el puerto, los barrios populares y el de los artesanos, y un barrio oriental probablemente más residencial que se extendía entre los grandes templos y contenía numerosos santuarios repartidos a lo largo de las grandes avenidas adoquinadas que cuadriculaban la ciudad.
Capilla de la diosa Hathor
Situada en la explanada exterior, a la izquierda una vez finalizada la avenida de las esfinges, se encuentran los que quizás sean los restos de una Capilla de la diosa Hathor.
La Capilla de Serapis
Situada también en la explanada exterior, a la derecha una vez finalizada la avenida de las esfinges.
Dios tardío en la historia del Antiguo Egipto, ya en la época helenística, Serapis (User-Hep en su nombre egipcio) era una deidad sincrética greco-egipcia a la que Ptolomeo I declaró patrón de Alejandría y dios oficial de Egipto y Grecia con el propósito de vincular culturalmente a los dos pueblos. Sus templos estaban vinculados a concurridos oráculos que interpretaban los sueños.
Serapis fue adorado, principalmente, como dios de la curación. En resumen: el último gran dios pagano antes del imperio del Cristianismo.
El pílono
Construido por Ramsés II, relata la batalla de Qadesh, librada por el faraón contra los hititas. Representa la entrada al templo. En la decoración se incluye el poema de Pentaur que glorifica el valor del faraón en la batalla.
En la entrada están las famosas estatuas sedentes de Ramsés II, decoradas con imágenes de prisioneros que representan los 9 pueblos conquistados por Egipto. La reina Nefertari aparece a cada lado del trono. Las estatuas son de granito gris con una altura de 15.6 metros. Originalmente existían 4 estatuas más, realizadas en granito rosa de las que actualmente sólo queda una que representa a Meritamón, la hija de Ramsés II.
Frente al pílono se encontraban 2 obeliscos, de los que sólo uno queda en el lugar original, de unos 25 metros de altura se encuentra actualmente en su emplazamiento original. El obelisco está decorado con una escena en la que aparece Ramsés II adorando a Amón, y 3 franjas de jeroglíficos en las que se describe el protocolo real junto a una fórmula de alabanza a las construcciones y victorias del faraón y la duración de su reinado.
Los dos obeliscos fueron ofrecidos en 1830 a Carlos X de Francia por Mehemet Ali, pero sólo el de la derecha fue finalmente derribado y transportado hacia Francia. Jean-François Champollion fue quien eligió, por mandato del rey, el primero de los dos obeliscos, en parte cubiertos de arena. El obelisco fue erigido con una gran fiesta en París, dónde se erigió en 1836 en el centro de la plaza de la Concordia
En agradecimiento, Luis Felipe I de Francia ofreció un reloj que hoy día adorna la mezquita de Mehemet Ali (la mezquita de Alabastro, que días después visitaríamos en el Cairo), que nunca funcionó. El segundo obelisco, que nunca dejó Egipto, fue oficialmente «devuelto» por Francia en 1981, al principio del primer mandato de François Mitterrand.
Foto del Obelisco de la Concordia en nuestro viaje en 2010
Y ahora una foto del reloj famoso, que vimos dias despues en nuestra visita al Cairo, esta en la torre que tiene los andamios.
El patio peristilo
Atravesamos el pílono del Templo de Lúxor y ya entramos en El patio peristilo o de Ramsés II, de 55 metros de longitud, fue añadido por este faraón y actualmente representa el primer patio. Está compuesto por 74 columnas papiriformes que muestran al faraón con distintas divinidades. Las columnas están colocadas en 2 hileras alrededor del patio. En el centro se encuentra un santuario formado por 3 capillas dedicadas a Amón (la central), Mut (la izquierda) y Jonsu (la derecha). Construidas por Hatshepsut y Thutmose III y decoradas posteriormente por Ramsés II, servían como almacén de las barcas sagradas.
La situación de las capillas es lo que hizo que el patio no siguiese el eje del templo original, sino que se encuentra desviado hacia el este, en dirección a Karnak. No se percibe a primera vista, pero es imposible de obtener desde el pilono una vista axial del templo, ya que la perspectiva está rota.
El conjunto está sin embargo muy bien concebido para que esta particularidad no afecte a la armonía de las proporciones; incluso los obeliscos, de medidas diferentes, fueron emplazados desfasados de tal manera que cuando tenemos el pilono en frente la diferencia no se note.
La decoración interior del patio escenifica una procesión que personifica los distritos mineros que portan ofrendas al dios, un sacrificio de Ramsés II a una diosa, la inauguración de la entrada monumental en la que aparecen los hijos del faraón y ceremonias religiosas.
Sobre una iglesia cristiana previamente construida, los conquistadores musulmanes montaron una mezquita en honor del santo local Abu Hagga:
La mezquita se encuentra a la altura de los capiteles de as columnas, nivel hasta donde llegaba el acúmulo de arena que cubría al templo, antes de ser desenterrado.
La salida del patio hacia el resto del Templo está flanqueada por dos colosos sedentes de Ramsés II, que portan a la reina Nefertari, vestida como la diosa Hathor, en su pierna derecha. Las estatuas están realizadas en granito negro y el zócalo está decorado con escenas de prisioneros que representan a los pueblos vencidos por el faraón.
En la época de Ramsés II, se comienza a tallar los jeroglíficos hacia el interior de la piedra en lugar de sobresalir en relieve como hasta el momento.
Los colosos dan paso a la Columnata Procesional de Amenhotep III, formada por 14 columnas, de 16 metros de altura, dispuestas en 2 filas. En las columnas están grabados los cartuchos de Amenhotep III, Horemheb, Sethy I y Ramsés II.
El templo fue descuidado, incluso maltratado durante el reino del faraón «herético» Akenatón. Los trabajos recomenzaron bajo Tutankamón y Ay, quienes acabaron la decoración de los muros de la columnata procesional añadiendo especialmente las escenasde la Fiesta de Opet. Abajo, detalle de las estatuas de Tutankamón y Ankesenamón, situadas detrás de uno de los colosos.
La parejita.
El Festival del Opet
Se celebraba en Tebas en veneración de la famosa Tríada Tebana, y para dar la bienvenida al 2º mes del calendario egipcio, con motivo de la crecida del Nilo (Septiembre). Ocultos a bordo de una barca sagrada, las estatuas de Amón, Jonsu y Mut –la mencionada tríada– marchaban en procesión a lo largo de 3 kilómetros por la Avenida de las Esfinges, que unía el Templo de Karnak con el Templo de Lúxor.
Itinerario del cortejo.
Así podía haber sido.
La fecha del festival se fijaba sobre la base de las fases lunares. La celebración se estableció recién durante el Nuevo Imperio, y se mantuvo durante varios años después de terminado éste. Como todo en el Antiguo Egipto, Opet no era un festival que dejara de lado el poder faraónico del rey. Se creía que, durante las celebraciones, el poder de Amón era transferido de manera ritual a su heredero viviente: el gobernante del momento. De modo que la imagen del faraón era central en esta tradición religiosa.
La multitud –precedida por el faraón y sus sacerdotes– llegaba al templo de Lúxor con la barca sagrada sobre los hombros. Allí, la depositaban en la oscuridad del interior, y encendían los inciensos rituales. El faraón abandonaba el santuario y sus seguidores lo veneraban y perdonaban cualquier error que hubiera cometido durante su gestión. Así se renovaba el poder del gobernante, hasta el año siguiente.
La Sala Columnata de Amenhotep III, originalmente cerrada y techada, recoge mejor que ningún otro monumento conocido, el desarrollo de las procesiones de la fiesta de Opet, que no de las ceremonias, ya que éstas no figuran recogidas en ningún lado. En el muro oeste de la sala figura la procesión viniendo del Templo de Karnak hacia el recinto del Templo de Lúxor, en tanto que en el muro contrario, en el este, figura la salida de las procesiones de las barcas hacia Karnak, después de concluir el festival de Opet, el cual duraba 11 días en tiempos de Amenhotep III y paulatinamente se fue alargando hasta llegar a 24 días en época de Ramsés III de la Dinastía XX, unos 200 años después.
Sobrepasada la Columnata Procesional se encuentra el Atrio o Patio peristilo de Amenhotep III. El interior del patio está rodeado en tres de sus lados por 2 hileras de columnas con capiteles papiriformes cerrados. El patio se comunicaba con la columnata por una escalera, al estar más elevado que aquella.
En este patio la procesión realizaba una especie de deambulatorio por puntos de la sala, referidos a los relieves que tenían las propias paredes, realizando determinados rituales concretos: todos los restos de relieves que quedan en la mitad de los muros bajos de esta sala están referidos a actos de adoración y de culto del faraón a Amón-Ra, a Mut y Jonsu.
El cuarto lado del patio está unido a la Sala Hipóstila, que representa la primera estancia interior del templo. Originalmente la sala se encontraba techada. Cuenta con 32 columnas con capiteles papiriformes cerrados, dispuestas en 4 filas de 8 columnas cada una. Las imágenes de los dioses, que aparecen en la decoración, fueron restauradas durante la XIX dinastía ya que los originales fueron destruidos por Akenatón.La sala tiene 3 habitaciones auxiliares consagradas a Mut, Jonsu y Amón-Min.[color=][/color]
El corazón del Templo
Una vez dejamos atrás el Atrio através de la sala hipóstila, llegamos a la sala denominada Santuario Romano, que está decorada con imágenes de emperadores romanos superpuestas sobre los originales egipcios.
La Sala Hipóstila desde el Patio Solar. Al fondo se observa el Santuario Romano con el altar en medio.
En el muro podemos ver como los jeroglificos fueron tapados con arcilla y posteriormente se pinto sobre ella. En la foto vemos un trozo de la ultima cena, con unos colores muy llamativos.
A continuación encontraremos la Sala de las Ofrendas, decorada con imágenes religiosas en honor de Amón y Min. Consta de un santuario realizado por Amenhotep III. En esta estancia Alejandro Magno, que aparece representado ante Amón, construyó un depósito de barcas…
Para insertar esta Capilla de la Barca Sagrada, se tuvieron que destruir algunas columnas centrales de la Sala de las Ofrendas. Como la Capilla queda en el centro de la Sala, se enfrentan pared contra pared de distintos periodos. En unas de ellas, Amenhotep III ("El Grande") realiza las ofrendas...
…Mientras que en la pared opuesta, la de la sala de Alejandro, éste aparece ante Amón...
...y ante el dios Min
Detalle de la curiosa barriga del Alejandro, con ombligo incluido.
Al acabar la visita volvimos sobre nuestros pasos para ir al autobús, despues de una parada en boxes de las chicas. Aquí también había un bar, pero la verdad es que este daba algo de miedo por lo poco higiénico que parecía. Supongo que para ellos es algo normal, pero para nosotros ,los “civilizados”, no.
Aquí nos sacaron una foto de grupo, se acerco un particular y nos retrató. Fué curioso por que no nos dio la foto en la mano, pero el hombre apareció después de dos horas en el Valle de los Reyes con las copias de quien la había pedido. El precio por foto era de 2 euros, así que con 4 o 5 que vendió ya hizo el día para lo que son los sueldos allá, seguro que le valió la pena moverse unos kilómetros para traerlas más tarde.
Desde aqui partimos hacia nuestro proximo destino, uno de los lugares donde pasamos mas frio de todo el viaje... el Valle de los Reyes.