Sanur a Bangkok ✏️ Diarios de Viajes de Indonesia

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Lunes 4 de mayo

Los de Air Asia me habían enviado un mail atrasándome el vuelo de las 7 y pico de la mañana a las 12. Calculé estar a las 10 en el aeropuerto (salíamos de Denpasar, qiue está a unos 15 km de Sanur) con lo que quería irme del hotel a las 9. Desayunamos algo en la habitación y de golpe nos dimos cuenta que faltaba comprar una de las cosas mas importantes que llevar de Indonesia.

Nos faltaba el arroz. Cómo no íbamos a probar el arroz rojo del que tanto nos había hablado Rumadí. O el negro que también sería interesante!!. Así que salimos disparados a un supermercado que al principio creí que estaba cerca pero terminamos caminando como 6 cuadras.

Por supuesto tenían arroz de todos los colores. El problema era que las bolsas eran de 10 Kg mínimo!!. Pero no desesperamos y buscando encontramos algunas mas caras de “sólo” 2,5 kg. Y por supuesto tenían unos granos de arroz rojo estupendos!! . Era “arroz premium” que lo hay. Así que cargamos los 2,5 kg de arroz y volvimos raudos al hotel para el check out. De paso compramos 1 kg de arroz “orgánico” que venía envasado al vacío y mezclaba arroz negro….

La guía sugería tomar los taxis blue bird. Los blue bird pertenecían a una compañía seria y no tendría problemas según la guía, y efectivamente pasaban por la puerta del hotel.

El tema era no confundirlos con otros que hacían todos los esfuerzos para parecerse. Pero los blue bird tenía la imagen de un pajarito sobre el techo, donde va el cartel de taxi. Es decir en lugar de ser un rectángulo con la palabra taxi era un contorno de pajarito con la palabra taxi.

Después de haber aprendido esto, le pregunté a la recepcionista cuanto saldría un taxi al aeropuerto. Como me dijo 150.000 rupias que era un poquito mas de lo que decía la guía directamente le dije que lo llamara. Así que no busqué los blue bird. Sin embargo el taxi que vino era un blue bird!!...

El taxi nos llevó via Kuta, donde nos asombró el tamaño de los comercios y sobre todo de las gigantografías sobre los edificios...Sin dudas era la capital del consumo.

Ibamos por una pretendida autopista. Digo pretendida porque cada tanto los semáforos nos detenían. Así que tardamos como 40 minutos, pero llegamos con buen tiempo al aeropuerto. Hicimos el Chek en Airasia sin problemas, y aquí se nos quedó un paraguas en seguridad…Podía ser un arma, según la interpretación de los celosos guardias del pre-embarque

El aeropuerto me hizo recordar el de Cancún. Vendían infinidad de recuerdos y todas las marcas caras del mundo, a precios por supuesto del primer mundo. Aprovechamos para gastar algunas rupias en el bar comiendo algo y cambié las últimas rupias por dólares dentro de la zona internacional, es decir hecho el chek inn. Hay un banco.

Una fotito de un avión de la aerolinea de bandera indonesia Garuda (No lo busquen en Google. Garuda es un semidios pájaro)


Esta parte del aeropuerto es nueva. Pero hacía bastante calor. El aire no alcanzaba. Así que había potentes turbinas de aire cada tanto


También había los acostumbrados patos en uno de los buenos restaurantes


Aquí un cartel con los lugares importantes del mundo y sus horas. Lamentablemente mis sospechas se confirmaron. Buenos Aires no existe !!. Un duro golpe para el ego Argentino con mayúsculas....


El vuelo salió puntual y completo. En 3 horas y pico estábamos encima de Bangkok en el aeropuerto de Dong Muang donde tiene su terminal Airasia.


Otra vez buscamos nuestros certificados de vacunación fiebre amarilla y buscamos donde estaba el puesto sanitario.

Al llegar había varios chicos jóvenes. Algunos argentinos y otros brasileros. No había esta vez formularios para llenar y les pregunté donde estaban. Ahí me explican que la encargada está totalmente loca y hay que hacer cola para pedir formularios.

Encuentro uno en una mesa olvidado y lo lleno para mí. Hago la cola y cuando llega mi turno entrego los papeles; pasaporte, boarding pass, certificado y formulario. Me los rechaza el bull dog femenino que me atiende mientras señala el vidrio de su oficina de cristal. Un cartel dice que debo entregar boarding pass, formulario, certificado y pasaporte. No entiendo. Es lo que le doy. Pero finalmente mi microcerebro latinoamericano se da cuenta. Le tengo que entregar los papeles en el orden que los pide. Primero el boarding, despues el formulario, etc...En fin. Le pido otro formulario para Ana. No entiendo porque no hace 2 pasos y los coloca en las mesas de afuera....

Una tailandesa importada de Teblinka. Tenían razón los chicos, era una importante desequilibrada. La cuestión es que paso y me da ahora si un certificado para que complete Ana.

Yo tengo miedo de no ubicar la cinta por donde salen las valijas. Cuando pasa mucho tiempo después de un vuelo bajan las valijas de la cinta y uno tiene que revisar toda la entrega de equipajes para encontrarlas.

Así que dejo a Ana y voy a buscar las valijas que felizmente encuentro en la cinta. Ana también pasa el control sanitario y migraciones. Así que salimos con el carro de bolsos a buscar un taxi.

TIP: en este aeropuerto los taxis se toman del mismo lugar donde dejan los pasajeros que van a tomar un vuelo. Es decir el segundo piso. Hay ascensor para subir con el carro. Hay también un servicio de taxis dentro del aeropuerto a la salida de las llegadas con una oficina. Cobran un 60 % mas que un taxi de calle del segundo piso.

Finalmente tomamos un taxi que por 400 bath ( 12 u$s) incluídos peajes nos deja en el hotel sin dudar. Negocio el precio antes.

Otra vez estamos en Silom Serene. No nos toca una habitación tan buena como la anterior, pero igual está muy bien. Teníamos para estar en Bangkok esa tarde de lunes y el día martes completo. Nuestro vuelo salía a las 1 y 45 del miércoles. En el Silóm pagué 2 noches para poder quedarme hasta último momento en el hotel.

Así que salimos disparados para el MBT para poder comprar las valijas “samsonite” que había visto de ida.
Había revisado las condiciones de equipaje de las aerolineas que teníamos y podíamos llevar cada uno dos valijas de 23 kg cada una mas el equipaje de mano….

Ubique el comercio y después de un laaaaargo regateo compre una samsonite 4 ruedas grande (los tamaños standart son pilot (que es la de cabina), media y grande (que son las que se despachan). Por la diferencia de precio conviene comprar grande, salvo que escasee el lugar para guardarla en casa. También compré una pilot muy linda que se puede hacer mochila y tiene varios cierres y compartimientos. Ambas las pagué algo así como 100 u$s. Muuuuy buen precio....

Después nos fuimos a comprar la campera North Face para Ana. Si es una copia son perfectas y la terminé pagando unos 80 u$s.Otra vez largo regateo.

Volvimos para el hotel cargados con las valijas ( a propósito, mucha gente caminaba en el MBT con valijas haciendo compras ) y ya se estaba haciendo de noche (eran como las 6 y media de la tarde). Las calles estaban ya medias vacías y era como que la actividad (era un día hábil) iba decayendo.

Sin embargo había descubierto que el hotel estaba “ahí nomás” del mercado nocturno de Patpong. Unas 3 cuadras de una calle lateral a la Silom. Muy cerca de donde estábamos. Así que descansamos un rato y salimos ya de noche para el mercado. Podía ser las 8 de la noche.

Sorpresa!!. la calle había cambiado completamente!!. En la Silom se habían instalado decenas de puestos de venta de ropa, accesorios, artículos porno, recuerdos, carteras, etc, etc….y en una esquina en particular una decena de puestos de comida. Todo estaba próximo a las 3 cuadras del mercado de Patpong.

Primero en verdad fuimos al Mac Donald de la Silom para darnos un baño de comida ocidental, y después comenzamos a caminar tranquilamente el mercado y los alrededores.

Ana quedó fascinada con la rapidez y eficiencia de los puestos de venta de comida callejeros. En uno de ellos preparaban sopa con fideos que metían en bolsas de polietileno y cerraban con una banda elástica.


De acuerdo a lo que le pedían distintas cosas se hervían o fritaban y se mezclaban con caldo y multitud de especias…..Otro puesto freía con rapidez en wok rollitos primavera chinos, tofu, alitas de pollo, etc, etc….El hígado nuestro se contraía un poco con tanto aceite.

Un puesto de mas allá asaba cosas. Habían construido una mesa con cajón donde colocaban carbón, arriba la parrilla y arriba un extractor de aire como a unos 80 cm . El extractor, sostenido a la mesa por un armazón de hierro funcionaba al máximo y el humo pasaba por los rostros amables de los thai que asaban en la parrilla y subía a la atmósfera a toda velocidad.

Asaban carnes irreconocibles para nosotros. Y si vimos “chinchulines”, que nos dijeron eran de cerdo. La verdad lucía bien, pero afortunadamente habíamos comido las asépticas hamburguesas del Mac Donald ( en verdad mucho mas peligrosas en la ausencia de conservación).

Y finalmente un puesto de frutas. El thai con un cuchillo largo y filoso hacía generosas porciones de ananá, papaya, melón y sandía que colocaba en bolsitas para comer. Con un palito de brochette retiraba las semillas de la sandía. Buen método!!. Costaban unos 70 cv de dolar. Compramos para diluir las hamburguesas y papas….

Al lado de estos puestos compramos unas chalinas a 3 u$s cada una. Por supuesto llegados a Argentina dijimos como no compramos unas 10 mas para regalar...estaban bárbaras!!

Entramos finalmente en el Patpong propiamente dicho. A los costados de la calle hay locales sexys, donde chicas bailan en el caño o sobre la barra, rodeadas de turistas vejestorios que deben querer recordar porque bailan chicas en el caño y sobre la barra.

Una imágen bien de película de gangster y bajos fondos en Oriente. Sólo que me parece que no había ningún gangster y todo estaba armado para gringos que rememoraban su paso por Vietnam y sus descansos en Bangkok.

Una música chillona penetraba el ambiente. Ocurre que cada local tenía sus chicas bailando y quería aplastar con la música al local de al lado. Sólo soportaban los gringos tomando sus güiskis acompañados de thais prensadas en ropas 4 números mas pequeñas con cara de infinitamente aburridas.

Aquí aparecían algunos puestos de carteras falsificadas. pero eran copias muuuuuy burdas.Las vimos mucho mejores en otro viaje en el sur….Y poco mas. Pero el lugar es curioso y merece una visita. Sobre todo si uno es ex-marine…

Así que ya vencidos volvimos al hotel con la mente puesta en llenar las valijas al día siguiente...Teníamos que comprar una arrocera...con qué íbamos a cocinar todo el arroz que llevábamos??

Martes 5 de Mayo
Teníamos el día completo que amaneció lluvioso. El agua nos seguía. Belén, una de nuestras hijas salía al día siguiente para Europa en su primer viaje transoceánico y queríamos llamarla. La internet inalámbrica del hotel era pésima, pero tenían un “centro de negocios” en el entrepiso donde había dos máquinas conectadas y pudimos comunicarnos.

Ana desayunó en el hotel. Yo me había despertado algo mas temprano y había desayunado en un Seven Eleven que está a unos 50 metros siguiendo por la calle del hotel en dirección contraria a Silom road. De todas maneras hay otro Seven en la Silom road también a pocos metros del hotel. En realidad Bangkok son todos seven eleven con algunas casas en el medio...

Para aclarar los Seven son una especie de nuestros Kioscos , con todo lo que se puede necesitar al paso, mas máquinas de café y bebidas….

Como era temprano encontré dos ratas de buen tamaño volviendo al hotel . Lo curioso es que no escaparon. Me miraron mientras pasaba. Claro que si se mira el agua de los canales estrechos de Bangkok (los “klong”) son aguas servidas a cielo abierto. Seguramente Bangkok tiene mas ratas que humanos. El tema es cuantas mas…

Me pareció bueno ir a un lugar de compras para Bangkokenses. Un buen supermercado para ver lo que no es para los turistas. Y revisando en Google maps, a pocas cuadras del hotel hay un Big C, que sería la versión de Carrefour local.

Para caminar amenazaba la lluvia, así que paramos un tuk tuk , la moto con un tripulante y dos asientos típica del lugar. Están diseñadas para turistas así que puede resultar mas caro que un taxi. Pero como no subirnos?.

La cuestión es que el buen señor no me entendía. Asi que paramos otro que por 100 bat (3 dólares) nos llevó hasta el Big. Quiero decir que este fue el momento mas peligroso de todo el viaje. Y que nosotros en Argentina circulamos a buena velocidad. Pero este individuo iba “al taco” en zig-zag entre el tráfico infernal de la Silom.


Ana se había agarrado de mí, y yo de unos de los parantes para no ser despedido por la fuerza centrífuga de cada giro que debía ser como de 10 G. En la mitad de viaje comencé a filmar con el TE. Dejaríamos documentado como había sido nuestro accidente. La verdad es que me costó bastante porque no tenía que soltarme del parante.

Así que mientras iba haciendo todo esto, el tipo clavo los frenos, giró en U en la avenida de 3 carriles por mano y doble mano y nos dejó en el Big C. Mejor dicho en la cochera del Big C, porque se había puesto a llover como para siempre. Y la verdad es que a estas alturas no importaba que nos mojáramos...Estábamos sanos y salvos!!. Un petit viaje re-sarpado dirían mis hijos. Aclaro sarparse es “pasarse” en lunfardo y va con s.
Aquí debajo vean la avenida y el Big C a la derecha


Después de esta dosis importante de adrenalina, nos dispusimos a adoptar nuestro papel de “burguese-consumidores” y entramos al Big C por el piso de comestibles.

Honestamente un mercado de gran ciudad con abundancia de productos presentados en forma impecable. Buscando cosas raras vimos unas sopas deshidratadas de hongos que compramos para probar y también picantes desconocidos para nosotros. Sería porque ya teníamos hambre, la parte mas interesante fue la de las comidas preparadas. Peces asados con salsa roja, salchichas bien buenas que había para probar, muchas frutas secas que vendían sueltas. Mangostinos, durián, ciruelas y grosellas secas ….Una muy buena panadería con pizza recién hechas para llevar y una verdulería donde pre-preparaban verduras y frutas para llevar. Me dije que iba a almorzar de aquí mas tarde.

Pero necesitábamos una arrocera que ya habíamos visto a la ida en el 4to piso del MBK, así que fuimos a ver si veíamos una igual.

De paso paramos en ropa para mujeres donde Ana compró unos short y en niños donde compró disfraces para ahijados. Muy baratos. Fuimos a la parte de electrodomésticos y finalmente llegamos a la arrocera. Costaba unos 15 dólares, pero no era igual a la que habíamos visto en el MBK, así que después de dar un par de vueltas mas salimos a la calle y fuimos caminando rumbo al otro shoping.

Por cierto, estábamos en el Big C Rajdamri, justo enfrente del Central World, uno de los mayores centros comerciales de Bangkok, así que entramos sólo para ver lo caro que era. Había varios restaurantes y obviamente la gente que visitaba este lugar era bastante diferente a la que visitaba el Big C.

Pero Ana encontró una zapatería con buenas sandalias y no recuerdo si compró uno o dos pares. Claro que lamentaba que iba a llegar a la Argentina y no poder usarlas. En Argentina estaba comenzando el invierno…

Aquí nos cansamos y decidimos volver al hotel para descansar un rato. Así que otro tuk tuk y en un momento estábamos en el hotel. Nos tocó transportista normal.

Dejamos los paquetes y esta vez nos tomamos el sky hasta el MBK. Otra vez llovía pero todo el camino desde la estación hasta el shoping era techado. Llegamos hasta el lugar donde estaba la arrocera, pero ya no habia arroceras, así que otra vez nos fuimos caminando hasta el Big C. y compramos la que había que no estaba tan mal. Ví al lado una calentadora de sopa con termostato y también la compramos: ideal para bagnacauda…

Tambien nos dimos cuenta que los utensilios de acero inoxidable estaban baratísimos, así que vinieron ensaladeras y alguna cosa mas. Todas de orígen tailandés. Encontramos en el Big C un patio lleno de vestidos….y algunos vestidos se compraron.

Decidimos comer algo. Así que subimos hasta el último piso donde había un comedero gigante. Yo estaba decidido a comerme algo del supermercado (sobre todo pan, que no lo veía hacía muchos días) así que esperé a Ana que compro arroz con algo .

El sistema aquí era cargar una tarjeta en un kiosco con plata, por ej. 200 bath. Uno va por los distintos locales de comida y compra. Los locales se cobran de la tarjeta e indican el saldo. Al salir si queda plata en la tarjeta te la devuelven.

Yo me fuí al mercado y compré un pez rojo asado que se veía re bien, pan y una cazuela de salchichas buenísimas. Estuve por comprar una porción gigante de pizza pero me pareció mucho. También me compré una bandeja de frutas peladas.

Volví al comedero y caí en la cuenta que estaba entrando con comida a una mesa…..pero bueno, no hubo ningún problema. El problema fue que el pescado estaba muy rico pero tenía un trillón de espinas. Me acordaba de un conocido que lo había tenido que internar por clavársele una espina en la garganta comiendo un raviol de salmón….Dejé de comer el pescado. Por suerte las salchichas y las frutas ok...pero lamenté no haber comprado la pizza…

Ana se terminó el arroz con algo, y otra vez con paquetes volvimos al hotel vía tren. Para la próxima, si es que hay una, llevo una valija grande con ruedas. Quedaba la parte de meter todo en las valijas….Pero todo entró bién y finalmente despaché 3 valijas. Podía llevar 4. Pero faltaba lo que compráramos en Los Angeles.

Ya estaba anocheciendo, y mientras esperábamos la 9 de la noche para salir al aeropuerto, nos entretuvimos mirando como hacían de comer en la Silom. Otra vez habían aparecido como hongos los puestos del mercado Patpong….

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