Viernes 18/10
Esa mañana teníamos que estar a las ocho y media en el centro de visitantes de la empresa Dolphin Encounter. Allí nos advirtieron, antes de hacer efectivo el pago de la excursión, que mar adentro había un poco de marejadilla. Ningún problema, pastillita para el mareo por si las moscas. Seríamos unas treinta personas, de las cuales, seis, incluidos nosotros dos, sólo habíamos contratado el avistamiento de delfines. El resto estaban todos ya forrados con los trajes de neopreno y equipos de snorkel en las manos. Ellos habían escogido la opción de bañarse entre los delfines. Nos reunieron a todos en una sala donde nos explicaron en qué consistía la excursión y visionamos un video explicativo sobre todo enfocado a los que iban a nadar, en cuanto a normas de seguridad. Nos trasladaron en bus al muelle de South Bay, en el que ya habíamos estado el día anterior durante la caminata, y nos repartieron en dos barcos. Cada uno salió en una dirección distinta. La mañana estaba entre nubes y claros y el mar tampoco se movía tanto como nos habían advertido. Estuvimos como media hora buscando pero sólo avistamos tres delfines, y eran un poco pasotas. Cambiamos el rumbo y la cosa seguía igual. Los delfines no aparecían. Las caras de decepción en la gente se empezaban a notar. Qué le íbamos a hacer, ese día los delfines no querían dejarse ver. Algo que compensó la mañana fue el avistamiento de dos orcas, una madre y su pequeño.
La mamá orca
Estuvimos como una hora y media siguiéndolas. Nunca las habíamos visto en libertad. También vimos albatros. Vaya tamaño tienen con las alas abiertas y qué curiosa la manera de levantar el vuelo desde el agua ayudándose de las patas. Después nos llevaron hacia la costa para ver colonias de focas y así hacer tiempo hasta que llegara la hora para devolvernos al centro de visitantes, sobre la una y media de la tarde. Una vez allí nos informaron que al no haber encontrado delfines nos devolverían a todos parte del dinero que habíamos abonado.
Después de la excursión nos fuimos a comer a un Fish&chips y emprendimos la marcha hasta nuestro siguiente destino. En el itinerario inicial estaba previsto que este día, saldríamos hacia Greymouth, atravesando Arthur’s Pass, pero el día anterior habíamos visto alertas para campervans, motos y vehículos altos por fuertes vientos y lluvias. Así que decidimos seguir por la costa este e ir hacia Akaroa donde teníamos mejor tiempo. Pasamos por Christchurch pero seguimos de largo, ya que lo visitaríamos el último día de las vacaciones.
La península de Banks está a una hora de Christchurch y es el resultado de varias erupciones volcánicas hace millones de años. Su ciudad y puerto más importante es Akaroa. Esta zona del país fue asentamiento de muchos franceses. De ahí que cuando entrábamos por la zona, viéramos casas con la bandera francesa, así como nombres de calles y comercios también en francés. Dimos un breve paseo por Akaroa y el resto de la península lo vimos con el vehículo cogiendo por una ruta escénica que te lleva a otras bahías. No pudimos visitar la península como nos hubiera gustado. Era para haber estado un día entero más. Nos marchamos al camping ya que estaba oscureciendo. Nos registramos en el Top 10 Akaroa.
La mamá orca
Estuvimos como una hora y media siguiéndolas. Nunca las habíamos visto en libertad. También vimos albatros. Vaya tamaño tienen con las alas abiertas y qué curiosa la manera de levantar el vuelo desde el agua ayudándose de las patas. Después nos llevaron hacia la costa para ver colonias de focas y así hacer tiempo hasta que llegara la hora para devolvernos al centro de visitantes, sobre la una y media de la tarde. Una vez allí nos informaron que al no haber encontrado delfines nos devolverían a todos parte del dinero que habíamos abonado.
Después de la excursión nos fuimos a comer a un Fish&chips y emprendimos la marcha hasta nuestro siguiente destino. En el itinerario inicial estaba previsto que este día, saldríamos hacia Greymouth, atravesando Arthur’s Pass, pero el día anterior habíamos visto alertas para campervans, motos y vehículos altos por fuertes vientos y lluvias. Así que decidimos seguir por la costa este e ir hacia Akaroa donde teníamos mejor tiempo. Pasamos por Christchurch pero seguimos de largo, ya que lo visitaríamos el último día de las vacaciones.
La península de Banks está a una hora de Christchurch y es el resultado de varias erupciones volcánicas hace millones de años. Su ciudad y puerto más importante es Akaroa. Esta zona del país fue asentamiento de muchos franceses. De ahí que cuando entrábamos por la zona, viéramos casas con la bandera francesa, así como nombres de calles y comercios también en francés. Dimos un breve paseo por Akaroa y el resto de la península lo vimos con el vehículo cogiendo por una ruta escénica que te lleva a otras bahías. No pudimos visitar la península como nos hubiera gustado. Era para haber estado un día entero más. Nos marchamos al camping ya que estaba oscureciendo. Nos registramos en el Top 10 Akaroa.
Atardecer en la Península de Banks