Hoy por fin voy a conocer en persona a Víctor y Pedro, dos chicos que están viajando desde hace tres meses y que tienen previsto hacerlo durante dos años. Hace meses que me contactaron por unas dudas en unos países y al final seguimos hablando frecuentemente todos este tiempo y hemos intentando coincidir aquí, en Shiraz.
Antes de quedar con ellos me fui hasta el Parque Eram que está cerca del piso donde estoy durmiendo. Es bastante bonito y tranquilo (está en la lista de Unesco), aunque me mata el precio para los turistas. Y pensar que esto cambió hace solo dos años! El precio para los iranís es de 1.000 frente a 10.000 para nosotros (2.5 euros aproximadamente), si tienes en cuenta que en todos los sitos (menos en las mezquitas y no en todas) tienes que pagar o 10.000 o 15.000, los 15 euros al día en entradas es casi lo mínimo.
Retomando el tema… de ahí me fui hasta el castillo, donde habíamos quedado y fue como si nos conociéramos de toda la vida! Empezamos a callejear y decidimos saltarnos algunos sitios, como el hamman, que más o menos son todos iguales. Uno de los sitios que más nos apetecía visitar era la mezquita de Nasir-al-Molk, una de las más fotografiadas. Tiene un edificio lateral con vidrieras y unas cúpulas preciosas.
Pero tuvimos un fallo… hay que venir por la mañana, cuando el sol entra por las vidrieras y se llena de color. Mañana por la mañana habrá que volver!
Dudamos en entrar al Naranjastan por el tema económico, pero al final lo hicimos y no nos arrepentimos, es muy bonito. Es un pequeño palacete con un jardín con naranjos, pero lo más bonito son las pinturas que hay en los techos de algunas habitaciones.
Entramos en la mezquita de Aramgah-e Shah-e Cheraghe, donde hay un mausoleo con uno de los hermanos del Iman Reza. La mezquita es muy grande y bonita, merece la pena perder una hora paseando por ella y admirando su arquitectura exterior y el fino trabajo de composición de espejos que hay en el interior. Lamentablemente no se puede entrar con mochila, hay que usar chador y no se pueden sacar fotos.
Entramos en la mezquita Vakil, con unas columnas muy bonitas y donde se está muy bien al fresco.
Y después de otro paseo por el bazar, nos cogimos un taxi para ir a ver una vista de la ciudad desde la Puerta Quran. Esto es totalmente prescindible pues las vistas no son gran cosa… si estás justo de tiempo, esto te lo puedes saltar, para mi gusto personal.